CRÓNICA, por Darío Mogno
10 DE FEBRERO
La Habana ofrece en febrero su mejor climatología (el termómetro
no baja de los 20º C por la noche, ni supera los 28º C en las horas más
calurosas del día; y es de destacar que el higrómetro se halla en
los niveles mínimos). Esto es particularmente apreciado
por los europeos, que acaban de dejar atrás uno de los inviernos más
fríos de estos últimos años, y por los sudamericanos, que padecen un
calor sofocante en su hemisferio. Me pregunto lo que
diría Cristobal Colón hoy en día, si hace poco más de 500 años, al
arribar en octubre de 1942, tuvo la impresión de haber descubierto
el paraíso terrenal.
Desde las portadas de los
periódicos locales hasta las pantallas de los televisores nos llegan
acá noticias sobre la campaña de lucha contra el mosquito Aedes
Aegypti, vector responsable de una temible enfermedad de la cual se
habían declarado focos epidémicos en varios países centroamericanos
en los últimos meses. Aparte de lo anterior, y habida cuenta de los
acontecimientos del 11 de septiembre, el turismo se ha ido
restableciendo poco a poco en Cuba. El turismo, todavía hoy
importante recurso económico del país, es escaso todavía en febrero
en La Habana, como me comentaban los taxistas y los porteros de los
hoteles a quienes pregunté. Un amigo, que se gana la vida haciendo
caricaturas a los turistas en la entrada del Hotel Habana Libre,
declaró que jamás había visto el atrio tan vacío como en los últimos
meses...
Ante este panorama, en la
víspera de la apertura de los actos del 7º Encuentro
Internacional de Historietistas las espaldas de los responsables
del comité organizador se ven recorridas por
escalofríos de ansiedad, presos de la preocupación. Son numerosos los
participantes de fuera de Cuba que habían asegurado su presencia y
que en los últimos días fueron declinando la invitación: algunos,
por lo que parece ser el conjuro de un perverso sino, la mayoría,
por causa de la gravísima situación económica de muchos países de
Latinoamérica. La participación misma de los profesionales y
estudiosos cubanos fue también motivo de preocupación, pues hace ya demasiados años que no se publican apenas cómics en Cuba
como consecuencia de la merma de ingresos procedentes del Este (desde la implantación del llamado Período Especial).
Los protagonistas de la amplia
producción historietística incentivada durante los años ochenta por el impulso de la Editorial Pablo de la Torriente han tenido que buscar otras
salidas profesionales (la ilustración, la pintura, la cerámica, la
decoración de interiores, etc.), con puntuales excepciones, como es
el caso de Orestes Suárez, que trabaja para el editor italiano
Sergio Bonelli.
Esto no constituye preocupación inédita para los organizadores de este festival, es
algo que ha caracterizado todas las anteriores vísperas
del encuentro bienal en La Habana, salvo quizás la primera,
celebrada en 1990, que contó con una rica participación tanto
nacional como internacional (incluido Alberto Breccia).
11 DE FEBRERO.
A pocas horas para la
inauguración del Encuentro... de nuevo se repitió el milagro. El
programa, modificado tantas veces que cuesta recordarlas, se
concretó por fin en uno definitivo, con 35 participantes cubanos y
8 extranjeros. El festival se abrió con la inauguración de la
exposición "El día de los lápices", acogida por la sede del
Movimiento Cubano por la Paz. Se trataba de un
testimonio dramático a
través del cómic de los Años de Plomo vividos por los argentinos
durante la dictadura militar instaurada el 24 de marzo de 1976. Los
autores, todos de la Unión de Historietistas e Ilustradores del
Tucumán (unhil) fueron: César Carrizo, Fabián Castro, Guillermo y
Raúl Escalante, Néstor Martín, Eduardo Rosenzveig, Juan Emilio
Rossello, Arturo y Jorge Soria.
12 DE FEBRERO.
Los trabajos del congreso se
abrieron este día con la intervención del ilustrador y dibujante de
Chile Christian
Gutiérrez, alias Christiano, que llevó el título "La historieta
chilena postdictadura" y que hizo un recorrido por la historieta de
su país, evocando los años de la dictadura y el renacimiento
de las iniciativas creativas en el período posterior. El
conferenciante articuló su alocución sobre un numeroso muestrario de
diapositivas con muestras de cómics de su patria, las cuales iba
comentando. Así, aportó una rica base documental pictográfica a la
vez que hizo una elogiosa exposición en la que demostró gran amor
por la historieta. Su contribución, no obstante, podrá ser leída -al
igual que las de los demás ponentes en el Encuentro- en el próximo
número de la Revista Latinoamericana de Estudios sobre la
Historieta que edita en La Habana Pablo de la Torriente.
El segundo orador del día fue el
colombiano Perucho Mejías, quien afrontó la temática "El mito del
superhéroe" desde el punto de vista semiológico. «A través de esta
ponencia -afirmó el mismo Perucho- se reafirma, entonces, la
importancia semiótica del objeto del superhéroe; su determinante
incidencia en la historieta, su hecho cultural y social,
características significativas actuales y fundamentales en nuestro
mundo, donde el suceso virtual se ha convertido en un acontecimiento
real, emanado de la era hipertecnológica.» El "imprudente" hecho de
que Perucho añadiera al panteón de los superhéroes al personaje de
origen cubano Elpidio Valdés, de Juan Padrón, dio pie a un vivo
debate en el que intervinieron sobre todo los asistentes cubanos, quienes
subrayaron las diferencias fundamentales que han de reconocerse
entre el concepto de superhéroe y el concepto de héroe, y también
reivindicaron el reconocimiento de la humanidad y el cuidado
ambiente histórico que puede verse en las historietas del popular
personaje de Padrón, que lo aparta de los estereotipos yanquis.
Este primer día de Encuentro
concluyó con la presencia del ministro de cultura, Abel Prieto, en
la inauguración de la exposición "Joan David: La realidad
trascendida", dedicada al gran caricaturista (1911-1981), acto que
tuvo lugar en la nueva sede del Museo Nacional de Bellas Artes de La
Habana.
13 DE FEBRERO
Quien comenzó este día con los actos
del festival fue el brasileño Waldomiro Vergueiro, profesor de la
Universidad de Sâo Paulo. Su intervención, expuesta con la pulcritud que le caracteriza, estuvo dedicada a "La historieta
brasileña actual y sus perspectivas". Le siguió la breve
intervención del joven e inquieto Eric Samson, francés de escasa
resistencia al ron cubano pero de gran fortaleza intelectual que
expuso su "Proyecto de encuentro Europa-América Latina", un programa
ambicioso todavía a la búsqueda de financiación pero que tiene
prevista, ya para este año 2002, una exposición dedicada a la
historieta en Cuba, México y Francia (desde el 13 de junio al 7 de
agosto en París; del 20 de octubre al 4 de noviembre en Ciudad de
México). Y prevé análogas iniciativas dedicadas a Bélgica / Brasil /
Portugal, para el año 2004, y a Italia / Argentina / España, para
2006.
Tras lo anterior, llegó el turno
del emprendedor e incansable dibujante mejicano Ricardo Peláez
quien, junto a Patricio Betteo, narró "La experiencia del Taller del
Perro", una contribución de gran interés. Quien participó en las
precedentes ediciones del Encuentro en La Habana no podría olvidar
las vibrantes intervenciones de Ricardo en 1990, 1992 y 1994, cuando
reivindicó firmemente más espacio para el cómic de autor en una
"realidad de mercado comprometida" como él define la mejicana, y que
a ojos de la mayoría le confirió un aura de visionario algo alocado.
Ricardo, sin embargo, no ha parado de perseguir su proyecto durante
todos estos años y, tras la experiencia de Gallito Inglés
(luego Gallito Cómics), terminó creando la casa editorial Taller
del Perro, que ya dio a luz un considerable número de publicaciones
caracterizadas por un elevado nivel de calidad.
El famoso director cubano Juan
Padrón presentó luego una selección de sus cortometrajes, realizados
por el ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográficos). Desde Filminutos hasta Quinoscopio,
pasando por Mafalda y por el preestreno, muy esperado por
algunos, de su última obra de animación: el largometraje
actualmente en fase de postproducción ¡Kommando vampiro en La
Habana! El director Gabriel Ramos Puig, también comprometido en
la formación de los futuros especialistas del dibujo animado en
Cuba, habló entonces de su experiencia en este terreno y presentó
asimismo una selección de sus cortometrajes, los realizados para el ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión).
14 DE FEBRERO.
El apasionado coleccionista
Roberto Hernández abrió la jornada con una intervención sustancial
titulada "Dispositivo didáctico para la formación de una cultura
general integral en la historieta cubana", a lo que siguió un debate
muy participado.
En presencia de las respectivas
familias vino luego un "Homenaje post mortem a los artistas Eduardo
Muñoz Bachs y Luis Lorenzo Sosa", fallecidos respectivamente en
julio y diciembre del año pasado. La tarea de recordar su
dimensión artística y humana recayó en el estudioso italiano Darío Mogno, amigo de ambos hombres y artistas. Sus conmovedoras palabras
fueron seguidas por el testimonio de los que a lo largo de los
últimos 40 años fueron sus amigos y compañeros de trabajo: Roberto
Alfonso Cruz, Cecilio Avilés, Francisco Blanco Ávila, Pedro González
Viera, Gladys Gómez, Manolo Pérez Alfaro.
La tarde fue dedicada a visitar,
en un grupo organizado, la Feria Internacional del Libro, dedicada
este año a Francia.
15 DE FEBRERO.
Manolo Pérez Alfaro procedió a la
lectura de la ponencia del costarricense Óscar Sierra Quintero,
que en el último momento se había visto impedido de participar en persona.
Por problemas habidos con el correo electrónico, el interesante
panorama de "La tardía evolución del arte de la historieta en Costa
Rica" no pudo apoyarse con documentación iconográfica alguna, así
que habrá que esperar a leer esa exposición con completa apoyatura
de imágenes en
la Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta.
Los actos del
7mo
Encuentro Internacional de Historietistas
concluyeron tras unas
horas dedicadas a un debate suscitado por el común acuerdo e interés
por seguir aportando vida y energías a la RLEH, así como por
considerar nuevas iniciativas para promover esfuerzos editoriales
independientes en Latinoamérica, sin que se llegara a ningún acuerdo
concreto.
Como resultado del debate, se
aprobó un documento de Conclusión
[se transcribe a continuación]:
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