Tras apenas
cuatro años en su tierra natal, José Luis García López emigró con su
familia a Buenos Aires, Argentina. Desde pequeño se vio atraído por los
cómics estadounidenses editados en Argentina, sobre todo por los de sus
ídolos Alex Raymond y Roy Crane, así como por los realizados por los
artistas autóctonos. Esta fascinación por la historieta hizo que a los
once años siguiera un curso de dibujo por correspondencia, del que al
parecer obtuvo buenos resultados, puesto que «a los 12 [años], llevé mis
muestras a las compañías editoras y aprendí muchas cosas sobre el
entintado, el lápiz, el papel que debía usar, etc.» (1) Aunque ya a los
dieciséis años empezó a publicar, decidió cursar estudios en la Escuela
de Bellas Artes de Buenos Aires, consciente de que nunca sería capaz de
mejorar sin una base sólida de conocimientos artísticos.
Sobre las influencias recibidas en el principio de su carrera ha
señalado las obras Flash Gordon, Rip Kirby y Príncipe Valiente, así como
la labor de Hugo Pratt. Más tarde comentaría: «Una de las primeras cosas
que hice cuando fijé mi residencia en USA, fue sustituir a Joe Kubert en
su Tarzan para la DC. Traté de imitar al máximo su estilo de dibujo. Es
lógico que algo de su forma de hacer historietas me haya quedado.» (2) En
la primera compañía para la que trabajó realizó labores de dibujo,
coloreado, rotulación y recomposición de historietas procedentes de EE UU para su publicación en Argentina. Después de hacer algunas
adaptaciones de clásicos al cómic, trabajó junto a David Mangiarotti
para la Editorial Columba en el serial “Roland el corsario”, publicada
en la revista Fantasía a principios de los años setenta, y con guiones
de H. G. Oesterheld. Más tarde pasó a glosar sus aventuras en solitario
haciendo el lápiz, la tinta y el color, permaneciendo en total dos años
en el serial. También para Columba dibujó junto a E. G. Seijas “El reloj
de la eternidad”, una miniserie con guión de Ray Collins, y “Soledad de
dos”, historieta para la revista Intervalo,
ésta con guión de Armando
Fernández. Para la última publicación citada realizó asimismo numerosas
historietas de romance. Es por entonces que comenzó a trabajar para la
editorial estadounidense Charlton, a donde destinó historietas de
monstruos en un principio, si bien durante los siguientes cinco años
realizaría todo tipo de historias en las series Ghostly Tales, I Love
You, Hollywood Romances, Johnie Love, Just Married, Love Diary, Romantic
Story, Sweethearts, Teen Confessions, Time for Love, entre otras, y
estableció contacto con Dick Giordano, editor por aquel entonces de
Charlton y futuro colaborador en DC Comics.
Debido a la delicada situación política del país, en 1974 García López
marchó a Estados Unidos, a Nueva York concretamente. Se estableció
profesionalmente en DC, en la serie Action Comics, realizando labores de
entintado sobre los lápices de Dick Dillin y Curt Swan. Continuó
afianzando su estilo con trabajos para DC (tinta, portadas para
distintas series y algunos lápices en Weird War Tales y Detective Comics),
Gold Key, para la cual dibujó pequeñas historietas de 6 u 8 páginas en
revistas como Grimm’s Ghost Sories o Twilight Zone. No es hasta finales
de 1975 que realiza su primera serie de forma continuada: los lápices y
portadas de los seis primeros números de Hercules Unbound. Pero el
encargo que le dio verdadera relevancia en el mercado estadounidense y
que comenzó a llamar la atención de los aficionados fue el trabajo que
realizó con el personaje Jonah Hex, primero en Weird Western Tales
y más
tarde en la serie con título propio, siempre con guiones de Michael Fleisher. Durante mucho tiempo consideró García López es este como su
mejor trabajo.
A pesar de que él mismo reconoció que le costó adaptarse al cómic de
superhéroes, los jerifaltes de DC no debieron pensar lo mismo, puesto
que durante los últimos años de la década de los setenta y primeros de
los ochenta, García López ilustró muchas aventuras de Superman y Batman
en series como Action Comics, Detective Comics, Superman, World’s Finest
Comics, Adventure Comics, Brave and the Bold y DC Comics Presents,
realizando portadas, lápices o entintando a otros autores. Se podría
decir que su trabajo con Superman sentó cátedra, ya que sería la imagen
que él dio al personaje la que ha retenido en su memoria la mayor parte
de la afición. Esto queda subrayado por el hecho de que, después del
éxito del primer cross-over entre las compañías Marvel y DC, el famoso
Superman vs. The Amazing Spider-Man, él sería el encargado de dibujar el
segundo título de estas características en 1981, Batman versus Hulk, con
guión de Len Wein y tintas de Giordano.
A principios de los años ochenta comenzaron a ponerse de moda los
videojuegos. Era la época de los Spectrum, Commodore y Atari.
Precisamente fue Atari la que, en un intento de atraer más público y de
crear una especie de mitología en torno a sus productos, comenzó a
regalar cómics con sus videojuegos (algo en lo que influyó que tanto
Atari como DC pertenecieran a la corporación Warner). De esta forma, en
los cartuchos de juegos se incluyeron pequeños cómics (tenían que caber
en la caja) con el título de Atari Force, guionizados por Roy Thomas y
Gerry Conway y dibujados por Ross Andru y Gil Kane, con tintas de
Giordano. Estas historias no eran de excesiva calidad, y se pensó en
hacer una miniserie de cuatro números bajo el título Star Raiders,
dibujada por García López y con guión de Elliot S. Maggin. Pero las
ventas no acompañaron y el proyecto de miniserie fue cancelada cuando ya
estaban dibujadas 45 páginas. Paul Levitz sugirió que se convirtiera en
una historia larga de 60 páginas, lo que obligó a García López a volver
a dibujar algunas para comprimir la miniserie. Finalmente, esta obra se
convirtió en la primera graphic novel de DC. Por cierto que, para
justificar el elevado precio de la misma, 5’95 $, tuvieron que sacarse
una nueva línea de cómics prácticamente de la manga: encargaron a Julius
Schwartz la tarea de dirigir esta serie de “novelas gráficas”, con
adaptaciones de historias de autores punteros de ciencia ficción, como
Frost and Fire, de Ray Bradbury, ilustrada por Klaus Janson, o Demon
with a Glass Hand, de Harlan Ellison, ilustrada por Marshall Rogers
(también obtuvieron las ofertas originales Hunger Dogs, de Jack Kirby, y
Medusa Chain, del filipino Ernie Colón).
Aplicando el color directo de forma poco convencional en el mercado
estadounidense de su tiempo, García López intentó así convertir un
encargo en una obra personal, que después no tuvo continuación en su
carrera. Star Raiders era la adaptación al cómic del videojuego del
mismo nombre, y fue el preámbulo del segundo volumen de Atari Force. La
serie, que fue iniciada en enero de 1984, introdujo caracteres nuevos
dentro de las coordenadas de los anteriores títulos, y rescató algunos
personajes de los minicómics. Con guiones de Conway y tintas de Ricardo
Villagrán, este título sería recordado durante mucho tiempo como una de
las mejores obras del gallego.
García López no era un dibujante rápido, y dibujar la serie Atari Force
comportó un gran esfuerzo para él, de tal modo que tuvo que trasladar su
habitual residencia desde Miami (reconoció que pasaba demasiado tiempo
en la playa) a Long Island, en Nueva York, para estar más cerca de los
otros profesionales. Poco a poco fue abandonando la serie; tras
dedicarse a dibujar lápices y portada en los primeros doce números –con
un paréntesis en los números 4 y 5– se dedicó exclusivamente al
entintado de la portada hasta el número 18.
Cuando finalizó su colaboración en Atari Force, García López reorientó
su carrera en otra dirección. A partir de este momento no volverá a
encargarse de ninguna serie regular, y solo realizará algunos arcos
argumentales, miniseries o proyectos especiales, aparte de portadas,
ilustraciones y trabajos de entintado. Como ejemplo sirve que en 1985 le
reclamen a sustituir a George Pérez en la serie The New Teen Titans, y
sería el lápiz de GL el idóneo para la exploración que Wolfman hizo del
trasfondo mitológico de Wonder Girl. El argentino alternó este trabajo
con la realización de portadas de varias series y de fichas para la
colección Who’s Who, un intento de ordenación del nuevo universo DC
(entre ellas, las de los personajes de Atari Force).
Tras pequeños trabajos en títulos como Adventures of the Outsiders,
Heroes Against Hunger o la adaptación al cómic de la película Supergirl,
en 1986 llevó a cabo una de las obras más significativas en su carrera.
De la mano del guionista Andrew Helfer retomó al personaje Deadman, con
el que ya había trabajado en la serie Adventure Comics en 1979, sobre
guiones de Len Wein, y en el DC Comics Presents #24. Este personaje,
creado en 1967 en Strange Adventures #205 por Arnold Drake y Carmine
Infantino, demandaba una revisión tras la actualización del universo DC
realizada a mediados de los años ochenta. De esta forma, el olvidado
“hombre muerto” volvía a caminar entre los personajes de DC en una
miniserie de seis números donde García López demostraba una vez más su
sabio conocimiento de la expresión, del movimiento y, sobre todo, de la
narración mediante viñetas. De nuevo volvió a ser reclamado por Deadman
para realizar los lápices de las portadas de la reciente miniserie
Deadman. Dead again (2001), en cuyos números 5 y 6 figura como artista
invitado.
El siguiente gran paso en su carrera vino de la mano de otra miniserie.
En este caso Cinder and Ashe, de nuevo en colaboración con Conway. Este
trabajo supuso un alejamiento de la temática fantástica y superheroica
(posiblemente un alivio para García López) y uno de los más brillantes
trabajos del autor. Ambientada entre la guerra del Vietnam y la
actualidad, mezcla el thriller con una historia detectivesca de forma
magistral, apoyada por los soberbios dibujos de García López y la
magnífica labor de coloreado de Joe Orlando.
En la década de los años noventa su firma se prodigó menos, y quizás
esto influyó de alguna forma en el conocimiento por parte del gran
público de este autor. A pesar de tener un número de fieles seguidores y
de ser admirado entre los profesionales de forma general, no alcanzó a
ser ese hot artist que otros muchos con menos méritos han sido. Pero
García López no necesitó de aquel reconocimiento (si hay algo que
destacan todas las personas que han conversado con él es su increíble
modestia) y por supuesto no significó su abandono de la historieta, ya
que desde los años ochenta se dedica a hacer guías de estilo para la
editorial DC, sobre todo para los personajes de Superman y Batman. Estas
guías de estilo son utilizadas principalmente para la gran cantidad de
mercadeo que genera DC, pudiéndose encontrar la obra de García López en
platos, ilustraciones promocionales, pegatinas, cromos, llaveros, y muchos
otros objetos, además de servir de modelo para las estatuillas que
elabora DC de sus personajes. Este trabajo en la sombra es más grato
para el autor, que sin embargo no quiere perder el contacto con el
medio, de ahí que muchas veces se dedique a labores de entintado, para
“no perder la mano”, aunque precisamente no crea en la labor del
entintador: «Incluso los mejores entintadores no pueden hacer justicia a
los dibujos a lápiz de otros artistas (...) Es como tener un hijo y que
lo críen otros padres.» (3)
Así pues, comenzó los años noventa con una miniserie en formato prestige
ideada por Howard Chaykin, Twilight, cuyo argumento gira en torno al
crepúsculo de la civilización en un futuro lejano en el que son
introducidos varios personajes DC de ciencia ficción, como los Star Rovers,
Manhunter 2070, Tommy Tomorrow, Star Hawkins y el Museo del Espacio.
Según Chaykin, la obra estaba pensada para «que el dibujante tenga la
oportunidad de saltar al estrellato que le han negado guionistas más
incapaces.» (4) Quizás el guionista se esforzó demasiado en demostrar que
no era incapaz, ya que García López declaró más tarde: «Yo tampoco la
entendí del todo.» (5) Esto no fue obstáculo para que el dibujante hiciera
patente que aún podía recargar más su estilo sin perder fuerza en su
composición y expresividad.
Después de esto, José Luis continuó entintando y dibujando las portadas
para un serial de Legends of the Dark Knight, “Venom”, con guiones de
Dennis O’Neil y dibujos de Trevor Von Eeden y Russell Braun. También
entintó la adaptación al cómic de la película Batman Returns, dibujada
por Steve Erwin. Otra de las cabeceras que se nutrió de los lápices de
García López fue la línea Elseworlds, dedicada a ambientar historias de
los personajes clásicos de DC en universos alternativos, lo cual
posibilitaba más creatividad a los autores, en principio. Hasta la
fecha, GL ha colaborado en Batman: The Blue, The Grey and The Bat (1992), entintando los lápices de Russell Braun, con un Batman inmerso
en la Guerra Civil americana; realizando las cubiertas de Batman: Dark
Knight of the Round Table (1998), con Batman en la Edad Media; y
dibujando Superman: Kal (1995), con el superhombre rondando por la
Inglaterra medieval; Batman: Reign of Terror (1999), una especie de
adaptación del superhéroe al mito de El Zorro; y ya más recientemente,
con el guionista Steve Vance, en Superman Inc. (1999) y Superman: Realworlds
(2000). Esto sin abandonar sus labores de entintador (en
Superman y en otro serial de Legends of the Dark Knight, “Grimm”) y de
portadista (en Wonder Woman de John Byrne).
Hay que destacar el hecho de que, desde su entrada en DC a mediados de
los setenta, García López apenas laboró para otras editoriales. El caso
más significativo sería el de su más directa competidora, Marvel Comics,
para la que GL solamente hizo una ficha de Wonder Man y el número de la
línea Amalgam dedicado a Dr. Strangefate (y, en este caso, curiosamente
en un cómic donde se fusionan Dr. Extraño, de Marvel, y Dr. Fate, de
DC). Además, ha trabajado para Image en Images of a Distant Soil, para
Tiger Comics en Phantasy Against Hunger, y poco más. De hecho, cuando
firmó en 1999 un contrato en exclusiva con DC comentó que no era esta la
primera vez que había tenido la oportunidad de firmarlo, pero que no lo
había visto necesario. (7)
Actualmente García López sigue trabajando en portadas, labores de
entintado, proyectos especiales, siempre en el seno de DC. Su último
trabajo en el momento de redactar estas líneas consiste en la portada
para The Titans # 42, que tiene publica en junio del
2001. Esperemos que algún día el trabajo de este gran autor sea
reconocido como se merece, sobre todo en España, la tierra que le vio
nacer pero que escasa atención le ha prestado.
Fco. Javier Alcázar
NOTAS:
(1) Entrevista publicada en Cinder y Ashe # 1 y 2 (Zinco, 1990);
traducción de Sergi Gras Miravet del extracto hecho de Comics Interview
# 12.
(2) RODRÍGUEZ ARBESÚ, Faustino y FLÓREZ, Florentino (1994): “José Luis
García López: la sencillez de un artista”, en El Wendigo #
61 / 62, GAIRNI, Gijón
(3) Comics Interview, op. cit.
(4) Comics Interview, op. cit.
(5) Sección de noticias, Urich, vol. 1 # 13, p. 5, Madrid Cómics,
Madrid
(6) El Wendigo # 61 / 62, op. cit.
(7) Declaraciones de García López extraídas del comunicado de DC, de
fecha 2-V-1999
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