El volumen de estudios sobre la
historieta (fumetto) en Italia es bastante amplio, si bien la
mayoría de los textos resultan repetitivos o bien reelaboraciones
de otros anteriores. Son realmente pocas las obras verdaderamente
originales y que propongan nuevas perspectivas, nuevos puntos de
vista. Además, su localización es difícil; las hay que gozan de
una normal distribución nacional, y las hay que tienen
limitados los puntos de venta únicamente a las 300 fumetterie (librerías
especializadas en cómics) que hay en nuestro país.
Un importante evento anual que
debemos referir necesariamente es el Premio Fossati, otorgado por un grupo de expertos
entre 15 canditados propuestos, y que es iniciativa del
Cartoon Club da Rimini en acuerdo con la Associazione Franco
Fossati. El pasado año ganó la obra teórica de Michele Fadda y
Fabrizio Liberti Il
Cinema di Chuck Jones (Il Castoro, 2001), que superaba en
calidad a otros textos más directamente relacionados con la
historieta.
En general, en el apartado
teórico, los temas que reclamaron mayor interés durante
2001 entre los estudiosos, y entre el público, fueron Bonelli (la
entidad editora más importante de Italia), Disney y el manga (que
sigue gozando de cierto éxito en nuestra industria, múltiples
publicaciones y un fuerte apoyo desde la televisión italiana). Entre todos
los libros aparecidos durante ese año hemos escogido dos para su
comentario:
Alessandro BARBERA: Camerata
Topolino - l' ideologia di Walt Disney, Stampa
Alternativa, Roma, 2001 (XII)
El editor Baraghini, con su
casa editorial Stampa Alternativa, es una figura presente en el
panorama editorial italiano desde el final de los años sesenta.
Ha publicado productos underground, libros y también
tebeos del tipo más marginal, arriesgando con ello mucho y a
veces pagándolo caro. No ha consistido su coraje tanto en publicar
algo "políticamente incorrecto" como ofrecer a alguien
la posibilidad de hacerlo. Camerata Topolino condensa
en 74 páginas (más un estupendo apéndice bibliográfico) un
cúmulo de referencias sobre la ideología política de Walt Disney tal y como se
entiende y se halla expresada en Italia. No se trata éste de un acto de
confrontación, de denuncia
contra Disney y su universo, ni tampoco es una defensa; es solamente
una descripción divertida y provocadora, casi herética, de este
mundo ideal. Quizás sea verdad que [en Italia] nos alimentamos de
"pan y Topolino [Mickey]".
La obra se halla dividida en dos
partes. En la primera de ellas, acaso la más interesante,
Barbera, mediante el hábil uso de un juego de citas va recorriendo la evolución de la
crítica disneyana, contrastando posicionamientos,
contradicciones, discursos y diversos aspectos realmente absurdos,
como cuando se afirmó que Tío Gilito y Donald eran homosexuales o
como cuando se acusó a Mickey y a Donald de ser comunistas, o
también fascistas, o directamente nazis. En otros casos, Barbera
denuncia la
confusión de períodos y autores, o de cómics con dibujos
animados, que halla en lo escrito sobre el mundo de Disney. Una revisión de documentos
que hace sin piedad, y de la cual
pocos estudiosos han salido intactos.
En la segunda parte del libro el
autor quizá yerra al intentar dar con la correcta clave para
interpretar ideológicamente a Disney. Se olvida del cómic y
considera a Walt Disney como hombre y rempresario, se preocupa por los
detalles de sus
estancias en Europa, indaga en demasía sobre si sus dibujos gustaban a Mussolini o a
Hitler..., como si fuese en busca de una forma de "nazismo mágico",
para luego terminar abruptamente el ensayo con breves conclusiones en las
últimas páginas.
No se puede negar que interesa la
etiqueta ideológica de los personajes de la factoría de Walt
Disney, pero también hace falta
interpretar qué indicaciones venían dadas por directores y
editores a la hora de condicionar la obra de los autores, de los
dibujantes. Habida cuenta de que los cómics de Disney fueron
elaborados durante tantos años por guionistas y dibujantes
italianos (y difundida su obra por todo el mundo) gran parte de este
análisis debería ser revisado.
Antonio CARBONI, Antonio
VIANOVI (Eds.): Bonelli Noir, Glamour
International Production, Firenze, 2001 (IX)
Sergio Bonelli Editore es la editorial de cómics más importante de nuestro país. Antonio Vianovi y la editorial Glamour han publicado el catálogo
temático anual de Bonelli, y Carboni organiza, como cada año, la
reseña historietística sobre un personaje o un género de Bonelli.
Los tres, coordinados, son los responsables del libro / catálogo
ilustrado Bonelli Noir, que constituye un observatorio
privilegiado sobre un universo "fumettistico" muy
popular, el del género "noir", que en Italia se extiende desde el
lo policíaco al horror. Dylan Dog, el personaje de Tiziano Sclavi, abrió
desde 1986 nuevas perspectivas editoriales a la Bonelli, hasta
entonces especializada en cómics de aventuras más tradicionales,
el mítico Tex, Zagor o Mister No, con el único
"no alineado" Martin Mystère. Por más que se
creía que el género de horror estaba superado y condenado al
fracaso, Dylan Dog ha constituido un suceso editorial
importante, alcanzando tiradas cercanas a los 500.000 ejemplares y
cosechando unas cotas de popularidad tan elevadas que se ha convertido en
un fenómeno de masas. Así, y consecuentemente, en Bonelli han
nacido otros personajes y series de similar calado: Napoleone,
Julia, Magico Vento y Dampyr, abriendo un abanico de
posibilidades que van desde el policiaco inteligente y
estimulante de Julia al vampirismo más inquietante de Dampyr.
Tras una breve introducción
histórica, Bonelli Noir nos presenta los consabidos listados de personajes y sus autores,
en relaciones muy completas y detalladas.
Luego, Carboni entrevista a los autores Tiziano Sclavi, Giancarlo Manfredi,
Renato Queirolo, Carlo Ambrosini, Giancarlo Berardi, Mauro Boselli
y a Maurizio Colombo. Naturalmente, la parte más interesante del
catálogo la constituye el análisis de las aventuras de Dylan
Dog, de Napoleone y de Julia, descubriendo en ellas un empeño
narrativo fuera de lo común (Carboni, en sus entrevistas, recaba
de los autores apuntes precisos sobre su modo de entender y de
usar la narrativa gráfica, y eso, en definitiva, hace de esta
lectura algo fascinante). En estas entrevistas, se revela la
riqueza cultural y la desenvoltura intelectual de los autores que
crean personajes para Bonelli, los cuales generalmente requieren
años de gestación.
En suma, un libro / catálogo un
poco caro pero indispensable para los apasionados y los estudiosos
de estos personajes, algunos de los mejores cómics hechos en
Italia.
|