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T:
Bueno, Juan,
pero tú seguiste con la animación, y también estabas haciendo tiras
para prensa, de donde surgieron Los Mendrugos ¿no es cierto?
JA:
Cuando
Jorge se presenta a los bomberos a mí me llaman de Madrid para hacer
storyboards de la serie de dibujos animados La Corona Mágica.
Yo me voy a Madrid y estoy allí unos meses, hago el story
por el que percibo 125000 pesetas del año 1988. O sea, ese dinero por
story,
que correspondía a un episodio de dibujos animados, y yo me hacía
dos al mes, dos capítulos al mes, 250 papeles, que bien estaban en
el año 1988. Tenía poco tiempo para la historieta, sí, pero había
comenzado en 1985 a hacer una tira mensual para la revista de la
Universidad de Murcia, Campus. Pese a todo, seguí haciéndola
hasta 1990, no dejé la tira nunca, ni para hacer animación. Hacía el
personaje “MM, el loco del claustro”, un estudiante que se
convertiría en el MM de Los Mendrugos.
En 1990 comencé a trabajar en una empresa de publicidad en
Murcia, la que comentaba Jorge, Contraplano, y como en el último año que
estaba haciendo la tira la pude hacer en color, le apliqué
acuarelas. Dada esa circunstancia, a principios de 1990 se me
ocurrió enviar tres tiras a El Jueves, y a los dos días me
llamó Gin.
JG:
Yo no
participaba en esa tira, yo estaba entonces de “bomberismo” total,
con la academia, etc., etc.
JA:
Gin me
dice que le gusta mucho: «Oye, nen, ¿tú de dónde sales?» Muy
gracioso él.
JG:
Y fue la
primera vez que Juan decidió que aquello tenía calidad y podía
ofrecerlo a El Jueves. Por entonces publicaban en El
Jueves Tha y otros, veíamos que ya no era la revista que todos
conocíamos, de humor político y eso, habían ampliado páginas, publicaban
cosas en color, estaba M. Prado, Alfonso López, Maikel, Tharrats...
[hacemos un paréntesis en la entrevista para comentar las cualidades
injustamente poco valoradas de la labor de Tha] O sea, en El
Jueves ya había historietas con color, y había cantidad de
autores que eran historietistas que estaban enviando cosas.
T:
Bueno,
historietistas también lo fueron J.L. Martín, Ventura y Nieto, Kim...
JG:
Sí, pero
era otra cosa, eran los que siempre habían estado. En El Jueves
se hacía más humor por lo general, con la excepción de gente
como Ventura y Nito, o Kim, que eran autores más comiqueros, que
hacían más historieta. Pero al incluir a Alfonso López, a Tha, a
Miguelanxo Prado, estaba claro que la revista estaba apostando por
aglutinar a la gente del cómic, para que acudiera ese público como
cliente habitual de El Jueves. En nuestro caso se aprovechó
la coyuntura.
JA:
Es lo que
hablábamos antes, que era un poco para ver cómo iban los tiros para
algunas cosas. Saber adaptarte. Y yo, como hacía la historieta
esta de estudiantes, “MM”, pensé que podrían ser interesantes,
unos estudiantes en El Jueves.
T:
¿Solamente les
propusisteis esa idea?
JA:
Les mandé
las tres tiras de este personaje, MM, y Gin me llamó y me dijo si
podía hacer media página semanal. Dije que sí, claro; comencé con
media página semanal y sobre un solo personaje, MM, un estudiante,
un personaje que faltaba en la revista, a mi parecer, donde había
representación de diferentes estratos sociales. Era en color, pero
no lo daba Jorge todavía.. Le daba el color yo mismo. Eso ocurría en
la primavera de 1990; entonces, en mayo, Jorge y yo nos vamos al
Salón del Cómic de Barcelona y nos llevamos una historieta que
habíamos hecho juntos de unos indios, ese chaval del metro que luego
aparecían unos indios por ahí...
T:
La que
apareció luego en Pireo, de La Factoría
JA:
Antes se
publicó en El Tío Saín
en
blanco y negro, y también hicimos una portada, la del número 1 de
El Tío Saín, alusiva. Esa portada se expuso en el stand de
Murcia, en Barcelona, y la historieta a color, que era inédita
entonces, la llevamos allí y la expusimos con la obra de otra mucha
gente que había llevado lo que habían hecho para el concurso de
Murcia Joven. Nosotros no íbamos por el concurso, íbamos como
profesionales, pero allí fuimos a reforzar un poco la imagen del
Murcia Joven. Entonces, como yo estaba ya en El Jueves,
visité a la gente de la revista para conocerlos y tal, porque no nos
conocíamos aún personalmente. La Mayte [Quílez] me llevó allí, me
presentó a Kim, a Ventura, y me metió en el stand: yo acojonado. En
un momento dado, cojo a Gin y me lo llevo al stand de Murcia
Joven y le enseño la historieta de los indios, y le digo: «Esto
lo hago con Jorge». Se queda mirando, se baja las gafas, y dice:
«Oye, ¿me podríais hacer dos páginas semanales de este estilo y con
este color?». Yo dije inmediatamente que sí, claro; se lo dije a
Jorge y se me ocurrió lo de juntar a MM con el resto de colegas y
llamar a la página “Los Mendrugos”. Cuando yo le comento a Jorge
esto y veo la realidad, le digo a Gin que no podemos hacer dos
páginas semanales, porque tardamos un mes en hacer UNA página
[risas]. Jorge se tiraba un mes para pintar una página al óleo.
JG:
Era un
formato bastante amplio, y el óleo tarda mucho en secar.
JA:
Esporádicamente, sólo esporádicamente, hicimos dos páginas de
Los Mendrugos, alguna de ellas magistralmente guionizada por
Víctor Eme, hasta que a finales de diciembre de 1990 Gin
nos dice: «Oye, que los personajes gustaron montón ¿No podríais
hacer una página semanal, tíos?»
JG:
Adelantamos trabajos y lo que yo hice fue utilizar secativo de
cobalto para que no tardaran tanto en secarse las páginas. Quien vea
las páginas de Los Mendrugos al óleo se dará cuenta de que
son muy acrílicas, no parecen óleo, no están muy empastadas. El
proceso era así más rápido y el formato pasó también a ser más
pequeño. Por eso pudimos seguir publicando de forma más continua una
página semanal en color.
T:
Tú no acusaste
problemas para entregar, imagino, ¿eh, Juan?
JA:
Ese mismo
año yo estaba en la agencia de publicidad (un poco cansado) y
haciendo el layout para la serie de dibujos animados de
Babar para Canadá. Poco después me encargaron de Madrid el storyboard
para otra serie alemana, que era de un elefante también: Benjamin
Blünchen. Ahí estaba yo con mucho trabajo, pero no hubo
problemas para sacarlo adelante. La verdad es que nunca he padecido
la crisis de la página en blanco.
JG:
Es tan
disciplinado y le tiene tanto miedo al hecho de que no tenga nada
que hacer que funciona con un sistema de trabajo increíble, que no
todo el mundo podría soportar.
T:
Tú también
pintabas cuadros... ¿Conseguías hacer algo al estar tan ocupado?
JG:
Aparte de
mi trabajo como bombero... no, no me quedaba tiempo. Me ha gustado
siempre seguir pintando, pero desde que publicamos de forma regular
en El Jueves pues casi que no; y si te quedaba tiempo
lo que hacíamos era acumular más páginas para tener un remanente y
hacer más cosas fuera de lo que era El Jueves. Aparte, ten en
cuenta que en el mismo El Jueves hemos hechos también páginas
de secciones de actualidad, algunas con guiones de Javim, algunos pósters centrales; portadillas
(portadas no hemos hecho ninguna). Luego, eso sí, apareció la revista
Puta Mili que dirigía Maikel, junto con Ivá, y nos
propusieron crear un personaje, y creamos a la Capitana Diana.
JA:
Pensamos
que una oficial como Dios manda podía dar mucho juego, por eso
hicimos a Diana, un personaje que no existía en Puta Mili.
Nosotros no estuvimos desde el número 1 de esa revista [de 1992], la
observamos, vimos que había personajes de todo tipo salvo éste, y
propusimos hacer una “maciza”.
T:
Ya, pero,
¿ahora, en ese momento, ya podíais con dos páginas semanales en
color?
JG:
En ese
momento sí, eran a formato más pequeño, teníamos más mano también
porque ya llevábamos la frecuencia semanal, y con la experiencia
cumples en el plazo.
JA:
En Puta
Mili, además, hacemos portadas, pósters centrales, encargos de
cositas para el interior aparte de la historieta de “Capitana
Diana”. E incluso, en cierto momento, yo en solitario comienzo a
hacer una tira diaria para el Diario 16 de Murcia, de
actualidad y sin personaje fijo.
T:
La primera
mitad de los noventa demostráis una actividad incesante, porque es
ahora cuando destináis también dibujos e historietas para los
productos editados por la AATRM: El Tío Saín, El Saco del Tío
Saín, Monográficos El Tío Saín...
JA:
Sí, los
montamos entre varios, Manolo Martínez, Javim, Víctor Eme, Sebastián
Fernández de Cartagena, Paco Alemán, Salva Espinosa, eh... Pedro Vera... Nosotros, por haber
estado en el ámbito de la profesionalidad, captamos individuos que
parecían interesantes: Puebla, que trabajó luego en Diario 16,
por ejemplo. Toda esa peña coincidimos en el espacio y en el
tiempo.
JG:
Y siempre
con el Murcia Joven de fondo, era como el fermento de nuevos
talentos, y con el impulso de personas concretas, Javim, Vicente
Tiburcio, José Manuel Campillo, que trabajaba en la Concejalía de
Juventud y le gustaban mucho los tebeos. Está claro que siempre que
se hace algo con respaldo oficial, dentro de la institución siempre,
siempre, hay alguien a quien le gustan los tebeos, eso es de lógica.
Aquí, en Vélez-Málaga están Paco [Francisco
García Bravo de Mansilla],
Ramón [Pérez Rodríguez], Juan [J. Ignacio Rando], una serie de
señores que están en un puesto que les permite contactar con
responsables públicos. En nuestro caso era Campillo.
T:
El Tío Saín
fue
una publicación que pese a estar confeccionada por amateurs (salvo
vuestro caso) presentaba una calidad fuera de lo común: era un tebeo
a ojos vista. ¿Quién estaba detrás de esa apariencia profesional?
JA:
Gente con ilusión y con una calidad artística extraordinarias.
Se presentó el proyecto y el primer número y también el segundo, y
la Red Municipal de Bibliotecas de Murcia, que depende de la
Concejalía de Educación del Ayuntamiento decidieron darnos un dinero
porque al fin y al cabo esos ejemplares servirían para la red de
bibliotecas, que el Ayuntamiento tiene un montón. Creen que el tebeo
es interesante, dan un dinero y se crea esto, y luego nosotros
tenemos fondos para las bibliotecas, de autores murcianos me
refiero. O sea, se proyectan a los autores murcianos y la red de
bibliotecas se surte de tebeos. La idea primera fue de Pedro
Antonio, quien hoy sigue llevando la Red Municipal de Bibliotecas de
Murcia. A mí, el hecho de llevar tanto tiempo currando ya me
permitía tener contactos con la Concejalía, había dado algunos
cursos de cómic en varios centros jóvenes que dependían del
Ayuntamiento... y eso me permite estar en contacto con técnicos y
trabajadores de la Concejalía, que te abren el camino para sacar
adelante el proyecto.
T:
Aparte de en
lo local, ¿qué repercusión tuvieron las publicaciones de la AATRM en
el ámbito editorial del cómic español?
JA:
Bien, lo
mandamos a El Jueves, a El Víbora, lo reseñaron
siempre que se lo hemos mandado, y todo son parabienes, todo muy
bien, nos felicitaban: «Una buena iniciativa». Pero, poco más. Nunca
hubo un circuito sólido. Tampoco para la publicación paralela de
información sobre tebeos, El Saco del Tío Saín, que la
sacamos
Porque tenían
algunos colaboradores muchas ganas de escribir crítica y
comentarios. Luego la gente se fue desencantando, fue escribiendo
menos (también cambiamos el formato para hacerlo más barato y se
publicaban menos páginas), y pasó lo que le pasó a otros productos.
La gente se hace mayor, hacen su oposición, trabajan, se echan
novia, el proceso vital.
T:
Visto desde
hoy, ¿sirvió El Tío Saín para descubrir nuevos talentos
murcianos realmente?
JG:
De hecho
no solamente era la publicación de estos tebeos, era un todo: El
Tío Saín, Murcia Joven, El Saco... Llegaban al concurso,
exponían su obra, y luego estaba el reclamo de El Tío Saín
para poder publicar. Campillo, además, tuvo la feliz idea de llevar
almendras, mojama y otras delicias de la tierra a Barcelona, y con
la excusa esa se convenía a editores y autores para que acudieran al
stand de Murcia y vieran la obra de los chavales allí expuesta.
Había que vender el producto. Por ejemplo, José Luis Munuera fue uno
de esos ganadores allí expuestos; Acuña, que ha publicado en El
Víbora y que ahora va a publicar en L’Echo des Savannes...
Efectivamente, sirvió de mucho.
T:
Tramas
apareció en 1996, fue el primer álbum de historietas firmado por
Juan Álvarez.
JA:
No,
ya se había publicado 2 álbumes de Los Mendrugos (1993, 1995)
y otro de La Capitana Diana (1995). Tramas
pertenecía a la colección de Monográficos de El Tío Saín,
donde
también salieron monográficos de Pedro Vera, de Javim o Juan
Navarro, que fue muy transgresor y creo que le iban a denunciar por
una exposición muy graciosa de él en Beniajám. Porque también desde
la AATRM se hicieron actividades paralelas. Hicimos también la exposición "La capitana Diana" en
1994, "100 años de cine y cómic" en 1995, "Historietistas murcianos
contra la intolerancia" y "El humor gráfico en la prensa" en 1996, y otra
exposición monográfica de Ángel y Guillermo...
Fue todo un movimiento efervescente el de la segunda mitad de los
noventa. Nosotros luego pusimos el sello de AATRM de cosas que se
hacían, pero no estábamos ya tan en contacto con Manuel Martínez,
que fue quien llevó el peso de todo en los últimos años. Nosotros
patrocinamos un poco, echamos una mano. Creo que en
el 2000 fueron los últimos estertores de toda la movida; de El
Tío Saín salieron 13 números, y más o menos se consigue que
fueran 2 números anuales. Luego ya no podemos mantener el ritmo...
T:
A finales de
los noventa haces una tira humorística para un diario deportivo,
Juan ¿eras hincha tú?
JA:
Pues otro
trabajo más, de finales de 1997 y 1998. Yo quería hacer algo en
prensa pero no era practicante ni aficionado al fútbol, me planteé
ir cerrando círculos y me quedaron los diarios nacionales deportivos
As y Marca. Me caía mejor As y decidí enviarles
a ellos un proyecto. El director me llamó, me dijo que le gustó
mucho el trabajo y comencé a publicar todos los días salvo el lunes.
El personaje se llamaba Pepenalti, era en blanco y negro, Jorge no
participaba. Era mucho trabajo, pero ya estaba acostumbrado a llevar
esa dinámica, es lo que te da el oficio. Y mantuve la tira hasta el
año 2000. Se han publicado dos libros recopilatorios editados por La
Factoría de Ideas.
JG:
Yo quiero
incidir en una cosa en la que la mayoría de la gente no ha reparado.
A partir de que Juan publicara esa tira en As, probablemente
sea casualidad, pero Marca responde publicando viñetas de
Ángel y Guillermo, también ligados a Murcia. Ellos se dieron a
conocer en La Opinión de Murcia, y por estas fechas ya
estaban publicando en la revista Hablan y su tira en El
Mundo. No dejaba de ser curioso que Marca publicase a dos
humoristas también de Murcia, aunque Guillermo es sevillano pero ha
pasado en Murcia mucho tiempo. Juan estuvo en As tres años,
llegaron los de Recursos Humanos y dijeron que iban a cambiar de
imagen, que no es que no les gustara la tira pero que ya no tenía
cabida en el periódico.
T:
Luego está
vuestro trabajo en revistas, Primera Línea y Playboy.
En este último caso os venís a sumar al grupo de historietistas
españoles que triunfan con obra publicada en el extranjero.
JA:
Ese mismo
año, en junio de 2000, y poco antes de que me llamaran del diario
As, ya habíamos enviado a Playboy de EE UU una historieta
de tres páginas, a un concurso que se convocó en la primavera del
2000. Entran en contacto con nosotros los de Playboy y nos
comentan que les gustaba mucho, que qué buenos éramos y tal, pero no
nos dijeron si nos iban a contratar o no, y nos entró la desazón.
Sobre
todo en el otoño de 2000, cuando yo estaba haciendo tiras para el
As en color, para una serie de entregas que iban sobre la
conquista del Everest. Pero ya no iban saliendo bien, se iba
produciendo desbarajuste, malas reproducciones del color, cambiaban
la tira de sitio en la página... algo ya nos iba diciendo que
aquello era mala señal. Vimos el verano mal, teníamos seguro
solamente lo de El Jueves, lo del diario As nos dejó
un poco cojos y estábamos a la expectativa de lo del Playboy.
En junio me dicen, «Nene, te vas del As», Playboy nos
dijeron que ganamos el concurso y que nos publicarían la página en
su página web, peor no nos contratan.
JG:
Nos
pidieron obra nueva, páginas inéditas, querían ver lo que podíamos
hacer. La cartoon editor Michelle Urry nos dice que le había
encantado, que, y cito textualmente: «en los 20 años que llevo trabajando en la revista Playboy es la primera veo que veía
algo parecido», que “very good” y que estaba entusiasmada con el
trabajo. Pero ellos no nos dicen nada más, sólo que quieren ver
trabajos, otro tipo de cosas, también de corte erótico, pero sin
decirnos que parámetros seguir. De hecho no nos dan pautas, no nos
plantean límites. Juan, cuando sale de As cogió un disgusto
bastante gordo; yo le animo bastante y, bueno, mandamos las dos
historietas de una página a Playboy, pensando que podría ser
algo eventual, y hasta octubre no nos contestaron.
JA:
Entonces,
pensamos en ponernos las pilas, nos dijimos que si nuestro trabajo
había gustado a otros editores de fuera de España y a otras
publicaciones que no eran de cómic o de humor, lógicamente nuestro
trabajo interesa, vamos a abrir posibilidades, hacemos una selección
de lo que más nos gusta y comenzamos a mandar a revistas: a
Interviú, Primera Línea... Yo envié un personaje de humor
también a una revista económica, Dinero, y de allí me
llamaron para hacer una tira, a finales de 2000. Y luego es cuando
nos llaman de la revista Primera Línea, que también contrató
a Sandra Uve y a otros dibujantes. En octubre también nos dicen de
Estados Unidos que compran las dos páginas y nos dan la enhorabuena
por pertenecer ya a la revista Playboy.
T:
Y Playboy,
desde el primer momento que os encarga trabajos, ¿os indica qué debe
y qué no debe aparecer dibujado?
JA:
No, pero
no hace falta que ellos te lo digan, porque tú sabes cómo va la
revista, que es erótica pero no porno, y no se pueden ver penes;
nosotros trabajamos por intuición y no nos interesa transgredir
normas. Tiene que salir el pene, ¿por qué? A la misma historieta
premiada, cuando iba a salir en internet, le quitaron un pedazo de
miembro masculino, y un plano del femenino, porque entendieron que
esas escenas no contribuían a la historia y no les beneficiaba a
ellos ponerlas. Eso sí, son siempre muy respetuosos. Y muy
puntuales, la verdad es que da gusto trabajar con ellos.
T: ¿Y
se puede hablar de cifras?
JA:
Mejor no.
Pero pagan mejor que cualquier editor en España. Y, además, tienen
unos detalles estupendos. Hace poco, cuando acababa de ocurrir lo
del 11 de septiembre, llevaron un original nuestro, que precisamente
era una historieta de un bombero, a una de las estaciones más
importantes de Nueva York para exponerlo allí. Fíjate el trato y la
consideración de la obra: nos dijeron que no enviásemos el original
hasta que no hallasen una estación de bomberos con el espacio
adecuado y a la altura de la calidad de nuestra obra.
T:
¿Hicisteis esa
historieta en honor de los héroes del 11-S?
JG:
No, no,
ellos piden trabajo con seis meses de antelación. Tratan
estupendamente nuestra obra y a nosotros, con decirte que cuando al
edición de Playboy es traducida en España, nos permiten a
nosotros hacer la traducción de nuestra propia página para el
Playboy español... al cual, por el buen trato que tenemos con el
editor, enviamos el original físico para que ellos lo manipulen
allí. En algunos casos, yo creo que está mejor reproducida nuestra
historieta en el Playboy español que en el americano.
JA:
En EE UU
ha habido historietas que nos han rechazado. Directamente. Ellos
tienen derecho a rechazar la obra que no les gusta, sin que ello
tenga que ser censura. El editor tiene reservado el derecho de
admisión. La última palabra la tiene Hugh Hefner, todo pasa por sus manos, todo,
incluso nuestra historieta. Nos han devuelto páginas que vienen
firmadas por Hefner, con el «OK» [risas], cuando tengamos que hacer
una exposición se verán. Algunas veces nos han dicho que cambiemos
una viñeta porque les resultaba confusa, o bien nos han rechazado
una página completa, de forma muy respetuosa.
T:
Y ahora
acabáis de publicar un nuevo libro de Los Mendrugos
JG:
Sí,
seguimos haciendo historietas, para Primera Línea, para El Jueves, y también tenemos una sección en la
página web de la revista, www.eljueves.es, “El rincón del
estudiante”. Pero eso no quiere decir que trabajemos con ordenador,
seguimos dibujando a mano y sobre papel. Ha sido solamente hace poco
que el hermano de Juan compró un
escáner bastante bueno y con él ya podemos enviar la página de
Los Mendrugos por internet, lo cual resulta más cómodo.
Esto
puede ser un problema a la hora de reproducir el color, porque
nuestro color tiene una gama de tonalidades que, si se escanea mal,
no sale. Y fíjate que sigue habiendo gente que no quieren que les
enviemos la obra ni por internet, ni grabada en CD-ROM ni nada por
el estilo, quieren el original, como Playboy. El ordenador te
da una calidad impecable pero hay profesionales que siguen
demandando los originales.
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