«REPORTAJES
por Andrés Accorsi
NACIO EN PARAGUAY HACE 50 AÑOS Y ESCRIBE COMICS
HACE 25. FUE KARATEKA, MOCHILERO, OBRERO, ATLETA, PARACAIDISTA Y
EXPLORADOR. HABLA INGLES, ITALIANO, FRANCES, ESPAÑOL, PORTUGUES Y DANES.
ES EL CREADOR DE NIPPUR, DAGO, SAVARESE, PEPE SANCHEZ, GILGAMESH Y MARK,
ENTRE MUCHOS OTROS. SU ESTILO DE ESCRIBIR HISTORIETAS LO CONVIRTIO EN UN
REFERENTE OBLIGADO EN EL GENERO. TRAS RECORRER EL MUNDO EN BUSCA DE
AVENTURAS, HOY VIVE CON SU MUJER Y SUS HIJOS EN DINAMARCA. GUIONISTA
PROLIFICO, EXITOSO E INFLUYENTE COMO POCOS, ROBIN WOOD SE SIENTE EN SU
MEJOR MOMENTO.
AA: Para empezar, tengo algunos datos sobre usted, datos más
bien curiosos, que me gustaría que me refutara o me confirmara. Tengo
entendido que usted tiene un entrenamiento intensivo en artes marciales.
¿Puede ser?
RW: Si, soy cinturón negro de karate segundo dan. He estado haciéndolo
durante 20 años, he sido competidor internacional en el equipo suizo, he
competido durante siete años. También soy experto en las armas de las
artes marciales, sai, nunchaku...y sigo practicando hoy en día.
AA: También tengo entendido que de los guionistas que hicieron carrera
en Argentina, usted fue el que logró mayor repercusión en Europa...
RW: No, somos dos. Carlos Trillo y yo. Somos los dos que hemos hecho más
carrera.
AA: ¿Quién hizo más guita?
RW: Eso no lo sé. No sé cómo le ha ido a Trillo. Yo he hecho mucho
dinero. Supongo que Trillo también.
AA: Aparte de Argentina, ¿qué países son su fuerte?
RW: Italia. Italia es el mayor. En este momento, se podría decir que
Italia es más mi fuerte que Argentina. Estoy trabajando más ahí que
aquí. Y después publiqué en España, donde me invitaron a hacer uno de
los libros de la colección del Quinto Centenario, también había
trabajado junto a Raúl de la Torre en guiones para películas y mi serie
Helena, que salía en Intervalo, se llegó a hacer en televisión, en
Italia.
AA: Entre el material que está preparando para Italia, tengo entendido
que hay una serie con Juan Zanotto...
RW: Efectivamente. Con Juan yo había hablado de trabajo hace muchos
años, porque me gusta mucho lo suyo, pero curiosamente nunca nos
habíamos juntado. Pero ahora, hace poco, nos pusimos de acuerdo y
largamos esta serie, Starlight.
AA: ¿Se sabe quién la va a publicar en Argentina?
RW: No, todavía no lo sé. Ahora estamos trabajando en la publicación en
Europa y después veremos, negociación mediante, quién lo... Realmente,
todo mi trabajo lo ha publicado la Editorial Columba.
AA: ¿Es cierto que Columba le debe 100.000 dólares?
RW: No. Hay una deuda, pero ni siquiera se acerca a eso. Lo que ha
habido es una pequeña demora, pero no llega a eso ni por casualidad.
AA: ¿Qué opina de esta especie de Perestroika que hizo Columba en este
último año?
RW: Bueno, en Columba suspendieron casi todas mis series, pero parece
que tengo que empezarlas otra vez, porque el público no ha aceptado no
el cambio, sino el cambio brutal de un tipo de mercadería a otra, sin
proceso de acomodamiento, sin educación del público.
AA: ¿Yo estoy loco, o usted dijo "mercadería" en vez de "historieta"?
RW: Mercadería. Dije mercadería.
AA: ¿Esto se parece a mercadería? ¿Se lo puede considerar mercadería?
RW: Nosotros mercamos. El verbo es mercar, que significa entregar algo a
cambio de otra cosa. Yo amo a mi trabajo, lo considero un arte. Aparte
de ser un arte y aparte de ser lo que es, también es mercadería. No
tengamos miedo de las palabras. Es algo que se vende. Y si no se vende,
quiere decir que hay algo que no está bien. Es como la vieja historia
del escritor que no vende y acusa al público de no entenderlo. Eso es
cómodo. La función de un artista es crear, pero también es vender. A
menos, por supuesto, que lo haga sólo para sí mismo.
AA: ¿Usted para quién lo hace?
RW: Hago mucho para mí mismo y hago otras cosas comercialmente.
AA: ¿Se podría decir que durante estos 25 años desarrolló una fórmula
para ecribir?
RW: No. Es instintivo. Yo no razono ni planeo mi trabajo, a tal punto
que hoy en día sigo trabajando con cuadernos y biromes. Nunca he podido
crear con máquinas o computadoras. Mi trabajo después se pasa a máquina
en computadora, pero yo trabajo a mano. Así sale fluído. He probado con
máquinas de escribir, grabando e incluso dictando, pero no. En todos
estos años sigue siendo así. Todo lo que necesito es un cuaderno y una
birome. Lo único es que soy maniático y tienen que ser un cuaderno y una
birome en especial. Ese es mi material de trabajo.
AA: Usted tiene la ventaja de ser un autor muy prolífico. De eso se
desprenden dos preguntas. Por un lado: ¿Cuál fue el máximo de series que
llegó a estar produciendo al mismo tiempo?
RW: Alrededor de 18 o 20.
AA: ¿Se puede tener la cabeza en 18 personajes al mismo tiempo?
RW: Yo puedo. No es fácil, pero yo puedo. En este momento tengo unas 10
o 12. Siempre he mantenido esa cantidad en los últimos años. 10 series,
12 series...
AA: Y relacionado también con su volúmen de producción: ¿Usted mete mano
en todo lo que firma? Es una especie de mito que anda por ahí, que Robin
Wood en realidad son siete u ocho...
RW: Si, si. En el correo de lectores de las revistas italianas donde
trabajo, cada mes hay una carta donde piden que se aclare el fenómeno
Wood, porque dicen "nadie puede producir tanto y tan diferente". Y hay
un mito de que hay una compañía Robin Wood, pero no. Yo trabajo solo.
Alguna vez, en otra época, cuando fundamos el estudio Nippur 4 para
producir historietas aquí, trabajé con ayudantes. La idea era que ellos
escribieran el guión y yo lo retocara. Pero no resultó, porque yo
terminaba leyendo el guión y re-escribiéndolo todo. Al final, de la idea
original no quedaba nada. Eso es lo máximo a lo que llegué. Además, la
idea era que la Editorial Columba me daba a estos muchachos para que
ellos se fueran curtiendo, aprendiendo los trucos, etcétera. Pero yo no
tengo trucos. Este es el problema. No les podía enseñar porque yo no
tengo una técnica. Yo me siento y me sale de un tirón y nada más. Es muy
raro que yo corrija mis guiones. Muy raro. No hay una técnica, no hay un
armado en el cual yo me baso. Mis guiones son completamente instintivos.
Entonces no puedo enseñar. El instinto no se enseña. Pero bueno... es
algo muy común que me pregunten si hay una compañía de creación de
historietas donde Robin Wood es simplemente el nombre. Incluso han
mandado felicitaciones para ese grupo de escritores que trabaja con el
seudónimo de Robin Wood (risas). Es una pregunta muy común, pero no. Yo
trabajo solo.
AA: Respecto de la diversidad de temas y épocas que abarcan sus
historietas, recuerdo que una vez un amigo que leía mucho su obra, decía
que más de una vez había encontrado una historia...digamos de Nippur,
que se parecía mucho, excepto en la ambientación, a una que había leído
..póngale, en Savarese. ¿Se da eso de repetir una misma trama en
distintas ambientaciones?
RW: Si, si, se da. Tenés que tener en cuenta que yo trabajé durante
muchos años para una producción de masa. Y la producción de masa se
dibujaba a toda velocidad. Y de repente hay una historia que escribís,
que te gustó. Es una idea hermosa, interesante. La escribís y luego la
ves dibujada...para la mierda. No es que sea culpa del dibujante, porque
por ahí el tipo tiene que hacer seis historietas por mes. Y en tu mente,
vos estás viendo esa idea dibujada con todos los chiches. Y un día,
hacés otra serie con un dibujante mejor. Y no podés resistir la
tentación de que esa buena idea que en tu opinión quedó desperdiciada,
se haga otra vez para verla bien dibujada. Pero no es muy común. Y no es
una técnica. No es premeditado. Ocurre. Como te decía, yo trabajo por
instinto y a veces pueden ocurrir cosas así. Pero no hay un archivo de
donde sacar ideas. Ocurre.
AA: ¿Cómo ve al mercado del comic? ¿Para dónde le parece que va la cosa?
RW: Creo que en los últimos años la historieta ha crecido y se ha
diversificado. Yo ahora hago mi trabajo masivo, pero al mismo tiempo
puedo darme lujos, como cuando hice con Alberto Salinas la vida de
Drácula, el verdadero príncipe de Valatia, no el vampiro de Stoker.
Ahora puedo hacer cosas como lo que estoy haciendo con Zanotto o lo que
hago con Alcatena sobre leyendas irlandesas o la vida de Merlín. Ahora
puedo dividir mi producción entre mi trabajo popular, masivo, y el
trabajo al que yo llamo exquisito.
AA: ¿Por qué le parece que su obra no cuaja en Estados Unidos, que es un
mercado tan grande para la historieta?
RW: Porque ellos tienen otro tipo de cultura historietística. La cultura
historietística sudamericana y europea es muy diferente a la americana.
En mi opinión, es superior. Hay una historieta mucho más evolucionada,
mientras que la americana se basa simplemente en la producción masiva y
en los superhéroes, en su mayor parte. Hay excepciones, pero la gran
masa es eso. Es un trabajo hecho por grandes compañías, no hay un
individuo. El individuo no existe. Son docenas de dibujantes y
guionistas concentrados en un personaje.
AA: ¿Cómo ve a Japón como mercado para este tipo de cosas?
RW: Japón tiene una producción historietística monstruosa. Nunca
podríamos competir con ellos. Primero porque tienen artistas muy buenos,
tienen una producción colosal y es un mercado muy, muy cerrado. Aparte
tienen una cultura diferente y un sistema de producción de historietas
diferente. Es un mercado fantástico, pero precisamente por eso lo tienen
dominado ellos. Tienen todo, ganan millones, los guionistas allá son
gente muy rica. Está muy bien, pero es la ciudad prohibida. Ni los
americanos pueden entrar ahí.
AA: Y el mercado argentino, ¿cómo lo ve?
RW: Acá hay un gran mercado, lo que pasa es que ha sido muy mal
manejado. Este último giro de Columba ha sido, en mi opinión, un
disparate total. Es algo que todavía no consigo entender cómo lo han
hecho. Se puede ir agregando, cambiando, pero todo tiene que ser un
proceso paulatino. No se puede cambiar todo de un día para el otro como
hizo Columba. Además, han convertido a las revistas de Columba en algo
más bien parecido a Fierro.
AA: ¿Le parece? Para mi se parecen mucho mas a Skorpio que a Fierro.
RW: O a la Skorpio, digamos...
AA: Pero convengamos en que hay una diferencia enorme entre Fierro y
Skorpio.
RW: Mmm...si. Entonces digamos que se parece más a Skorpio. Y Skorpio es
una revista de pequeña tirada. Y esto fue hecho un poco con el juicio de
la Capital. El gran público de Columba no está en la Capital, sino en el
Interior. Esa es la gran masa. Y el cambio es totalmente ilógico. Le
pusieron muy buen papel, todo muy lindo, pero las revistas son muy
caras. Siete dólares es caro hasta en Europa.
AA: Además, parece que la respuesta del público fue sumamente hostil.
RW: Totalmente hostil. Furiosa, directamente. Y las ventas bajaron
espantosamente. El que compra la revista...es como si se sintiera
estafado. Eso no es lo que ellos compraban. Compraron una cosa y, de un
día para el otro, recibieron otra. Les dieron otro producto, que será
todo lo bueno que quieras, pero no es el producto que ellos querían. Y
por eso lo que yo critico es que se haya hecho un corte brutal de un día
para el otro. Habría que ir filtrando el nuevo material, que es muy
bueno, pero conservando las fuentes de popularidad y las fuentes de
venta. Y no cerrar todo y largar todo el material nuevo, para el cual el
público no estaba preparado...
AA: Yo tengo entendido, medio a partir de rumores, que Columba se
decidió a hacer los cambios y a romper con el esquema tradicional en un
intento por parar una baja en las ventas que se venía haciendo muy
evidente en los últimos años...
RW: Los cambios materiales de las revistas eran necesarios. Necesitaban
un cambio, una mejoría. Lo que no necesitaban era un cambio así, del
1000%. Necesitaban que la casa fuera repintada, arreglada, mejorada,
etc. No necesitaban tirar la casa abajo y levantar otra. Eso es lo que
se debió haber hecho, en mi modesta opinión. Cada cual maneja sus cosas,
pero de una baja paulatina en las ventas, pasamos de repente a una
hecatombe. Esa no es la idea. Esa no es la lógica.
AA: Cambiando de tema...¿sigue leyendo historietas?
RW: Si, si. Yo leo todo. Revistas, libros, historietas, la Biblia... no
soy religioso pero me encanta leerla.
AA: ¿Qué guionistas más jóvenes que usted lo emocionan?
RW: Honestamente...ninguno. No. A mí, por ejemplo, me fascinaba Goscinny.
Lucky Luke y Asterix me parecen obras maestras. Me gusta Hugo Pratt como
guionista. Es un buen guionista. Me gusta Eleuteri Serpieri, que además
es un dibujante genial.
AA: Como guionista...¿cómo se siente trabajando en un medio orientado
mayoritariamente a lo visual?
RW: Bueno, yo fui dibujante. Lamentablemente fui un dibujante...
correcto. No brillante, no muy bueno. Un dibujante mediocre. Yo quería
ser dibujante de historietas. Hasta hoy en día, Presa, de Columba, sigue
teniendo la única historieta que dibujé en mi vida, que me la
rechazaron, pero él se la guardó. Y como dice él, hoy en día es un
objeto de colección, así que se niega absolutamente a devolvérmela. Yo
le mandé amenazas, de todo... pero no. Se la guardó. (risas) Es un
amigo, Presa. Y... yo visualizo lo que escribo mientras los escribo.
Creo que es uno de los secretos de mi resultado. Yo cuando escribo,
estoy viendo en mi cabeza el cuadro dibujado. Y el que sigue y el que
sigue. Estoy viéndolo rápidamente, a toda velocidad, ya dibujado. Así
que para mí, es perfecto. Es como ir dibujando al mismo tiempo. Lo malo
es que muchas veces ocurre también que esa visualización me hace sufrir
después, cuando lo veo dibujado. Porque, claro, a lo mejor los
resultados no están a la altura de mis expectativas.
AA: ¿Qué dibujantes no lo defraudaron nunca?
RW: Alcatena...con Zanotto recién empezamos, pero...Carlos Vogt...hay
unos cuantos. Y no hablemos de defraudar. Hablemos de muchachos que han
estado atrapados en una mecánica de trabajo que no les permitía hacer
todo lo que podrían haber hecho. Por ahí tenían que hacer una historieta
en una semana y entonces no se les puede pedir nada del otro mundo. No
es una cuestión de defraudar.
AA: ¿Cuáles son sus dibujantes favoritos?
RW: En este momento, mis dibujantes favoritos son Zanotto, Alcatena,
Carlitos Vogt, Lito Fernández, Alberto Salinas...
AA: Todos los tipos con los que trabaja...
RW: Si. Si no, no trabajaría con ellos.
AA: ¿No hay alguno que diga "Cómo me gusta este tipo, qué ganas de
escribir una historia y que la dibuje él"?
RW: Si, si. Me gustaría tener a Hugo Pratt, a Serpieri, a Milo Manara...
hay unos cuantos a los que les echaría mano con un garfio, si pudiera.
Hay muchos. Pero ahí estamos en un nivel de artistas top y la mayor
parte de ellos ya tienen su propio sistema y es raro que colaboren
juntos, excepto en el caso de Manara y Pratt. Pero yo llego agarrar a
uno de esos y lo encadeno al suelo y no lo dejo ir hasta que no me haya
hecho un libro.
AA: Para ir terminando, cuénteme un poquito de qué se trata Starlight...
RW: Starlight es una saga de basureros del espacio. Los basureros son un
lumpen, viven separados del resto de la Humanidad. Walker, el
protagonista, acaba de salir de la cárcel. El mundo está regido por
compañías comerciales, dado el fracaso de los políticos. Africa es un
desierto. Hay planetas-prisión. La radiación de basura ha creado
mutaciones y seres nuevos. Hay mundo-basural donde viven sólo niños,
apartados del mundo adulto con el que están en guerra. Son muchos,
muchos mundos paralelos.
AA: ¿Qué extensión le planea dar a la serie?
RW: Lo que vaya. Yo no planeo esas cosas. Lo largamos y vemos. Las sagas
del Ulster tampoco tienen un límite, porque la historia de Cuchulain es
infinita. Así que, vamos a ver. Por el momento, hacemos mini-sagas de
tres capítulos. Y luego...luego veremos.
AA: ¿Sigue Martin Hell?
RW: Si, si. Ahora va a salir la revista Martin Hell y la revista Dago,
también. 90 páginas cada una, con un sólo capítulo. Es el formato que ya
probaron con Cybersix, que parece ser la nueva movida. Tengo la
impresión de que este tipo de revistas es lo que va a traer el nuevo
boom. Primero, porque para la editorial es muy comódo. En vez de estar
peleando con siete u ocho historietas, con dibujantes que no entregan y
demás, hay una revista, 90 páginas de un sólo personaje, que impresa en
off-set blanco y negro, no es una revista cara. Y Dylan Dog vendió
montañas, Cybersix creo que está vendiendo muy bien, así que, si estas
revistas resultan, se va a acabar prácticamente el dibujante solitario y
va a llegar el equipo. Creo que esa puede ser la próxima moda. Equipos
de dibujantes trabajando con un personaje.»
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