Gijón 2002: El Salón
de las mujeres... y de dos grandes hombres
Tras los fastos de la
edición número 25 de la convención asturiana, Salón Internacional
del Cómic del Principado de Asturias, la recién celebrada (del
8-12 octubre de 2002) se planteaba como un monográfico femenino. La
presencia de un representativo grupo de dibujantes de diferentes
edades, nacionalidades y estilos, así como un montón de trabajos
originales surgidos de manos femeninas, conferían un tono lógicamente
novedoso a un evento (como cualquier otra manifestación viñetera)
tradicionalmente masculino. Artistas como Ana Miralles (la más notable
dibujante española junto con la ausente María Colino) compartieron con
el público asistente sus inquietudes, el proceso de creación y parte
de los secretos técnicos, así como sus tira y aflojas profesionales
con la otra parte del equipo creativo, el guionista. Figuras
relativamente oscuras del staff de Marvel salieron a la luz de
una forma encantadora, como Marie Severin, más conocida por su calidad
de hermana de John, el fenomenal artista de EC, pero que a sus setenta
años sorprendió con su energía al lápiz como pudieron comprobar los
asistentes. Junto a ellas, la autora de la versión moderna de
Madame Bovary, Posy Simmonds, con su Gemma Bovery o Trina
Robbins, completaban junto con la argentina afincada en España, Mariel,
y otras firmas, el elenco femenino de esta edición, en la que se
pretendía reflexionar sobre la posición de la mujer en la profesión y
su reflejo en la historieta a lo largo de más de un siglo de viñetas.
El
montaje de un par de antológicas exposiciones sobre la obra de esos
dos monstruos del trazo ágil y poderoso, John Buscema y Víctor de la
Fuente, ejerció de poderoso imán para cualquier amante de la fantasía
heroica y del buen dibujo en general. La primera, situada en la Sala
Barjola de Gijón, hizo las delicias de los amantes del bárbaro
inmortalizado por Buscema, puesto que además de originales de “Conan”,
un buen puñado de bocetos mostraban la forma de trabajar de Big John:
bosquejo a lápiz, el mismo dibujo semi entintado y el resultado final
de una gran limpieza y fuerza. Las obras, aportadas por su familia
formaban parte del homenaje que le tributaba este año el Salón del
Principado junto con la creación del premio que llevará su nombre.
No le
iba precisamente a la zaga la exposición exhibida en Oviedo, en la
Sala Borrón, dedicada por entero a la obra del dibujante asturiano
afincado en Francia, Víctor de la Fuente. El admirado creador de
Haxtur por fin contó con una retrospectiva digna de su talento: 49
planchas de cómic y 22 ilustraciones. Descollaban las 5 páginas de la
cuarta entrega (inconclusa) de la serie Haggarth, una de sus
obras maestras que, como confesó un año antes, no puede continuar por
haber extraviado el guión, y 4 planchas de la versión inicial de la
primera aventura del mismo personaje. El resto se distribuía así: las
16 páginas de Don Quijote, 9 de Los Gringos, 6 de una
interesante incursión en la ciencia ficción (género que no es
precisamente santo de la devoción de Víctor), Les jardins de
Malrode, 5 de Guerrero del Arco Iris, 3 de Corsaires
y 1 de Molière, todas ellas en versión francesa e inéditas en
España, menos la obra cervantina cuya adaptación fue realizada con
Víctor Mora.
De las ilustraciones, lo más llamativo era una serie de 16 pequeñas
estampas sobre una de las señeras creaciones de Jack London. Cupo
lamentar únicamente la ausencia de originales de sus otras grandes
obras: Haxtur, Sunday y Los Ángeles de Acero, pero
considerando lo remota que parecía hace unos pocos años la posibilidad
de una exposición como ésta, es para darse más que satisfecho.
Merece
también una reseña la tercera muestra de originales, la dedicada a los
dibujos conmemorativos del 25 aniversario del evento gijonés, con
firmas tales como Eisner, Kubert, Simonson y otros grandes del medio.
Y, por supuesto, la presencia de ponentes que impartieron sus
experiencias y conocimentos, como Adolfo García, Georges Bess, Purita
Campos, Nina, Catherine Arnoldo, Mabel Álvarez, Layla Gauraz, Geoff
Johns, Ana Miralles, Trevor von Eden, Steve Leialoha, Mariscal y la de
Úrculo, autor de cuyos dibujos de antaño se editó un libro con motivo
del festival, Úrculo - Viñetas
El
protagonismo del último día del Salón, presidido por la entrega de los
Premios Haxtur en el cierre, correspondió al brillante y nunca
suficientemente ponderado guionista estadounidense Gerry Conway, autor
de la mejor época de Spiderman, y de obras como Kull,
Batman y Cinder & Ashe, por citar unas pocas. También se
premió el humor gráfico, para el caso, el del veterano Neto; y Hill
Watterson fue el finalista más votado. El toque femenino también se
dejó sentir en la concesión de los galardones anuales y, así, el
citado Premio John Buscema “Amar el cómic” recayó en Trina Robbins,
mientras que Posy Simmonds se hizo con uno de los Haxtur. |