The Far Side
es
el universo más extraño de cuantos se han cocido en el mundo de las
tiras de prensa norteamericanas. Su creador es Gary Larson, un autor
curioso, licenciado en biología y con un sentido del humor que
bascula entre lo absurdo y lo delirante. Un autor que, por defender
su obra en Internet a capa y espada, siendo contadísimas las páginas
en las que puede encontrarse alguna muestra de su trabajo, y por no
estar publicado en nuestro país, es prácticamente desconocido fuera
de... los tablones de anuncios breves de los departamentos de las
facultades de biología, siendo casi de culto entre esta parte de la
comunidad científica, a nivel internacional... De hecho, existe tal
devoción al autor y su obra que hace unos años un entomólogo de la
Universidad de Chicago descubrió una nueva especie de insecto,
parásita de algunos pájaros, y lo bautizó con el nombre científico
de strigifilus garilasoni.
Gary Larson ha
logrado que sus libros de viñetas se reconozcan fácilmente por la
profusión de animales en situaciones extraordinarias. Éstos aparecen
en prácticamente todos sus chistes, explotando en muchas
ocasiones una receta tan sencilla como "quita una persona y pon un
animal en su lugar", u esta otra de calado mas profundo: "cambia a
la persona y al animal de rol". Así, nos encontraremos en multitud
de ocasiones con el pato trasunto del Dr No, con Fifí salvando el
día, o con viñetas tan chocantes como la del plato de bebés
escalfados. La absoluta sencillez de estos planteamiento produce,
lejos de lo que
quizás cabría esperar, una completa variedad de
absurdos que buscan y encuentran la sonrisa (y la carcajada) del
lector. De un lector que, si no tiene un punto de gusto por el
surrealismo, no apreciara en lo que vale The Far Side.
Formalmente, y
esto es quizás particular, Larson usa chistes de una viñeta para
recrear su mundo, y no la clásica tira cómica. Tampoco hay
personajes principales en el Far Side, no hay protagonistas, sólo
afortunados clichés cuya vida transcurre en impulsos de una viñeta.
Quizás estén estos dos factores relacionados: siendo la tira
esencial para presentar personajes mediante el diálogo entre ellos,
¿qué necesidad hay de usarla cuando no hay protagonistas a quienes
presentar? Cuando sólo hay personajes-tipo a quienes el mismo dibujo
define, ¿para qué usar el dialogo? Así, Larson condensa en un solo
dibujo y en una sola frase (a veces ni siquiera eso) la descripción
de los personajes y la acción. De todos los humoristas que recuerdo,
quizas sólo Forges ha creado un universo (el de Concha y Mariano)
basado en chistes de una única viñeta, optando ambos autores
decididamente por el absurdo, más cotidiano y verborreico
el de Antonio Fraguas, más universal y económico en textos el de
Larson.
A aquellos
animales omnipresentes que comentaba al principio, se les unen en el Far Side seres de parecida condición intelectual: niños, lerdos de
diversa especie, alienígenas, la Familia Potato, trogloditas,
frikis, científicos, etc., víctimas en la mayoría de ocasiones
de las barrabasadas de Larson. Personajes chocantes siempre cuyo
impacto visual es muchas veces suficiente para provocar la risa. Me
comentaba un amigo hace poco que sus dibujos no eran graciosos
porque eran demasiado buenos. Semejante paradoja se ve refrendada
por el estilo de Larson: cuerpos deformes, cabezas pequeñas, un
desprecio absoluto por la anatomía de cualquier ser vivo, aprecio
desmedido por los pantalones a cuadros... El rizo hacia lo
inusualmente erróneo son las viñetas protagonizadas por amebas,
seres que nadie excepto un chiflado podría encontrar cómicas... La
única concesión a la realidad que hace Larson es dibujar a todos los
personajes con el numero correcto de dedos.
Pero no hay
que dejarse engañar por el aparente abandono del dibujo, Larson ha
ido aprendiendo de su trabajo y desde sus primeras viñetas en los
años setenta hasta las que hizo poco tiempo después la diferencia es
abismal, no por su fidelidad a la realidad (incompatible con The
Far Side, por otro lado), sino por el dominio creciente de los
gestos, los tics (esas gafas de la mujerona americana...),
la simplicidad de las líneas, a la vez que el extraño gusto por el
detalle, ya que Larson se permite dibujar fondos con precisión
desmañada, sin llegar, eso si, al barroquismo de Sergio Aragonés,
otro autor que también parece que no sabe dibujar.
La totalidad
de sus tiras relacionadas con el Far Side han sido recogidas en 16
libros, a los que hay que añadir posteriores recopilaciones en cinco
tomos (The Far Side Gallery) y
un libro expresamente editado para celebrar el décimo aniversario
de
la colección, The PreHistory of The Far Side,
en el que se recogen viejos chistes, bocetos,
viñetas fallidas, errores de impresión,
quejas de los lectores (francamente demenciales),
chistes
censurados y una impagable autobiografía ilustrada del propio Larson.
También del autor y en la misma línea aunque fuera de la continuidad
(si es que esta expresión tiene algún sentido aquí) del Far Side
podemos encontrar There's a hair in my dirt, un cuento
ilustrado para niños en el que se explica, desde un curioso punto de
vista, aquel Circle of life que hizo las delicias de casi
todos en la película de Disney El Rey León.
Por
último resaltar que, fuera de alguna viñeta ocasional aparecida en
algún viejo
dominical, The Far Side no ha sido traducido al
español, ni por supuesto publicado en este país. Lo único que puede
encontrarse del autor es Hay un pelo en mi roña, traducción
del cuento ilustrado al que antes hacíamos mención y que puede
encontrarse actualmente en las librerías. Una lástima, quizás, ya
que no es éste el trabajo más afortunado de Larson, quedando su
calidad bastante lejos de la que muestra en sus viñetas,
sencillamente geniales.
¿Quién sabe?,
quizás Frank Cho tenía razón cuando decía que todo era más gracioso
con un mono... En cualquier caso, seguro que Larson opina que con
una vaca o un pato las cosas funcionan aún mejor.
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