Presentación
La legendaria Editorial Abril de los hermanos Civita lanzó esta poco
común revista el miércoles 4 de octubre de 1950. Había sido
abundantemente promocionada desde las páginas de las otras publicaciones
de la editora, principalmente desde Salgari, de la que se
anunciaba como su continuación y manteniendo por cierto el mismo día de
la semana para su aparición en los kioscos.
A
pesar de ello, ambas revistas fueron muy diferentes, hasta en el tipo de
material publicado, ya que en Salgari nunca habían tenido mucha
cabida las historietas de humor, más allá de alguna breve, como la tira
de Destuet “Trabuco y Trinquete”, ni los artículos de divulgación
científica, comunes en Cinemisterio. Menos aún alguna incursión
en la ciencia ficción moderna, naciente en nuestro medio, que fue
característica de los primeros tiempos de la nueva publicación, habiendo
sido la enorme mayoría de lo publicado en Salgari historietas de
época, con las honrosísimas excepciones de “El terror de Allagalla”,
“Los conquistadores del espacio” y alguna otra.
La principal novedad formal de Cinemisterio era la publicación de
verdaderas historietas de aventuras en la forma de fotonovelas, con
interesantes argumentos y una producción más que aceptable. De hecho,
pensamos que alguna de ellas, como “Arizona Kid”, fue el nacimiento en
los tempranos cincuenta del posteriormente alabado y execrado «spaghetti
western». Esta tira estaba fotografiada exclusivamente en Italia y
actuada por actores italianos y si bien se advertía en algunos pieles
rojas rasgos decididamente calabreses o napolitanos, el resultado
logrado era muy digno y creíble.
Además de dos fotonovelas, una del oeste y otra de aventuras o policial,
Cinemisterio incluía una interesante cantidad de historietas
dibujadas de corte clásico, la totalidad de origen italiano con alguna
destacada excepción. La presencia de “Tita Dinamita”, nombre vernáculo
de la famosa “Gey Carioca” de Campani, fue la nota del gran humor en la
nueva publicación. También en sus primeros números (al menos hasta el
15) se publicaba, por entregas de tres páginas, una novela de ciencia
ficción moderna, de autor norteamericano y con hermosas ilustraciones de
Hugo Csecs. Entre las firmas de estas novelas rescatamos a Sprague de
Camp, Ron Hubbard, Eric Frank Russell, Alfred Bester y otros.
Una característica poco común y que mantuvo Cinemisterio a lo
largo de sus ediciones y en todas las historietas publicadas, fue la
inclusión de un breve resumen numerado romanamente en cada entrega. Este
pequeño detalle, resulta hoy importantísimo facilitando investigación y
exégesis del contenido, sobre todo cuando hay algún claro en las
colecciones consultadas...
Aspecto físico
La revista semanal Cinemisterio tuvo inicialmente un gran formato
de 29 x 23 cm., manteniendo estas características hasta su núm. 66,
luego se redujo a la mitad (14,5 x 23 cm.) y pasó a la modalidad de
apaisado.
Tuvo hasta mediados de la tercera decena de ediciones, 24 páginas
impresas en sus 48 carillas con material visual y de lectura, sin
publicidad. Esto se mantuvo, con la excepción de algún anuncio sobre
publicaciones de la misma editorial. Luego las hojas se redujeron a 16,
manteniéndose en este número hasta la reducción de tamaño en el núm. 67
en que se volvió a las 24 hojas originales.
Cinemisterio
nunca conoció el color en sus páginas, siendo impresa solamente en
blanco y negro. Tal vez se pretendió darle mayor atractivo gráfico
mediante el papel empleado, pues fue una característica distintiva suya
la impresión sobre papel amarillo, desde su núm. 1 al núm. 63. El paso
del tiempo decoloró este papel, dándole el aspecto común “amarillento” a
todo papel barato y luego de cincuenta años de antigüedad no se puede
distinguir del blanco utilizado posteriormente. Hoy todos nos parecen
igualmente quemados por los años.
La tapa de la revista nos introducía directamente en su contenido, como
lo había hecho en sus primeros números su antecesora Salgari.
Esta característica perduró en Cinemisterio hasta su número 62,
prácticamente en las vísperas de su reducción de tamaño. Así, en la
misma portada comenzaba a desarrollarse la primera historieta en un gran
cuadro, seguido de otros dos más pequeños. Sobre ellos campeaba el
nombre de la publicación en grandes caracteres sobre un cartucho negro
bajo el que figuraba un subtítulo común a todas las publicaciones de la
Editorial Abril y que en el caso que tratamos era: “La revista de
fórmula sensacional”. Recordemos que en caso de Salgari había
sido la “Revista Semanal de Grandes Historietas” y en El Pato Donald,
“El Pato Donaldo y otras historietas”, ya que en esa época estaba
prohibido nombrar publicaciones en otro idioma sin incluir su traducción
española.
A
un costado y sobre fondo grisáceo se advertía la fecha, el número de
edición y el precio, que fue de 50 centavos hasta el núm. 40, pasando a
costar $ 0,60 hasta el núm. 63, en que su valor subió entonces a 80
centavos de Peso Moneda Nacional (unos 0,20 de dólar norteamericano de
entonces) y manteniéndose en este valor hasta el núm. 135 del 29 de
abril de 1953, último ejemplar que hemos podido consultar.
Desarrollo y contenido
Las características del primer número se mantuvieron prácticamente sin
grandes cambios hasta la reducción del tamaño, en el mencionado núm. 67
del 9 de enero de 1952. En la tapa comenzaba la primera de las cuatro
fotonovelas publicadas del cowboy Arizona Kid, titulada precisamente
“Arizona Kid” y que se extendería por diecinueve entregas con algo más
de 400 fotogramas de excelente fotografía, encuadre y producción en lo
referente a vestuario, ambientación, accesorios, etc.
Luego de la primera historieta en fotonovela venía la novela de ciencia
ficción por entregas y a continuación, comenzando la sección central con
historietas dibujadas, la famosa “Tita Dinamita”, creación de Max
Massimino Garnier y dibujada magistralmente por Paul Campani, que
ocupaba en los primeros números cuatro carillas. Cinemisterio
publicó durante el período que revisamos, cuatro largas aventuras
completas de la simpática transformista de Hollywood y su millonario
novio Rib Carter. La primera, cuando va a México en la búsqueda del
tesoro del Tío Carambas oculto en un viejo y fantasmal castillo. La
segunda, en tierras canadienses cuando se empeña en poner en
funcionamiento un viejo ferrocarril con la oposición de bandas diversas.
La tercera luchando con varias pandillas de pintorescos espías
internacionales y la última, cuando a través de la historia de la
humanidad, van en la búsqueda del tesoro del faraón egipcio Nopasar.
Luego de la graciosa Tita, seguía la segunda parte de “Hombres de la
Jungla” (Junglemen), dibujada y publicada íntegramente en la Argentina
por Hugo Pratt, luego de su arribo a este país. La primera parte,
dibujada en Italia por el artista veneciano, había sido publicada
íntegramente en Salgari. Esta segunda parte era una historia aún
más interesante que la anterior y con unos dibujos más maduros y
elaborados del maestro Pratt, en los que contaba las aventuras de Luis
Foran y su novia. Éste era el hermano del capitán David Foran,
protagonista de la primera parte, y corre a través de toda Nueva Guinea
hallando pueblos perdidos de avanzada civilización y combatiendo con
bandas de traficantes aliados a los feroces papúas del corrompido jefe
Aslon. Esta aventura, aparecida desde el primer número, concluyó en el
núm. 56.
“As de Espadas”, nombre dado en el país a la itálica “Asso d’ Picche”,
lucía en tres planchas los dibujos alternados de Pratt, Faustinelli y
otros y fue editada desde el núm. 1 hasta el núm. 50. En Cinemisterio
se desarrolló una larga historieta ambientada en un hotel de montaña en
el Canadá, en la cual el justiciero enmascarado luchaba contra una banda
de raptores de alto vuelo.
Seguía a esta magnífica tira un folletín profusamente ilustrado con
textos de W. Eisen (Isaac Aisenberg) y dibujos de Eugenio Zoppi
titulada “Bitter en Calle Muerte núm. 1” ocupando dos o tres
planchas
Entre estas historietas, aparecía una página de divulgación titulada “¡A
volar amigos!” con información sobre los principios de la aeronáutica y
también algún recuadro con texto referente a la circunstancia de vivirse
en la Argentina el llamado “Año del Libertador General San Martín”, ya
que en 1950 se conmemoró el centenario de la muerte del mencionado
prócer y por disposición expresa del gobierno de Perón era obligación
recordar permanentemente dicho onomástico. Dicha recordación debía
figurar luego de la fecha en todas las publicaciones y escritos (aún las
tareas diarias en los cuadernos escolares) durante todo el año 1950.
Cerraba la revista la segunda de las historietas en fotonovelas de
aventuras, “El Oasis de la Ciudad Muerta”, muy bien ambientada en las
profundidades del desierto del Sahara y que mostraba a una ciudad
perdida, habitada por antiguos egipcios inmortales, armados con pistolas
ametralladoras Beretta.
Avanzando en la publicación...
... encontramos que en el núm. 20 comienza la segunda fotonovela de
Arizona Kid, llamada “El Tesoro de los Cheyennes” que se extenderá, con
características similares a la primera hasta en núm. 37. En el núm. 38
comenzará la tercera aventura “El Valle del Silencio” y en el núm. 55,
“Yanka, la Implacable”. La sucesiva, quinta y última historieta de este
personaje será “El Espía de los Cherokes” que aparecerá en el núm.
69.
Le sustituirá, en el núm. 89 una historia ambientada en la Varsovia de
la II Guerra Mundial llamada “Bob”.
Para entonces, ésta será la única supérstite de la modalidad fotonovela
en la revista, ya que “Arizona Kid” había quedado en solitario desde el
núm. 66 en que finalizó la última de las fotonovelas de aventuras de la
parte posterior de la revista.
A
la mencionada “El Oasis de la Ciudad Muerta” que concluye en el núm. 21,
sucedió “La Aventura de Peter” una historia sobre la delincuencia
juvenil ambientada en Detroit, Estados Unidos, y aunque los
protagonistas pudieran ser inmigrantes o hijos de tales de origen
peninsular por su “look”, se llamaban Grant, Evans o similares y las
calles de Detroit tenían un inconfundible aire romano... Los que eran
inconfundiblemente auténticos eran los que hacían de gángsteres!
En el núm. 38 comienza la tercera, “Pura Sangre”, de ambiente turístico
y que ocurre en una Inglaterra rural con raras reminiscencias
arquitectónicas de la campiña del Lacio. Por otra parte, en el elenco de
actores sorprende un adolescente Franco Fabrizzi, que seguramente hacía
sus primeras armas por entonces actuando en las fotonovelas.
“El Dominador”, sucedió a “Pura Sangre”, y era una interesante historia
que comenzaba, ¡esta vez sí! en Milán, con la partida de un muchacho
como copiloto en un raid transahariano, que tiene como objetivo propio,
encontrar a su padre perdido en el norte de África.
La arriba mencionada “Bob” se extenderá solamente hasta el núm. 98 en
apenas diez entregas, para dar paso a la que consideramos la mejor de
las fotonovelas publicadas en Cinemisterio, por su magnífica
fotografía, rico argumento y cuidadosa producción y ambientación. Se
trata de “El Alfil Rojo”, una muy buena historia que transcurre en la
Milán previa al alzamiento de 1848 y donde los escenarios,
indudablemente auténticos, sirven de marco al paso de románticos
revolucionarios enmascarados, elegantes damas de la época, típicos cafés
bohemios y las tropas austriacas perfecta y documentadamente
uniformadas. Nada desentona en esta tira y la acción no decae hasta la
culminación de la acción folletinesca en el número 115 de la revista.
Con la conclusión de “El Alfil Rojo” en diciembre de 1953,
Cinemisterio se transforma en una más de las muchas revistas de
historietas que llenaban semana a semana el horizonte de las
publicaciones argentinas sin ningún rasgo peculiar que la distinga de
las demás, más allá de su nombre.
Novedades
En el núm. 16 “Bitter en El Conjuro de las Brujas” sucedió a
“Calle Muerte núm. 1” y a ésta, en el núm. 27, “Bitter en Un Enigma
en la Montaña” también con la autoría de Eisen y Zoppi. En el núm.
33, en esta sección aparece “Muerte en las Tumbas”, una interesantísima
historia protagonizada por Ray Kitt, en forma de folletín con
abundantes y magistrales dibujos de Hugo Pratt y argumentos firmados por
H.G. Oesterheld, que concluirá en el núm. 37.
Recién en el núm. 39 aparecerá un segundo folletín de Oesterheld y Pratt
titulado “Ray Kitt en El Crimen de la Maldita”, que concluirá
tres números después, terminando también con esta modalidad dentro de
Cinemisterio.
Una sección llamada “Ofensiva al Futuro” y que ocupaba media página
vertical en el núm. 23 informaba sobre novedades y aspectos
especialmente interesantes de la astronomía, los viajes espaciales y las
ciencias en general. Se transforma esta sección en una serie de tiras al
pie de algunas páginas con similar temática y con títulos como “¡No
explotará!” referido al futuro del astro rey, “¡Abajo los aviones!”, con
datos sobre las modernas defensas antiaéreas, “¿Nos sirve la Luna?”,
“Pobres químicos”, “Bombas que piensan” y otros por el estilo. También
“¡A zambullirse, amigos!”, en el núm. 23 comienza a enseñar los
principios de la navegación submarina, a la manera de la anterior “¡A
volar, amigos!”
Argentina: ¡presente! ... y más itálicas
Entre tanto material de origen extranjero o hecho en el país por
artistas importados, destacará a partir del núm. 30 la historieta
gauchesca dibujada por Walter Ciocca, “Hormiga Negra”, basada en un
folletín del siglo XIX del periodista y escritor nacional Eduardo Gutiérrez,
que había aparecido anteriormente en forma de “tira diaria” en el
vespertino La Razón de Buenos Aires. Es una historieta dura y
truculenta que cuenta las hazañas de un “gaucho malo” perseguido por la
justicia y enrolado a la fuerza en el ejército del Gral. Urquiza, que
marcha en 1855 sobre Buenos Aires para enfrentar al secesionista estado
de Buenos Aires. La
historieta concluirá en el núm. 50 con la purga de los delitos de su
protagonista y su redención, que lo reencuentra con su familia,
diciéndose en el último cuadro que “Hormiga Negra” pasó a convertirse en
el “hombre-hormiga”, a causa de sus desvelos por trabajar decentemente.
A
“Hormiga Negra” (o a “As de Espadas”) sucederá desde el número siguiente
“Flecha”, otra historieta comenzada en Salgari con argumentos y
dibujos de Zamperoni y que continuará por una veintena de números.
Anteriormente, en el núm. 43, otra excepcional historieta, de la que
habían aparecido solamente las dos primeras planchas en Salgari,
en su núm. 160, desapareciendo de la misma sin ninguna explicación,
comenzó en Cinemisterio. Se trata de la tira de Mario Faustinelli
“Rescates e Investigaciones”, que ocupará el espacio dejado por el
folletín de Ray Kitt.
La historia trataba de una extraña organización de investigaciones que
apelaba, en aquellos tempranos años cincuenta, a las computadoras y a
las ciencias ocultas para hallar unos violines de Stradivarius robados
en un sombríamente pintoresco país de Europa central, con viejitos de
película europea, guerrilleros en las montañas de aspecto carpático,
militares tuertos con tapaojo y bizarros uniformes de opereta y unos
extrañísimos monjes, aparentemente descendientes de los atlantes, que
viven en enormes cavernas (con una pirámide maya inclusive en una de
ellas) dentro de esas montañas.
En el núm. 57 apareció “Cargamento Negro”, historieta italiana que
concluiría en el núm. 64, dando paso a una de las llegadas desde
Misterix, otra publicación de Abril, con las aventuras de “La
Pantera Rubia”, de Dalmasso y Magni y que aparecería hasta el núm. 100.
Sustituía a “Hombres de la Jungla”.
A
partir de la segunda mitad de la primer centena, reaparecen en
Cinemisterio más antiguos conocidos venidos de Misterix, como
“Amok” de Cesare Solini y Antonio Canale, iniciada en el núm. 97 y que
cuenta aventuras del vengador javanés en las selvas amazónicas
transformado en una especie de The Phantom para los indios de la zona,
con imponente y terrorífico trono incluido... Concluirá en el núm. 120 y
dará paso a “Gastón y Gaspar” con dibujos de Carlos Roume, otro
autóctono.
También llega desde el mismo origen que “Amok” y “La Pantera Rubia”,
“Kansas Kid” de Carlo Cossio en el núm. 81, un entretenido y simpático western.
El material nuevo que surge en los finales de la centena son “La
venganza del sheik” entre los números 71 y 81, “La tierra oculta” entre
el 71 y el 80, y “Lord Commando” que comienza en el núm. 81.
Últimas novedades
El único gran acontecimiento en los inicios de la segunda centena es la
reaparición de “Tita Dinamita” en el mismo número 101, en una larga y
comiquísima historia que la lleva junto a su novio Rib a viajar en el
tiempo al antiguo Egipto, luego a la Roma Imperial, después a participar
en la cruzada a Tierra Santa con San Luis de Francia, a la Venecia del
siglo XVIII, etc., en la búsqueda del tesoro de un faraón.
Al concluir la última y espectacular fotonovela “El Alfil Rojo” en el núm. 115,
comenzará en el siguiente una historieta dibujada, “Los exploradores del
paraíso” que presenta la novedad de tener medios tonos de gris como
relleno de sus dibujos. Terminará en el núm. 126 para dar lugar
nuevamente a “Flecha”. Más adelante, en el núm. 129 comienza “El
desierto blanco” y en núm. 135 “El caballero del aire”, siendo estas dos
las últimas que registramos entre los números a los que tuvimos acceso.
Todo este último material es de escaso interés.
Hemos revisado
aquí solamente poco más allá del primer centenar de ediciones,
limitación ésta solo dada por las posibilidades de acceso al material y
también por el interés y trascendencia del mismo. Evidentemente, los
grandes impactos de Cinemisterio en su no muy prolongada carrera
editorial, fueron la novedad de las historietas en fotogramas,
desaparecidas en el núm. 115, experiencia retomada en Europa en algunas
series erótico policiales algunos años después (Diabolik, etc.), y
también la publicación de al menos cuatro historias completas de “Tita
Dinamita”, lo que señala un material de excepción.
La presentación de la continuación de “Junglemen” y “As de Pique” de
Pratt, si bien un aporte muy importante a la historieta mundial, ya que
en el primer caso es material desconocido en Europa, fueron
apreciadísimas en la Argentina de aquellos años, pero eran en realidad
una prolongación de las aparecidas en Salgari unos pocos meses
antes.
Cinemisterio
hoy es prácticamente inhallable, ignoramos si por su tal vez poca tirada
editorial o por el desinterés posterior por su “fórmula sensacional” de
combinar historietas dibujadas con otras armadas con fotografías, lo que
dispersó las colecciones. Lo cierto es, que como pusimos al principio, hoy
pensamos que fueron esas aventuras plasmadas en celuloide el origen de
las películas italianas sobre el Oeste americano, que sin duda ocupan un
lugar en la historia de la cinematografía. Las otras fotonovelas, las
desarrolladas en exóticos ambientes, cumplieron también una misión
importante en nuestras ilusiones infantiles y adolescentes, mostrándonos
a veces ingenuamente sus incongruencias entre la historia y sus
escenarios, lo que además de gratificar nuestra imaginación supo
despertar un embrionario sentido crítico en nuestros jóvenes años.
Bibliografía
Colección parcial de Cinemisterio de Héctor M. Peiteado
Historia de los
Comics,
Toutain Editor, Barcelona, 1982
Historia de la
Historieta Argentina,
C. Trillo y G. Saccomanno, Edit. Record, 1980
Biblioteca Nacional, Buenos Aires, República Argentina
“El Talismán de Editorial Abril”,
Esteban Laruccia, en Crash, núm. 8, diciembre de 1983
|