Padre
es el primer álbum publicado de Jordi Pastor (Barcelona, 1977). Pastor,
hasta el momento, se gana la vida impartiendo clases de dibujo,
realizando storyboards para anuncios y otros trabajos de
ilustración. Para su primer cómic ha elegido una historia de género
negro en la que se ha encargado de todos los aspectos, desde el guión
hasta la rotulación, y que plantea un interesante juego narrativo. Según
nos muestra su autor, la trama del cómic está inspirada en una novela
titulada “Plomo en el doble Jota”, escrita por Alan Caudett y publicada
en 1963 dentro de una colección de novelas del Oeste de la editorial
valenciana Doblón.
El argumento es el siguiente: el protagonista del cómic, Jonás, descubre
casualmente que su padre, con el que hace años que no tiene relación,
publicó una novela bajo el seudónimo de Alan Caudett y de título “Plomo
en el doble Jota”. Este descubrimiento se convierte en el detonante de
un intento por parte de Jonás de volver a acercarse a su padre,
intentando, mediante la lectura de la novela, buscar claves para llegar
a conocer al que para él es desde hace tiempo un extraño. El problema es
que eso ocurre justo cuando los últimos acontecimientos de su vida
parecen condenar a Jonás, y a sus amigos y compañeros en asuntos nada
limpios, a una muerte inminente.
El juego narrativo al que hemos hecho referencia consiste en que Alan
Caudett no existe realmente. Pastor nos hace pensar que tanto el
escritor como la novela son reales, y para ello no escatima medios; para
que el lector disponga de toda la información que el autor quiere que
tenga, el prólogo del cómic (escrito de manera extraordinariamente
convincente por Miguel Ángel Barral, escritor y amigo de Pastor) nos
presenta al escritor Alan Caudett, su obra y cómo Barral y Pastor
llegaron a conocerla. Se incluye también una completa (falsa)
bibliografía de todas las novelas, de varios géneros populares, que
Caudett publicó, e incluso se reproduce la portada, por supuesto también
falsa, de “Plomo en el doble Jota”. Así, Padre se convierte en
una ficción dentro de otra.
A lo largo del cómic la historia principal se alterna con fragmentos de
la novela que lee Jonás. La inclusión de estos fragmentos de texto nos
muestra un paralelismo entre el protagonista de la novela (Jonah) y el
del cómic (Jonás). Este paralelismo funciona, ya que ayuda a dar
profundidad al personaje tanto como los hechos que vemos reflejados en
el cómic, además de mostrarnos cómo su padre basó en gran medida las
relaciones que establece entre los protagonistas de su novela en su
propia relación con Jonás. Sin embargo este recurso acaba por
convertirse en un arma de doble filo, ya que en ocasiones se abusa de la
inserción de textos de la novela, deteniendo demasiado la acción
principal y haciendo perder algo de ritmo a ciertas escenas.
Otro defecto que puede señalarse en cuanto al guión es la falta de
carisma del protagonista, el cual a partir del momento en que comienza a
leer la novela no hace prácticamente nada más, resultando algo plano y
dejando que los demás personajes sean los que hagan avanzar la historia.
Por fortuna estos secundarios resultan en general bastante más
interesantes, con mención especial para el padre de Jonás, que cuenta
con una intervención corta pero emotiva, y una pareja de asesinos que,
merced a unos diálogos precisos e ingeniosos, se convierten en uno de
los mayores hallazgos del cómic. No estaría mal una futura historia
centrada en ellos.
El dibujo, en blanco y negro, tiene su principal punto fuerte en la
expresividad de los primeros planos de los personajes, especialmente en
aquellos en los que el estilo de Pastor se muestra más simplificado y
preciso, siendo este uno de esos casos en los que la economía de líneas
beneficia al resultado.
La narración y la planificación de página son buenas en general, con
algunas secuencias muy bien resueltas como la que da inicio a la
historia y un cuidado especial por no mostrar la violencia en primer
plano, dejando que esta ocurra siempre fuera de encuadre o alejando la
cámara, uniendo así guión y dibujo en la tarea común de centrar al
lector en los efectos que los acontecimientos tienen sobre los
personajes más que en los hechos en sí. Sugerir más que mostrar.
Otro de los recursos gráficos empleados por Pastor es la utilización de
grandes masas de negro, tanto para crear un determinado ambiente como
para mostrar estados anímicos de los personajes. Es una decisión
acertada artísticamente, especialmente en situaciones en las que el
cómic logra transmitir sensación de fatalidad sin necesidad de diálogos
ni textos de apoyo. Desgraciadamente, al observar el cómic impreso, lo
que debería haber quedado como zonas de color uniforme se convierte en
superficies en las que casi siempre es posible distinguir los trazos
dibujados completando las figuras en un primer paso y los rellenos de
negro aplicados posteriormente. Tanto este defecto como la gran cantidad
de fondos que aparecen ligeramente pixelados son ejemplos de una calidad
de edición muy mejorable. La reproducción de este cómic da a los dibujos
de Pastor un aspecto menos profesional que otros cómics peor dibujados
pero mejor editados. Es un aspecto que esta joven editorial debería
cuidar más en sus próximos lanzamientos; ya es bastante difícil en la
industria actual de nuestro país conseguir ser publicado, nadie merece
contar con esta dificultad añadida.
Padre
interesará a los aficionados al género negro, principalmente por la
habilidad de Jordi Pastor para crear atmósferas. El resto de los
lectores probablemente encuentre un cómic con varias muestras de la
indudable calidad de su autor, pero cuyo conjunto no nos revela todo su
potencial. |