Autor sevillano residente en Las Palmas. En 1999 comienza su colaboración semanal sobre cómics en el suplemento Radikal de La Opinión de Tenerife, tras lo cual dejó su plaza de funcionario y se dedicó a escribir guiones para tiras de prensa, como La venta de Floro y Dirección General, a comisariar exposiciones de cómic, a publicar tebeos y a dirigir el Salón del Cómic de Santa Cruz de Tenerife, lo que hizo desde su cuarta edición hasta la catorce. También publicó un librito infantil: Mi cabra Teresa, en Ediciones Idea. Junto a Manuel Darias, es el mayor responsable de que en Tenerife el interés por el comic se haya mantenido durante tantos años.