Autor nacido madrileño que comenzó a dibujar sin pausa desde los doce años y que estudió dibujo y pintura en la madrileña Escuela de Cerámica, Artes y Oficios desde 1948.
Dotado para el dibujo realista, logró publicar su primera historieta a la edad de dieciocho años en la prestigiosa revista Chicos, en 1954. Fue reconocida su valía inmediatamente en Dos hombres buenos, una serie del Oeste escrita por José Mallorquí y dibujada en colaboración con Santiago Martín Salvador. En 1957, Casarrubio pasó a trabajar en las páginas de la revista Balalín, publicación editada por el Frente de Juventudes (Departamento de FET y de las JONS destinado a los jóvenes, que publicó diversos productos propagandísticos, entre ellos tebeos. Allí desarrolló la serie del personaje de daba nombre a la revista, Las aventuras de Balalín y sus amigos, que se ofreció desde el primer número hasta el 108, casi llegando al final de su andadura, porque el título se mantuvo en el mercado hasta el número 124. Todas las aventuras de estos personajes llevaron guiones de Millán pero no todas fueron dibujadas Casarrubio, también participaron otros artistas, principalmente F. Herranz, y Montañés.
Casarrubio también dibujó algunas historietas para Sissi, en varias de sus diferentes cabeceras, pero su actividad a partir de este punto se dirigió al extranjero, trabajando por medio de las agencias Opera Mundi (París), World's Press (Bruselas) y Fleetway (Londres). De hecho, desde 1957 pudimos ver su firma en la revista belga Spirou, ocupándose de varias entregas de la serie histórica Les Belles Histoires de l'Oncle Paul, escritas por Octave Joly. Desde 1958 su trabajo apareció habitualmente en títulos románticos británicos, comenzando con Valentine, y luego, desde 1960, en las páginas de Marilyn, Roxy, Marty, Mirabelle and Boyfriend, y a partir de la segunda mitad de la década en School Girls y Star Love.
Al mismo tiempo que se afanaba sobre estos trabajos de encargo, el autor se matriculó y cursó desde 1962 clases de Pintura Libre de la Escuela de San Fernando, de modo que diversifió su labor artística en otras esferas creativas. En los años sesenta trabajó como director de arte para varias agencias, la última de ellas Clarín, e intensificó sus actividades como pintor, haciendo retratos y pinturas con temas mitológicos y participando en diversas exposiciones colectivas.
Tuvo su primera exposición individual en la Galería Balboa 13 en 1979, año en el que decidió retirarse del negocio de la historieta para dedicarse plenamente a la pintura. Abandonó el campo del arte comercial y se dedicó no solo a la pintura, también al dibujo, el grabado y la escultura.
En 1984 obtuvo el Premio Penagos de dibujo, patrocinado por Mapfre Vida.