Emilio Rioja Espino llegó a ser uno de los grandes dibujantes del humor gráfico andaluz y sevillano durante el último cuarto del siglo XX. Tras alguna colaboración inicial en el diario Sevilla y en las revistas de pasatiempos madrileñas Quiz y Chistes y Pasatiempos, su comienzo como dibujante habitual fue en la revista del ejército Diana cuando realizaba el servicio militar obligatorio.
Tras la muerte del dictador Franco sus viñetas aparecían publicadas en las revistas sevillanas de la Transición (Torneo, Tierras del Sur, Andalucía Libre), junto con colaboraciones en la Enciclopedia de Andalucía y El Socialista. Emilio Rioja ha sido uno de los dibujantes gráficos sevillanos que mejor ha ilustrado este momento histórico, siendo un dibujante activo y militante por las libertades. Después pasó al diario El Correo de Andalucía, donde estuvo cerca de cuatro años y de aquí pasaría a los periódicos Diario 16 Andalucía y Diario de Andalucía, hasta su cierre en el año 2001. Igualmente, fue uno de los pocos andaluces que ha llegado a publicar en revistas de Madrid y Barcelona, como La Codorniz, El Papus y El Jueves.
Su trayectoria está coronada por importantes premios, como la Paleta Agromán, Premio Loterías del Estado de Periodismo y el Premio Mingote de ABC.
Su dibujo evoluciona con influencias de las ilustraciones de Chumy Chúmez hasta alcanzar un estilo propio y característico: primeros planos de perfiles de rostros con nariz exagerada, línea fina en sus trazos con sombreados y tramas y expresiones humorísticas. Sus textos son graciosos, jugando con los juegos de palabras, las exageraciones, la ironía… Sus temas, en la mayoría de las ocasiones, estaban relacionados con noticias sociales y con importante crítica política.
En El Jueves Emilio Rioja se suelta en sus deseos y emociones, no tiene límites y elabora un humor “verde” en muchas ocasiones, donde destaca por su picardía y por ser “borde”, como él mismo lo define, por los contenidos sexuales y por las alusiones directas al sexo, a culos, tetas, penes, exhibicionistas, palabrotas, etc.