Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona, así como Historia Contemporánea (aunque no terminó la carrera). Le gustaban los tebeos y dibujar, y decidió realizar un curso por correspondencia para aprender a dibujar, el dirigido por José Escobar, y otro de escritura de guiones de historietas, que realizó junto a Jordi Bayona y Armando Matías Guiu. También estudió dibujo clásico y pintura en el Centro Manolo Hugué de Caldas de Montbui.
Rovira comenzó dibujante inspirado por autores como Hergé o Uderzo, pero pronto se vinculó más al modo de dibujar de Escobar, dado que hizo sus cursos de cómic por correspondencia. Luego, quedó marcado por Manuel Vázquez al incorporarse a dibujar historietas para la editorial 1970, precisamente porque ofició como ayudante de Vázquez durante un tiempo, entintando sus dibujos. Su aportación propia más destacada de este periodo en la revista El DDT fue la serie Pepe.
Poco a poco iría modificando su estilo en sus siguientes series: Hotel Mediaestrella y Vicente, el dependiente, ambas en Din Dan; Aliens, la popular Segis y Olivio o Los dibujantes también lloran, en la primera revista titulada Mortadelo; Cinco Amiguetes, Piluca, Pablito y Ángel para las páginas de la revista Zipi y Zape, y otras en diversas revistas de la casa, entre ellas Pulgarcito, Tío Vivo y Sacarino.
Colaboró con otras publicaciones humorísticas: con la serie Historias del Compact Disc y Obseso Pisafondo, en la revista TBO, en su última etapa; en la serie Mayormente Fabrique, en la revista de humor grueso Al Ataque; en Tartán de los monos y Drácula en la revista Guai! de Grijalbo; para el sello Compañía General de Editores, concretamente en la revista Garibolo con la serie Hotel Bombay, y en la revista Bichos con las series Doctor Cerdoncio y La pandilla de los Cocos.
En el mercado extranjero se conocen varias colaboraciones suyas en las revistas de horror alemanas, publicvadas por Bastei, Gespenster Geschichten y Gespenster Geschichten Spezial.