Historietista de formación autodidacta y de estilo muy diferente al de cualquier escuela humorística. Era un empleado de la empresa Telefónica, pero lo quiso compatibilizar con el dibujo humorístico, comenzando su andadura en esta tarea en los años ciencuenta, en revistas gallegas como Camino, Ja Ja o Potosí. Luego, colaboró en el tebeo La Risa de la Editorial Marco, creando allí sus primeras series: El malvado Doctor Cianuro y su ayudante Panduro y Cañete Camarón, deportista de afición. En 1956, fue contratado por Editorial Valenciana y siguió publicando sus series, junto con la nueva La bola, y también publicó para el extranjero a través de la agencia Zardoya.
En 1958 llegó a Bruguera, realizando en un inicio viñetas humorísticas sueltas. Luego, le permitieron publicar series de historieta, como Silvano Mengano, Carolina, Juanito el Oso y Currillo Patata, hasta que dio en el clavo al idear La terrible Fifí en 1958 y, luego, en 1961, Agamenón, destinadas a las revistas Pulgarcito y Tío Vivo. Desde ese momento siguió trabajando ininterrumpidamente hasta 1974, sobre todo en Agamenón, su serie más popular, en la que explotaba el estereotipo del gañán rural.
Se retiró de la historieta en 1975 debido a que tuvo que asumir mayores responsabilidades en Telefónica. En 1987, una vez jubilado, quiso volver a recuperar sus personajes y seguir trabajando como dibujante. En 1989 recibió el Premio Diario de Avisos “a la totalidad de su obra de humor”.
Logró, a requerimiento de Mercedes Blanco, Directora de Ediciones B, recuperar sus personajes hasta 1993, cuando abandonó definitivamente el mundo del tebeo.