Cuadernillos de historieta con encuadernación grapada y 24 páginas interiores en blanco y negro, siendo las cubiertas y contracubiertas en color. A y J Torres fueron los responasbles por el diseño gráfico de estos tebeos, así como por el color de las ilustraciones de sus cubiertas.
Serie encuadrada dentro de la línea Laberinto que la editorial dedicó a los autores españoles.
Texto sobre la serie tomado del núm. 1:
BLACK HACKER
Ha llegado el momento de escoger: vive como un perro o rebelate contra lo que te oprime.
Durante generaciones, escritores y dibujantes se han empeñado en mostrarnos un futuro al que la palabra horrible se le quedaba pequeña. Hoy, Cereza y Cano, situados en la punta de lanza de la Línea Laberinto, nos muestran más que una fábula sobre ese incierto futuro; un reflejo del presente que se nos escapa de las manos. A lo largo de 3 números, Black Hacker le muestra al lector lo que le espera al traspasar el espejo del presente: un negro futuro gobernado y dirigido por unos líderes con ideología fascista que cuenta con los Mazes como violenta y dura policia, una resistencia y un Hacker, Nick, que sufre por este mar de desesperación.
A estas alturas nadie necesitará que le presentemos a Juan Carlos Cereza, guionista de esta obra, al igual que lo es de Juegos Peligrosos, Jaque Mate y Las guerras del Purgatorio, las tres publicadas en esta Línea Laberinto; auténtica máquina de escribir las historias más sobrecogedoras. "No hay ningún secreto", asegura, aunque sé que miente, "tan sólo la constancia. Se trata de no parar. Al igual que en la vida en el cómic hay que probarlo todo, variar de temáticas. El lector lo agradece".
Pero al lector si que le será necesaria la presentación de Juan Roman Cano, delineante proyectista y dibujante de una historia corta que fue publicada en La espada Salvaje de Conan y que nos muestra en este primer número de Black Hacker de lo que va a ser capaz, sobre todo en la diagramación de páginas, apartado en el que brilla con luz propia. "Casi nunca me las planteo de antemano", comenta cano, "salen de esta manera: hago un pequeño boceto de lo que serán la página y luego hago muchos dibujos en diferentes lugares para después encajarlos. Es el puzzle de un pequeño y controlado caos". Por su parte, Cereza se muestra encantado con los resultados finales: "Rompe con todo lo que había visto antes, logrando que cada página sea un maravilloso experimento". La miniserie Black Hacker se muestra inflexible con el imaginario futuro que nos espera: por fin la esperanza ha muerto. Cereza enciende la mecha: "La esperanza es lo último que se pierde, pero es algo que no regalan, hay que luchar por ella. No hay esperanza a la vista para nadie, por lo menos en este Black Hacker" Cano acelera la mecha hasta límites insospechados: "Creo que el futuro pasa por el interior de un inmenso cráter. Aparte de eso... quien sabe. Todo depende de nosotros".
Serie de acción con un punto reflexivo que hace que este Black Hacker adquiera un interés añadido, al igual que obras tan insignes del género como Brazil o Blade Runner. "Al crear la historia no he buscado transmitir un mensaje; serán los propios lectores los que saquen las conclusiones", me comenta un sobrio Cereza; "quizás hay una crítica involuntaria contra los gobiernos totalitarios, pero es algo que no he buscado premeditadamente". Un modesto Cano habla sobre lo que cree que encontrará el lector en esta miniserie: "Es una historia entretenida con dibujos resultones y que se lee de un tirón. No creo que el lector pueda encontrar nada parecido a esto".
El lector aficionado a la ficción, a los superhéroes e incluso al manga, está de suerte ya que Black Hacker es una magistral mezcla de todo lo bueno de estos estilos. Cereza, habla: "Al ver los tres números finalizados, he descubierto que la tira tira un poco, tanto a nivel de guión como estilísticamente, a la nueva ola superheroica sazonada con algo de manga, como esa corriente que está arrasando en América". A la hora de citar referencias, ambos autores resoplan y casi contestan al unísono que una obra como Black Hacker bebe de muchas fuentes; tanto cine, literatura, comic como incluso música, siempre y cuando tengan alguna referencia con el futuro, les ha servido de algo. "Las referencias es algo que todos llevamos dentro y de las que no nos podemos desprender", confiesa Cereza, "forma parte de nuestra cultura". En el apartado gráfico, Cano agradece la existencia de gente como Barry Winsdor Smith, Alan Davis o Pacheco. "Jim Lee me gustaba mucho", dice Cano "pero ahora hay tantos clones y todos se parecen tanto que hasta el propio Lee parece que se copie a sí mismo".
A pesar de que Black Hacker no nos muestra un futuro demasiado esperanzador, ambos autores ya tienen planificado su porvenir profesional. Cereza planea una posible colaboración con Enric Rebollo (Fian) que podría cuajar como miniserie de espada y brujería. Cano se lo tomará con más calma y esperará a ver si el mundo no termina demasiado pronto y este Black Hacker llega a buen término. El negro futuro dirá.
Valentín Ramón