Considerado el primer superhéore del cómic chileno, con permiso de Rakatán, este en clave infantil publicado unos meses antes en su colección homónima, del que hereda el traje, dado que el autor es el mismo para ambos personajes, Luis Cerna.
Al menos el primero que goza de cabecera propia, ya que anteriormente se pueden considerar a Meteoro de Jorcar y Los Paladines del Aire de Pedro Nolasco como pioneros superheroicos, según aprecia Eric Díaz Castro en su aportación para la Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta.
Un compendío de superpoderes mezcla de los de Supermán y Linterna Verde de DC, con sus propias peculariedades en clave chilena.