Cuadernos grapados con interior en blanco y negro, más cubiertas a dos o tres tintas. Fanzine de aparición anual y distribución marginal dirigido por Olaf Ladousse. El primer número se editó en 1992 y aún continúa publicándose.
¡Que suerte! se nutrió de colabores fijos y puntuales de varias nacionalidades, conviviendo en la misma publicación autores profesionales, aficionados o niños. Tirada limitada a 500 copias por número, retocadas cada una de ellas a mano en ciertas páginas, de manera que cada ejemplar era único y diferente del resto. Estos retoques personalizados comenzaron en el nº Enfermo a inciativa de Luís Mayo, continuando en esa línea Las Marmotas. La personalización del fanzine consiste en adiciones de papel pegado, con cromos, sellos, recortes, etc o bien en dibujos hechos sobre cada ejemplar con técnicas variadas.
La portada del nº Zero fué serigrafiado por Roël Stassart. Las portadas de los cinco números siguientes, Pollo, Perro, Muerte, Calle y Chica, fueron también serigrafiadas, en esta ocasión por Manolo Gordillo. A partir del nº Número comenzó la publicación de las portadas directamente a través de planchas talladas en linóleo. Esto fué posible gracias a Domingo Casas, que tenía en su imprenta una máquina Fuji-8 de impresión tipográfica, fabricada en 1966 por Shinohara en Japón. Por desgracia, el nº Marinero fue el último impreso en linóleo, la imprenta de Domingo Casas quebró en 2010 y la máquina fué vendida al chatarrero. El nº Fantasma, vigésima entrega de ¡Qué suerte!, llevó portada impresa por Juanlu Rockwear.
Pese al elenco de autores internacional y a que disfruta de una sólida reputación, este fanzine tan longevo resulta difícil de adquirir porque no se suele distribuir en tiendas, excepto en algunas de Madrid. Se puede solicitar al autor por medio de su página web o a través de un apartado de correos (aptdo. 18280, 28080 Madrid), enviando previamente el pago del tebeo y los gastos en forma de sellos de correos o transferencia.
Números aparecidos:
El texto siguiente está extraído de una entrevista publicada en subacuática.com, en la que el autor habla sobre el fanzine:
"El “¡Qué suerte!” es una aventura gráfica bastante bonita y satisfactoria. Empecé cuando movía mi book de diseño por las agencias, encontré muchos dibujantes buenos y les propuse colaborar en el fanzine. El primer número era el nº Huevo, si cuajaba el resultado me comprometía a sacar el nº Pollo, si salía una mierda sería una tortilla. Gustó y fuimos a por el pollo. Se apuntaron más dibujantes, profesionales, novatos, músicos y niños. Cuando me topaba con un dibujante que me gustaba en otros fanzines, les invitaba al siguiente nº. En su mayoría aceptaban. La calidad de la revista la ponen sus colaboradores, yo me limito a editar e invitar a los autores. Publico toda la gente que contacto. Gracias al fanzine conocí a artistas muy buenos, con algunos llevo años escribiéndome por correo postal sin nunca haberles visto el careto. Es como el Myspace sin computadora y con sellos. Mientras haya gente dispuesta a dibujar en “¡Qué suerte!”, seguiré. Saco 500 copias fotocopiadas de cada número. Cuido la impresión de la portada en linóleo. Es un ejercicio llevadero económica y manualmente una vez al año. Cuesta tanto como sacar un single. Cobrar a las tiendas y conseguir una distribución decente es mucho más complicado, una parte del trabajo que tengo bastante descuidada. Puede parecer un fanzine marciano en el panorama nacional pero te aseguro que hay muchas cosas parecidas circulando por el mundo."