Libro con 96 páginas impresas en color, encuadernación en cartoné, y cubiertas en color.
Información de la editorial:
Guerras, desastres naturales, accidentes industriales, personajes y escenarios explosivos, naturaleza, cielo y océano desencadenados. El viaje que propone Frederik Peeters tiene lugar en entornos devastados, donde la prehistoria, el pasado, el presente y el futuro chocan, como si toda la cronología del mundo y de la humanidad se concentraran en un solo tiempo, un solo lugar, alrededor de este hombre preocupado, cuyo cuerpo y mente se están desmoronando. Una síntesis de la historia cuyo resultado no produce risa, sino desolación. La ganadería intensiva, la guerra, la contaminación, la comunicación virtual, el consumo excesivo... Frederik Peeters hace una amarga crítica del mundo saqueado por los hombres, en un álbum carente de palabras, pero cargado de significado.
El propio Frederik Peeters explica la concepción del libro y cómo “en plena creación de El hombre garabateado, Julien me aconseja leer Voces de Chernóbil, de Svetlana Aleksiévich.
La mayor parte de las veces, cuando reflexiono sobre un nuevo libro, hay un momento extraño, muy difícil de explicar a los demás, en el que los elementos vagos, confusos y flotantes de una sopa mental que burbujea constantemente en la cocina de atrás pasan de pronto a un primer plano, empiezan a brillar, a cambiar de textura, a cristalizar y a estructurarse de forma inesperada y muy clara, gracias a un desencadenante, un libro, una película, una canción, un reflejo de luz sobre el agua, un plato de raviolis... Es la parte mágica y completamente irracional del trabajo. En un primer momento trato de escribir un guion clásico, pero después me doy cuenta de que es un mecanismo artificial. Y por un momento me doy esa libertad, me libero, elimino el pretexto, reduzco la estructura narrativa a una esencia que encierra la poesía, abro el grifo, y me dedico a dibujar las visiones tal y como vienen. Y aparecen. En cascada. Como palabras encadenadas”.
“Saqueo puede verse solamente como un ejercicio de estilo o un ‘delirio visual’. Pero también y sobre todo como la muestra del talento y el dominio de un dibujante que parece expresar todo su potencial. Un álbum que atrae tanto como cuestiona al ofrecer una experiencia inquietante y torturada”.
M. Ellis, BoDoï
“Este álbum, de gran belleza, es para ser leído lentamente, cada página debe ser escrutada o contemplada como una pintura, la ausencia de texto deja al lector libre para leer o proyectarse como quiera en esta historia alucinada. Frederik Peeters añade una nueva forma a este noveno arte que no cesa de reinventarse. Una forma que deja todo el poder a las imágenes, y que podríamos llamar ‘poema gráfico’”.
Laurence Houot, France Info