Colección cuyos números fueron ordenados por su editor pero no numerados, indicando su desglose y serialidad en listados publicados en páginas interiores, contraportadas o en catálogos editados con posterioridad.
A los efectos de catalogación se les debe asignar numeración para poder ordenarlos debidamente. Un ejemplo de colección ordenada es Flas Gordon, de Hispano Americana, que no llevó numeración en sus dieciocho números, pero que los coleccionistas han ordenado adecuadamente siguiendo las indicaciones del editor o el curso de las aventuras seriadas.
Hay casos en los que resulta evidente que varios tebeos deben ordenarse debido a los contenidos que ofrece, por ejemplo por proceder de una edición originalmente numerada. Si el editor, aún así, no los ordena en sus listados o catálogo, en Tebeosfera se convendrá una colección.