Autor de un dibujo o ilustración, generalmente acabado (a un color o a todo color), que tiene función representativa más que narrativa.
El ilustrador, en el ámbito de la industria cultural, ha sido el encargado de representar fragmentos de obras con el fin de promocionarlas entre el público. El cartel como medio de expresión es el más representativo de esta labor profesional, que ha obtenido un gran desarrollo en el contexto de la industria editorial del libro, sobre todo del libro de bolsillo, por ser los ilustradores muchas veces quienes captan la atención del potencial lector.
En historieta, el concepto de ilustrador se iguala a menudo con el de PORTADISTA, porque a menudo se le encargan trabajos en color para enlucir cubiertas de tebeos, pero su propósito creativo y su labor puede trascender los límites de las cubiertas e integrarse también en la tripa de estas publicaciones, incluso conformando una suerte de narrativa gráfica obtenida mediante el encadenamiento de ilustraciones, de diferente sustancia que la historieta, claro está.