ANTONIO PROHÍAS: UNA GUERRA FRÍA Y SILENCIOSA EN VIÑETAS
La política y la economía mundiales se encontraban en 1959 divididas en dos polos diametralmente opuestos que se enfrascaban en una guerra fría, pues no existieron enfrentamientos militares directos entre ambos. En medio de esta situación, en un país del Caribe, Cuba, triunfa un movimiento armado, derrocando al entonces presidente Fulgencio Batista, quien a su vez había llegado al poder a través de un golpe militar el 10 de marzo de 1952. Los Estados Unidos de América habían establecido en Cuba importantes intereses económicos: centrales azucareras, bancos, casinos, hoteles, entre otros, mientras una mafia organizada extraía jugosas ganancias de algunos de estos negocios.
Casi con inmediatez se hizo sentir la amenaza latente de que los barbudos, que habían entrado victoriosos en La Habana el 8 de enero de 1959 y controlaban el poder político de la isla, enarbolaran las banderas del comunismo por la presencia en sus filas de acérrimos seguidores de esa ideología.
Por otra parte, un sentimiento anticomunista era el denominador común de la prensa de la época, y en medio de este caldo de cultivo, Antonio Prohías, dibujante cubano, crea un interesante personaje poco comentado entre los divulgadores del medio historieta en Cuba y, como parece obvio, sepultado por la censura del régimen.
Tovarich: una alerta estéril
El 16 de marzo de 1960, el periódico Prensa Libre incluía en su primera plana una pequeña viñeta que rezaba: «Vea: Tovarich, por Prohías, en la página 6. (Tovarich en ruso significa “camarada”)».
Desde las páginas de Prensa Libre el personaje comenzó —en silencio, pues sus tiras no contenían texto— una labor de desprestigio hacia la amenaza de la llegada de un régimen totalitario, capaz de repartir equitativamente la pobreza y la miseria, mientras en un polo opuesto un grupúsculo de individuos atesoraba el dinero y se aseguraba una vida digna y por supuesto “merecida”.
Tovarich llevaría a cabo una crítica abierta y mordaz al comunismo, y sus entregas, analizadas sesenta años después, demuestran cuánta veracidad envuelven sus mudas reflexiones. Los fondos, escasos en las tiras, muestran en ocasiones un paisaje inconfundible: el Kremlin.
Algunas de las tiras son significativas: en una de ellas, la bandera con la hoz y el martillo sirve para amordazar al personaje que representa al proletariado, al obrero simple, de a pie, el que apenas sobrevive entre tanta necesidad repartida (teóricamente) por igual.
Entrega de Tovarich, del 25-III-1960. |
Pudiera resultar incomprensible que en Cuba apareciera una tira con esas características cuando muchos tildan el proceso revolucionario de comunista desde 1959, algo que no es del todo cierto. El carácter socialista de la Revolución Cubana no fue declarado por Fidel Castro Ruz hasta el 16 de marzo de 1961, cuando en el acto por el entierro de las víctimas de los bombardeos previos a la invasión de Girón expresó: «Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, ¡y que hayamos hecho una revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!» López Civeira (2021).
En el contexto de Cuba, pocos años después de publicarse Tovarich toda la prensa respondería a los intereses de quienes llegaron al poder, autoproclamados representantes del pueblo.
El periódico Granma sería a partir de 1965 el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba; Juventud Rebelde, por su parte, el órgano oficial de la Unión de Jóvenes Comunistas, y en adición, los periódicos provinciales ¡Ahora!, Sierra Maestra, Tribuna de La Habana, entre otros, serían los órganos oficiales del propio Partido Comunista en Holguín, Santiago de Cuba y La Habana, por solo citar esos ejemplos.
Otra de las entregas de Tovarich muestra a un niño al que le ofrecen un dulce; el niño cierra los ojos para recibir el alimento, y el “camarada” le deja caer una hoz y un martillo. Hay una cuota de sadismo en esta tira, al tomar como víctima a un infante.
La prioridad del trabajo político ideológico sobre el desarrollo de la economía y la importancia de fomentar el odio visceral hacia el sistema capitalista, despreciando cualquier elemento recuperable para la nueva sociedad, queda al descubierto con la tira publicada el 23 de marzo de 1960, en la que un individuo con la ropa roída llega a un restaurante, es conminado por el protagonista a sentarse para consumir y este le sirve un libro con el título: “Dialéctica roja”. Ante la escasez de alimentos y por consecuencia el hambre prolongada, hincarles el diente a los clásicos del marxismo era una opción no descartable.
Entrega de Tovarich, del 23-III-1960. |
Tovarich alertó desde el silencio de sus viñetas del futuro que le esperaba a Cuba si asumía el camino del comunismo, aunque su labor de desprestigio fue en vano; la suerte ya estaba echada.
Aquel obrero que había sido amordazado era apenas una pincelada del futuro que se acercaba, nada negativo podría decirse del proceso revolucionario; los errores, cometidos por decenas, enterrados en el olvido, sin mencionar a los culpables; solo habría espacio para la afirmación hipócrita, los aplausos y el agradecimiento infinito.
Tovarich deja claro que lo importante en este tipo de sociedades es el bienestar de quien ostenta el poder, en este caso de él mismo, ya que el personaje reparte porrazos por igual a burgueses y proletarios, en pos de su beneficio personal. También la satanización de la propiedad privada, llegando a eliminar hasta una simple barbería para asumir el control de todo lo que exista en el país y administrarlo con ineficiencia e ineficacia.
Antonio Prohías: un dibujante olvidado en Cuba
El nombre de Antonio Prohías podría resultar desconocido para los jóvenes cubanos de hoy, pero no para los que disfrutaron de su obra hace más de medio siglo. A este destacado dibujante, quien fuera presidente de la Asociación de Humoristas de Cuba y premio Juan Gualberto Gómez en varias ocasiones, le esperaba un destino distinto al de colaborar con sus caricaturas, tiras e historietas con los principales medios de prensa de la mayor de las Antillas.
Nació Prohías el 17 de julio de 1921 en Cienfuegos y desplegó una carrera en el mundo del humorismo gráfico en publicaciones como los periódicos El Mundo y Prensa Libre, el semanario Zig-Zag o la internacionalmente conocida revista Bohemia. Con sus caricaturas criticó la situación que vivía Cuba en la etapa previa a 1959.
Dos entregas de la serie "Cuba Nueva": arriba, el 29-III-1959 y abajo el 26-VI-1959. |
Incluso después del triunfo de la Revolución Cubana dibujó un par de páginas bajo el título de Cuba Nueva en los meses de marzo y abril del propio año 1959 donde da una visión positiva, optimista, del recién iniciado proceso. Continuó satirizando la actualidad política, y algunas caricaturas no le gustaron al líder de la Revolución Cubana, especialmente una que le mostraba llegando a la Sierra Maestra, zona montañosa de las provincias orientales, seguido de hombres vestidos de traje y bombín.
Esta osadía provocó el cierre del semanario humorístico Zig-Zag, que venía desplegando un humorismo caracterizado por la crítica al Gobierno de Batista y el apoyo al movimiento guerrillero.
La caricatura que provocó el cierre de Zig-Zag. |
No puede decirse que Prohías hubiera sido un enemigo acérrimo y declarado de los cambios que se avecinaban. Muchos profesionales de diversa índole, familias de clase media, dueños de propiedades, tuvieron una sorprendente visión al ponerse a resguardo noventa millas al norte de La Habana o sencillamente huir de la isla para evitar ser testigos y víctimas de la debacle económica que se vislumbraba.
El Hombre Siniestro: un paso previo.
En 1956, la revista Bohemia fue escenario de El Hombre Siniestro, serie que narraba las andanzas de otro interesante personaje creado por Prohías que disfrutaba de acciones malignas en cada entrega.
Página con tiras de El Hombre Siniestro en Bohemia (6-IX-1959). |
Prohías dibujó varias páginas de este personaje, cuyo vestuario era una gabardina y sombrero, y exhibía una prominente nariz en forma de cono; el personaje destilaba maldad, que disfrutaba con una sarcástica sonrisa al final de cada tira. Quizá sea este un ejemplo casi único de protagonista sádico en la historia de la historieta cubana. Su existencia, poco divulgada, satanizada por su contenido y por el destino asumido por su autor, apenas se menciona en investigaciones sobre el medio historieta en la isla.
Cada página publicada contenía tres o cuatro tiras dispuestas en forma vertical u horizontal. No hay globos, ni onomatopeyas, ni textos explicativos, solo los signos cinéticos rompen la quietud de las viñetas. El personaje no discrimina al escoger a sus víctimas, que pueden ser un bebé, un niño pequeño, un perro, una mujer e incluso un impedido físico, al que, lejos de facilitarle una prótesis para su pierna amputada, le cortará la otra, dejando claro que para él no es importante quién se lleva el agravio.
La universalidad de las entregas, la ausencia de lenguaje escrito, sería un entrenamiento previo a la labor que desplegaría el dibujante cubano en el futuro. Para El Hombre Siniestro, la muerte, la tragedia, el mal, estarán por encima de la vida, la alegría o el bien. Hay tiras que sumergen al lector en un proceso de suspensión de la incredulidad, situaciones imposibles plasmadas con una sencillez aplastante, un discurso gráfico que fluye sin esfuerzo, y que revelan a un talentoso dibujante, sin margen de dudas.
Una entrega de La Mujer Siniestra (3-V-1959). |
Entre los meses de mayo y julio de 1959, Prohías entrega una versión femenina de su siniestro personaje: La Mujer Siniestra. En estas cuatro páginas, una mujer delgada, poco agraciada físicamente e igualmente con una nariz en forma de cono, reparte maldad a diestra y siniestra demostrando que también la mujer puede ser maligna, sin que violar la ética o el respeto hacia los demás pueda ser impedimento alguno. Prohías resucitaría a ambos personajes siniestros, e incluso crearía a un vástago, El Nieto Siniestro, para Zig-Zag Libre, tras su exilio en Miami.
La "Familia Siniestra" al completo, en Zig-Zag Libre. |
El diseño de esta "Familia Siniestra” fue el embrión de dos nuevos personajes que nacieron años más tarde en Estados Unidos, dos espías esta vez, vistiendo, como no podría ser de otra manera, colores opuestos (de blanco uno, de negro el otro) para intereses también antagónicos. Los personajes serían símbolos, en tono de parodia, de una guerra fría que se libraba dentro de cualquier frontera, sin importar la zona geográfica.
Espía contra espía: la experiencia en MAD.
Antonio Prohías abandona Cuba el 1 de mayo de 1960 con rumbo a Nueva York, donde no tardaría en forjarse un nuevo futuro. Dejar a un lado la Revolución Cubana, renunciar al hogar y a la prosperidad que la nueva sociedad prometía; una decisión que pende como espada de Damocles sobre todos los ciudadanos cubanos que han decidido, en distintos momentos, buscar un futuro diferente.
Al respecto, Tamayo, Blas y Hurtado plantean:
Los autores desean señalar que han recogido los originales de los textos tal y como aparecen utilizados en los semanarios relacionados en la bibliografía. Asimismo, los autores expresan que los caricaturistas Roseñada, Arroyito, Vergara, Antonio, Silvio, Prohías, Luaces y Niko se consideran traidores a la patria por haberse ido de Cuba y encontrarse al servicio del imperialismo norteamericano (Tamayo, Blas y Hurtado, 1984: 4).
El autor cubano, recién llegado a Estados Unidos, se presentó a las oficinas de MAD en julio de 1960, y varios de sus dibujos fueron comprados por los editores. Sin embargo, el debut de Espía contra espía (Spy vs Spy en su publicación original en inglés) ocurre en la revista MAD número 60, fechada en enero de 1961. Prohías firmará la última viñeta de la página “By Prohías” haciendo uso del código morse, como si con ello quisiera expresar la universalidad del mensaje que portaban sus personajes, algo que será característico de cada entrega.
Los espías no tendrán un espacio para la coexistencia, la tolerancia o la amistad. Sus naturalezas se nutren con el mismo alimento que los movimientos políticos de la izquierda y la derecha internacional: el odio.
Ni siquiera una copa compartida se pierde como oportunidad para intentar eliminar al enemigo, no hay tregua posible; no importa si el intento es fallido en esta oportunidad, existirá otra siempre, solo falta esperar la próxima entrega.
Primera entrega de Spy vs Spy en MAD #60 (I-1961). |
Los personajes de Prohías entablan una lucha encarnizada, una guerra cuyo silencio es solo interrumpido por las comunes explosiones, también silenciosas. Para ellos tampoco existe la posibilidad de enamorarse, pues el temor a que la fémina pudiera ser el enemigo disfrazado está siempre latente, la paranoia es el denominador común. La lucha se lleva a cabo veinticuatro horas al día siete días a la semana, es tan vital destruir al otro como respirar.
La situación amorosa marca un punto de inflexión cuando en la tira incursiona una Espía Gris, teóricamente representando la neutralidad, si es que esta posición fuera posible. Una posición intermedia como entre las derechas y las izquierdas políticas, quizás alejadas del extremismo, de la intolerancia y el odio visceral.
Dos entregas de Spy vs Spy vs Spy, con la incorporación de La Espía Gris. |
La Espía Gris exhibe un cuerpo curvilíneo y cierta belleza física en comparación con sus colegas blanco y negro. A diferencia de aquella Mujer Siniestra, delgada en extremo y poco agraciada, esta recuerda por el vestuario a Lady Luck[1]. La representante del mal llamado “sexo débil” sale victoriosa ante sus colegas, haciendo uso de su atractivo físico como arma infalible para poner a sus pies a sus enemigos irreconciliables, que se disputarán su amor, sin éxito alguno. En estas entregas la serie adopta el título Spy vs Spy vs Spy.
Algunas páginas con la presencia de la Espía Gris hacen reflexionar; en una de ellas, la fémina vende municiones a ambas partes, mientras amasa una montaña de dinero, resultado de las ventas. No es un secreto para nadie la importancia que la industria armamentística juega en varios países, en particular para los Estados Unidos. Fomentar conflictos de diversa índole para provocar estallidos militares, derrocar Gobiernos que no respondan a los intereses de quienes ostentan el poder a nivel mundial, son tareas cotidianas de la política internacional.
El antagonismo de los personajes se reflejaba desde el propio título de la página, donde un fragmento del mismo podía caer sobre el personaje; o sumergido todo el título en el mar, un torpedo intentaba hundir la letra en la que estaba uno de los personajes, mientras un cangrejo ataca al otro, haciendo uso de una caña de pescar.
Los escasos textos a lo largo de años de entregas sucesivas se reducían a pequeños carteles aclaratorios al estilo de “woman spy working”, “danger high voltage”, “embassy”, “nails”, “smoke bomb”, “honey”, que permitían al lector comprender la situación humorística en la que se encontraban ambos espías pugnando por la victoria.
El espionaje, buscando el robo de tecnología militar, el martirio del enemigo, la destrucción de sus planes, el uso del disfraz, la utilización del magnetismo y la electricidad como herramientas de ataque, son algunos de los elementos que constituyen denominador común a muchas de las historias.
La imaginación de Prohías es desbordante; un cúmulo de situaciones diversas involucran a los dos espías, algunas de ellas un verdadero reto a la comprensión del lector. Los propios editores de MAD no creyeron en un primer momento que la tira podría ser tan longeva; pero el autor entregó puntualmente cada vez una nueva página durante más de veinticinco años, hasta su retiro en 1987. La serie, sin embargo, siguió apareciendo en la revista de la mano de otros autores como Duck Edwing, Bob Clarke, George Woodbridge, Dave Manak y Peter Kuper.
Muestra del Spy vs Spy de Peter Kuper, en MAD #9 (2019). |
Los dos espías gráficos de la Guerra Fría saltaron también a otros medios, como los juegos de video y la animación, nuevos escenarios donde seguir los intentos de destruir el uno al otro en pos de una hegemonía.
Aquellos espías no serían más que dos peones enfrascados en el tablero político mundial, pero ¿cuál de ellos ganó finalmente? Si se contabilizaran las historietas, las estadísticas podrían arrojar un empate, al igual que si hiciéramos una prueba de hipótesis, como en el lanzamiento de una moneda al aire: “a la larga”, el proceso es isoprobable, o sea cincuenta por ciento para cada posibilidad. Nadie gana con la Guerra Fría.
En el mundo real, el socialismo de Europa del Este se derrumbó: la URSS se dividió en varias repúblicas; el muro de Berlín, que había dividido a Alemania en dos, cayó; todos apostaron a que la patria de Prohías duraría poco resistiendo a tal situación. Los periodistas internacionales de las principales cadenas de televisión y prensa hicieron sus maletas y viajaron a La Habana; su misión: informar de primera mano de la caída del socialismo cubano. Sin embargo, más de treinta años después, el régimen cubano heredero de la Revolución sigue dirigiendo el destino de tres generaciones de ciudadanos que sobreviven como pueden en condiciones miserables a los rigores de la grave crisis económica iniciada con el “período especial en tiempos de paz”, agravada por el injusto bloqueo estadounidense y que se prolonga hasta la actualidad.
Prohías, por su parte, logró vivir de dibujar espías, cuando él mismo había sido tildado como tal en Cuba. Su muerte se produjo el 24 de febrero de 1998, sin que ningún medio de prensa de la isla se hiciera eco nunca; para la cultura, para la historia oficial de la historieta o el humor gráfico de Cuba, había muerto treinta y ocho años antes, cuando tomó aquel avión hacia los Estados Unidos y decidió trabajar para el imperialismo “cruel y despiadado”.
BIBLIOGRAFÍA
LÓPEZ CIVEIRA, Francisca (2021): "¿Cuándo se anunció la Revolución socialista en Cuba?", en el sitio web Partido Comunista de Cuba, 16-IV-2021. Disponible en línea en https://web.archive.org/web/20210416040527/https://www.pcc.cu/noticias/cuando-se-anuncio-la-revolucion-socialista-en-cuba.
MARKSTEIN, Donald D. (2002): "Lady Luck", en Don Markstein's Toonopedia, disponible en línea en http://www.toonopedia.com/ladyluck.htm.
TAMAYO, Évora; BLAS RODRÍGUEZ, Juan, y HURTADO, Oscar (1984): Más de cien años de humor político. Tomo I. La Habana, Editorial Oriente.
NOTAS
[1] Personaje creado en 1940 por Will Eisner (editor), Dick French (guionista) y Chuck Mazoujian (dibujante) (Markstein, 2002).