“Hacía mucho rato que la D.C.A. había callado. Sin duda, nuestros cazas estaban allá arriba, pero los grandes bombarderos no parecían notrarlo. El inmenso vals de fuego cubría la ciudad de Norte a Sur y de Este a Oeste (…). Hospitales y lazaretos se hundían en un huracán de escombros y de llamas, donde el fósforo devoraba en sus camas a los enfermos que no habían podido huir. Los amputados trataban de levantarse para escapar del infierno…”
LOS PANZERS DE LA MUERTE,
SVEN HASSEL
La obra de RICARDO BARREIRO y JUAN GIMÉNEZ está mucho más cerca del realismo desmitificador del STALINGRAD de JOSEPH VILSMAIER que de las maniqueas alegorías galantes de MEMPHIS BELLE (MICHAEL CATON-JONES) o aun PEARL HARBOR (MICHAEL BAY). Ambos han procurado ser lo máximamente objetivos, sin marcar con estridencia su preferencia por un bando, ciñéndose al drama humano, esperando reflejar que los no combatientes pueden ser tan víctimas del agresor como del agredido. No es una historia de héroes, sino de hombres que, cumpliendo con su deber, pueden alcanzar el heroísmo. Han pasado a través del marasmo de consignas, banderas agitadas y símbolos, evitando recrear estereotipos heroicos de perfiles planos y mitos de la propaganda, de las poses de arrojo de cartón piedra, para hablar del miedo, la furia, la locura, la insensatez, la tragedia. En esto último han volcado su interés de forma constante, buscando darle distintos aspectos para que permeabilice en la atención del lector de un modo u otro. Y ponen un rostro al enemigo, como evidencia las dos entregas de EL JUEGO DEL GATO Y EL RATÓN.
También han tratado de dejar bien claro que una guerra puede tener un vencedor, pero quien realmente consigue la victoria es el Jinete del Apocalipsis. Como una bestia mitológica, o una de esas aberraciones del CAOS de MICHAEL MOORCOCK, la Guerra abre sus fauces tragándose ingente cantidad de víctimas, paladeando su agonía y terror. Cada poco agita a las masas para saciar su apetito. La estructura de As de Pique, compuesta de veintitrés historietas de unas diez páginas de extensión cada una, recuerda a esos viejos cuadernos de HAZAÑAS BÉLICAS (también tiene algo de serial a lo 2000 AD) donde, grosso modo, se intentaba mezclar la reflexión al estilo de SIN NOVEDAD EN EL FRENTE (ERICH MARIA REMARQUE) con las proezas propagandísticas MADE IN HOLLYWOOD, en la cual también cae SALVAR AL SOLDADO RYAN (¿alguien se cree ese argumento?), películas salpicadas de un “costumbrismo bélico” donde el enemigo no pasa de ser un muñeco de tiro al blanco con un cerebro saturado de una perversa ideología que vomita junto con cada sílaba, fanático irreductible (que los hay, claro que sí).
En estas historias, Barreiro y Giménez también buscan comparar la situación emocional de cada tripulante del B17 al encarar sus misiones, hombres que tratan de ahuecar la mente ante el horror que están a punto de desencadenar, y cómo las secuelas les condicionan afectándoles, dejándoles indiferentes, endureciéndoles.
Se “cuelan”, además, en el “otro bando” (tarea harto peligrosa: podrían etiquetarles de “simpatizantes”, como le ocurrió a ARNOLD SCHWARZENEGGER con su proyecto del piloto de caza que luchaba por su país, no por los nazis, y que los estudios le tumbaron) reflejando los sentimientos del piloto en su caza, eligiendo ejemplos que desdibujan al monstruo del panfleto, mostrando que está emparedado entre un deber con su patria, espoleado por una ideología abominable, y los ataques de un enemigo que devuelve, con intereses, lo que en un principio recibieron. Pero los autores nunca nos dejan olvidar que, por encima de todo esto, respira la Guerra, manipulando los cordeles de los títeres en liza, revelándola como una superestructura o arquitecto complacido por el curso de los acontecimientos, sin decantarse por ningún bando, porque ambos sirven a su fin.
TRABAJO DE DEMOLICIÓN
“Un agente de policía, sin casco, con el uniforme medio quemado, nos detuvo y tartamudeó:
-La casa de niños… La cada de niños…
-¿Qué dices? –gritó Alte, exasperado.
-La casa de niños… Salvad a los niños… Están encerrados allí… Soy el guardián… Arde, arde… Y gritan. ¡Gritan, capitán! El guardián Poël informa… ¡Está ardiendo!”.
LOS PANZERS DE LA MUERTE,
SVEN HASSEL
As de Pique, según nos relata Giménez en el comentario contenido en este sólido volumen (editado por Dolmen como recopilación de historietas que habían sido previamente publicadas por Toutain en la revista Comix Internacional y como colección de cuadernos después), constituyó una oportunidad “desesperada” para ambos autores, noveles en 1977, y que intuyeron un resquicio para afianzarse en el competitivo y duro mundo de la historieta. Así, Barreiro “imitó” un trabajo precedente de HÉCTOR GERMÁN OESTERHELD (ampliamente recordado en Tebeosfera en su momento) y dibujado por FRANCISCO SOLANO LÓPEZ, titulado AMAPOLA NEGRA, y que recogía treinta y seis misiones de bombardeo efectuadas por otro B17.
Desde la primera historieta de As de Pique, los autores declaran su intención de “repartirse” por igual entre ambos bandos. HABÍA UNA VEZ UN CAÑÓN, su título, también desarrolla la capacidad de sarcasmo irónico presente en la Guerra, al reírse de modo macabro de cualquier situación: todo esfuerzo para salvar al artillero queda burlado justo en el último momento, cuando casi le tienden la mano para sacarlo de “la sima”, podríamos decir, y se aleja como uno de los proyectiles bombardeados. Elimina, así, la impresión que nos produce de entrada, que As de Pique es una obra confeccionada para engrandecer aún más a los aliados en la Segunda Guerra Mundial, otro engranaje dentro de su maquinaria de propaganda donde, o so pretexto de, se orean sus valores superiores, faltando escandalosamente a la verdad (por este motivo en el As de Pique hay un racista: ¡en todos lados cuecen habas!). Hemos citado un par de películas en las que, si se produce un bombardeo, las bombas caen justo donde deben, respetando, con exagerado escrúpulo, las propiedades y vidas civiles (“cuento” que aún nos venden con lo de las “municiones inteligentes”). En las dos historietas dedicadas al atroz bombardeo de Dresde, donde se hace un guiño irónico que protagoniza un piloto llamado KURT VONNEGUT, los autores descalifican la falaz idea, matizando las “actuaciones quirúrgicas prodigiosas” y las conductas de paladín del REY ARTURO de los pilotos.
Pero As de Pique adolece de una pequeña tara que la continua y meticulosa descripción de los aparatos en combate no logra solapar: llega a saturar. Los elementos de horror, tensión y la claustrofobia de verse encerrado/atrapado en una de esas cabinas se torna monótono, como el ronroneo de los motores, y nos empuja a suspender la lectura: nos sentimos presos de un raid interminable. Y justo cuando se buscan cielos despejados libres de metralla, sucede un cambio en el ritmo, en el dibujo, en el drama, que nos atrapa de nuevo.
EL ÚLTIMO VUELO
“Hay personas que al quemarse se vuelven blancas; otras, rojas; otras rosas; mientras que otras se consumen en llamaradas azules y doradas. A veces se doblan por la mitad y se carbonizan.”
LOS PANZERS DE LA MUERTE,
SVEN HASSEL
Los autores se percatan de este efecto de sobrecarga y apelan a grotescas, pero verídicas, anécdotas para engatusar nuestro interés evitando que la tensión decaiga. Nos relatan la asombrosa doble buena fortuna de JOHN REED, que escapa al fanático nazi y luego a una bomba (defectuosa) arrojada por la misma As de Pique; o cuentan los extraños accidentes que también matan, como las balas, tal como el que abate al nuevo y altivo comandante de la fortaleza volante (un exaltado, pero del otro bando, para compensar); tenemos luego el homenaje a WINDSOR MCCAY y LITTLE NEMO, la pesadilla de un avión vetusto e indestructible que simboliza, quizás, la constante que supone la Guerra a través de la Historia.
Perfilan a la tripulación protagonista mostrando sus flaquezas y fortalezas, vivencias y decepciones, y el modo cruel como la muerte se lleva a los mejores primero. La sesgada biografía de la mayoría de los concurrentes al serial retrata unos orígenes modestos a los cuales pretenden regresar una vez toda esa locura termine. No ambicionan estatuas o altos puestos administrativos, sino una rutina que muchos encontrarían insoportable, una incongruente falta de ambiciones.
Según la guerra avanza y la tripulación sucumbe y es reemplazada por nuevos integrantes, cuya longevidad está sometida al caprichoso azar, la pregunta va creciendo dentro de la mente del lector: ¿cómo va a terminar esto? El drama que impregna estas páginas no puede acabar en un gran desfile floral y una pose a lo JOHN WAYNE de “Cumplimos con nuestro trabajo, Joe”, esgrimiendo una sonrisa sardónica a lo HANNIBAL SMITH y lanzando un guiño de sol desde las gafas oscuras del protagonista. Sería un escamoteo para con su propia concepción. As de Pique tampoco podía ser derribada, ni aun tras un feroz combate contra abrumadoras fuerzas (sin olvidar nunca que lo más absurdo es mortal), así que encuentran una solución intermedia, un compromiso, dijéramos, un fin tan elegante como lírico de zanjar las experiencias (mejor que hazañas) que ha soportado la fortaleza volante: ametrallada su tripulación, el B17 se aleja en el horizonte a pocas semanas del fin de la guerra en Europa, un símbolo que se presta a varias interpretaciones, no obstante: ¿encuentra la paz donde quiera que al fin caiga el avión, o se suma, al igual que el viejo bombardero alemán de la pesadilla, a un ejército condenado a combatir eternamente, como expiando los excesos cometidos por los bombardeos?
Este final constituye una sorpresa, un giro inesperado y sublime, el mejor que Barreiro y Giménez podrían proporcionarle, facilitándole al serial la fuga definitiva a la atracción gravitacional de la propaganda.
RECAPITULANDO
“-Espera a que llegue el gran momento –siseó Porta-. Ya lo creo que quemaremos la grada del culo del gordo Herman (Goering). ¡Fue él quien enseñó a los ingleses lo que éstos nos devuelven ahora!”
LOS PANZERS DE LA MUERTE,
SVEN HASSEL
La presente edición de DOLMEN sobre el trabajo de Barreiro y Giménez, que despegaba en 1977 y sobrevoló las páginas del tebeo “bélico” hasta 1979, se efectúa en un solo y poderoso volumen de tapa dura y grueso papel, casi cartulina (lujosa edición, como un reconocimiento editorial a su calidad), complementada por una amplia documentación fotográfica sobre las máquinas protagonistas de As de Pique, impresiones del dibujante que recogen los motivos o distintas anécdotas que rodearon la concepción del serial, páginas a color y bocetos varios.
Nos ha parecido, sin embargo, mucho más aconsejable realzar el “elemento humano” que impregna estas páginas a ensalzar los medios técnicos que esmeradamente se detallan; para eso ya está tanto la galería fotográfica como el dibujo de Giménez, que de modo paulatino va adquiriendo los rasgos distintivos de su estilo, alcanzando su madurez hacia el final de las historietas. Al principio, su trabajo parece embarullado y difícil de “leer” entre las manchas de sombras y grises; pero luego adquiere firmeza y claridad, apelando al metraje conocido por todos de los distintos documentales históricos que le sirven para dar ímpetu, notoriedad y relieve a As de Pique.
Barreiro quizás tienda, en algunos diálogos, a la saturación: creemos que una lacónica respuesta hubiera beneficiado aún más al relato; pero el escritor sufre la maldición de querer demostrar que domina el lenguaje escrito y el vocabulario... Hemos dejado “en suspense” gran número de detalles so pretexto de invitar al lector a que busque As de Pique y vaya descubriendo, por sí solo, la profundidad, horror e ironía que los autores intentaron condensar con escarnecedora claridad en estas historietas que, al parecer, en la compilación, adolecen de un cierto desorden.
Quizás de lo más hermoso de As de Pique esté en que no hace eslogan del pacifismo o el antibelicismo. Se limita a contar, y que el lector saque sus conclusiones. Si la obra no sucumbe a la propaganda, tampoco se rinde a las consignas envenenadas por un cierto sesgo político, algo que ya desvirtúa la intención que llevan, lemas gritados por la masa igual que un loro repite palabras: sin comprenderlas, sin analizarlas.
En este caso, sólo interesa gritar. Fuerte.
FICHA TÉCNICA
AS DE PIQUE
Guión: RICARDO BARREIRO. Dibujo: JUAN GIMÉNEZ
EDITA (ARGENTINA): REVISTA SKORPIO, 1977
EDITA (ESPAÑA): T. DOLMEN EDITORIAL, 2009
COMENTARIOS: JUAN GIMÉNEZ, EDUARDO SERRADILLA SANCHÍS, FRAGMENTOS RECOPILADOS DE LA 10ª EDICIÓN DE TOUTAIN
FORMATO: TOMO RECOPILATORIO, 23 HISTORIETAS EN B/N DE 10 PÁGINAS DE EXTENSIÓN C/U, 228 PÁGINAS
ISBN: 978-84-92458-34-9