BITCH PLANET: UNA REVISIÓN NARRATIVA Y ESTÉTICA DEL CÓMIC CREADO POR MUJERES
NEREA FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ(Universidad de la Rioja (UR))

Title:
Bitch Planet: a narrative and aesthetic review of comics created by women
Resumen / Abstract:
Reseña de Bitch Planet, de Kelly Sue DeConnick y Valentine De Landro / Review of Bitch Planet, from Kelly Sue DeConnick and Valentine De Landro
Palabras clave / Keywords:
Feminismo, Bitch Planet/ Feminism, Bitch Planet

BITCH PLANET: UNA REVISIÓN NARRATIVA Y ESTÉTICA DEL CÓMIC CREADO POR MUJERES

 

Bitch Planet, con guión de Kelly Sue DeConnick y dibujos de Valentine De Landro, se ha erigido como uno de los grandes aciertos de Image y, en su edición española, de Astiberri. No solo destaca la trama distópica que presenta, sino que la distribución de la página y de los colores seleccionados, además de la inclusión de anuncios y panfletos entre las páginas, hacen de Bitch Planet un cómic atípico e interesante.

El planteamiento inicial nos presenta un mundo alternativo que ha llevado las consecuencias del patriarcado al extremo; este mundo, regido por el Protectorado y el Consejo de Padres, ha instaurado los roles tradicionales de género, relegando a la mujer al papel de esposa, madre y agente del hogar. En este mundo, aquellas mujeres que se rebelan contra esta dictadura del hombre son marcadas como NC (No Conformes) y enviadas a una prisión especial (al Puesto de Conformidad Auxiliar), una colonia penal situada en otro planeta, que se supone no apto para la vida humana fuera de los muros de la cárcel. Una vez allí, serán despojadas de su identidad, etiquetadas bajo el nombre de su delito y homogeneizadas con un peto anaranjado que provocará el primer conflicto con una de las protagonistas, Penny Rolle, al asignarle una talla que no corresponde con su tamaño.

Estas rebeldes, opositoras al régimen patriarcal, “malas madres”, transexuales… habrán de convivir en esa pequeña, corrupta y violenta sociedad, sometidas a las continuas vejaciones y humillaciones de sus carceleros. A todo esto se añadirá el entrenamiento de algunas para que participen en el Megatón, unos violentos juegos en cuyo primer partido entre convictas y guardias se producirá la muerte de Meiko Maki, una de las reclusas, y la consecuente rebelión de las internas.

Al comienzo del primer tomo se presenta a aquellas que nos acompañarán en nuestro viaje, convirtiéndose en las protagonistas y ejes de la narración, describiendo el entorno que se encuentran, el motivo de su encarcelamiento y el castigo que les espera. De modo que sabremos que Penelope ‘Penny’ Leona Rolle es hija de una también insubordinada, perseguida por la justicia, y que ella misma, cuando la separan de su abuela paterna, termina en un orfanato, donde se podrá observar ya su oposición a las normas sociales y estéticas imperantes. También conoceremos los motivos que llevaron a Marian Collins al Puesto de Conformidad Auxiliar (PCA) y a su asesinato, y nos adentraremos en la vida en prisión de Kamau ‘Kam’ Kogo, quien se encuentra allí buscando a su hermana (Muenda ‘Morowa’ Kogo), apresada por transexual (delito de engaño y falsificación de género).

Estas mujeres se verán envueltas en el Duemila o Megatón, una competición brutal a la que se verán arrastradas por la falta de implicación de los espectadores y por interés de Roberto Solanza (Supervisor extraplanetario del Departamento de Conformidad y correcciones) y el Padre Josephson, enlazando de esta manera las dos líneas argumentales y ambas localizaciones.

El segundo volumen comienza con un relato circular en el que se presenta a Meiko sufriendo una agresión sexual en prisión para relatarnos, gracias a la figura del violín, la historia de los Maki y el motivo por el que la hija mayor es encarcelada y, posteriormente, enviada al PCA. Esta analepsis será fundamental para el desarrollo de la narración y para comprender, como un espectador de teatro, los acontecimientos que se desarrollarán antes que algunos de los agentes involucrados.

También iremos descubriendo detalles de la rebelión externa que se está gestando con las llamadas “hijas de Eleanor Doane”, así como la identidad de la derrocada y desaparecida presidenta del mundo libre, o datos adicionales sobre la hermana de Kam y de sus compañeras de centro y el destino de la Operativo Whitney Nestpas.

El modo en el que los cuerpos desnudos se presentan en las viñetas, ya desde el primer volumen y con mayor redundancia en el segundo, evita la explotación del cuerpo y los muestra con crudeza, con todas sus virtudes y defectos, con todas las variaciones existentes entre los diversos personajes, independientemente del género al que pertenezcan. Por ejemplo, en el caso de las reclusas transexuales no se pretende hacer hincapié en sus órganos sexuales, sino en mostrar la realidad de una forma natural, al igual que con los cuerpos “normativos” de hombres y mujeres que aparecen en otras páginas.

Por otro lado, en cuanto a la estética del cómic y al diseño, a lo largo de las páginas de los dos volúmenes se puede comprobar cómo los códigos visuales y la selección del color (cuatricromía) y la disposición de los elementos en la página están al servicio de la narración, provocando sensaciones de dinamismo y ruptura. De este modo, las tonalidades y la selección de la trama de los fondos atiende a una estética retro , que enlaza con el pop art y el exploitation de los setenta, mientras que el diseño de personajes y el uso de la línea y el color en las acciones localizadas en el presente emplean un trazo que puede recordarnos más a obras actuales como el Hawkeye de David Aja y Matt Fraction.

En las analepsis de los personajes se emplea también un estilo retro con un granulado que se asemeja al Ben-Day, a los cómics de los años cincuenta-setenta, o incluso a las historietas de romance para chicas.

También pueden observarse en algunos fondos una doble narración, es decir, en primer plano se encontraría la línea argumentativa principal mientras que en el marco general hallamos una segunda trama. Este tipo de actuaciones parece haberse hecho más frecuente, implicando al lector en una revisión del contenido más profunda si quiere abarcar todas las posibilidades y los elementos que conforman el espacio narrativo (un ejemplo lo encontraríamos en la Ms. Marvel de Willow Wilson).

Este tipo de líneas argumentales secundarias nos permiten, poco a poco, acceder a ciertos detalles que serán de gran relevancia más adelante, como en la viñeta en la que un reportero y la presentadora del canal 237AM hablan del Megatón y puede verse en el  fondo a una mujer mostrando el mensaje “Eleanor lives” (“Eleanor vive”) sobre su torso desnudo.

En las viñetas en la escuela de los Maki también se incluyen los nombres de algunos de los libros que las niñas emplean en la clase (cálculo, física…) y que esconden dentro de las fundas de los instrumentos musicales.

La estructura que siguen las páginas, muy variada, atiende en muchos de los casos a la sensación que pretende transmitir y el contenido que incluye; así, por ejemplo, en aquellas páginas en las que se presenta la actuación del Protectorado y de aquellos acomodados en él, tienden a presentar un diseño hegemónico, con doce viñetas de igual tamaño en una página de 3x4. Ejemplo de ello sería la irrupción de tres niños en lo que podría ser un centro comercial o un área restringida para ahorrarse una hora de camino, y que supondrá su asesinato a manos de una máquina bajo las órdenes de lo que parece un guardia de seguridad hastiado. Después[1] de esto, la narración regresa al Padre Josephson y a Roberto Solanza, quienes mantienen una conversación acerca de la conveniencia de notificarle al señor Maki la muerte de su hija Meiko.

En otro momento en el que se encuentra el uso de la simetría para transmitir un mensaje es de gran relevancia la viñeta que presenta a los Josephson y al Padre Johnson y en la cual se va oscureciendo en cada línea una viñeta más con una trama de pop art con tonos retro.

Más adelante, con el inicio de la rebelión dentro del PCA y tras la reaparición de la presidenta Eleanor Doane, mantiene cierta correspondencia tanto en el empleo de viñetas que recuerdan totalmente al arte pop, en el caso de las mujeres de la prisión y las revolucionarias, frente a aquellos afines al Protectorado.

Por otro lado, aquellas páginas cuyo contenido precisa de una mayor fluidez y dinamismo tienden al asíndeton, con dieciocho viñetas por página, repetición de escenas, escasez de perigramas o inclusión de una misma escena fragmentada en diversas viñetas.

El uso del lenguaje no es casual, sino que se sirve del simbolismo y la iconicidad para incluir al lector procurando demostrar el totalitarismo del régimen en el que viven las mujeres (negando su propio nombre y adjudicándoles el apelativo de “señora de”, o “la ayudante del señor Makoto”, para mencionarlas), y cómo también la revolución pretende crear un uso propio de la lengua que aúne y facilite en la medida de lo posible su objetivo final. Así, por ejemplo, el anuncio de los “cosméticos misándricos” o el modo de presentarse que tienen las seguidoras de Eleanor Doane como “hijas de”.

El lenguaje, como sabemos, es una herramienta social, un uso de la lengua con una intención (más o menos clara), y, por ello, la revisión de los conceptos y la creación de símbolos tanto para los opresores como para los oprimidos suponen un útil fundamental para la consecución de los objetivos propios.

Otro de los elementos que diferencian a Bitch Planet de otras publicaciones coetáneas o similares en cuanto a trama o diseño es la inclusión de materiales añadidos que potencian la sensación de conexión con la obra y emulan un salto de la ficción a la realidad.

Así, a lo largo de los dos tomos que conforman el cómic se pueden ver anuncios que se enmarcan dentro de dos líneas diferenciadas: por un lado, aquellas que siguen la ideología del Consejo de los Padres, y por otro lado, otra revulsiva, disconforme, revolucionaria.

Asimismo, al final de ambos volúmenes se incluye una guía de lectura que permite que reflexionemos acerca de los personajes, la trama o el feminismo.

Finalmente, en el segundo volumen se incluye un enlace a un estudio[2] de 2008 del  Departamento de Justicia de EE UU que muestra el número, el tipo y la localización de las agresiones sexuales a prisioneras en Estados Unidos.

Para concluir, podemos afirmar que Bitch Planet continúa la estela de la narrativa distópica que presenta un mundo en el que los problemas del real se han exagerado y han derivado en universos de corrupción, injusticia y violencia. Por ejemplo, podemos encontrar reminiscencias a otras obras distópicas como The Handmaid’s Tale (Margaret Atwood) [3]o The Hunger Games (Suzanne Collins), así como Orange Is the New Black: My Time in a Women’s Prison (Piper Kerman).

Esta obra, a la altura de otros clásicos como los de George Orwell o Ray Bradbury, nos presenta una sucesión de temas incómodos que no esconden nada por pudor, puesto que la reflexión sobre ellos es sumamente necesaria. Este tipo de obras son necesarias para poder tomar conciencia acerca de los problemas a los que podemos enfrentarnos si cometemos de nuevo los errores del pasado, si olvidamos la historia o si acallamos las voces que piden justicia. Más aún en un tiempo en el que el feminismo es tan necesario y aunar las voces contra la opresión, la muerte y la violencia en todas sus formas un camino que todos deberíamos recorrer.

¿Sería posible llegar a un presente en el que cualquiera que no sea un hombre blanco se encuentre reprimido, violentado, acosado… o es solo ficción? Personalmente, creo que Bitch Planet, aunque hiperbolizada, nos manda una advertencia.

 

BIBLIOGRAFÍA

ATWOOD, Margaret (2008). El cuento de la criada. Barcelona: Bruguera.

BRADBURY, Ray (1998). Fahrenheit 451. Barcelona: Plaza & Janés.

HUXLEY, Aldous (1999). Un mundo feliz. Madrid: Unidad Editorial.

DECONNICK, Kelly Sue y DE LANDRO, Valentine (2017). Bitch Planet. Libro uno. Bilbao: Astiberri.

____________ (2018). Bitch Planet. Libro dos. Bilbao: Astiberri.

ORWELL, George (2014). 1984. Barcelona: Lumen.

 

NOTAS

[1] En las conversaciones con Kelly Sue y Valentine que se incluyen al final del segundo volumen se explica, entre otros asuntos, la idea previa para esta escena.

[2] Sexual Victimization Reported by Former State Prisoners, U.S. Department of Justice.

Office of Justice Programs. Bureau of Justice Statistics. Disponible en línea en: http://msnbcmedia.msn.com/i/msnbc/sections/news/z_personal/huus/svrfsp08[1].pdf

[3] En una de las viñetas puede encontrarse la famosa frase “Nolite te bastardes carborundorum” (“Que los bastardos no te jodan”).

Creación de la ficha (2018): Félix López · Revisión de Elisa McCausland, Héctor Tarancón, Félix López y Alejandro Capelo. Edición de Félix López · Imágenes cedidas por Astiberri
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Nerea Fernández Rodríguez (2018): "Bitch Planet: Una revisión narrativa y estética del cómic creado por mujeres", en Tebeosfera, tercera época, 6 (9-IV-2018). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/bitch_planet_una_revision_narrativa_y_estetica_del_comic_creado_por_mujeres.html