DE PANDAS Y PANDILLAS: EL MUNDO JUVENIL DE SEGURA
CARLOS DE GREGORIO

Title:
Of pandas and gangs: Segura's youth world
Resumen / Abstract:
Segura creó una típica serie de pandilla juvenil en 1963 que reformuló en 1969 para Gran Pulgarcito. La serie La Panda alcanzaría gran éxito combinando aventura y humor, con referentes tanto británicos como franceses, gracias a los guiones de Andreu Martín y al talento para la comedia disparatada del dibujante. En este texto se analiza su calidad formal y su resonancia. / Segura was the author of a typical gang series in 1963, renewed for Gran Pulgarcito six years after. The La Panda series would reach great success by the combination of humor and adventure, taking referents from British and French-belgian comics, thanks to the Andreu Martin scripts and to the drawer talent for slapstick comedy. In this paper is analized its formal quality and resonance.
Palabras clave / Keywords:
Series de Segura, Robert Segura/ Series de Segura, Robert Segura
Notas:
Texto recibido el 16 de julio de 2021. Aceptado el 24 de julio.

DE PANDAS Y PANDILLAS: EL MUNDO JUVENIL DE SEGURA

 

Las series de pandillas antes de Segura

Las series de cómics protagonizadas por pandillas de niños o adolescentes tienen una larga tradición. Mucho antes de que Robert Segura abordara con singular fortuna este género en España, otros autores le precedieron, tanto en Europa como en América, tal como demuestran los ejemplos que señalamos a continuación. Entre las primeras muestras se encuentran las adaptaciones de la serie de comedias cinematográficas Our Gang (posteriormente rebautizada como The Little Rascals). En España, la editorial El Gato Negro publicó desde 1926 una colección de cuadernos titulada La Pandilla, que presentaba una versión de esta serie en forma de protohistorietas, mucho antes de ser trasladados a los comic books desde 1942 en Estados Unidos (donde fueron dibujados, entre otros, por Walt Kelly). Ya en los años treinta, el mismo editor barcelonés publicó en su revista más emblemática, Pulgarcito, las aventuras del héroe titular de la revista y su grupo de amigos, dibujadas por Niel. Otra célebre pandilla española, nacida ya en los años cuarenta, fue la que acompañó a Jaimito en una corta serie de cuadernos realizados por Palmer, antes de pasar a la revista que llevó el nombre de su protagonista desde 1945 hasta 1984, donde sus andanzas continuaron de la mano de otros autores como Soriano Izquierdo, Liceras y, principalmente, Karpa.

De izquierda a derecha: La Pandilla, versión española de Our Gang (1926), Pulgarcito con sus amigos en la portada de Pulgarcito nº 604 (1932), y la pandilla de Jaimito en el extra de primavera de Jaimito de 1950.

En otros países europeos encontramos también diversas series de cómics protagonizadas por pandillas, anteriores o simultáneas a las de Segura, como Les 4 As (Los 4 Ases), de Chaulet y Craenhals (nacida como serie literaria en 1957 y llevada al cómic en 1964); Totoche, de Jean Tabary (1959); La Ribambelle (La Pandilla), de Jean Roba (1962), y Les As, de Greg (1963).

En el mismo orden: Los 4 Ases de Chaulet y Craenhals, Totoche de Jean Tabary, La pandilla de Jean Roba y Les As de Greg.

En la prensa estadounidense se desarrollaron varias series de pandillas de larga duración, como Freckles and His Friends (creada por Merrill Blosser y publicada de 1915 a 1971), Just Kids (realizada por Ad Carter de 1923 a 1957) y la popularísima serie de Charles Schulz Peanuts (1950-2000). Entre los comic books del mismo país, además de la mencionada adaptación de la serie Our Gang, recordaremos al grupo de amigos de Litte Lulu (La pequeña Lulú), personaje creado por Marge (Marjorie Henderson Buell) en 1935 y brillantemente desarrollado en los cómics por John Stanley e Irving Tripp desde 1945, y especialmente a la longeva y exitosa serie protagonizada por Archie Andrews y su pandilla de Riverdale, creados por Bob Montana y Vic Bloom en 1941 y cuyas aventuras siguen publicándose hoy en día, además de disfrutar de una versión para la prensa entre 1946 y 2011, que continúa distribuyéndose en la actualidad.

Finalmente, entre las producciones sudamericanas destacaremos Turma da Mônica (La pandilla de Mónica), creada por el brasileño Maurício de Sousa en 1959. Más conocida en España es la pandilla de Mafalda, creada por el argentino Quino en 1964, un año después de la primera de las pandillas de Segura a las que dedicaremos este artículo.

Ya en el continente americano: Un comic book de Freckles and His Friends (1948), fragmento de una página dominical de Just Kids (1925), una tira con Mafalda y todos sus amigos y La pandilla de Mónica, de Maurício de Sousa.

 

La primera pandilla de Segura

     
      Caricatura de Segura por Tran, publicada en Bruguelandia nº 11 (1982).

Robert Segura Mongé nació en Badalona en 1927 y sintió muy pronto la vocación por el dibujo. Antes de dedicarse de lleno a la historieta trabajó en los estudios Macián como animador y fondista, además de ser durante algún tiempo dibujante publicitario y diseñador de figurines de moda. Durante la década de los cincuenta realizó un periplo por diversas publicaciones[1] antes de entrar en 1957 en la editorial Bruguera, que buscaba nuevos talentos tras la marcha de varios de sus autores más emblemáticos (Escobar, Peñarroya, Conti, Cifré y Giner) para poner en marcha la revista Tio Vivo, oportunidad que aprovecharon, entre otros, Ibáñez, Raf y el propio Segura. A lo largo de su carrera creó personajes muy variados, casi siempre con un humor costumbrista que reflejaba las inquietudes de su época. Caricaturizó las relaciones familiares (y a los eternos solteros) en series como Rebóllez y señora (1957), Rigoberto Picaporte, solterón de mucho porte (1958) y Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón (1959). Dibujó a profesionales del mar y del aire en El capitán Serafín y el grumete Diabolín (1967) y Pepe Barrena (1969). Se especializó en dibujar atractivas jovencitas en series como Maritina, la chica de la oficina (1958), Piluca, niña moderna (1959), Laurita Bombón, secretaria de dirección (1963) y Lily (1970). Y, por supuesto, varias de sus series estuvieron protagonizadas por pandillas de niños y adolescentes.

La primera pandilla de Segura nació en febrero de 1963, dentro de las páginas del semanario Mundo Juvenil, anunciado en portada como «revista de los amigos de Marisol», para tratar de aprovechar la gran popularidad de la cantante y actriz de moda en aquella época. En el interior, junto a artículos y reportajes sobre los ídolos del momento, encontramos series tan interesantes como Lander’s School, de Manuel Cuyás y Antonio Turnes, que posteriormente se popularizaría en las páginas de otras revistas como Sissi y Lily, rebautizándose en esta última como Cristina y sus amigas.

   
El primer número de Mundo Juvenil (1963).    

La revista Mundo Juvenil seguía un modelo que había triunfado desde la segunda mitad de los años cincuenta en el Reino Unido, cuando varios editores identificaron un mercado emergente entre los adolescentes, que en esa época disponían de dinero suficiente para comprar revistas, música y otros bienes de consumo con estilos que diferían de los de sus padres. La primera revista dirigida a este nuevo público adolescente, principalmente femenino, fue Marilyn, publicada entre 1955 y 1965 por Amalgamated Press (más tarde Fleetway), a la que siguieron otros títulos como Mirabelle (1956-1978), Valentine (1957-1965), Romeo (1957-1974), Roxy (1958-1963), Cherie (1960-1963) y Marty (1960-1963). Todas compartían un formato similar que incluía historietas y secciones sobre moda, música pop, belleza, estilo de vida, relaciones, etc. Las historietas intentaban reflejar lo que los editores percibían como intereses de los adolescentes, entre los que destacaba la música pop. A menudo aparecía en la portada el rostro de algún cantante de moda que incluso participaba como personaje en las historietas, como haría Marisol en Mundo Juvenil, o prestaba su nombre para columnas de consejos [2].

Desde el primer número de Mundo Juvenil se incluyó la serie de Segura La alegre pandilla, en la que el autor pretendía reflejar el mundo y los intereses de los jóvenes de la época, de acuerdo con la línea editorial y el propio nombre de la revista. En la primera entrega presentaba a un grupo de seis personajes con características muy definidas, prácticamente desde la primera viñeta. En esta podemos ver a un grupo de jóvenes reunidos en una habitación mientras entra una chica morena (que luego conoceremos con el nombre de Dolly), anunciándoles, con un telegrama en la mano, la inminente llegada desde Londres de una amiga suya llamada Ofelia. El resto de los personajes, cuyos nombres iremos conociendo a lo largo de las siguientes historietas, son Johnny, un joven moreno que está tocando la guitarra; Tina, una chica rubia que lee la Gaceta Deportiva; Gordito, algo menor que los anteriores, que está comiendo un bocadillo, y Titín, el más pequeño, que está leyendo tumbado en el suelo, sin duda un tebeo. Al fondo vemos un tocadiscos… y un pingüino que volverá a aparecer esporádicamente en la primera época de la serie, sin desempeñar ningún papel relevante en las tramas ni interaccionar con los demás personajes, aunque a menudo podemos leer sus bocadillos de pensamiento, en los que hace comentarios irónicos acerca de los miembros de la pandilla. Se trata de un personaje un tanto surrealista que Segura acabó dejando de dibujar sin haber llegado a integrarlo realmente en una serie en la que nunca encajó. En las siguientes viñetas de esta primera entrega cada personaje reafirma su personalidad: a Johnny le gustan la música y los guateques, a Tina los deportes y a Gordito la comida. Cuando la pandilla en pleno acude al aeropuerto descubrimos a Ofelia, que es rubia, con gafas y pelo rizado, y no sabe hablar correctamente el castellano («Mí tener muchos ganas de conocer Spain»). Ofelia es definida desde el principio como una intelectual, y lo primero que quiere hacer al llegar a España es visitar el Museo Paleontológico y el Museo Botánico, mientras aburre a todos los demás haciendo exhibición de sus conocimientos.

En las siguientes historietas se insiste en la personalidad de cada personaje, mientras se desarrollan los que faltaban por definir: Dolly comparte con Johnny la afición por la música, y Titín, el más pequeño, se caracteriza por sus continuas travesuras. El excesivo encorsetamiento de cada personaje en su característica prefijada, en lugar de enriquecer la serie, acabará limitando sus posibilidades, y de hecho, pasado cierto tiempo, solo Titín, el personaje menos definido en un primer momento, sobrevivirá de toda la pandilla inicial.

La serie muestra desde el principio una influencia británica acorde con el modelo inspirador de la revista en la que se incluía, y que se refleja no solo en el personaje de Ofelia sino también en otros nombres con resonancias anglosajonas como Johnny o Dolly.

Posiblemente Segura aún no se siente cómodo con una serie de protagonismo coral con adolescentes, y en las siguientes historietas el protagonismo suele estar acaparado, cada vez con mayor frecuencia, por las travesuras de Titín, a veces acompañado por Gordito (el más cercano a él en edad), cuya víctima suele ser Ofelia, siempre ocupada con sus aficiones intelectuales, que abarcan todos los campos de la cultura y la ciencia. Las historietas, que inicialmente ocupaban página y media del semanario, acabaron reduciéndose a una página.

Primera página de La alegre pandilla, en Mundo Juvenil nº 1 (1963) y la primera aparición de Músculos en Tio Vivo nº 191 (1964).

Mundo Juvenil se canceló en marzo de 1964, tras 57 números, pero la serie prosiguió poco después en la revista Tio Vivo a partir de su número 168 (25 de mayo de 1964). En un primer momento, la serie continúa siendo acaparada por Titín y Gordito, que seguían teniendo a la sufrida Ofelia como blanco de sus travesuras. Muy esporádicamente aparecen aún otros miembros de la pandilla original, aunque cada vez con menos frecuencia: en el número 177 (27 de julio de 1964) todavía encontramos a todo el elenco original de la serie, salvo a Tina, que ha desaparecido sin explicaciones. En el número 191 (2 de noviembre de 1964) se presenta un nuevo personaje apodado “Músculos”, un gamberro que se dedica a hacer la vida imposible a Titín y Gordito, que para entonces ya se habían convertido en los protagonistas de la serie. Además de su musculatura (que poco a poco irá disminuyendo), sus pecas y unos dientes salientes, a Músculos se le reconoce por un gorro con forma de corona que nos recuerda al de Torombolo (Jughead), de la serie Archie. Aunque Ofelia aún tiene algunas apariciones esporádicas, la serie se centra cada vez más en el trío formado por Titín, Gordito y Músculos. En el número 224 (21 de junio de 1965) aparecen otros dos nuevos personajes. Uno de ellos es una niña con lazos en el pelo y unos enormes zapatos de tacón que probablemente le ha cogido a su madre, y que no tendrá continuidad en la serie. El otro es un niño rubio con gafas que ya había tenido una breve intervención cinco meses antes, en el número 203, y que más adelante conoceremos por su apodo “Gafitas”, y que inmediatamente se convierte en un miembro más del grupo, compartiendo andanzas con Titín y Gordito y enfrentándose junto con ellos a Músculos. A finales de 1965, Gordito desaparece de la serie, también sin explicaciones. Su última aparición sucede en el número 248 de Tio Vivo, el Almanaque para 1966, en una historieta de cuatro páginas que no solo supone su despedida, sino la última ocasión en que aparece en la serie una auténtica pandilla, puesto que son tres amigos quienes la protagonizan (Titín, Gafitas y Gordito). La alegre pandilla aún continuará publicándose hasta los años setenta (no solo con nuevas historietas sino con reediciones de las antiguas), pero desde entonces los protagonistas únicos de la serie serán dos amigos, Titín y Gafitas, enfrentados a menudo a Músculos, que también llega a protagonizar en solitario muchas entregas en la etapa final. Estrictamente hablando, es difícil que este trío de personajes pueda considerase una “alegre pandilla”.

       
        Primer monográfico dedicado a La alegre pandilla en la colección Olé! (1972).
         

Menos de tres años después de sus inicios en la revista Mundo Juvenil, la serie se había transformado completamente, hasta el extremo de que a menudo se ha pensado que se trataba de series distintas, aunque los cambios en el elenco protagonista fueron paulatinos. A esta confusión contribuyó el hecho de que muchas de las historietas iniciales de Mundo Juvenil fueron reeditadas entre febrero de 1971 y agosto de 1972 con un título distinto, La panda Pop, en la revista Lily (números 481 a 559, con unas cuantas excepciones). Esta modificación del título pretendía presentarla como una nueva serie de Segura, ocultando el hecho de que en realidad era un refrito de la primera etapa de La alegre pandilla. En esta reedición se hicieron también otros cambios: la rotulación manual se sustituyó por una mecánica; las entregas que originalmente ocupaban una página y media fueron remontadas para que ocuparan dos páginas, ampliando algunos dibujos; al personaje de Dolly se le dibujó el pelo más largo, y algunas referencias en los textos fueron también modificadas (por ejemplo, un disco de José Arriola se sustituye por uno de “Tom Pómez” —una referencia a Tom Jones—, y una historieta del Capitán Trueno que lee Titín se cambia por una de Anacleto.

 

La Panda: la pandilla que alcanzó el éxito

Tras este primer ensayo de historieta coral con protagonistas adolescentes, finalmente convertida en una serie de peripecias infantiles con solo dos o tres protagonistas, Segura volvió a intentarlo aprovechando el lanzamiento de la revista Gran Pulgarcito, una ambiciosa publicación de Bruguera que pretendía aunar los mejores talentos españoles y europeos del momento. El artífice de la revista fue Jordi Bayona, inspirado por la revista francesa Pilote, que desde su fundación en 1959 se había dirigido a un público adolescente y había modernizado la prensa juvenil durante los años sesenta, antes de avanzar gradualmente hacia una audiencia más adulta en la década siguiente. Además de historietas que obtuvieron un indudable éxito, Pilote incluía secciones sobre ciencia, biografías deportivas, música o incluso historia. Su fundador, René Goscinny, relataba años después que Pilote se alejaba de las publicaciones infantiles y concentraba su mayor número de lectores entre los dieciséis y los veinticinco años [3]. Esta franja de edad pudo ser también, por tanto, el público al que se dirigía mayoritariamente Gran Pulgarcito, que importó de Pilote series como Michel Tanguy, Astérix, El teniente Blueberry o Iznogud. Por su parte, autores españoles como Vázquez, Raf, Segura, Conti y Figueras crearon para la ocasión nuevos personajes, mientras Ibáñez renovó completamente su serie Mortadelo y Filemón trasladándolos a la TIA y realizando sus primeras historias largas.

Una de las nuevas series de Segura fue La Panda, que comenzó a publicarse en el segundo número de Gran Pulgarcito, publicado el 3 de febrero de 1969. Su primera historieta, “La Panda pasea en barca”, comienza con tres amigos adolescentes que proyectan alquilar una barca para distraerse en una tarde sin clases. En posteriores entregas nos enteramos de que el rubio con el pelo rizado se llama Polito o Poli, el que tiene el pelo liso es Johnny (un nombre ya utilizado en La alegre pandilla), y el gordito se llama en un primer momento Pepín, aunque más adelante (desde el Gran Pulgarcito 51) es rebautizado como Antón. En la última viñeta de esta primera entrega aparece una chica rubia con pelo largo que más adelante conoceremos como Lupita. A diferencia de La alegre pandilla, los personajes no tienen aquí unas características y roles tan definidos. Encontramos ya desde el principio algunos temas que serán recurrentes en la serie: el deseo de disfrutar de actividades al aire libre, el ingenio para poder llevar a cabo esas actividades y el duro encuentro con la autoridad paterna, representativa de los límites y las normas.

Segundo número de Gran Pulgarcito, donde aparece la primera historiate de La Panda (1969).

En la tercera entrega (Gran Pulgarcito 5), Segura presenta a un niño pequeño hermano de Lupita, que nos recuerda mucho al Titín de La alegre pandilla. Posteriormente aparecerá también en varias ocasiones un hermano pequeño de Poli, pero esta vez el autor no cae en la tentación de hacer girar la serie en torno a estos niños, que desaparecen pronto de la serie sin tener la oportunidad de arrebatar el protagonismo a los adolescentes.

En el número 6 se presenta, como hermano de Johnny, un joven de pelo moreno —con un aspecto muy similar al Johnny de La alegre pandilla— que se ha construido un coche a base de ir comprando piezas viejas a un chatarrero, y que vuelve a aparecer en la siguiente historieta, ahora como hermano de Lupita, antes de desaparecer de la serie. Este personaje, del que no llegamos a conocer su nombre, podría considerarse un antecedente de otro miembro de la panda que aparecerá algo después y que también dispondrá de un coche propio, algo que permitirá al autor ampliar el radio de acción y los escenarios de las historietas.

En el número 21 encontramos por primera vez a Tigre, un perrazo enorme y bonachón que es propiedad de la familia de Lupita, y que en realidad se presenta en la historieta del número 22, que debería haberse publicado antes. Tigre participará muy a menudo de las andanzas de la panda, generalmente en anécdotas caseras relacionadas con su hora del baño o con las molestias que ocasiona a algunos vecinos poco amigos de los perros.

En una historieta de dos páginas incluida en el extraordinario de Verano de 1969 se presenta el quinto miembro de la panda, una inglesa llamada Dolly (otro nombre ya utilizado en La alegre pandilla), con ciertas características que la identifican con la Ofelia de la serie anterior: como ella, también lleva gafas y no habla correctamente el castellano, aunque esta vez no se la define como una intelectual, permitiéndola desempeñar roles más abiertos, como el resto de la panda. Como sucedió con Antón, este personaje también cambió de nombre y pasó a llamarse Margaret (o Margie) a partir de la historia publicada en el extra de Verano de 1970 de Gran Pulgarcito. En las últimas entregas publicadas en esta revista podremos comprobar que ha aprendido perfectamente nuestro idioma, aunque esporádicamente siga utilizando términos ingleses.

     
La presentación de Músculos, con un aspecto muy distinto del definitivo, en Gran Pulgarcito nº 29 (1969).      

El elenco clásico de la serie se completa en el número 29 con la incorporación de Músculos (el tercer nombre reciclado de La alegre pandilla, después de Johnny y Dolly). En sus primeras apariciones es rubio y tiene un aspecto muy distinto al definitivo, con el pelo moreno y ondulado, que no encontramos hasta el número 44. Sin embargo, su personalidad sí está fijada desde el primer momento: contrasta con el resto de la panda por su carácter presuntuoso y narcisista. Su interés principal es impresionar a las chicas de la panda, aunque habitualmente sus intentos acaban frustrados por los otros chicos, que disponen de menos medios económicos pero tienen mayor ingenio que él. Músculos es el único, en esta etapa, que tiene coche propio, concretamente un Mini, modelo británico llegado a España a finales de los años sesenta que era considerado en ese momento un artículo de lujo y que, por tanto, demuestra la superioridad económica de este personaje. Por si fuera poco, también posee una lancha fueraborda que despierta la admiración de las chicas, a quienes invita a viajar con él, y la envidia de los chicos, que casi siempre acaban desinflando sus aires de grandeza.

Cuando desaparece la revista Gran Pulgarcito, al cabo de 84 números semanales (el último de ellos fechado el 31 de agosto de 1970) y tres extraordinarios, se han publicado 61 historietas de La Panda, con cinco tiras por página y casi todas de una sola página, salvo tres entregas de dos páginas (en el número 40 y en dos extraordinarios) y una de cuatro páginas titulada “Excursión interrumpida”, en el extra de Verano de 1970, una historia de miedo (por supuesto, tamizada por el humor habitual en la serie) ambientada en un viejo caserón en una noche de lluvia.

El cierre de Gran Pulgarcito dio paso, tres meses después, a dos nuevas publicaciones en las que se repartió la mayor parte de las series que habían quedado interrumpidas: la revista semanal Mortadelo y la mensual Super Pulgarcito. La Panda se desdobló y apareció en ambas revistas, aunque con un tipo de historietas distinto en cada publicación.

En diciembre de 1970 se publicó el número 1 de Super Pulgarcito, que recuperaba una cabecera que ya había sido utilizada por Bruguera entre 1949 y 1951. En esta ocasión, La Panda no aparecía en forma de breves gags de una página, sino con una aventura larga que fue publicándose por entregas a lo largo de los meses siguientes. Desde la dirección de Bruguera se había animado a los autores a realizar historias largas, de unas 44 páginas, siguiendo el modelo franco-belga, quizá en vista del éxito que habían tenido las primeras historias de este tipo de Mortadelo y Filemón publicadas en Gran Pulgarcito. Al mismo tiempo que Segura, Escobar comenzó a publicar historias largas de Zipi y Zape en la revista Mortadelo, y Raf realizó otro tanto con Sir Tim O’Theo en Super Pulgarcito, paralelamente a las entregas autoconclusivas de la misma serie que aparecían en la revista Mortadelo. Quizá la idea inicial, además de afianzar la fidelidad de los lectores de la revista, fuera aprovechar estas historias para su posterior publicación en forma de álbumes de tapa dura, como sucedía con Mortadelo y Filemón, pero solo las primeras historietas largas de Zipi y Zape disfrutaron de este privilegio.

     
      El primer número de Super Pulgarcito (1970), donde comienzan las historias largas de La Panda.

Durante tres años se publicó en Super Pulgarcito un total de seis historias largas de La Panda que constituyen la mejor etapa de toda la serie, pues al estilo vivo y enérgico de Segura se unen los ingeniosos guiones de un joven Andreu Martín. Las breves anécdotas costumbristas de la anterior etapa se dejan de lado para relatar historias más complejas, algo poco habitual hasta entonces en las historietas publicadas por la editorial Bruguera. Si en La alegre pandilla identificábamos influencias de origen británico, en esta etapa de La Panda se manifiesta claramente la influencia del cómic franco-belga, tanto en la estructura y extensión de las historias, que aparecían primero en forma de episodios y habrían podido encajar posteriormente en álbumes de más de 40 páginas, como en su contenido, con tramas detectivescas, aventureras e incluso de ciencia ficción, relatadas desde un punto de vista humorístico similar al de otras series europeas dirigidas al público juvenil, como Spirou y Fantasio. No sabemos si Andreu Martín o Robert Segura tuvieron acceso a otras series de pandillas de origen franco-belga, pero encontramos una curiosa coincidencia entre el título de una de las historias largas de La Panda (El gran viaje) y el de una aventura de Totoche realizada por Jean Tabary (Le grand voyage), que había sido publicada en 1966 en las páginas de la revista francesa Vaillant, le journal de Pif. Aunque difieren en su desarrollo, ambas tienen una extensión similar y están protagonizadas por un grupo de amigos (preadolescentes en Totoche, adolescentes en La Panda) que emprenden un viaje lleno de imprevistos e intrigas.

Andreu Martín (Barcelona, 1949) tenía solo veinte años de edad cuando comenzó a escribir las historietas largas de La Panda y de Sir Tim O’Theo para la revista Super Pulgarcito. También llevan la firma de Andreu Martín como guionista algunas historietas de una o dos páginas de La Panda publicadas entre 1971 y 1972 en Mortadelo y Super Mortadelo, aunque otras fueron escritas por el propio Segura. Hasta principios de los años ochenta, Andreu Martín continuó escribiendo guiones para estas y otras series de humor (como Campeonio, de Raf), de aventuras (Fantasía, S. A., Centauro) o románticas (Emma es encantadora). Realizó también guiones para revistas de cómics dirigidas a adultos, y desde 1979 ha destacado como escritor de novela negra. Además de escribir también obras de teatro y guiones para la televisión y el cine, en 1987 se adentró en la literatura juvenil, destacando entre sus numerosas obras la serie protagonizada por el detective adolescente Flanagan, escrita junto a Jaume Ribera, otro antiguo guionista de Bruguera.

La mayoría de las seis historias largas de La Panda tienen 42 páginas (salvo “Vacaciones moviditas”, que tiene 43, y “Viaje al fondo del suelo”, con 36), divididas en seis o siete entregas que a menudo tienen cierta independencia argumental, aunque las tramas van avanzando a medida que se suceden los episodios. Dado su interés, nos detendremos brevemente en cada una de ellas:

EL SILENCINO (Super Pulgarcito 1 a 6)

     
      La presentación de Manguis de CAMISA y el profesor Cano, en Super Pulgarcito nº 1 (1970).

La primera historia larga, una parodia del género de espionaje, comienza con una página de presentación en la que no aparece ningún miembro de la panda. Los protagonistas de la historia son Poli, Johnny y Antón, junto con un agente secreto llamado Manguis, de CAMISA (Concienzudas, Administradas y Minuciosas Investigaciones, S. A.), que desempeña un papel importante en la trama. Músculos interviene brevemente en las primeras páginas, mientras que Margie y Lupita solo aparecen como figurantes en un par de viñetas. Se presenta también en esta historia el profesor Cano, científico de bata, gafas y barba blanca que está desarrollando un carburante silencioso (el silencino), del que intenta apoderarse una banda liderada por un siniestro encapuchado que se hace llamar La Sombra. Aparece como invitado en la historia Pepe Barrena, otro personaje creado por Segura para la revista Gran Pulgarcito.

LA PANDA Y EL TESORO (Super Pulgarcito 7 a 12)

En la segunda historieta volvemos a encontrar al profesor Cano y al agente Manguis, en una aventura centrada en la búsqueda de un tesoro escondido y los intentos de apoderarse de él por parte de una banda liderada por un malvado de opereta, mago profesional, que da lugar a múltiples situaciones de humor absurdo. Los autores no se preocupan demasiado por la verosimilitud de la trama ni por dar una explicación lógica a todo lo que sucede en ella, sino por ofrecer a los lectores una sucesión de situaciones cómicas con un ritmo trepidante.

EL GRAN VIAJE (titulada “La isla de los chalados” en su reedición en la colección Olé!) (Super Pulgarcito 13 a 18)

Esta tercera historia larga, posiblemente la mejor de toda la serie, tiene una mayor unidad argumental, al situar a los protagonistas en un entorno extraño, ofreciéndonos numerosos momentos de humor surrealista. La aventura comienza cuando la panda se va a embarcar en un gran viaje en barco cuyo destino desconocemos. Pronto se suceden los giros de guion: en el segundo episodio el barco naufraga, y los protagonistas llegan a una isla en mitad del océano, donde se encuentran con una serie de personajes a cual más pintoresco, desencadenándose una sucesión de gags en los que predomina el humor absurdo, con ocasionales chistes metalingüísticos que hacen de esta historieta una pequeña joya del humor. En esta historia vuelve a aparecer como personaje invitado Pepe Barrena, y es la única de larga duración en la que no interviene el agente Manguis.

VACACIONES MOVIDITAS (Super Pulgarcito 19 a 25)

La cuarta historia larga comienza con los protagonistas de la serie a punto de irse de vacaciones tras finalizar el curso escolar. Su destino es Valdearenques de la Mar Salada, en plena costa Azul Celeste, donde Músculos tenía previsto alojarse en la finca de sus padres. Mientras Músculos presume de lancha con las chicas, Johnny, Poli y Antón encuentran un barco aparentemente abandonado que encierra algún misterio, pues poco después comienzan a presentarse extraños personajes interesados en la nave y en lo que se esconde en su interior tras una puerta cerrada con llave.

EL COLECCIONISTA DE SABIOS (Super Pulgarcito 26 a 32)

     
      Poli viaja a la cuarta dimensión en Super Pulgarcito nº 28 (1973).

La historia comienza con el secuestro de uno de los personajes secundarios de la anterior, el excéntrico profesor Proff, al que sucede el rapto del profesor Cano y el de otros muchos sabios. Con ayuda del agente Manguis, la panda encuentra el lugar donde están retenidos por un extravagante villano que se hace llamar Histerius, que los tiene controlados con sus poderes hipnóticos y pretende dominar el mundo gracias a sus inventos. Durante cuatro episodios se presentan sendas escenas que suceden en paralelo con diferentes miembros del grupo: una de las máquinas catapulta a Poli a «la cuarta dimensión», en la que las sombras tienen vida propia (uno de los capítulos más surrealistas y originales de toda la serie), Margaret y Antón viajan en una máquina del tiempo al lejano Oeste, Johnny y Lupita son reducidos a un tamaño microscópico mientras los persigue el profesor Cano, y Músculos se convierte en superhéroe gracias a los poderes que obtiene de otra de las máquinas.

VIAJE AL FONDO DEL SUELO (Super Pulgarcito 33 a 38)

Aunque el título hace referencia a la novela de Verne Viaje al centro de la Tierra, la última historia larga de La Panda tiene también resonancias de las novelas de la serie Pellucidar, de Edgar Rice Burroughs. Músculos, Poli, Lupita y Antón (en esta historia Johnny y Margaret no aparecen) emprenden un viaje en tren para practicar la espeleología, pero nada sale como lo habían planeado. Adentrándose en una gruta se encuentran con un grupo de moradores con aspecto de antiguos cavernícolas y son hechos prisioneros por orden de su líder. Más tarde se revela que este último fue expulsado de una gran civilización que habita en el centro de la Tierra, y hacia allí se dirige también la panda siguiendo a Trogly, un niño cavernícola, y tropezándose por el camino con diversas criaturas fantásticas. Por desgracia, la última parte de este imaginativo argumento está desarrollada de forma un tanto apresurada. Los autores dieron un final demasiado abrupto a la historia tras mostrarnos de forma muy superficial la civilización del centro de la Tierra. Habría faltado un episodio más para alcanzar una extensión similar al resto de historias largas, lo que habría hecho posible un desenlace mejor desarrollado.

El final de las historias largas en el Super Pulgarcito número 38 (enero de 1974) coincide aproximadamente con el final de las historias largas de Sir Tim O’Theo (que terminaron en el número anterior, de diciembre de 1973) y de las de Zipi y Zape (que acabaron en el Mortadelo 168, el 11 de febrero de 1974), de lo que se deduce que este cambio no fue debido a una decisión de los autores sino a una modificación en la política editorial, que dio marcha atrás en la consigna que se había dado a los autores tres años antes.

Terminada la etapa de las historias largas de La Panda, Andreu Martín abandonó la serie, pero en los siguientes cinco años, hasta el número 93 (febrero de 1979), continuaron publicándose en Super Pulgarcito un total de 43 historietas cortas con guion de Segura (de seis páginas hasta el número 54 y después casi todas de cinco páginas, aunque excepcionalmente hubo algunas de dos o cuatro páginas), sin contar las numerosas historietas que fueron reeditadas. La revista continuó publicándose hasta el número 152 (diciembre de 1983), pero ya no volvieron a aparecer en ella nuevas historietas La Panda.

     

Primera página firmada por “Segura y equipo”, en
Super Pulgarcito nº 54 (1975).

     

El entintado de muchas historias cortas de los años setenta parece en general más apresurado que el de otras etapas de la producción de Segura, tanto anteriores como posteriores, lo que refleja la sobrecarga laboral del autor, que debía cubrir una demanda de varias series publicadas al mismo tiempo en diversas revistas de la editorial. Esta situación obligó a Segura a recurrir a otros dibujantes como asistentes. Entre 1975 y 1978, los dibujos de muchas historietas de la serie aparecen firmados por “Segura y equipo”, aunque los guiones no dejaron de ser del propio Segura.

En cuanto al elenco de personajes de estas historietas cortas, llama la atención una progresiva disminución de la frecuencia de apariciones de Johnny, hasta desaparecer casi por completo después del número 54 de Super Pulgarcito, publicado en 1975. Quizá el autor consideró que cinco personajes eran más que suficientes, y optó por prescindir de uno que resultaba muy similar a Poli. Johnny aún interviene de forma muy esporádica en historietas posteriores (aunque ya no en esta revista). A partir de 1981, en las últimas historietas de La Panda realizadas para Bruguera, sus apariciones volvieron a ser más regulares y lo encontramos dibujado con gafas, posiblemente para diferenciarlo más de Poli.

Por otra parte, comprobamos que Músculos, un personaje nacido como antagonista del grupo principal, acaba integrándose como un miembro más de la pandilla, sin perder por ello las características que lo diferencian del resto (su pertenencia a una clase económica superior y su preocupación por las apariencias). Segura consigue que incluso este personaje, cuyas debilidades acaban resultando evidentes por mucho que trate de ocultarlas, resulte entrañable para los lectores.

El agente Manguis, un personaje que había intervenido en todas las historias largas salvo “El gran viaje”, solo volvió a tener una aparición aislada, prácticamente un cameo, en el número 40 de Super Pulgarcito. El profesor Cano apareció en tres historietas con nuevos inventos extravagantes (números 42, 51 y 55). En cuanto a Pepe Barrena, que había intervenido en dos historias largas, regresó como personaje invitado en el número 52 y aún tuvo otra aparición más junto a la panda en el Mortadelo extra de Verano de 1977.

Igual que sucedía en las historias largas, en algunos de estos episodios más breves los protagonistas también se enfrentan con delincuentes, generalmente maleantes de poca monta, aunque ocasionalmente alguno destaca por su originalidad y nos recuerda a los malvados de las historias largas, como el profesor Polen (Super Pulgarcito número 44), que se dedica a hacer extraños experimentos con las plantas. Aunque la ambientación de las historias es casi siempre realista, de vez en cuando Segura incorpora temas propios de la ciencia ficción, como son los inventos del profesor Cano o unos extraterrestres que otorgan superpoderes a Músculos en un díptico publicado en los números 73 y 74 de Super Pulgarcito.

Paralelamente a las historietas publicadas en Super Pulgarcito, la serie continuó en la revista Mortadelo con características similares a las que tenía en Gran Pulgarcito. Apareció desde el número cero, entregado el 23 de noviembre de 1970 junto con la revista Tio Vivo, y la única diferencia que encontramos a primera vista es que las nuevas entregas tienen seis tiras por página en lugar de cinco como en Gran Pulgarcito y Super Pulgarcito. Hasta el número 34 de Mortadelo (19 de julio de 1971) aparecieron catorce nuevas historietas de una página (la mitad de ellas con la firma como guionista de Andreu Martín), antes de interrumpirse su publicación en esta revista durante un año y medio. Las dos últimas entregas de esta etapa (números 32 y 34 de Mortadelo) recuperaron el formato de cinco tiras por página.

La Panda regresó a la revista Mortadelo de forma esporádica con otras nueve historietas de una página entre los números 111 (8 de enero de 1973) y 239 (23 de junio de 1975). Después de esta fecha, en Mortadelo ya solo aparecieron reediciones de esta serie, con la excepción de una historieta nueva de dos páginas en el número 461 (24 de septiembre de 1979).

En la mayor parte de los extraordinarios de Mortadelo, desde el primero (Carnaval 1971) hasta el extra de Primavera de 1983, también aparecieron historietas nuevas de La Panda (veintisiete en total, sin contar las reeditadas), de dos a seis páginas de extensión. Las dos primeras aún se presentaron en el formato de seis tiras por página, como sucedía por entonces en la revista Mortadelo; las dieciocho siguientes (desde el verano de 1971) son de cinco tiras, y las siete últimas, a partir de 1979, de cuatro tiras. En la primera de todas, Poli acaba de obtener el carnet de conducir, y su padre le ha regalado un coche viejo y algo destartalado (en contraste con el Mini de Músculos), que conservará durante muchas historietas a pesar de los múltiples accidentes y desperfectos que acostumbra a sufrir.

     
      La Panda llega a Super Mortadelo desde el cuarto número (1972).

La Panda se publicó también en otras revistas derivadas de la cabecera Mortadelo. La primera de ellas, Super Mortadelo, nació en febrero de 1972, y La Panda apareció en ella desde el número 4 (mayo de 1972). La mayoría son historietas de dos páginas, aunque también las hay desde una hasta seis páginas. Al principio, La Panda aparecía en todos los números, luego las historietas nuevas fueron distanciándose cada vez más y alternándose con reediciones. Las primeras historietas de Super Mortadelo tenían un formato de cinco tiras por página, pero fue en esta revista donde empezaron a publicarse con un formato de cuatro tiras a partir del número 88 (julio de 1979), manteniéndolo a partir de entonces en todas las que se publicaron en distintas revistas.

En el número 27 de Super Mortadelo (1974) aparece por vez primera la señora Revinágrez, una desagradable y amargada señora de nariz larga y aguileña que detesta a Tigre, el perro de su vecina Lupita, y que pronto se convierte en personaje habitual de la serie como contrapunto cómico y adversaria natural de la panda. Reediciones aparte, en total llegaron a publicarse cincuenta historietas de La Panda en Super Mortadelo, hasta el número 135 (publicado presumiblemente a finales de agosto de 1982).

Encontramos también un par de historietas nuevas de La Panda en otras dos revistas derivadas de Mortadelo: una en el Mortadelo Gigante número 12 (13 de septiembre de 1976) y otra en el Mortadelo Especial número 112 (1981), revista en la que también se reeditaron posteriormente unas cuantas historietas de la serie.

En 1981, Bruguera lanzó una nueva revista llamada Bruguelandia, de especial interés para los aficionados, pues en ella rendía homenaje a sus autores rescatando material olvidado de su archivo y ofreciendo, al mismo tiempo, nuevas historietas de sus series más populares. En esta publicación aparecieron, entre 1981 y 1983, diez nuevas historietas de La Panda de dos o cuatro páginas cada una, además de reeditar un par de historietas antiguas en uno de los dos números dedicados a Segura.

Otra historieta nueva de La Panda apareció en el número 271 de la colección Olé! (1983), uno de los cinco números dedicados al 25º aniversario de Mortadelo y Filemón, en el que se incluyeron diversas series de la editorial con estos dos personajes como invitados, dibujados por el propio Ibáñez (aunque todos los demás personajes y fondos están realizados por los respectivos autores de cada serie).

Tras fusionarse la revista Super Mortadelo con el Mortadelo semanal en enero de 1984 (conservando la numeración y el número de páginas de Super Mortadelo, pero con la periodicidad y el nombre de la revista semanal), aún apareció una historieta nueva de dos páginas de La Panda en el número 172 (16 de enero de 1984), que es la última de la serie publicada por Bruguera.

Las historietas de La Panda se reeditaron en muchas revistas de Bruguera (además de las citadas a lo largo del artículo, hemos encontrado reediciones en Zipi y Zape, Zipi y Zape ExtraZipi y Zape Especial, Super Tio VivoTio Vivo Extra, Super DDT, Super Carpanta, Super Rompetechos y Pulgarcito) y, a partir de 1987, en publicaciones de Ediciones B (Zipi y ZapeSuper Zipi y Zape, Zipi y Zape Extra, Mortadelo Extra). Además, en la colección Olé! de Bruguera se incluyeron varias historietas publicadas previamente en revistas, tanto en dos números monográficos de La Panda como en otros diez números dedicados a Zipi y Zape, en los que se encuentran algunas historietas de La Panda en las páginas finales. Las reediciones más recientes son las incluidas en el tomo de la colección Super Humor Clásicos dedicado a Segura (2007) y en el dedicado a La Panda dentro del coleccionable Clásicos del Humor editado por RBA (2009).

Portada de Segura para Bruguelandia nº 21 (1983) y diversas recopilaciones de la serie.

 

La Panda en perspectiva

Analizando de forma global los quince años de La Panda en Bruguera, concluimos que Segura desarrolló para la editorial Bruguera una serie de humor con características que fueron definiéndose hasta conformar un universo propio y reconocible. Como señala Antoni Guiral, «no se trataba de adolescentes remolones ni rebeldes, vivían en casas de familias biempensantes y trabajadoras —excepto Músculos, el pijo del grupo— y su moralidad no presentaba fisuras importantes con respecto a la ética de la clase media del momento»[4]. Es fácil identificarse con los personajes de Segura, que no son héroes intachables, muestran debilidades como cualquiera de nosotros y a menudo se meten en líos por su torpeza, pero en definitiva son un grupo de buenos amigos del que cualquier lector habría querido formar parte.

En las historias de La Panda encontramos un reflejo idealizado y optimista de la adolescencia, en el que se suceden las desventuras y contratiempos, pero ninguno es grave ni irreversible. Los intereses de los protagonistas se centran en disfrutar del tiempo de ocio con actividades sanas y casi siempre al aire libre. Abundan los guateques, pero sobre todo las excursiones al campo, a la playa o a la nieve, en un ambiente vacacional casi permanente, con escasas historietas ambientadas en el instituto donde estudian. Fue un acierto por parte de Segura el que los personajes no estuvieran tan encasillados en roles concretos como en los inicios de La alegre pandilla, lo que le permitió explorar situaciones y escenarios muy variados. Del mismo modo, acertó al presentar un grupo de personajes de edades similares, lo que dio mayor naturalidad a las relaciones entre ellos y, por otro lado, le impidió caer en la tentación de convertir la serie en un nuevo compendio de travesuras infantiles.

La última historieta de La Panda publicada por Bruguera (1984).

Por supuesto, dada la época y el medio en el que se publicó la serie, la cuestión sexual quedó apartada por completo: aunque los chicos compiten a menudo por impresionar a las chicas, ningún personaje muestra un claro interés romántico hacia otro en particular ni hay una auténtica tensión sexual entre ellos.

Aunque los jóvenes ocupan, lógicamente, el centro de atención de los episodios, los adultos desempeñan un papel importante en muchas historias: entre ellos están los padres de los protagonistas (raramente los profesores) como representantes de la autoridad y de los límites a sus deseos de diversión, los aliados en sus aventuras (el agente Manguis, el profesor Cano, Pepe Barrena), los delincuentes a los que se enfrentan en muchas ocasiones y, finalmente, los vecinos, entre los que destaca la señora Revinágrez, que representa justo lo opuesto a los protagonistas por su amargura permanente y su resentimiento hacia los jóvenes.

Segura utiliza en sus aventuras un lenguaje coloquial (por supuesto, sin palabras malsonantes, absolutamente prohibidas en los tebeos de esa época), en el que intercala a menudo expresiones extranjeras, que la editorial tenía por norma poner entre comillas. Por ejemplo, leemos en el Mortadelo Extra de Primavera, de 1972, cómo Músculos presume de coche ante las chicas: «Bueno, mis queridas ‘girls’… ¿Qué me decís del fulgurante ‘reprís’ de mi ‘voiturette’?».

 

Los Muchamarcha’s: vuelta a empezar

Aunque las historietas de La Panda se habían interrumpido en enero de 1984, Robert Segura siguió publicando historietas de la serie Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón, ahora rebautizada como Los Alcorcón con Pepón, una pareja de tres, hasta el número 227 de la revista Mortadelo (mayo de 1985). En ese mismo año, cuando Bruguera ya se encontraba en una difícil situación económica, varios de sus autores más importantes (Ibáñez, Raf, Segura y Martz-Schmidt) abandonaron la editorial para lanzar con Ediciones Junior, del grupo Grijalbo, una nueva revista juvenil llamada Guai!, un proyecto que tenía algunas similitudes con el Gran Pulgarcito publicado años atrás por Bruguera, pues también aunaba series franco-belgas de calidad contrastada (en el primer número aparecieron Astérix, El teniente Blueberry y Lucky Luke) con nuevas creaciones de los mencionados autores españoles. Para la ocasión, Segura lanzó una nueva serie protagonizada por una pandilla de jóvenes: Los Muchamarcha’s. Y además, recuperó el formato de historias largas que tan buen resultado le había dado a principios de los años setenta, aunque esta vez fue él mismo quien escribió los guiones. Solo llegaron a publicarse a lo largo de 1986 dos historias largas de esta nueva serie, de 46 y 44 páginas respectivamente, que nunca han sido reeditadas:

LA DESPLAZANTINA (Guai! 1 a 10)

Aunque el primer número de la revista se publicó en abril de 1986, por la firma de la primera página sabemos que Segura empezó a trabajar en ella el año anterior. La historia se abre con una ilustración a toda página a modo de portadilla en la que se presentan los personajes principales de la historia. En la nueva pandilla encontramos a cuatro chicos adolescentes (Helio, Teo, Quique y Pototo, el típico gordito), dos chicas de su edad (Nani y Lina, esta última con su perrito Pipo), una niña pequeña un tanto repelente llamada Dorita, hermana de Nani, y al fondo aparece Ludgardo del Nardo, un joven científico que, según sabremos más tarde, ha fabricado una moto teledirigida y es ayudante del profesor Majaritzky Turulatof, inventor de la desplazantina, un compuesto que permite a quien lo ingiere desplazarse instantáneamente al lugar que desee. La historia se desarrolla en torno a las situaciones más o menos disparatadas que genera este invento y a los intentos por apoderarse de su fórmula por parte de una banda liderada por un antiguo ayudante del profesor. Segura está en plena forma como dibujante y la historia se lee con agrado, aunque echamos en falta el humor absurdo, los malvados de opereta y las ocurrencias delirantes de las historias de La Panda escritas por Andreu Martín.

EL CRÁTER (Guai! 20 a 30)

La segunda historia de Los Muchamarcha’s también se abre con una ilustración a toda página a modo de portadilla. La pandilla protagonista emprende, con el resto de su clase, un viaje de fin de curso a Villadelvalle para visitar sus cuevas y el cráter apagado del cerro del Cencerro. Les acompañan su profesora, la señorita Estroncia del Troncho, y Ludgardo del Nardo como monitor adjunto. Los cuatro chicos de la pandilla son castigados a dormir en una cuadra cercana al albergue y aprovechan para realizar un paseo nocturno hasta el cráter, donde se encuentran con un platillo volante y con unos extraterrestres que han escapado de otra especie alienígena y que requieren su ayuda para conseguir el carburante que les permita salir de allí. Los enredos se suceden en esta divertida aventura, en la que se echa de menos, no obstante, una mayor participación por parte de las chicas.

Presentación de Los Muchamarcha’s en el primer número de Guai! (1986) y portadilla de "El cráter" (1986).

Tras unas semanas de descanso, la serie Los Muchamarcha’s regresó a la revista Guai! a partir del número 40 (publicado ya en 1987), pero Segura introdujo en ella dos cambios drásticos. Por un lado, a partir de entonces ya solo ofreció historietas cortas, generalmente de cuatro páginas (solo muy excepcionalmente llegan hasta cinco o seis). Pero además hizo una importante modificación en el elenco protagonista, en una operación similar a la que años antes había realizado con su serie La alegre pandilla, aunque aquí el cambio fue más brusco. Al inicio de la historieta publicada en el número 40, Teo, uno de los miembros de la pandilla, llega a un centro de deportes invernales en Beermoritz para practicar el esquí junto con su tío Rusferto, que está acompañado de su atractiva esposa, Pitita, y su cuñado soltero, Keke (inicialmente sin tilde, aunque tiempo después empezó a aparecer escrito Keké). Para estos nuevos personajes Segura se basó en el trío protagonista de su serie clásica Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón. El metepatas Keke, que siembra el caos por donde pasa y en todos los trabajos que desempeña, se hace inmediatamente con el protagonismo de la serie, y aunque se mantiene el título Los Muchamarcha’s, la pandilla original ya solo tiene un papel secundario, y en muchas historietas ni siquiera aparece. Mayor papel desempeñan en muchos episodios el profesor Turulatof y su ayudante Ludgardo (escrito Lutgardo desde 1989), conocidos desde la primera historieta larga, que cometen el error de dejar que Keke intervenga a menudo en sus experimentos, supuestamente para ayudarles, aunque siempre con catastróficos resultados.

Guai! pasó del grupo Grijalbo a Ediciones B (bajo el sello Tebeos SA) a partir del número 82 (diciembre de 1987), y la serie Los Muchamarcha’s continuó publicándose hasta alcanzar un total de 66 historias cortas antes de la cancelación de la revista en enero de 1990, al cabo de 175 números. Posteriormente, Los Muchamarcha’s continuó con 22 nuevos episodios en la revista semanal Mortadelo de Ediciones B, entre los números 154 (30 de mayo de 1990) y 192 (abril de 1991). Tras alcanzar los doscientos números, la revista semanal fue sustituida por la mensual Mortadelo Extra, donde aún aparecieron cuatro episodios nuevos de Los Muchamarcha’s (uno en 1991 y otros tres en 1995), además de numerosas reediciones de historias cortas procedentes de la revista Guai!

A pesar de tratarse de historietas cortas casi siempre independientes (solo ocasionalmente había una ligera continuidad entre ellas), la numeración de las páginas se continuaba de unos episodios a otros, con excepción de los últimos de la serie, hasta completar bloques de 44 a 48 páginas, posiblemente con la esperanza de que posteriormente pudieran conformar álbumes recopilatorios. Podrían haberse publicado de este modo hasta un total de diez álbumes de Los Muchamarcha’s, incluyendo las dos historias largas iniciales, pero solo llegó a aparecer uno, que recopilaba las primeras historietas cortas, dentro de la colección Tope Guai!

 

El regreso de La Panda

Habiendo relegado a su nueva pandilla adolescente a un papel secundario en la serie donde habían nacido, Segura sorprendió a los lectores con el regreso de su pandilla más famosa. Tras una interrupción de ocho años, descubrimos una última etapa de La Panda con catorce nuevos episodios de dos páginas en la revista Mortadelo Extra, entre los números 18 (febrero de 1992) y 32 (31 de marzo de 1993), con excepción del número 29, en el que se reeditó una historieta procedente de Super Pulgarcito. Johnny vuelve a estar ausente de la serie, como había sucedido en la segunda mitad de los años setenta, aunque en algunas historietas aparece junto al resto del grupo un chico delgado con el pelo rubio y liso que podría ser una nueva versión de este personaje con un aspecto cambiado. El estilo del autor ha madurado y se ha hecho aún más cuidado sin perder su atractivo, soltura y eficacia. Obviamente, ha modernizado el vestuario de los personajes adaptándolo a la época y ha realizado también algunos cambios físicos: por ejemplo, Antón tiene el pelo rapado salvo una pelambrera en la parte superior de la cabeza, y el perro Tigre es ahora más pequeño. Segura se deleita en dibujar a menudo a chicas de apariencia más exuberante que en la anterior época, y se permite incluso mostrar algún desnudo y algún beso en la boca, aunque se cuida de no introducir ningún romance entre los personajes del grupo habitual.

       
En la última etapa de La Panda, Segura se permite mayores libertades. Historieta publicada en Mortadelo Extra nº 27 (1992).        
         

En la historieta final de la serie aparece Lutgardo, de Los Muchamarcha’s, como nuevo profesor de Física y Química (aunque ya se le había visto en la última viñeta de la historieta anterior), e incluso hace un cameo el profesor Turulatof, uniendo así en un mismo universo sus dos últimas series de pandillas.

Después de despedirse definitivamente de La Panda, Segura realizó aún tres entregas más de Los Muchamarcha’s en 1995, además de continuar dibujando otras series, como Rigoberto Picaporte, para Zipi Zape Extra hasta su cancelación en el número 61 (24 de enero de 1996), y ¿Qué pasa, papá? / Don Roge y doña Lisístrata, que con sus hijos meten la pata, hasta el último número de TBO, publicado en septiembre de 1998, que tenía una portada del propio Segura e incluía también otros trabajos suyos en el interior. De este modo, Robert Segura se mantuvo presente en los tebeos de humor hasta su desaparición de los quioscos españoles, mostrando un talento creativo que no llegó a decaer en ningún momento. Durante varias décadas supo reflejar con humor los valores, las aspiraciones y las debilidades de nuestra sociedad a través de sus personajes, entre los que es imposible olvidar a los eternos jóvenes de La Panda.

 

CONCLUSIONES

Siguiendo una larga tradición de cómics protagonizados por pandillas de niños o adolescentes, Segura creó varias series centradas en grupos juveniles, aunque solo una mantuvo esta característica hasta el final.

La primera serie de este tipo creada por Segura en 1963 (La alegre pandilla) sufrió una transformación a lo largo de sus primeros años de vida, desapareciendo de ella todos los jóvenes del elenco inicial y quedando solamente el niño más pequeño, Titín, al que se unieron otros dos personajes creados posteriormente, un compañero de correrías (Gafitas) y un antagonista de los dos anteriores (Músculos).

La Panda, creada en 1969 para Gran Pulgarcito, fue la serie de pandillas más exitosa y duradera de Segura, que logró desarrollar en ella un universo propio, sin dejar por ello de introducir algunos cambios a lo largo de su recorrido por diversas publicaciones.

La Panda se desarrolló en diversos formatos: gags humorísticos de una o dos páginas, seis historias largas de unas 42 páginas con guiones de Andreu Martín (la etapa más brillante de la serie) y un gran número de historias cortas, de hasta seis páginas, que desarrollaban argumentos de aventuras y humor.

En La alegre pandilla encontramos influencias de origen británico, de acuerdo con el modelo de la revista donde nació la serie (Mundo Juvenil). La Panda, en cambio, nació en una revista de inspiración franco-belga (Gran Pulgarcito), aunque esta última influencia se manifiesta especialmente en las historias largas publicadas en la revista Super Pulgarcito.

En el éxito de La Panda influyó el desarrollo de los personajes protagonistas (adolescentes de edades similares, que podían interactuar entre ellos con naturalidad, con virtudes y defectos con los que podía identificarse el lector y que no estaban tan encasillados en características concretas como los jóvenes de la primera pandilla de Segura), pero también los personajes secundarios adultos, tanto aliados como antagonistas de la pandilla.

La salida de Segura de la editorial Bruguera en 1985 dio lugar a la creación de una tercera serie de pandillas, Los muchamarcha’s, que inicialmente recuperó el formato de historias largas, pero posteriormente sufrió una completa transformación, pasando a desarrollarse en historias de unas cuatro páginas en las que la pandilla original quedó relegada a un papel testimonial y el protagonismo fue acaparado por un nuevo personaje llamado Keke, trasunto del Pepón de Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón.

Entre 1992 y 1993, Segura realizó una última etapa de La Panda en la que recuperó a sus antiguos personajes, actualizando su apariencia y permitiéndose mayor libertad para presentar situaciones que la estricta censura de años anteriores no habría permitido.

 

ANEXO 1: PUBLICACIONES ORIGINALES DE LA SERIE LA PANDA

Gran Pulgarcito (Bruguera): 2, 3, 5, 6, 8, 9, 11 a 14, 16 a 19, 21, 22, 24, 26, 27, 29 a 35, 39, 40, 43 a 45, 47 a 49, 51 a 64, 66, 69 a 71, 73, 77, 78, 80, 81, 84. Extras: Verano 1969, Almanaque 1970, Verano 1970.

Super Pulgarcito (2ª etapa, Bruguera): 1 a 44, 46 a 63, 65, 67 a 70, 72 a 76, 78, 80, 81, 84 a 87, 92, 93.

Mortadelo (1ª etapa, Bruguera): 0, 1, 3, 4, 6, 9, 14, 16, 17, 23, 25, 29, 32, 34, 111, 127, 130, 135, 143, 181, 233, 237, 239, 461. Extras: Carnaval 1971, Primavera 1971, Verano 1971, Almanaque 1972, Primavera 1972, Verano 1972, Almanaque 1973, Primavera 1973, Verano 1973, Almanaque 1974, Primavera 1974, Verano 1974, Navidad 1974, Primavera 1975, Verano 1975, Almanaque 1977, Verano 1977, Navidad 1977, Verano 1978, Navidad 1978, Navidad 1979, Primavera 1980, Verano 1980, Navidad 1980, Navidad 1981, Carnaval 1982, Primavera 1983.

Super Mortadelo (Bruguera): 4 a 11, 13 a 21, 23 a 35, 37, 39 a 41, 43, 46, 47, 50, 53, 59, 68, 80, 81, 88, 89, 91, 94, 95, 131, 135.

Mortadelo Gigante (Bruguera): 12.

Mortadelo Especial (Bruguera): 112.

Bruguelandia (Bruguera): 3, 4, 7 a 10, 20, 24, 25, 28.

Colección Olé! (Bruguera): 271.

Mortadelo (2ª etapa, Bruguera): 172.

Mortadelo Extra (Ediciones B): 18 a 28, 30 a 32.

 

ANEXO 2: PUBLICACIONES ORIGINALES DE LA SERIE LOS MUCHAMARCHA’S

Guai! (Junior / Tebeos SA): 1 a 10, 20 a 30, 40 a 42, 45, 48 a 51, 53, 54, 56, 58, 60, 61, 63, 65, 68, 72, 77, 80 a 82, 84, 85, 87 a 91, 93, 95, 98, 100, 102, 106 a 109, 113, 117, 119, 121, 123, 124, 126, 128, 129, 131, 135 a 138, 148 a 150, 152, 154, 156, 157, 161, 163, 165, 166, 170, 173, 174.

Mortadelo (Ediciones B): 154 a 169, 178 a 180, 182, 183, 192.

Mortadelo Extra (Ediciones B): 14, 56 a 58.

 

NOTAS:


[1] Véase un recorrido más detallado de su labor como historietista en https://www.tebeosfera.com/autores/segura_monge_roberto.html

[2] Véase un análisis con mayor profundidad de este tipo de cómics británicos en http://henryjenkins.org/blog/2019/11/10/promoting-tommy-steele-through-1950s-uk-comics-part-i-by-joan-ormrod

[3] En una entrevista a Goscinny y Morris en Bang! nº 10 (1973), pág. 47.

[4] En la introducción del volumen dedicado a La Panda en el coleccionable Clásicos del Humor (RBA, 2009).


Creación de la ficha (2021): Félix López. Texto de Carlos De Gregorio. Corrección de Joaquín del Villar, Manuel Barrero y Alejandro Capelo. Edición de Antonio Moreno.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
CARLOS DE GREGORIO (2021): "De pandas y pandillas: el mundo juvenil de Segura", en Tebeosfera, tercera época, 17 (21-VII-2021). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 02/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/de_pandas_y_pandillas_el_mundo_juvenil_de_segura.html