EL HOMBRE MÁS INTERESANTE DEL MUNDO
Esta frase parecería sacada de algún comercial de bebidas alcohólicas o de relojes de alto rango en precio, pero en realidad solo es una apreciación personal de un personaje con el que he tenido oportunidad de platicar y convivir, y cada una de esas veces encuentro un dato nuevo, aparece una anécdota o experiencia diferente, que solo aumenta mi admiración y entendimiento de lo que es vivir: que si viajó a tal lado, que si conoció a tal o cual persona, que si hizo o deshizo, que ya aprendió una nueva habilidad o simplemente un breve consejo de vida que llega en el momento adecuado para quitar fantasmas de la cabeza y dar ese paso al frente que siempre hace falta.
Fue en julio de 1994 cuando crucé palabra con él por primera vez. A mis veintiún años simplemente no podía creer que estaba sentado junto a él, era el primer evento que organizaba en México, de hecho era la primera convención de comics que se organizó en este país, Conque, en el Polyforum Siqueiros, un hermoso lugar adornado con murales del pintor y muralista mexicano David Alfaro Siqueiros; su presencia llenó de alegría el lugar, siempre sonriendo, firmando a todo mundo, soltando bromas a diestra y siniestra. Lo único que logró fue aumentar mi admiración hacía él, porque si antes yo era un declarado admirador de su obra, ahora admiraba a la persona, y me hice una promesa: un día iba a compartir con él el crédito en una obra o trabajo, estaría sentado con él presentando ese trabajo donde le haría un homenaje al hombre más interesante que conozco: SERGIO ARAGONÉS.
Veintitrés años después, ese sueño se cumplió. Llegaron a mis manos, gracias al artista mexicano Sixto Valencia[1], una buena cantidad de dibujos originales de Sergio que habían sido publicados en la revista Mañana[2] de 1958 a 1968 (con un lapso interrumpido de septiembre de 1965 a julio de 1966). Lo más lógico era juntar esos originales y publicar un libro con ellos, pero me pareció un buen momento para contar una historia que hasta ese momento se conocía poco: La vida de Sergio en México.
Era de conocimiento público que Sergio nace en Castellón, España en 1937, que su familia salió del país a causa de la Guerra Civil y que después de una corta estadía en Francia, se trasladaron a México donde el presidente Lázaro Cárdenas le había abierto las puertas a los refugiados españoles. Así en 1942, a punto de cumplir los cinco años, Sergio llega a México donde viviría hasta los veinticinco años. Se sabía que había estudiado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y que a los veinticinco años se embarcó en la aventura de buscar trabajo en Estados Unidos y llegó a la revista MAD, pero poco o nada se sabía de los años definitivos donde se forja el carácter, los gustos, las aficiones y se inicia el camino, así que decidí que el libro hablara de eso, de cómo vivió Sergio en México, como creció y que lo formó y educó en su infancia y adolescencia, y entonces descubrí a un hombre aún más interesante.
Teníamos un pequeño guion de las cosas que había hecho Sergio en México, basado en sus entrevistas y contamos con ayuda de coleccionistas como Juan Carlos López que tenían cierto material pero, principalmente, fueron determinantes dos factores, el material y fotografías que Elisa Aragonés, hermana del autor, había guardado con cuidado y recelo, y que Maribel, su hija, nos permitió revisar; pero sobre todo la impresionante memoria de Sergio, el cual nos contó a detalle cada parte de su vida en divertidas sesiones a distancia donde era imposible no reír o asombrarse de las peripecias o razones por las que este hombre vivió lo que vivió.
Sergio Aragonés de niño, de futbolista. |
Así conocimos sus recuerdos de la llegada a México, en el barco Nyassa, transporte donde conoció por primera vez el sabor del chocolate y guardó en su memoria los platones de manzanas que abundaban en aquel transporte. Nos habló de la dedicación de su padre por cuidar y proteger a la familia, lo que lo llevo a trabajar en la industria cinematográfica mexicana y poco a poco convertirse en un importante productor y líder sindical.
Cuaderno de la infancia del autor con un esbozo de una historieta del oeste. |
La infancia de Sergio fue feliz, llena de juegos, historietas de Los Supersabios y Rolando el rabioso (populares historietas mexicanas de la época). Recordaba con especial gracia cómo al llegar a México solo hablaba francés y tuvo que aprender el idioma a marchas forzadas, así como evitar el siseo característico de los españoles, para evadir las burlas de sus compañeros. Es en esa infancia donde aparecen sus primeros dibujos en cuadernos de contabilidad que le regalaba su tío Manolo y que llenaba de historias que solo el entendía.
Bocetos de un joven Aragonés en la parte de atrás de cuadernos de contabilidad de su tío. |
Al revisar sus cuadernos escolares descubrimos que estaban llenos de dibujos alrededor de los apuntes tradicionales, Sergio utilizaba los márgenes de sus cuadernos para contar sus historias, un origen primitivo de los futuros marginales que aparecerían en la revista MAD y que se volverían uno de los sellos inconfundibles de Aragonés.
Cuaderno escolar de 1944, con un "marginal" cuando el autor contaba con seis años de edad. |
Los estudios no eran algo que Sergio disfrutara, él lo que amaba era dibujar. Al llegar al momento de elegir una carrera universitaria optó por ingeniería para darle gusto a su padre, pero al poco tiempo la abandonó para cambiarse a arquitectura. Sergio tenía claro que la única forma de poder divertirse haciendo dibujos sin que sus padres lo enviaran a trabajar era estudiando, así que no fue particularmente un buen estudiante, aunque su creatividad y su forma de ser tan amigable hicieron que fuera muy popular en la Universidad.
Dibujo de un personaje que representa la Arquitectura. |
Su adolescencia y juventud se vieron marcadas por un gusto particular por los deportes acuáticos, en particular el buceo, el cual practicaba a la menor oportunidad viajando de “aventón” (pedir en la carretera a los automovilistas que te lleven sin costo) al puerto de Acapulco para practicar dicho deporte. También gustaba de ir a echarse clavados a Las Estacas, un balneario cercano a la Ciudad de México, donde en una ocasión coincidió con su padre y el director de cine Ismael Rodríguez porque estaban filmando un par de capítulos de la serie de televisión norteamericana Sheena, Queen of the Jungle, y debido a que el doble de acción se lastimó, Sergio lo sustituyó en las escenas de riesgo portando una peluca rubia y vestido como la protagonista.
El autor en 1955, con 18 años. |
Fue campeón nacional de remo representando al Club Antares en 1955 y también ganó el campeonato nacional de buceo que se realizó en Las Estacas en 1960, donde aprovecho sus interminables tardes de práctica que le permitieron conocer a la perfección la pista y hacer ganador a su equipo.
Cabe mencionar que Sergio hizo su servicio militar en México, y uno de sus máximos orgullos es haber sido escolta de la bandera mexicana en 1957 durante el desfile militar que conmemora cada año la independencia de México.
Credencial de Aragonés en la UNAM. |
Su pasión por los deportes acuáticos no se detuvo durante el tiempo que tenía que tomar clases en la Universidad, al contrario, era asiduo a practicar en la bella alberca olímpica de la UNAM; un día que la cerraron para que el ballet acuático de la Universidad realizara pruebas, él tuvo la ocurrencia de presentarse para realizar dichas pruebas y al enterarse que solo estaba disponible el puesto de payaso, sopesó la situación y se dio cuenta que estaría rodeado todo el tiempo por mujeres (había otro clavadista hombre pero era muy serio y formal), ni tardo ni perezoso aceptó el puesto donde hizo giras por toda la república.
Su divertida forma de expresarse como payaso acuático hizo que un amigo suyo, Víctor Iturbe, lo recomendara para actuar en el ballet acuático de Elvira Castillo, una famosa Miss México que con su ballet había obtenido fama y buenos contratos. Sergio inmortalizó su paso por el ballet acuático de Elvira Castillo en la historia corta “El traje del gorila” que fue publicada en el año 2000 en la antología Streetwise.
No solo de deporte se entretenía Sergio, su insaciable sed de conocimiento lo llevaron a inscribirse al cineclub de la UNAM, donde entre otras cosas conoció el trabajo de Kurosawa que lo marcaría para toda su vida. Estas sesiones de cine lo amistaron con dos jóvenes actores, cuya amistad conservaría hasta la fecha, Héctor Ortega (1938-2020) y Mauricio Herrera; fue gracias a ellos que Sergio incursiona en el teatro en 1957 con la obra La hermosa gente de William Saroyan, para un año después hacer La piel de nuestros dientes, y en 1959 La appassionata y El alfarero.
Esta relación con el teatro y un naciente interés en la pantomima para poder conseguir las expresiones que buscaba en sus dibujos, lo llevan a aprovechar la presencia del mimo francés Marcel Marceu, que venía acompañado por el joven escritor chileno Alejandro Jodorowsky, el cual decide quedarse en México para impartir unos talleres de pantomima, a los cuales de inmediato se inscribió Sergio. la relación entre Alejandro y Sergio se hizo cercana y Sergio le ofreció empezar las presentaciones de una forma diferente, utilizando el dibujo para anunciar el siguiente acto de pantomima, así cuando el acto era de magia, Sergio entraba al escenario vestido de mimo y en un pizarrón dibujaba un mago.
Recorte de periódico con una crónica de los talleres de pantonima de Jodorowsky. Abajo a la izquierda, fotografía de Aragonés, en pleno dibujo en vivo. Fuente: Archivo General de la Nacion. |
Sergio no paraba de buscar nuevas formas de divertirse y de hacer cosas diferentes, participó como actor en una fotonovela sobre el caso Chessman[3], montó una exposición con Arnaldo Coen y Felipe Ehrenberg en la Galeria Pecaníns donde se presentaron obras que cada una contenía el trabajo de los tres artistas. Era coleccionista de figuras del Pato Pascual (como se le conocía a Donald en México) y de las historietas que siempre le compraba su tío Manuel. También era amante de las manualidades y de los diablillos de Pastorela que aparecían en los nacimientos navideños que adornaban los árboles de navidad en las casas mexicanas.
Fue en 1954 cuando Sergio publica sus dibujos por primera vez, en el número 3 de la revista SIC que dirigía el caricaturista Almada y que tenía su propia imprenta en el sótano de su casa, situación que a Sergio le fascinaba para ver el funcionamiento de aquella máquina. Al poco tiempo deciden juntarse Sergio, Almada y otro caricaturista que llegaría a ser muy famoso, Eduardo Del Río “Rius” para formar un grupo llamado “Dibujantes humorísticos de México”, proyecto que terminó cuando un supuesto promotor se llevó sus originales sin pagarles un peso y sin que lo volvieran a ver.
Portada y página interior de Aragonés en el número 3 de la revista SIC (1954). |
Sergio cursaba la preparatoria y era el encargado del periódico mural de la escuela, donde, es obvio, llenaba de dibujos; un día una de sus compañeras tomó unos dibujos de Sergio sin avisarle y los llevo a mostrar a la revista de humor Ja-Ja que era bastante conocida en México en aquel entonces. Cual sería la sorpresa de todos cuando esa mujer regreso a los pocos días con un cheque para Sergio a cuenta de sus primeros dibujos pagados profesionalmente en dicha revista, en su número 287 del 24 de agosto de 1955. En ese momento Sergio se da cuenta que puede ganar dinero con sus “monos” y decide que quiere vivir de hacer eso.
Folleto de la Asociación Mexicana de Periodistas sobre el "Salón del Humorismo" celebrado en 1958, con participación de Aragonés, del que se publica un chiste y una breve semblanza (abajo). |
Empieza a participar en salones de humorismo y a relacionarse con otros caricaturistas, y en esas andaba cuando llega a sus manos un ejemplar de la revista MAD que le generó una admiración inmediata y decide juntarse con sus amigos Gustavo Sainz, Nacho Méndez y Héctor Ortega para hacer su versión mexicana de la revista gringa, y así nace Mano, revista publicada por editorial Hit (la misma que había publicado Chessman) pero solo duró un número, los paquetes fueron devueltos casi como se habían mandado distribuir, acabaron vendiendo los ejemplares a familiares y amigos de la universidad.
Página con seis chistes mudos de Aragonés, publicados en la revista Ja-Ja. |
Abriremos un pequeño paréntesis para mencionar la relación de Sergio con el cine; como es sabido, su padre Pascual trabajaba en esa industria en México, lo que le permitió a Sergio conocer a muchos actores del cine mexicano o personalidades de otros países como Toshiro Mifune. Desde niño apareció como extra o de forma incidental en varias películas como Ustedes los ricos (Ismael Rodríguez, 1948), Contra la ley de Dios (Max Aub, 1949) o Menores de edad (Miguel M. Delgado, 1951).
Cartel de la película La palomilla al rescate (1976), con ilustración de Aragonés. Cortesia de la coleccion de Pedro Barrios. |
A Sergio nunca le llamó la atención hacer cine porque decía que era muy aburrido hacer tantas tomas, pero siempre ha estado muy cercano a la animación. Al paso del tiempo se involucró en algunas otras producciones como una forma de apoyar a sus amigos. Por ejemplo realizó las cortinillas de entrada y los créditos de La Palomilla al rescate y Vacaciones misteriosas, películas dirigidas por su amigo Héctor Ortega en 1976, e interpretó a un comisario de policía en To Kill a Stranger (1982) dirigida por otro amigo, Juan López Moctezuma. Fue filmando esta película cuando sucedió su encuentro con Marty Feldmann. Sergio, todavía con la vestimenta de policía que usaba en la película, se acercó a saludarlo y a decirle cuanto lo admiraba, pero el cómico norteamericano se asustó mucho al verlo (por alguna extraña razón), y Sergio ya no pudo explicarle que solo era un actor, dejando alterado y nervioso a Feldmann. El actor falleció esa noche dejando a Sergio con una sensación extraña. Esta historia fue narrada magistralmente en el cómic Solo publicado por DC comics en agosto de 2006.
Cartel de la película Para matar a un exrtaño (1982), que contó con la interpretación de Aragonés. Cortesia de la coleccion de Pedro Barrios. |
Entre reuniones de café de caricaturistas, de escritores, de teatreros y de infinidad de fauna de la cultura mexicana, y de asistir a sus clases en la UNAM (que le permitían hacer eso) Aragonés pasaba los días, hasta que en 1958 empezó a publicar esporádicamente en la revista Mañana, donde dos años después consigue su propia sección dentro de la publicación. Es en esta época cuando Sergio se da cuenta que en México difícilmente podría publicar humor que no fuera político, y al conocer a Lilío, una estudiante norteamericana del México City College (quien con el tiempo se convertiría en su primera esposa) decide irse a probar suerte en Estados Unidos y llega a Nueva York con un portafolio lleno de dibujos y veinte dólares en el bolsillo. Corría el año de 1962.
La historia a partir de ese momento se cuenta aparte. Ha regresado infinidad de veces a México, ha colaborado con revistas o eventos como Conque o Festo Cómic, para los que ha realizado pósteres o ilustraciones especiales y donde se publicó el libro Sergio antes de Aragonés, libro que hasta la fecha sigo sin creer la gran oportunidad que tuve al poderlo realizar; me dio horas de pláticas, cientos de anécdotas, chistes y ocurrencias que dibujaba mientras platicábamos (algunas aparecen en el libro).
Revista conmemorativa de la quinta edición de Conque (1998), con ilustración de Aragonés. |
Los poco más de veinte años que Sergio vive en México fueron marcando su carácter, su forma de ser, su pasión por viajar, conocer, divertirse. Fue un inicio, fue el comienzo de un viaje y ahora a sus ochenta y cinco años continúa lleno de ideas, proyectos, historias y anécdotas por contar, con miles de páginas traducidas a infinidad de idiomas, con chistes sin palabras, en los márgenes, en servilletas, en cuadernos o en cualquier cosa susceptible de ser dibujada. Sergio plasma las ideas de una mente que no para de crear y que nunca para de sorprender, ya que es simplemente el hombre más interesante del mundo.
NOTAS
[1] Sixto Valencia, dibujante mexicano de amplia trayectoria, desarrolló personajes de historietas mexicanas muy populares como Memín Pinguín o Balam.
[2] La revista Mañana era un semanario de información general que tenia una sección de humor que estaba a cargo de Sergio. La revista desapareció en los ochenta.
[3] Caryl Chessman fue un ladrón y violador estadounidense que saltó a la fama al defenderse a sí mismo frente a la corte estadounidense, logrando llamar la atención del público y que su ejecución se retrasara doce años.