EL MUNDO DE ESCOBAR
La vida de un ninotaire
Josep Escobar dedicó la mayor parte de su vida a crear ilusiones y fantasías, ya fuera con sus personajes de historieta (donde desarrolló su principal actividad siendo uno de los referentes de la Editorial Bruguera), con sus obras de teatro, sus dibujos animados o incluso sus invenciones. Coincidiendo con el centenario de su nacimiento Ediciones B (heredera moral y legalmente de Bruguera) le dedica varias publicaciones, entre ellas un libro teórico escrito por Antoni Guiral y Joan Manuel Soldevilla titulado El mundo de Escobar.
Independientemente de la poca originalidad del título, la publicación de este libro supone toda una novedad sin precedentes dentro de la política editorial de B. Hasta la fecha se habían editado varios tomos recopilatorios en forma de homenaje: los Superhumor de aniversario de Mortadelo y Filemón, los tomos de Superhumor con El Ibáñez más clásico o el dedicado a revisar la evolución de Zipi y Zape, los especiales El gran libro de El Capitán Trueno y El gran libro de Mortadelo y Filemón, éste último también elaborado por Guiral y en relación con onomásticas de los personajes... Pero no existía ningún libro puramente teórico dedicado a un autor, ni siquiera a Ibáñez, el superventas de la editorial. Este simple hecho da cuenta de la importancia de un creador que necesariamente requiere una revisión.
El libro de Guiral y Soldevilla es, como reconoce uno de los autores en el prefacio, divulgativo. No pretende ser ni el libro definitivo ni un ensayo sesudo y profundo. Esto se traduce en una combinación muy acertada de imagen y texto, con preponderancia de lo primero, y un lenguaje asequible para el neófito, que podrá valorar el trabajo de Escobar sin tener que ser un entendido en historieta. Hay que destacar que este afán divulgativo no conlleva un trato superficial de la materia, sino que la experiencia de Guiral en el tema hace que cuestiones tan complejas como la política de publicaciones de Bruguera o el desarrollo de la historieta de humor en España pasen a un segundo plano para dar mayor importancia a la figura personal y artística de Escobar y a sus creaciones.
El volumen se divide en varios capítulos: “Una larga y dilatada experiencia vital”, donde se hace un repaso a la biografía del autor desde sus inicios en Granollers hasta su éxito en Bruguera, pasando por sus experiencias en la cárcel y en el desarrollo de la industria de dibujos animados en España, todo ello acompañado de abundante material gráfico, gran parte del mismo inédito; “Retrato del artista emergente”, que profundiza en los primeros años de su carrera, con trabajos de L’Esquella de la torratxa, Papitu, Gutiérrez, TBO, En patufet y otros que dan una idea más amplia del talento de Escobar, sorprendente para quien lo asocie únicamente a la escuela Bruguera y sus personajes más típicos; “Un Escobar muy animado”, que se centra en su etapa como animador junto con otros pioneros de este arte en España que también dedicarían sus esfuerzos posteriormente a la historieta (como Urda, Iranzo o Cifré), revelando un aspecto bastante poco conocido de la historia del cine español; “Personajes de papel, pero con alma”, donde se deja de lado por un momento la biografía de Escobar para centrarse en la “biografía” de sus principales personajes, todos ellos desarrollados en Bruguera y de los que Guiral procura señalar su origen, evolución e importancia, con muestras de los mismos; “Un hombre del Renacimiento” que incide en dos facetas conocidas aunque poco difundidas de Escobar, como eran su afición al teatro que desarrolló como actor y autor amateur y sus invenciones bajo el sello Skob; “Las otras vidas”, recopilando algunas de las derivaciones de mercadeo de sus personajes, sus adaptaciones televisivas y cinematográficas y sus posteriores versiones por otros autores; y “En homenaje al Maestro”, donde se da cuenta de los diversos homenajes en torno a Escobar, con exposiciones y publicaciones. Todo esto se completa con una cronología del autor, una completa bibliografía (de y sobre Escobar) y un índice onomástico.
La labor de Guiral y Soldevilla es ejemplar. En primer lugar, por el ya referido afán divulgativo que favorece el conocimiento de una parte de la historia de nuestra historieta sin simplificaciones ni banalizaciones. En segundo lugar, por el rescate de una figura como la de Escobar. Conocido sobre todo por sus personajes bruguerianos, destacando Zipi y Zape y Carpanta, el autor desarrolló toda una carrera plena de forma paralela con el desarrolló de otros múltiples personajes e incluso fuera de la historieta, labor desconocida para el público general y por la mayoría de los aficionados. Supone un placer (re)descubrir a personajes como “Blasa, portera de su casa” o “Doña Tomasa”, verdaderas cumbres de genialidad e imaginación lamentablemente olvidadas hoy en día (y de difícil lectura si no se es coleccionista avezado). También llama la atención el marcado carácter coyuntural de sus creaciones de los años 1940 a 60, verdadero reflejo de la sociedad y las costumbres de aquella época, y el catalanismo de sus primeros trabajos, ambos rebajados y diluidos en su evolución posterior durante los 1970 y 80, precisamente la etapa más conocida y difundida de Escobar.
Cabe preguntarse si este libro es una ampliación de la obra anterior de Soldevilla, El pare de Carpanta i Zipi y Zape, de 2005. Guiral reconoce que Ediciones B se dirigió a él para realizar el trabajo, y que entonces decidió asesorarse por el mayor experto en Escobar de España. Y aunque la autoría es compartida, los textos tienen copyright únicamente de Guiral. ¿Se trata acaso de una reescritura de la obra catalana pasada por el filtro divulgativo de Guiral? Definitivamente, no. Aunque la estructura tiene similitudes y, evidentemente, narra hechos de formas muy parecidas, el tono y el sentido de los textos es diferente. La obra de Soldevilla es, aunque en principio más corta, más profunda, deteniéndose en detalles (como las obras de teatro o los episodios de dibujos animados) que el libro de Ediciones B solo esboza. Soldevilla remarca el carácter catalanista de Escobar, hace constantes referencias a Hergé y Tintin como elemento comparativo (no olvidemos que Soldevilla es un gran aficionado a Hergé y su obra y que ha publicado textos sobre el tema) y señala antecedentes que, extrañamente, no se mencionan en El mundo de Escobar: nos referimos a creaciones como Max und Moritz o The Katzenjammer Kids, evidentes referencias clásicas a las historietas protagonizadas por niños. También es curiosa la ausencia de material gráfico publicado en El pare de Carpanta... y ausente en el libro de Guiral y Soldevilla, sobre todo teniendo en cuenta que el apartado gráfico ocupaba en el primero solamente un pliego a color de 16 páginas. Por tanto se trata de dos libros complementarios y necesarios, aunque quizá El mundo de Escobar sea obligatoriamente de mayor accesibilidad y difusión, tanto por su (repetimos) carácter divulgativo, la editorial que lo produce y la lengua en la que está escrito.
El mundo de Escobar se queda corto para los amantes de la historieta española, sobre todo para aquellos que centran su interés en una etapa en la que los tebeos tenían (y recibían) una gran influencia social. Sería necesario, al menos, un volumen como este para cada uno de los autores Bruguera para comenzar a compensar el olvido al que durante tantos años se les ha tenido relegados, pero me temo que la labor de recuperación continuará siendo callada, esporádica y voluntariosa.
Al menos, ya tenemos un gran libro para un gran autor.