FANTASÍA Y REALIDAD LA OBRA DE MIREIA PÉREZ |
La ganadora del Primer Premio Nacional Injuve de Cómic en 2010 forma parte de esa reciente generación de mujeres que como lectoras o como autoras se vinculan al cómic. El caso que nos ocupa, Mireia Pérez (Valencia, 1984), se dedica a esto del comic desde 2008 tras licenciarse en Bellas Artes. Sin embargo, como consumidora de cómics comenzó en su adolescencia: «Con 13 años empecé a ir a tiendas de cómics. Aunque de niña ya leí algunos que había por casa de la Editorial Bruguera y también Mafalda... Luego empecé leyendo manga pero enseguida pasé a leer las cosas más raras que podía encontrar: Brian the Brain y Mundo Idiota fueron las primeras cosas que leí que ya no eran manga»[1]. Tratándose de una precoz lectora de tebeos pero con muy poca experiencia creativa (la autora reconoce que desde hace pocos meses es cuando realmente se toma en serio lo de dibujar cómics), llama la atención la obtención del Premio Injuve y lo maduro y cercano de su obra, a pesar de que ella misma se considera en pleno periodo de experimentación.
Sus influencias van desde Max, M. A. Martín, Manuel Bartual, Juanjo Sáez o Mauro Entrialgo a Moebius, Peter Bagge, Blanquet, Dupuy y Berberian, Joann Sfar o Jeffrey Brown.
Ilustración tomada del blog de la autora. |
En su obra podemos encontrar dos características principales: complicidad y cercanía con el lector. Se trata de una obra en la que no sólo los temas tratados son próximos, sino la forma de contarlo rompiendo lo que en cine se conoce como cuarta pared; esto se ve potenciado por el medio utilizado: internet. La utilización de un medio como la red da lugar a lo que podríamos considerar cierta ausencia de presión sobre el tratamiento de temas así como la publicación de obras de carácter más personal sin tener que pasar ningún tipo de filtro. Esta autora, aparte de publicar en la publicación semanal digital online El Estafador, utiliza las redes sociales Flickr, Facebook y Twitter para darse a conocer y un par de blogs en los que se publica parte de su trabajo, ya sean ilustraciones o historietas. La inmediatez de la red proporciona no solo cierta libertad para los autores, sino que en el caso que nos ocupa sienta un precedente en cuanto a que se trata de una autora que no ha publicado nada en papel, a excepción de una colaboración de cinco páginas en el fanzine Mortland (Ultrarradio) y otra de tres para el número 12 de El Manglar, y a pesar de esto su trabajo ya ha sido reconocido.
Mireia Pérez destaca por una aproximación a temas relacionados con la mujer y sobre todo al que sería su gran tema: el cuerpo femenino. Las historias de Mireia están pobladas de féminas que de una manera u otra reflexionan sobre la condición humana, pero siempre desde un punto de vista femenino, ofreciendo «una lectura diferente seguro, pero el mensaje siempre será el mismo»[2]. El cuerpo de la mujer es dibujado sin ningún tipo de autocensura, mostrado cuando tiene que serlo, y cuando no es así se habla de él de manera explícita.
Personalidad, en El Estafador nº 48. |
El trabajo como historietista de Mireia Pérez se reparte entre El Estafador, sus dos blogs y su Flickr, desde el que se puede acceder a gran parte de su obra. Repasemos lo más relevante de su trabajo. La autora lo divide en tres bloques: «Lo puramente autobiográfico (trato de contar las cosas tal y como han sucedido porque ya de por sí pueden resultar interesantes. Se nota cuando hablo de mis ovarios y cosas así), la ficción costumbrista (aquí suelo derivar de asuntos reales, pero termina siendo ficción y es difícil que alguien que no me conozca pueda distinguirlo) y la ficción fantástica (que no deja de ser autobiográfica pero levantando los pies de la tierra y llenándolo todo de monstruitos)»[3].
Las dos primeras categorías comprenden lo publicado en El Estafador y en su blog ilustrado; la última categoría es lo que podríamos definir como el mundo-monstruo de Mireia Pérez.
El Estafador
Esta publicación, donde podemos encontrar el grueso de la obra de esta autora, se caracteriza por hacer números monográficos sobre algún tema en concreto. En esta revista online se puede observar cómo es el cuerpo de la mujer el gran protagonista: el clítoris, el útero, la menstruación o la mujer en sí misma son los protagonistas. Se trata ante todo una tira realizada por una mujer, protagonizada por otra, pero escrita y dibujada para todo el mundo. «Entendiendo el cómic como un medio de expresión abierto a hombres y mujeres y que no entiende de sexo a la hora de ser creado»[4].
Gordos, en El Estafador nº 40. | Ovarios oversized, publicado en http://mireiaperezilustra.blogspot.com. |
El factor autobiográfico se ve potenciado por el fondo que en ocasiones adopta la autora, a modo de libreta con pauta, a lo que hay que añadirle el alter ego de ésta hablando en primera persona al lector. A pesar de ser una característica definitoria de esta historietista, podemos encontrar historias que ahondan en el humor más costumbrista (véase la tira “Dias de zombie” del número dedicado al terror o el del dedicado al espacio), en la crítica (número dedicado a la monarquía) o aquellas que profundizan en el existencialismo (la tira del número dedicado a la eternidad).
Mundo-monstruo
Chico y monstrua (Ultrarradio, 2010). |
Lo más reseñable de este mundo-monstruo son las dos obras relacionadas con la llegada de las estaciones. En primer lugar el formato: ambas están conformadas por nueve ilustraciones más una portada sin nada que determine el orden de éstas, de manera que el lector puede crear su propia historia. En segundo lugar, esta autora hace que nos replanteemos el formato del cómic. Porque ¿estas dos obras son un cuento o un cómic? Por un lado, podemos considerar que es un cuento, el fondo y la forma nos pueden inducir a pensar en ese sentido. Sin embargo, el formato de estas obras da la oportunidad de jugar, literalmente, con las imágenes y poder considerar cada una de las ilustraciones como si fueran una viñeta que componen una página de gran tamaño.
En el mundo-monstruo de Mireia Pérez se ponen de manifiesto otros valores, en este caso la ensoñación y la fantasía, que, a diferencia del resto de su obra, se nos ofrece con un trazo más firme. Aunque no deja de lado la representación del cuerpo femenino, y es que en la obra fotográfica Chicas & Monstruos[5] la mujer ocupa tanto o más protagonismo que los mismos monstruos.
“La muchacha salvaje”
La muchacha salvaje. |
Estamos, pues, ante la obra de una artista de cómic multidisciplinar. Mireia Pérez destaca ante todo por la naturalidad a la hora de tratar temas femeninos sin ser ñoña ni vulgar pero que se acentúa ante todo por lo personal de su obra y por la capacidad y sencillez que tiene de plasmar aquello que nos sucede cada día y hacerlo universal.