HISTORIETAS FILOSÓFICAS EN LA ERA DE LA INFORMACIÓN
¿No dijo ya Pascal que la verdadera filosofía hace mofa de la filosofía?1
Existential Comics es un sitio web que alcanza el millón de visitas mensuales2. Lo inició en 2013 y lo mantiene activo Corey Mohler, un ingeniero de software ubicado en Portland (EE UU). Pese al contenido de filosofía paródica de las páginas que integran este portal, cuyas historietas combinan la información, la crítica y la sátira filosóficas con los chistes, Mohler se declara autodidacta («No tengo antecedentes académicos en filosofía»3). En 2017, la editorial Stirner publicó Cómics existenciales, una edición en papel que recoge una selección de ciento doce tiras o historietas (webcómics), de diferente extensión, traducidas del original de internet4. En esta selección están representados e intervienen en total ciento cuatro personajes, todos ellos nombres destacados de la historia de la filosofía (con alguna excepción puntual como Dostoievski o Beckett). Mohler inventa también algunos diálogos entre dos filósofos apócrifos denominados Sanus y Amencia (“Un diálogo sobre la felicidad”, “Un diálogo sobre compatibilismo”, “Un diálogo sobre moralidad”, “Un diálogo con un loco”). El libro de Stirner incluye también un apéndice, titulado “¿No lo pillas?”, que contiene información enciclopédica sobre los filósofos y asuntos considerados en las respectivas historietas. Así se confirma la pretensión de seriedad que, con todo, subyace a estos ingeniosos Cómics existenciales.
Es obvio que nos encontramos ante una muestra de que la filosofía estricta (o académica) constituye un capital cultural disponible por el cómic. El autor de estas historietas, Corey Mohler, demuestra a su vez que no es necesaria una formación específica o de origen en la materia para acometer con éxito la empresa5. El éxito entre el público de Cómics existenciales, finalmente, pone de relieve que tampoco hay que estar muy versado en la historia de la filosofía para disfrutar de la serie, salvo que aceptásemos, con muchísimas reservas, que sí que hay una extendida difusión del acervo filosófico entre la población en general. Pero yo más bien pienso que se trata de otra cosa, relacionada con el hecho de que tampoco hay que ser por ejemplo un físico prominente —ni siquiera aficionado— para gozar de la serie televisiva The Big Bang Theory, una vez asumidas todas las diferencias evidentes entre un título y otro. El humor que está presente tanto en la serie de la Warner como en Cómics existenciales (el hecho de que Corey Mohler juegue en clave cómica, aunque no del todo o no siempre, con el capital que le proporciona la filosofía), fortalece la impresión de que a fin de cuentas lo que se confirma en estos casos es que es el medio lo que prevalece, sobre todo cuando la inteligencia práctica se conjuga con el buen humor6. Es de señalar, a propósito, la interacción que existe actualmente entre los medios. Entre internet y cómic, entre cómic y literatura, entre cómic y periodismo, entre televisión y cómic, entre cine y televisión, etc. En Cómics existenciales se observa una interacción entre televisión y cómic, en concreto en relación con las comedias de situación (sitcoms). Las historietas que componen este cómic pueden ser leídas (en papel o en internet) en clave de episodio de una serie televisiva tipo Seinfeld, The Big Bang Theory, Sexo en Nueva York… (la historieta “Filosofía en Nueva York” remite claramente a esta última). Pero también está presente en la factura de Cómics existenciales la inspiración del grupo Monty Python, bien visible de un modo general (la influencia de la película El sentido de la vida, de Los Python) y particular (la historieta “Gottfried Leibniz y la búsqueda del santo grial”, deudora formal de Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores).
En contraste con este planteamiento humorístico de las historietas, se encuentra una diferencia importante que introduce la edición en papel de Cómics existenciales respecto a la versión original en la web. Me refiero a la ordenación y distribución de las ciento doce historietas seleccionadas por los editores de Stirner en ocho capítulos con sus correspondientes títulos. En particular, llama la atención que los títulos elegidos (I. Revolución; II. Libertad radical; III. Angustia; IV. Desasosiego; V. Autenticidad; VI. Ansiedad; VII. Ambigüedad, y VIII. La vida carece de sentido y después mueres) chocan con el pretendido humor que predomina en las páginas; pero también es cierto que esos términos son coherentes con el título de la serie entera, a la vez que sintetizan algo así como un prontuario de la filosofía existencialista. De hecho, en el archivo web de Existential Comics se encuentran todas las páginas (o webcómics) del sitio ordenadas según diferentes criterios. Uno de ellos es por categorías, una de las cuales incluye bajo el rótulo “Cómics existenciales” ocho páginas que son precisamente, salvo una sustituida por otra, las historietas que cierran cada uno de los ocho capítulos de la edición en papel de Cómics existenciales (historietas cuyos títulos respectivos son: “Jorge el curioso y los límites del empirismo”; “La máquina”; “Despertó”; “Dos hermanos”; “El tirador de élite”; “La bailarina”; “El largo camino”, y “La furia del mar”). En la versión española del portal original de Mohler encontramos además incluida en el bloque rotulado como “Cómics existenciales” la historieta “La oruga que estaba tan hambrienta que se vio obligada a darse cuenta de que la vida carece de sentido”. La abundancia de la filosofía existencialista en este cómic se manifiesta también observando que de los ciento cuatro filósofos que intervienen en la escena, los tres que más a menudo aparecen son Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre y Albert Camus. No obstante, ni los títulos de los capítulos del libro de Stirner, ni el predominio de los existencialistas en el mismo (y en el sitio web) eliminan el tono caricaturesco y cómico de las historietas, sino que, si acaso, lo refuerzan por contraste.
Lo que encontramos en Cómics existenciales es un estilo de comedia de situación que Corey Mohler compatibiliza con unos contenidos y un sentido que se encuentran a su vez situados (recordemos la importancia otorgada a ‘la situación’ por el existencialismo) en correlación con la filosofía contemporánea. El giro pragmático, el postestructuralismo y la posmodernidad, la delimitación académica entre filósofos analíticos y continentales7, el interés por la vida cotidiana, la pérdida de la solemnidad discursiva o la diversión sobrevalorada… son ítems que se encuentran entrelazados en las páginas de Cómics existenciales y dejan huella del interés del autor por asimilar y por transmitir contenidos filosóficos rigurosos. Y es aquí donde cabe realizar un apunte acerca de la formación requerida para acceder a la filosofía académica. La tópica y escolar etimología de la palabra ‘filosofía’, entendida como amor al saber, nos proporciona la clave para responder a esta cuestión. En realidad, con saber leer y escribir es suficiente; pero lo que es necesario, ante todo, es el deseo de saber. Más que en un estado, la filosofía consiste en una disposición que en su vertiente teorética se proyecta hacia el estudio y el aprendizaje. Sólo así es posible comprender el crecimiento histórico del acervo filosófico durante más de veinticinco siglos, y solo así se entiende que un ingeniero informático como Mohler pueda haber desarrollado un proyecto como Cómics existenciales8. Pues solo el conocimiento de la filosofía académica capacita para hacer chistes acerca de ella. Lo mismo que vale para Mohler vale también para el numeroso grupo de lectores de sus páginas. O para el traductor de las mismas. Imagino que el grado de satisfacción que obtendrán quienes se acerquen a las historietas de este cómic estará en función directamente proporcional al grado de familiaridad que se tenga con los filósofos representados en ellas. Pero no deja de ser esta una suposición personal. En términos menos voluntaristas, se dirá que la era de la información (teorizada por Manuel Castells9) trae consigo el marco en que se establecen las condiciones que posibilitan la ejecución de realidades afines a Cómics existenciales. El mismo Corey Mohler proporciona en su portal un conjunto de enlaces de primer orden para acceder a diversos cómics en red, podcasts y blogs filosóficos10, además de los rigurosos recursos que facilita en su página sobre cómo estudiar filosofía como aficionado. No obstante, reconoceremos que uno puede imbuirse de toda la información que se quiera, de filosofía en nuestro caso, y ser incapaz de escribir o de dibujar —de realizar, en definitiva— una sola historieta como las que colman este portal y este libro. De igual modo, observaremos también que Cómics existenciales es una realidad que se inscribe plenamente en la era de la información y participa de sus características y posibilidades.
El logro de Mohler deja fuera de lugar la pregunta acerca de en qué sentido Cómics existenciales es cómic y en qué sentido es filosofía. En épocas de reflujo predomina la cultura recreativa; y dado que el panteón de los filósofos (con sus figuras, sus pompas y circunstancias) se presta a multitud de recreaciones, también en lenguaje gráfico, podemos concluir que nos encontramos ante una serien conjunto bien trabadao de historietas de filosofía recreativa, por más que en el conjunto p. redominen los chistes y la iteración de clichés aplicados a determinados filósofos.
Referencias
Barrère, J.-J. y Roche, C. (1999): El estupidiario de los filósofos. Madrid, Cátedra.
Cleary, S. (2016): Existential Comics: Interview with Corey Mohler. American Philosophical Association (APA).
D’Agostini, F. (2000): Analíticos y continentales. Madrid, Cátedra.
Sáez Rueda, L. (2002): El conflicto entre analíticos y continentales. Barcelona, Crítica.
NOTAS:
1 Barrère y Roche 1999: 111.
2 Cleary 2016.
3 íbid.
4 Este es el enlace de la editorial Stirner con el webcomic webcómic en español: https://www.edstirner.com/comics-existenciales/.
5 También el traductor a español (y coeditor) de Cómics existenciales, Adriano Fortarezza, reconoce [aquí] que él no está especializado en filosofía. Pero este asunto de la formación filosófica (o su ausencia) requiere una aclaración, que espero que a lo largo de este artículo se vaya solventando.
6 Mohler ha sabido aplicar a sus historietas y tiras cómicas la pérdida de solemnidad que desde hace ya años se impuso en las exposiciones filosóficas dirigidas al público en general.
7 Ver p. e. D’Agostini 2000 o Sáez Rueda 2002.
8 El propio Corey Mohler proporciona información sobre este asunto en el siguiente enlace de su web: How to study philosophy as an amateur.
9 En su monumental trilogía La era de la información: economía, sociedad y cultura (1996-2003).
10 Uno de estos enlaces: http://www.dead-philosophers.com/ lleva a, en palabras de Corey Mohler, al «el primer y para algunos mejor webcómic de temática filosófica». La historieta de Cómics existenciales titulada "Filósofo muere y sube al cielo" rinde homenaje a Dead Philosophers in Heaven.