HUMOR SIN LÍMITES |
TEBEOSFERA. ¿Qué es el humor para ti y qué debería ser un humorista?
CARLOS ARECES. Yo en estas cosas soy muy básico: si me hace reír, se trata de humor y es humorista. Siempre suman puntos los que tratan de buscar nuevos caminos, nuevas vías efectivas: Ricky Gervaise, por ejemplo, ha descubierto el filón de la vergüenza ajena; o Larry David, que explota la susceptibilidad de la gente que le rodea. Traspasar fronteras está bien, así se avanza. Pero también me río muchísimo cuando la gente se cae de culo. En el fondo, lo que cuenta es el resultado. En el cómic de humor estoy algo desfasado, no sigo mucho las novedades, estoy más interesado en Bruguera o en clásicos americanos.
Varios chistes de su serie "Ocurrió cerca de tu casa" para El Jueves. |
T. ¿Qué diferencia ves entre un autor de viñetas y un historietista?
C. A. Si por autor de viñetas entendemos de viñetas sueltas, un humorista gráfico, la diferencia es que el historietista tiene que repetir mil veces al mismo personaje, y dibujar los fondos desde varias perspectivas y complicarse en desarrollar tramas, cosa que a mí personalmente me parece un coñazo, y el humorista gráfico no. Creo que no sabría dibujar al mismo personaje de frente y de espaldas, algo fallaría. Me estoy dando cuenta de que voy a tardar en tener mi propia novela gráfica.
T. ¿Tienes en mente al lector de tu obra cuando la realizas?
C. A. No, la verdad, no creo que nadie lo tenga. Hago lo que me gusta, y luego, simplemente, confío en que a alguien comparta mi opinión. Y si no, siempre te queda ir de autor maldito. Sería imposible tener en mente a todos los posibles lectores de tu obra, ¿no? Lo normal, lo esperable, lo deseable incluso, es que siempre haya alguien que se ofenda al leerte.
T. ¿A quién o a qué diriges tu obra?
Chiste de Carlös para El Jueves. |
T. "El vulgo es necio y, pues lo paga, es justo hablarle en necio para darle gusto". ¿Estás de acuerdo con Lope de Vega?
C. A. Lope... Lope era un visionario. Desde luego que el vulgo es necio, de eso no cabe duda. No hay más que comprobar qué es lo que más se vende, lo que más se ve y lo que más se oye... pero es que yo, a veces, soy muy vulgo, y creo que tengo derecho a serlo. Por eso, cuando digo “necio”, no lo hago de una manera despectiva, es simplemente un calificativo objetivo sin intención. Cuando opinamos en masa, somos muy necios.
T. ¿Qué concesiones estás dispuesto a hacer para llegar a más público o cuáles has hecho ya?
Ilustracion para la portadilla de la sección Retro en el número de la revista Xtreme |
T. ¿Qué es lo peor de tu obra y qué es lo mejor, a tu juicio?
C. A. No creo ser buen crítico de mí mismo: en las distancias cortas, todo lo que hago me parece una mierda, pero con el tiempo suficiente, se convierte en néctar de dioses, ambrosía, maná del cielo. Soy así de extremo.
T. ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo de esta profesión?
C. A. Lo peor es lo mal pagada que está. No hay muchas opciones de publicar en un soporte digno y de gran distribución. Quizá internet haya cambiado algo, pero yo estoy un poco desconectado de esto, yo soy antiguo, me gusta el papel impreso, me gusta olerlo, hojearlo. Lo bueno, en mi caso, es que supuso una manera de explorar una libertad creativa que no tenía en mi antiguo trabajo, cuando estaba currando en una oficina. Autoeditarme mis dos primeros trabajos fue lo mejor que pude hacer.
T. Cita un clásico de la sátira que admires y, si te atreves, cita a otro consagrado que detestes.
Parodia de Pulp Fiction para Fotogramas. |
T. De los de hoy, de los humoristas jóvenes, ¿quién te atrae más y quién te resulta indiferente por completo?
C. A. No sigo mucho la actualidad, pero me gusta mucho Paco Alcázar y el argentino Gustavo Sala. Me gusta Monteys, pero sobre todo lo que ha hecho fuera de El Jueves. Me gustaban Álvarez Rabo y Elreydespaña, creo que ya no dibujan ninguno de los dos. No es que sean jóvenes, pero tampoco los considero clásicos. Y la indiferencia me la provoca, en parte por su gran repercusión, Peter Bagge, por ejemplo.
T. ¿Qué personaje te gustaría ser?
C. A. La Masa: grande, fuerte y verde: imposible no sentirse identificado. Era irracional, lo rompía todo sin coacción intelectual. No como Batman, que tenía un trauma. La Masa era bruta y punto.
T. ¿Crees que hay un nivel crítico aceptable del humorismo hoy?
C. A. Uf, no sé. Es la típica pregunta que te contestaría de manera radicalmente diferente dependiendo del día que haya tenido. A veces, en el horizonte, brilla un nuevo amanecer como brilla la calva de Miguel Noguera. Otras veces, abro una revista y me encuentro con un chiste de Jordi Lavanda.
T. ¿Qué opinas del apoyo institucional a este medio? ¿Crees que los políticos instrumentalizan la creación con sus ayudas?
C. A. Supongo que algo hay, pero no te puedo decir, no estoy muy al tanto. Podría darte una opinión, pero sería de un populismo intelectual a la altura de “todos los políticos roban” o “Gibraltar español”.
Dos chistes para El Jueves. |
T. ¿Qué obra estás haciendo y cual tienes por hacer?
C. A. Pues nada de gran envergadura, la verdad. Me he dado cuenta de que soy tan vago que sólo saco libros cuando junto los suficientes trabajos semanales o mensuales que voy haciendo para diferentes medios, pero soy incapaz de abordar un proyecto grande de golpe, qué pereza. Me gustaría hacer una historia larga, un álbum... no, miento: me gustaría tener ya hecha una historia larga, un álbum. O sea, me gustaría verla en las tiendas, bien editada, con lomo de tela y título en relieve, que la gente hablara de ella muy elogiosamente, pero no quiero tener que hacerla. Quiero los laureles, pero que los enanitos trabajen por mí durante las noches.
T. ¿Un humorista debe tener un sentido ético de su trabajo? ¿Qué principios rigen o cuáles lo limitan?
C. A. Me lo he preguntado muchas veces, pero no acabo de saber dónde está el límite. ¿Te imaginas sacar un libro de chistes sobre el 11-M? Sería impensable, ¿no? Sin embargo, el mismo día del 11-S me llegaron (yo creo que a todos) por e-mail infinidad de bromas sobre el atentado a las Torres Gemelas, incluso de gente que no conocía. La última foto de los pilotos era especialmente graciosa: uno le tapaba los ojos al otro mientras le preguntaba: “¿Quién soy?”. Podemos hacer una comedia sobre la Inquisición, pero no sobre ETA. Se puede dibujar a George Bush comiéndose una polla, pero dibujar a los Príncipes follando es delito. Padre de Familia se emite sin problemas en horario infantil, mientras que colectivos familiares protestaban contra la violencia de Bola de Dragón o Pokemon. Se estrena Tropic Thunder, en cuyos trailers ficticios Ben Stiller interpreta cómicamente a Jack, el subnormal que habla con los animales (a poco me muero de la risa), pero el capítulo de Aída en el que Mauricio llama enanos a unos acondroplásicos levanta tales ampollas que cadena y productora se van obligados a pedir disculpas y asegurar que no se emitirá nunca más. La moraleja está clara: podemos reírnos de la tragedia que está lejos en el tiempo o el espacio, pero no de la que nos rodea. ¡Yo qué sé cuál es el límite! Es todo muy confuso.
T. ¿Hay vida más allá de El Jueves...?
Página de "Ocurrió cerca de tu casa" sobre la plantilla de El Jueves. |
T. ¿Se practica hoy en los periódicos humor de cámara?
C. A. No compro ninguno regularmente, pero hasta donde alcanzan mis recuerdos, el ABC era un ejemplo perfecto de lo que estás planteando. Estoy pensando en Mingote, vamos, que por otra parte me parece muy buen dibujante. De todas formas, estoy contestando un poco por instinto, no sé si he entendido muy bien la pregunta.
T. ¿El humor es malhumorismo, como dijo Unamuno?
C. A. No sé muy bien qué es lo que quería decir don Miguel. Si te digo la verdad he tratado poco con él, pero seguro que tenía razón, porque era un tipo muy leído.
T. ¿Pueden los humoristas contribuir a solucionar los problemas de la sociedad al plantearlos...?
C. A. Es una visión extremadamente pretenciosa, así que voy a decir que sí por el puro placer del exceso.
T. ¿Qué viñeta te llevarías a una isla desierta si sólo pudieras llevarte una?
C. A. Creo que sería esa de Gary Larson en la que un matrimonio, sentado en un sofá, miran hacia la esquina superior derecha de la viñeta, donde el típico bocadillo rectangular de la voz en off indica: “Mientras...”. Ella le dice a él: “Ed, el ‘Mientras...’ ha vuelto.".
T. ¿Hay plagio entre los humoristas españoles (o mucho homenaje)?
Varias muestras de su serie de parodias de cine. |
C. A. Pues mira, no te puedo decir porque estoy muy desconectado de la actualidad, pero supongo que sí. De todas formas, cuando muchas personas plagian a otra, el plagio se convierte en un estilo. Estilo “Labanda”, por ejemplo. A mí me lo han llegado a pedir cuando hacía animaciones para una empresa.
T. Decía Chumy Chúmez más o menos que quien ama la actualidad perece en ella… ¿Estás de acuerdo con él? ¿Qué temas prefieres, actuales o intemporales?
C. A. Completamente. Desde luego que hay grandes humoristas que trabajan la actualidad y salen muy bien parados, el último ejemplo es Manel Fontdevila en Público. Pero me da mucha pena pensar que, al cabo de poco tiempo, todas esas referencias necesarias para el contexto del chiste se habrán perdido como lágrimas en la lluvia. Todos los autores somos víctimas del tiempo, pero la diferencia es abismal. En El Jueves hay varias páginas que tratan la actualidad cada semana. Afortunadamente, he tenido que dibujar pocas.
T. Comenzaste como casi todos los jóvenes autores, publicando en fanzines como Frenzy. ¿Qué te llamaba la atención de este mundillo y cómo empezaste?
Chiste-ilustración para Frenzy. |
T. Ya en Frenzy, suponemos que por la temática de la publicación, publicabas humor negro. Pero este humor negro se trasladó posteriormente a tus trabajos en Mister K y El Jueves. ¿Hay algún motivo para ello, tienes el alma negra?
C. A. Creo que todo se originó en el embarazo de mi madre. Estando encinta, sufrió el ataque de un elefante loco, lo que en el caso similar de Joseph Merrick, “el hombre elefante”, le ocasionó graves malformaciones físicas, pero a mí, simplemente me trastocó mentalmente. El mal ajeno de los personajes de mis dibujos me hace disfrutar mucho, me gusta plantear situaciones en las que un inocente va a salir mal parado. Aunque siempre respeto unas reglas, los sociópatas somos muy estrictos. Por ejemplo, no me gusta la violencia macarra, o ejercida con jactancia: me gusta cuando es el resultado de un descuido, o de una casualidad fatal, o cuando proviene de alguien que debe protegerte.
T. ¿Tuviste algún problema por usar ese cinismo en Mister K? ¿Te llamaron alguna vez la atención sobre ello?
C. A. No, lo cierto es que no recuerdo ningún momento problemático por mis tendencias oscuras, aunque sí por presentar la imagen de dos niños que, dándose un beso, se habían hecho un nudo con las lenguas. Me sugirieron cambiar la unión de las lenguas por la unión del aparato de dientes para rebajarlo de carga sexual, y me ocurrió como cuando la censura obligó a Buñuel a cambiar el final de Viridiana (en vez de acabar follando, acababan jugando a las cartas), que me gustó más el resultado porque lo encontré más sórdido, con carne y metal entremezclados, casi como un homenaje a la película Crash de Cronnemberg. Por cierto, que debajo de esta viñeta que me mandaron corregir, había otra de un hombre que se levantaba resacoso tras descubrir que se había acostado con un caballo, y ésta no planteó ningún problema.
Dos muestras de su trabajo para Mister K. |
T. Comentabas en la entrevista que te hizo Borja Crespo, al respecto de tus chistes en Mister K, que el sexo preocupa más que lo brutal. ¿A qué crees que es debido que la pornografía genital esté prohibida a los ojos de nuestros hijos pero la pornografía letal -Gubern dixit- se expone abiertamente?
C. A. No lo sé, esto ya habría que buscarlo en las raíces mismas de occidente. Lo genital está muy unido a la represión católica, que nos pesa muchísimo a este lado del mundo, y por otra parte, la violencia siempre se ha entendido como parte del desarrollo masculino, y ha sido potenciada por la sociedad. Somos una fábrica de gañanes ignorante, y nos sentimos orgullosos de ello. Propongo desde ya el Día del Orgullo Gañán.
T. Necesariamente tenemos que preguntarte por qué elegiste firmar Carlös, con diéresis, y cómo entraste en El Jueves.
Chistes sobre el mundo del cine para El Jueves. |
T. Casi siempre has usado el mismo planteamiento en tu obra, viñetas sueltas con texto al pie, con escasas historietas en tu currículum. ¿Por algún motivo?
C. A. Por pura pereza. Cuando pensaba en un personaje fijo a mantener, me entraban miedos terribles: ¿y si a la tercera historieta ya no me da juego? ¿Y si no sé dibujarlo siempre igual y el protagonista acaba siendo irreconocible? ¿Y si me aburro del planteamiento? Además, cuando empecé a estar obligado profesionalmente a un timing, me encontraba bajo la influencia absoluta y arrolladora de Gary Larson.
T. En El gran Vázquez interpretabas al genial Peñarroya, supongo que autor al que adoras. ¿Qué hay de la llamada Escuela Bruguera en tu estilo y tu humor?
C. A. Lo hay todo. Mi origen es la escuela Bruguera, son los responsables de que yo dibuje, con Ibáñez como único y verdadero Dios. Luego amplié mi Olimpo, y dejé entrar a Vázquez, Raf y Jan, que son ya parte de mi vida. Curiosamente, cuando era niño, a Peñarroya le odiaba, pero después, aparte de que desarrolló en mí un peso nostálgico, descubrí sus primeros trabajos, muy superiores a los de la época en la que yo le leía: los Don Pío y Gordito Relleno de los 40 y 50, las portadas increíbles del DDT... Ahora, como el hijo pródigo, he vuelto a mis orígenes, y colecciono compulsivamente todo lo antiguo de humor de Bruguera desde el año 1946. Por cierto, se dio por sentado que en El Gran Vázquez hacía de Peñarroya porque en el set estaba rotulando sobre una página de Gordito Relleno (que nunca se vio en plano), pero al que me parecía más físicamente era a Cifré.
C. A. Básicamente porque mis trabajos de interpretación entonces tenían un peso atómico negativo. Sí, estaba en La hora chanante, pero profesionalmente equivalía a un trabajo de facultad, no había proyección. Nos pasamos dos años dando tan poca audiencia que no llegábamos ni al mínimo necesario para dar una décima de porcentaje en el share, dábamos cero. Mis ingresos por La hora chanante oscilaban entre 90 € y 250 € brutos al mes. Nos lo pasábamos muy bien, pero no estábamos seguros de que aquello diera para más.
Eso sí, cada avance era celebrado con esperanza, como cuando Antena 3 encargó a Paramount Comedy un especial Nochebuena en el que íbamos a salir todos. Por supuesto, fue lo menos visto aquella noche y las críticas fueron (mayormente) demoledoras. Con estas perspectivas, entiende que me aferrara a lo que hasta entonces había sido mi capacidad más destacada: el dibujo.
Hasta el 2007 no empecé a poder vivir de la interpretación, y siempre es un terreno muy inestable. La verdad es que cada vez me cuesta más sacar tiempo para dibujar, pero procuro mantenerme activo en un par de publicaciones.
T. Y ésta pregunta un poco más comprometida: ¿Cuánto del humor de los chanantes / muchachada hay en Carlös, y cuanto del humor de Carlös hay en los programas de Joaquín Reyes?
C. A. Somos una especie de cocktail de fiesta de instituto donde cada uno vierte los alucinógenos que ha traído. Luego le echamos los hielos y vamos bebiendo a sorbos. Tenemos bromas recurrentes tan explotadas y evolucionadas que sería una labor paleontológica descifrar quién la aportó originalmente. Hasta que no comencemos carreras por separado será difícil saber quién es el que tiene verdadero talento y quiénes el lastre. Yo apunto bastante a peso muerto.
T. Explotas la figura del friki en todas sus versiones (en tus colaboraciones televisivas, también en tu personaje Marvin en No somos nadie, de R80, y también en tus viñetas. ¿Por qué esta poderosa atracción del friki?
C. A. Porque el outsider, el looser, el patético, el nerd siempre genera más empatía que el ganador, que el capitán del equipo de béisbol. Su erótica no es la del sexo, pero tiene el gran atractivo de que es risible, inferior, y eso le vuelve enternecedor. ¿Te imaginas una comedia en la que el protagonista fuera David Beckham? No me refiero a que la interpretara él, sino a que fuera el personaje principal, una película de risa que te contara la vida de un triunfador atractivo al que todo le va de puta madre. Hmmm... Algo falla ahí. Sería como elegirme a mí de protagonista para Dirty Dancing, y en el papel de Jennifer Gray.
T. Para "Garrote vil" tomaste del New Yorker la idea de hacer la imagen para que otros busquen el texto. Ejem... Jordi Labanda hizo lo mismo. ¿Quién fue antes y quién lo hace mejor?
C. A. Tengo que reconocer que el primero fue él, mal que me pese. Yo me consuelo pensando que fue el primero en copiar una idea, no en tenerla, pero lo cierto es que yo no sabía que se me habían adelantado. Yo estaba explicando la que sería mi próxima sección en El Jueves cuando, creo que fue J. L. Martín, que me dijo: “¡Anda, como lo que hace el Labanda!” Creí morir. Jamás pensé que Jordi Labanda y yo tuviéramos los mismos referentes. Y en cuanto a quién lo hace mejor, creo que él claramente. Lo mío es más retratar ambientes snobs de pijos y niñoperas.
Muestra de la seccion "Garrote vil" en El Jueves. |
T. ¿Los libros de Ocurrió cerca de tu casa se han vendido mejor desde que saliste en Balada triste de trompeta (o, mejor, desde que apareciste en la gala de los Goya)?
C. A. Lo cierto es que, como mis libros son ya prácticamente inencontrables, el estreno de la película no ha tenido excesiva repercusión en las ventas de mi obra. O quizá sea más probable que alguien lo haya devuelto a El Corte Inglés porque le desagradan los payasos.
T. El tiempo que media entre una catástrofe o una tragedia y el chiste de humor negro generado en consecuencia se hace cada día más corto. ¿Tanta necesidad tenemos de reír nuestras calamidades?
Una de las raras historietas del autor, "Al & Fred" para Buen Provecho nº 2. |
T. Los antiguos discursos de la ofensa (el sexismo, el machismo, el racismo) se reintegran en el humor hoy mediante la sofisticación irónica o sarcástica. Dinos si acertamos o si nos engañamos.
C. A. Hay gente que sabe integrar el chiste incorrecto dentro de un discurso no discriminatorio, como Larry David, Sacha Baron Cohen o el mismo Gañán de La hora chanante hablando, por ejemplo, de los homosexuales. Creo que el secreto está en no quedar por encima, en presentar un planteamiento en el que reírte de un discapacitado, de un negro, de un homosexual o de una mujer por su diferencia no les excluya, sino que los introduzca democráticamente en universo absurdo en el que tú ya está metido. Quiero decir: si te puedes reír de todo menos de un paralítico, en el fondo le estás apartando, le estás diciendo: “Se puede hacer humor de mis características y de mis carencias, pero no de las tuyas porque bastante tienes ya con lo que tienes”. ¿No es eso un discriminación horrible? Recuerdo a Toño, el humorista paralítico cerebral que salía en El Hormiguero riéndose de sí mismo. Pero, ¿qué pensarías de una persona físicamente sana que hiciera esos chistes sobre un minusválido? ¿Sólo un minusválido puede hacer humor de una minusvalía? Yo no lo sé, la verdad. En EEUU, en Inglaterra, poco a poco van rompiendo estos clichés y se avanza hacia un humor más incorrecto con muy buenos resultados. Aquí estamos en la edad de piedra.
Pero luego también está la gente que confunde los conceptos y que cree que Bridget Jones, la historia de una mujer histérica porque está gorda y frustrada porque no tiene un marido, es humor feminista.
T. ¿A qué crees que es debido el ascenso del "tipo raro" en la cultura y el interés por favorecer la risa culpable en el humor en general?
Otro "híbrido" para Fotogramas, parodia donde se funden dos conocidas obras de cine . |
T. A Gilbert Gottfried le han despedido por hacer humor a destiempo a través de twitter. La decisión se justifica porque afecta a la comercialidad de sus trabajos para TV y cine. O la justifican así. ¿En qué momento de su carrera no le conviene al humorista invocar el fantasma de la censura?
C. A. Siempre conviene, te convierte en víctima y aumenta el interés por tu obra: “¿Qué será lo que hace para que quieran impedirme verlo?”. Lo malo es que muchas veces es verdad.
T. ¿Seguirás haciendo viñetas aunque te reclamen las pantallas?
C. A. Cada vez tengo menos tiempo, la verdad. He tenido que dejar El Jueves porque no podía mantener la periodicidad semanal, pero aún conservo mi colaboración en Fotogramas y La Gran Ilusión. Me gustaría pensar que sí.