LA AVENTURA ESPAÑOLA DE LE JOURNAL DE TINTIN (1946-1969)
ALEJANDRO MARTÍNEZ TURÉGANO

Title:
The Spanish adventure of Le journal de Tintin (1946-1969)
Resumen / Abstract:
Las aventuras de Tintín fueron de las primeras en ofrecerse en libro lujoso, con el formato de álbum a la francesa, en nuestro país. Los contenidos de la exitosa revista Le Journal de Tintin también fueron traducidos al castellano aunque no con demasiada suerte. No obstante, tanto el formato como la filosofía editorial de la revista belga influyeron poderosamente sobre el cómic español y poco a poco irían transformando también nuestro mercado. / The Tintin adventures were offered in the a book format first than other sagas in Spain. The contents of the belgian magazine Le Journal de Tintin were translated to Spanish also, but with no success enough. However, both, the book format and the contents of that mag, had powerful influence over the Spanish comics and, little by little, would transformed our comic market also.
Palabras clave / Keywords:
Tintin, Historieta franco-belga/ Tintin, French-Belgian Comics
Notas:
Texto recibido el 10 de junio de 2021. Aceptado el 19 de junio.

LA AVENTURA ESPAÑOLA DE LE JOURNAL DE TINTIN (1946-1969)

 

Charles Dupuis volvió a quedarse pensativo frente a su escritorio. Ciertamente confuso, el director de Spirou no podía apartar de su cabeza la propuesta que había recibido hacía unos días. Se trataba de un ofrecimiento extraordinario, pero no era persona que se dejara influir fácilmente. Su conciencia no estaría tranquila si tomaba una decisión impulsiva, y si bien tenía en su mano contar con una de las mayores figuras del cómic europeo del momento, no sabía si sería capaz de encajar a esa personalidad en su empresa familiar. Con André Franquin[1] llevando el timón del personaje estrella que daba nombre a la revista de la editorial Dupuis, ¿podría decidirse a no sumar a Hergé[2] a su plantilla?

Era el año 1945, y Spirou, como todas las publicaciones en Bélgica, había sufrido los rigores de la censura durante la guerra, incluyendo la prohibición de editar la revista durante un año, pero su postura frente a la ocupación había sido distinta a las demás, participando activamente en la Resistencia. Sus páginas habían sido un referente y un refugio para la población, con la que se creó una fuerte complicidad que continúa a día de hoy. En aquel momento, con el final de la contienda tan próximo y las acusaciones de colaboracionismo que sufría Hergé, cuya imagen pública estaba muy tocada, la respuesta no podía ser otra que un “no”[3]. Aquella negativa, sin embargo, tuvo un efecto beneficioso para el mundo del cómic. Poco tiempo después, con el apoyo de un grupo de empresarios, entre los cuales se encontraba el héroe de la Resistencia Raymond Leblanc[4], nacería Le Journal de Tintin, cuya sana competencia con Spirou marcaría una época dorada de la historieta franco-belga durante los siguientes veinticinco años.

El primer número de Le Journal de Tintin se puso a la venta el 26 de septiembre de 1946 en dos idiomas, francés y flamenco[5], cubriendo los mercados belga y holandés. El éxito de la revista llevó dos años más tarde a crear una edición propia para Francia[6], conjuntamente con la editorial Dargaud, que en 1960 también se haría cargo de la revista francesa Pilote, donde comenzaron a publicarse las aventuras de Astérix, un nuevo competidor para Tintín y Spirou, claros protagonistas hasta entonces del mercado belga.

Raymond Leblanc y Hergé posan con el primer número de Le Journal Tintin, siendo la publicidad un
elemento importante para su difusión.

A comienzos de los años cincuenta, la revista había pasado de doce a veinte páginas, una evolución que no se veía reflejada en los ingresos de sus autores. Hay que recordar que Hergé era una singular excepción, pues Tintin se publicaba por Casterman en formato de álbum desde 1934, un acuerdo que se mantiene vigente en la actualidad. Las peticiones de otros colaboradores por aumentar su cuota de mercado y garantizarse un mayor volumen de ingresos llevó a Raymond Leblanc a establecer un sistema por el cual las series más populares de Le Journal de Tintin se editaban posteriormente como álbum por la misma editorial que previamente había fundado para publicar la revista, Le Lombard[7]. Las mejores, en cartoné; el resto, en rústica. De esta forma, el público podía disfrutar de una serie en su entrega semanal y después adquirirla para descubrirla de nuevo, completa y a todo color, ya que en la revista podía estar publicada en blanco y negro o bicromía, parcial o totalmente. Un método parecido se aplicó en Dupuis con Spirou y en Dargaud con Pilote, marcando una época y un estilo al que otros países fueron más o menos permeables. Por ejemplo, los títulos publicados en flamenco siempre se encuadernaban en rústica, ya que su público valoraba al cómic como un producto para niños, no como un objeto de coleccionismo, como sí sucedía en el mercado francófono.

Es importante mencionar que en 1950 se crearon los Studios Hergé, donde se reunieron algunos de los colaboradores de Le Journal de Tintin, un lugar en el que coincidieron algunos de los mejores dibujantes y guionistas en un ambiente creativo, aunque manteniendo una cierta formalidad y unas normas de etiqueta, lejos de la familiaridad que se respiraba en Spirou. Raymond Leblanc, por su parte, incansable emprendedor, dio un empujón decisivo a la revista con la creación de una sistema de puntos por el cual se podían obtener descuentos en artículos que la revista proponía por acuerdo con distintas marcas comerciales[8]. Además, creó una importante agencia publicitaria, Publiart, para ayudar en la comercialización de las series de la revista. Por último, fundó los estudios Belvision, donde se produjeron los largometrajes de Tintín y también los primeros de Astérix, entre otros. En 1958, tanto Le Lombard como Publiart y Belvision se mudaron a una nueva sede, el famoso edificio con la efigie de Tintín y Milú en su tejado.

La tienda de Le Journal de Tintin en el nuevo edificio inaugurado en 1958.

Con el tiempo la revista llegó hasta las 64 páginas, afrontando con éxito el relevo generacional con el paso del tiempo, adaptándose a las necesidades de un público cambiante en sus gustos y de una sociedad con otros elementos de diversión. Fue un referente hasta los años ochenta, desapareciendo en 1993 tras cambiar su nombre a Tintin Reporter y más tarde a Hello Bédé. Un final inevitable: los videojuegos y una televisión con más contenidos infantiles la hicieron inviable. Le Lombard, sin embargo, continúa su actividad como editorial de cómics, rescatando también las series clásicas en formato integral.

Hergé, como primer director artístico, trató de lograr en todas las series de la revista una uniformidad de estilo cercano al suyo propio, el que más tarde sería definido como línea clara (por su legibilidad, el uso de colores planos y la ausencia de sombras), y que aquellas tuvieran una temática que huyera de la fantasía. Por ello se conoció como Escuela de Bruselas a sus dibujantes, en contraposición a la Escuela de Marcinelle[9], la de Spirou, más próxima a la caricatura. Pero la influencia de Le Journal de Tintin y en general del cómic franco-belga en el panorama europeo no fue únicamente de estilo[10], sino de una forma de abordar a un público variado ofreciendo un producto sin ideología religiosa o política, que alternaba lo humorístico con lo realista, el gag de una página con la aventura seriada, incluyendo secciones literarias o de divulgación y la creación de clubs de fans que fidelizaban al lector, además de la posterior publicación de álbumes. Todo ello beneficiado por una competencia entre revistas que les exigía mantener unos elevados niveles de calidad.  

En el caso de España, la influencia de este modelo no llegaría hasta los años sesenta y no terminó de implantarse en un mercado tradicionalmente endogámico marcado por la orientación proteccionista de la dictadura. Esto no sucedió, por ejemplo, en Reino Unido, donde desde 1950 comenzó a publicarse Eagle, con las aventuras del piloto Dan Dare como gran reclamo y manteniéndose activa durante veinte años. Es cierto que en nuestro país existen ejemplos notables que merece la pena destacar, pues sí hubo algunas editoriales que intentaron acercarse a ese estilo de revista, una generación de nuestros dibujantes que se vio influenciada por el cómic franco-belga y un primer acercamiento al formato de  álbum, aunque sin continuidad en las series ni tampoco, en muchas ocasiones, respetando su orden de publicación original. Bravo, de Bruguera, nos trajo a Pilote. Strong y la catalana Cavall Fort, a Spirou. Editoriales como Juventud publicaron en álbum desde finales de los cincuenta a Tintín; a mediados de los sesenta, Toray, a Lucky Luke (de Spirou); Jaimes, a Spirou, como Espirú; Molino, a series de Pilote en su Colección Piloto, como Astérix, y Josep Tremoleda, a personajes de Spirou que aparecieron en Cavall Fort. Al final de esta década la oferta se multiplicó con la participación de otras muchas (Argos, Oikos-Tau, Publicacions de l´Abadia de Montserrat, Unisa…), y una mayor cobertura se alcanzaría a partir de los años ochenta. Nuestro repaso se acaba al comienzo de ese despunte y cubre únicamente el recorrido de cómo descubrimos el material de Le Journal de Tintin antes de que sus series fueran popularizadas. Empecemos, por tanto, por el principio.    

La revista 3 amigos, un humilde comienzo

Una primera toma de contacto con Le Journal de Tintin en nuestro país llegó a finales de los años cincuenta gracias a la necesidad de apoyar la introducción del personaje de Tintín, que Editorial Juventud tenía la intención de publicar[11]. Sus aventuras llegaron a las páginas de dos publicaciones, la prestigiosa revista Blanco y Negro y la católica cabecera infantil 3 amigos. Fue en esta última donde no solo se hicieron eco del personaje de Hergé, sino que tomaron material de una historia del piloto de carreras Michel Vaillant (como Miguel Valiente), dibujado por el francés Jean Graton[12], y numerosas historias cortas y otras secciones realizadas por el elenco de colaboradores de Le Journal de Tintin. Dada la poca difusión de la revista, que solo llegaba por suscripción, y su aparición temprana en un país todavía encerrado en sí mismo, su influencia sobre el sector español de la historieta fue prácticamente irrelevante, excepto por la presencia de Tintín. El reportero belga tuvo una gran acogida entre el público infantil y también adulto, con una atención inédita por parte de la crítica, que dio un tratamimento a los álbumes de la editorial Juventud como si fueran una obra más de literatura infantil[13], destacando los valores del personaje, el estilo de su creador y la calidad de la edición. El formato novedoso del álbum hizo que, además, estas obras pasaran por el proceso de censura aplicado a los libros, como sucedió con todos los cómics que se publicaron en la decáda de los sesenta y hasta unos años después del fin de la dictadura; inicialmente los provenientes del mercado franco-belga y más tarde los de producción nacional como, por ejemplo, Mortadelo y Filemón[14].

     
      Dos grandes series de Le Journal de Tintin en 3 amigos: Tintín y Michel Vaillant.
       

Propaganda Popular Católica (PPC) editó 3 amigos en Madrid entre 1956 y 1962, tomando su nombre de la historieta principal, protagonizada por tres niños de nombre Paco, Pepe y Colás. Su factura se acercaba al modelo franco-belga, pero con un mensaje claramente religioso y una calidad inferior, aunque tuvo incluso una aventura de Boixcar[15], Conquistadores del espacio. En sus últimos años, su contenido derivó a una mayor presencia de reportajes, artículos divulgativos y textos literarios.

Hay que destacar también la presencia en varios números de Las aventuras de Riri, príncipe de Estrovia (Le prince Riri), creación del belga Willy Vandersteen[16], un simpático personaje humorístico que se publicaba en historias cortas y que apareció en Le Journal de Tintin de forma casi ininterrumpida de 1953 a 1959[17].

El pequeño príncipe Riri, de Willy Vandersteen.

También hubo otras publicaciones coetáneas de 3 amigos con una presencia marginal de material franco-belga:

  • En Balalín, del Frente de Juventudes, nos llegó por primera vez Chick Bill, de Tibet[18], un cómic humorístico ambientado en el Oeste americano, protagonizado por el cowboy que le da nombre, acompañado, entre otros, del sheriff Dog Bull, su ayudante Kid Ordinn y el joven indio Petit Caniche. En sus páginas también conocimos a Prudence Petitpas, de Maurice Maréchal[19], una afable anciana con inclinaciones detectivescas, traducida aquí como Prudencia Pasitos.
    Prudence Petitpas y Chick Bill, series aparecidas en Balalín.
  • En Bazar, de la Sección Femenina, aparecieron algunos gags de la pareja de pillos callejeros Quique y Flupi (Quick et Flupke), de Hergé, traducidos como Toño y Pepón[20]. Tanto Bazar como Balalín eran instrumentos educativos de FET y de las JONS, el único partido político autorizado durante la dictadura.
    Quique y Flupi en Bazar, rebautizados como Toño y Pepón.
  • En Duwarin, revista reservada a los socios del Club Duward (empresa relojera de Barcelona), apareció algún gag de Monsieur Tric, traducido como Don Facundo el distraído, de Bob de Moor[21], profesor de la Sorbona que vive situaciones disparatadas.
    Monsieur Tric fue Don Facundo el distraído en Duwarin.
  • Por último, en la revista Futuro aparecieron algunos artículos de ciencia ilustrados por Albert Weinberg[22] y Roger Leloup[23], dos integrantes de Le Journal de Tintin

Camino de Valencia

Si avanzamos en el tiempo encontramos una nueva aproximación a Le Journal de Tintin por parte la editorial valenciana Maga, que venía publicando de forma exitosa numerosas series desde 1951 en formato de cuadernillo, pero que a medidados de los años sesenta se enfrentaba a un declive provocado por el auge de la televisión[24]. Fundada por Manuel Gago, famoso por ser autor de El Guerrero del Antifaz, estaba necesitada de un golpe de efecto. El joven dibujante Miguel Quesada propuso crear un modelo de revista parecida a las que aparecían en Europa. Esta iniciativa se formalizó en 1964 en dos títulos, Pantera Negra y Flecha Roja, donde se publicó diverso material extranjero acompañando a las aventuras de los personajes que les daban título.

       
Primer número de las dos revistas al estilo europeo lanzadas por Maga.        
         
       
Oumpah-Pah y Strapontin, como Crispín, dos series humorísticas que contrastaban con las aventuras de estilo realista de Llama de plata, todas integradas en las revistas de Maga.        

En la primera de ellas aparecieron dos series de Le Journal de Tintin. Por una parte, Oumpah-Pah, el simpático piel roja creado por los franceses Albert Uderzo y René Goscinny[25], y por otra, las tres historias cortas de Llama de Plata (Flamme d´Argent), un trovador medieval con reminiscencias de Robin Hood, dibujado por el belga Paul Cuvelier[26], cuya corta trayectoria no desmerece su calidad y entretenimiento. En la segunda se publicó Strapontin, de Berck[27] y Goscinny, bajo el nombre de Crispín, una serie humorística de un conductor de taxi que vive divertidas aventuras.

Al año siguiente de su creación las dos cabeceras se fusionaron manteniendo ambos títulos, para desaparecer poco después. En esta nueva revista se incluyó Oumpah-Pah y otra obra de Cuvelier, Line, como Lina, nombre de una joven intrépida y aventurera, que dejaba entrever una sensualidad cuyo autor no podía reprimir y que con el tiempo le hizo abandonar las publicaciones infantiles para dedicarse a la pintura, su gran pasión, no sin antes dejar una obra con gran carga erótica, Epoxy[28], junto al guionista Jean van Hamme[29].

Finalmente, en Maga también apareció El caballero blanco (Le chevalier blanc), en treinta cuadernos de la revista El defensor de la cruz. Se trata de la creación más exitosa de los belgas Fred y Liliane Funcken, aunque la propuesta inicial fuera de su compatriota Raymond Macherot[30], guionista de la primera historia. Esta serie sobre un justiciero medieval fue publicada durante diez años desde 1953 en Le Journal de Tintin y se caracterizaba por el rigor histórico de su ambientación y vestuario[31].

Editorial Valenciana también aportó su granito de arena a la difusión de material de Le Journal de Tintin, como, por ejemplo, la adaptación al cómic que había realizado Willy Lateste[32] del primer largometraje de Belvision, “Pinocchio dans l'espace”, que apareció en la muy querida Pumby[33].

 

Regreso a Madrid

La editorial Sarpe lanzó la revista madrileña Chío en 1965 como continuación del suplemento infantil de La Actualidad Española, que había importado dos años antes el modelo y contenidos de la británica Eagle, incluyendo también material nacional, como Diego Valor, que coincidió con el personaje que lo inspiró, el antes mencionado Dan Dare. También aparecieron dos aventuras de Tintín. Previamente, la propia La Actualidad Española había publicado desde 1957 a 1963 una aventura de Tintín y las cinco historias de Jo, Zette y Jocko[34], personajes creados en los años treinta por Hergé para la francesa Coeurs Vaillants, que le solicitó aventuras con un modelo familiar acorde con los valores cristianos de sus editores. Jo y Zette son dos hermanos, integrantes de la familia del ingeniero aeronáutico Legrand y su esposa, a los que acompaña su mascota, un monito de nombre Jocko.

Taka Takata y Clorofila, personajes de éxito de Le Journal de Tintin en páginas de Chío.

En las páginas de Chío aparecieron algunos gags de Taka Takata, el recluta japonés de Jo El-Azara[35]. También alguna aventura de Clorofila (Chlorophylle), el ratón de campo creado por Macherot, una de las escasas series protagonizadas por animales en Le Journal de Tintin, a la que Hergé tenía gran estima por su capacidad de haber creado un universo propio con un mensaje de protección de la naturaleza, una mirada singular que podía resultar inocente y poética, aunque en alguna ocasión su creador se dejó llevar por su caracter subversivo y fue incluso tildado de anarquista. Por último, conocimos al canguro Baf, de Geri[36], de breve aparición a mediados de los años sesenta. Otras series se tomaron de Spirou, como los gags del gato Poussy, de Peyo[37]; Sibilina (Sybiline), otro ratón campestre también de Macherot, o Buck Danny, el aviador creado por Victor Hubinon y Jean-Michel Charlier[38].

Una parada en Cataluña

     
      Primer número de L´Infantil, un ejemplo de revista de éxito en el panorama español.
       
     
      Clifton por Jo-El azara

Un nuevo ejemplo de la influencia de Le Journal de Tintin lo encontramos en la publicación catalana L´Infantil. La revista surgió en 1951 en el seno del seminario conciliar de Solsona, localidad de Lleida, y tuvo una finalidad principalmente religiosa hasta que en 1962 su edición se traspasó a los miembros de la Academia de la Llengua Catalana, publicándose el primer número de esta segunda época en enero de 1963. Seis años más tarde, la propiedad se cedería a Publicacions de l´Abadia de Montserrat, y en su número 174 cambió el nombre a Tretzevents, buscando un público de mayor edad. Desde este nuevo inicio la intención fue conseguir una publicación en catalán para difusión de la lengua, prohibida en las escuelas, y que con éxito había desarrollado desde 1961 su gran competidora, Cavall Fort. Ambas podían incluir contenido en catalán gracias a la excepción permitida para las publicaciones religiosas, y han tenido una larga trayectoria, con gran mérito, teniendo en cuenta que solo se adquirían por suscripción; L´Infantil, hasta 2011, y Cavall Fort lo continúa haciendo en la actualidad, manteniendo su estatus de referente cultural.

En L´Infantil se incluyeron contenidos de Le Journal de Tintin, Pilote y Spirou, pero solo destacamos las series de la primera y únicamente sus primeros años, hasta finales de los sesenta:

  • Clifton, exagente secreto del MI-5 británico que ejerce como detective en su jubilación. Creada por Raymond Macherot en clave de humor, en este caso la aventura incluida estaba dibujada por Jo El-Azara, ya que la serie se viene realizando desde 1959 a cargo de distintos autores.
  • Los Franval (Les Franval), de Édouard Aidans[39] y guion de Yves Duval[40], familia compuesta por Marc Franval, su esposa, Cathy, y su hijo, Didi, aventureros y cineastas que recorren el mundo entero. Fue publicada de 1963 a 1975, con doce títulos.
     
  • Zig y Puce (Zig et Puce), de Greg[41], recuperando los personajes creados por Alain Saint-Ogan[42] en 1925 para Le Dimanche illustré, suplemento infantil del diario francés L´Excelsior. Se trata de las aventuras de dos amigos que dan nombre a la serie y de su mascota, un pingüino de nombre Alfred, al que conocen en el polo norte. Greg fue redactor jefe de Le Journal de Tintin de 1965 a 1974, donde realizó una primera revolución modernizando con éxito su estilo y dotándola de un contenido más humorístico e internacional (con autores extranjeros como Will Eisner o Hugo Pratt), para luego ejercer de director literario de Dargaud, en París.
  • También apareció Line, de Cuvelier, como Lidia.

Y por fin nos llegó la revista Tintín

En el año 1967, uno de los directivos de la editorial Juventud, Luis Zendrera, tomó la decisión personal de editar una versión nacional de Le Journal de Tintin[43], una apuesta en la que le acompañó, a cargo de la dirección literaria, Concepción Zendrera, responsable de las traducciones de Tintin al castellano. Como director estuvo al mando Josep María Serra, dibujante y caricaturista, cuya obra fue publicada en diversos diarios y revistas (El Correo Catalán, Hoja del Lunes, Mundo Deportivo, Paseo Infantil o TBO). Esta loable iniciativa, sin embargo, tuvo un corto recorrido debido a su aparición tardía, ya que la carrera de Tintín estaba en su recta final, con nuevos títulos que aparecían cada vez mas espaciados en el tiempo, mientras que los anteriores ya habían sido publicados casi en su totalidad. Sin embargo, hay que elogiar el esfuerzo realizado por la difusión de la revista, mediante el fomento de la creación del club de fans y concursos que incluían atractivos premios para la época. A pesar de ello, la revista no terminó de encajar en el panorama español de la época, y dos años más tarde de su creación desapareció, cediendo sus contenidos a la más asentada Gaceta Junior, que contenía material propio y de la popular revista italiana Corriere dei Piccoli [44].

Primer número de Tintín en 1967 y anuncio del traspaso de sus contenidos a Gaceta Junior al final de
su publicación apenas dos años después.

Además de tres títulos de Tintín, que a continuación fueron publicados por Editorial Juventud[45], la revista nos trajo nuevas series. Por una parte se incluían gags, de una o dos páginas, humorísticos:

  • Modesto y Pompón (Modeste et Pompon), dibujada por Dino Attanasio[46]. Esta serie ha conocido varios dibujantes y guionistas, pero su creación se debe a André Franquin, que de 1955 a 1960 dejó temporalmente Spirou debido a un recorte en sus honorarios para su próximo álbum[47], y recaló en Le Journal de Tintin, donde Raymond Leblanc le recibió con los brazos abiertos, aunque tras este paréntesis terminara por regresar a Dupuis, a la que consideraba su casa. A través de la pareja protagonista, el tranquilo Modesto y la elegante Pompón, se caricaturiza la naciente sociedad de consumo reflejada en la vivienda y forma de vida de ambos, además del afán por la modernidad caracterizado en Félix, su amigo inventor, que no duda en presentar a Modesto sus últimas creaciones, casi siempre con fatídicas consecuencias. Estos aspectos estaban también de actualidad en nuestro país cuando nos llegó, a finales de los años sesenta.
  • Balthazar, el personaje de madurez de Bob de Moor, humor casi sin palabras de este simpático viejecito de inconfundible mechón y bigote canoso.
    Modesto y Pompon y una página de Balthazar.
  • Indeseable Desiderio (Indésirable Désiré), de Mitteï[48], que cuenta las divertidas andanzas del jovial y melómano protagonista y que fue creada de forma improvisada cuando su compañero Albert Weinberg no entregó una de sus planchas a tiempo[49].
  • Gregorio (Gregor), del holandés Jan Kruis[50], historias sobre la vida de una familia formada por el niño protagonista, su hermana y sus padres.
    Indeseado Desiderio y Gregorio.
  • Skblllz, de Geri, un original ser pequeño y peludo de nombre impronunciable que hace alarde de su capacidad de poner huevos, aunque no está claro qué es lo que contienen.
  • El troglodita (Cromagnonneries), de Auguste[51], que trataba de forma cómica la vida en la Prehistoria.
    Skblllz y El Troglodita.
  • Cubitus, de Dupa[52], un gran y simpático perro blanco rodeado de diversos amigos que fue publicado desde 1968 hasta 1993, continuado hasta la actualidad por otros autores.
  • Max el explorador (Max l'explorateur), de Bara[53], creada en 1954 para su publicación en prensa, no llegaría a Le Journal de Tintin hasta 1968. En ella se cuentan las divertidas aventuras de un torpe explorador.
    Cubitus y Max.
  • Tonic, de Barberouse[54], humor inocente de un alocado perro que solo se publicó en la edición francesa de la revista.
  • Stero-Land, de Weyland[55], humor al servicio de la ciencia ficción en un mundo singular al que viaja un terrícola.
    Tonic y Stereo-land.

Un segundo tipo de publicaciones eran las historias seriadas:

  • Tres aventuras inéditas en álbum de Tintín, “Tintín en América”, “Tintín en el Congo” (que había aparecido ya en Blanco y Negro) y la entonces recientemente acabada por Hergé “Vuelo 714 para Sidney”. Fueron puestas a la venta por Editorial Juventud inmediatamente después.
  • Dos historias de Ric Hochet —traducido como Ric Barry—, de Tibet, guionizadas por André-Paul Duchâteau[56]. Se trata de un periodista detective creado en homenaje a Valhardi, la serie con mayor éxito de la revista Spirou en sus comienzos a finales de los años treinta y principio de los cuarenta. Se sigue publicando actualmente, desde 1962, con más de ochenta títulos.
  • Ray Ringo, de William Vance[57], una serie realista de un agente de la Wells Fargo de finales del s. XIX, encargado de la protección del transporte de viajeros y del oro proveniente de Arizona.
  • Una aventura de los ya mencionados Michel Vaillant, Oumpah-Pah y Clifton (en este caso de la primera época, dibujado por Raymond Macherot).
    Ric Barry y Ray Ringo.

Finalmente, podían encontrarse las historias cortas, como por ejemplo alguna aparición de los citados Strapontin, como Estrapontín; Prudence Petitpas, traducida aquí como Doña Prudencia; Chick Bill, Baf o Monsieur Tric. Otras fueron series novedosas, como:

  • Celeste Pilón (Céleste Pion), un artista todoterreno que se aplicaba en cualquier disciplina, dibujada por Hugo[58] y guionizada por Jacques Acar[59].
  • Flordelis (Fleurdelys), de Mazel[60], divertida serie de mosqueteros.
    Celeste Pilón y Flordelis.
  • Pancho Bomba, miembro de la Federación de Conspiradores Conscientes y Organizados (FCCO), un grupo revolucionario mexicano tratado de forma humorística por Mike[61] con guion de Hubuc[62].
  • Bros (Frères Bross), de Guilmard[63], hilarantes aventuras de dos hermanos gánsteres en el Chicago de 1920.
    Pancho Bomba y Bross.
  • Wapi, de Paul Cuvelier, sobre un joven de una tribu india norteamericana.
  • Bruno Brazil, agente de la WSIO (World Security International Office) al mando del comando Caïman, encargado de misiones de contraespionaje por todo el mundo, de William Vance y guionizado por Greg.
    Wapi, Bruno Brazil y Bob Bin.
  • Bob Bin (Bob Binn), de Édouard Aidans, fotógrafo de prensa que ejerce de detective.  

La revista se completaba con pasatiempos, relatos breves[64] o secciones divulgativas como Mis amigos los animales, presentada por el aventurero Marc Franval y en la que se comentaban aspectos interesantes y curiosos de una especie en concreto, ilustrados por Aidans. De vez en cuando había lugar para la viñeta humorística, como las de Ploeg[65], Cram[66] o Hoviv[67].

Lo que en un principio no pudimos leer

Llegados a este punto, final de nuestro recorrido, hay varios nombres importantes de Le Journal de Tintin que no han aparecido en español. En primer lugar, el considerado junto a Hergé como pilar de la revista en su primera época, su amigo Edgar P. Jacobs[68], creador de la serie Blake y Mortimer (Blake et Mortimer), aventuras del capitán del servicio secreto británico Francis Blake y de su amigo el físico galés Philip Mortimer, perfectamente ambientadas en la Inglaterra de los años cincuenta gracias a la extensa documentación empleada por Jacobs en su elaboración. Frente a ellos, Olrik, su archienemigo, siempre dispuesto a llevar a cabo sus oscuros planes a pesar de sus continuos fracasos. Si la revista española Tintín hubiera continuado un tiempo más, muy seguramente se hubiera publicado en sus páginas, ya que Mortimer aparecía en la contraportada de las tapas que se vendieron para su encadernación en tomos. Sin embargo, no fue hasta los años ochenta cuando apareció toda su obra en la editorial Grijalbo, aunque sin guardar el orden original de publicación. La serie sigue publicándose actualmente y es una de las más vendidas y valoradas en el mercado belga.

El otro gran olvidado entonces fue Jacques Martin[69], autor de Alix en 1948, un joven esclavo galo que, adoptado por un rico romano, vive aventuras en la época del antiguo Imperio romano junto a su amigo Enak. La editorial Oikos-Tau publicó cinco de sus álbumes a finales de los años sesenta en España, pero solo en época muy reciente gracias a Netcom2 se ha podido disfrutar de esta serie al completo y también de otras, como Lefranc, que narra desde 1952 las aventuras del reportero Guy Lefranc, de la que solo se podían leer los diez títulos aparecidos en los años ochenta gracias a Grijalbo. Ambas siguen apareciendo en la actualidad, continuadas por otros autores.

Otro autor importante fue François Craenhals[70], creador de las aventuras circenses de Pom et Teddy y del caballero medieval Chevalier Ardent. Fue también el responsable de un fenómeno sin igual, el éxito de una serie al margen de las revistas más importantes. Se trata de Los 4 Ases (Les 4 As), publicada en la revista Francs-Jeux, que se entregaba gratuitamente en las escuelas de primaria, ya que era editada por la Ligue de l'Enseignement, una confederación de asociaciones educativas de Francia. La serie trataba de las aventuras de cuatro jóvenes amigos acompañados de su fox terrier, publicándose desde 1962 hasta 2007. La editorial Oikos-Tau editó nueve de sus historias en España.

Aunque comenzó a despuntar a finales de los años sesenta, merece también la pena mencionar a Hermann[71], creador para Le Journal de Tintin del aventurero exagente de la Interpol Bernard Prince, y de Comanche, apodo de la joven propietaria del Rancho 666, Verna Fremont. El primero de ellos fue publicado en la colección Gran Aventura, de Jaimes, con el nombre de Daniel Ross (apenas cuatro títulos), posteriormente con su nombre original por Grijalbo (seis álbumes), y en los últimos años se han publicado todas sus aventuras en forma de integral en Ponent Mon. Comanche también fue editada inicialmente por Grijalbo (cinco aventuras) y recientemente como integral por Planeta. Ambos han aparecido también en varias cabeceras de la editorial Bruguera en los años setenta.

Cuatro de los primeros colaboradores de Le Journal de Tintin, caricaturizados para la revista.

En el polo opuesto se encuentra el francés Étienne Le Rallic[72]: a su llegada a la revista su carrera estaba acabando, a pesar de lo cual todavía seguía creando personajes nuevos (como el wéstern Teddy Bill) y su presencia fue importante para ganarse al público en Francia, donde era muy respetado como pionero del cómic. A Hergé, sin embargo, su estilo realista no terminaba de convencerle.

Finalmente, es necesario presentar a Jacques Laudy[73], que junto a Hergé, Jacobs y Cuvelier formó parte desde el inicio de Le Journal de Tintin con La légende des quatre fils Aymon, basada en un cantar de gesta sobre Carlomagno. Más tarde creó la serie Hassan et Kaddour, narrando las aventuras de dos amigos habitantes de las calles de un lugar indefinido de Oriente Medio con la capacidad de viajar en el tiempo. Fue recomendado para la revista por Hergé, cuyo trazo le recordaba a los dibujantes británicos, pero, sin embargo, nunca fue publicado en álbum hasta los años setenta.

Conclusión

Una vez conocida la trayectoria de las publicaciones de Le Journal de Tintin en nuestro país durante una primera etapa (1946-1969) podemos afirmar que, si bien pudimos disfrutar ampliamente de su serie emblemática, las aventuras de Tintín, poco conocimos de otras que si tuvieron un gran éxito en el mercado francófono, como Michel Vaillant, Alix, Blake y Mortimer, Corentin o Dan Cooper. Más receptivos fuimos al material proveniente de Spirou, de un tono más cómico, como el propio Spirou, Lucky Luke, Boule et Bill, Johan et Pirluit o Les Schtroumpfs. Por supuesto también triunfó Astérix, de Pilote, y todas ellas influyeron por entonces en una generación de dibujantes de la editorial Bruguera. Quizás hubieramos contado con mayor presencia de material franco-belga si Tintín hubiera aparecido en TBO, que inicialmente denegó la propuesta de Casterman pero mostró interés más adelante, aunque entonces recibió una negativa por respuesta debido al número de cabeceras que ya lo publicaban. De haberse producido este hecho igual se hubiera elevado la competencia entre revistas para incluir otras series. De lo que sí estamos seguros es que esta primera aproximación sirvió para introducir un nuevo concepto de revista infantil y el formato de álbum en nuestro panorama editorial, momento en el que los tebeos comenzaron a tener una mejor acogida por parte de los responsables ideológicos de la educación infantil, llegando incluso a incluir a algunos de ellos como literatura recomendada junto a los clásicos. Fue una primera toma de contacto que se vio ampliada en las décadas posteriores, aunque no ha sido hasta la actualidad cuando se ha realizado un esfuerzo por rescatar algunas de las series emblemáticas, incluyendo todos sus títulos y recuperando el orden original de aparición.  

 

BIBLIOGRAFíA

Sobre las publicaciones franco-belgas y sus autores:

  • Dayez, H. (1997): Le duel Tintin-Spirou, Éditions Contemporaines.
  • Lechat, J.-L. (1996): Le Lombard 1946-1996 : un demi siècle d'aventurestomo 1, Le Lombard.
  • Lerman, A. (2013): L'encyclopédie historique du journal Tintin, autoedición.
  • Maricq, D. (2006): Le journal Tintin: Les coulisses d'une aventure, Éditions Moulinsart.
  • Pessis, J. (2006): Raymond Leblanc. Le magicien de nos enfances, Édition de Fallois.
  • Pissavy-Yvernault, C. y B. (2013): La Véritable Histoire de Spirou, tomo 1 (1937-1946), Dupuis.
  • VV. AA. (2016a): La grande aventure du journal Tintin - 1946-1988 - Le journal des jeunes de 7 ans a 77 ans, Éditions Moulinsart y Le Lombard.
  • VV. AA. (2016b): La saga du Journal Tintin, Paris-Match.
  • De Weyer, G. (2014): La Belgique dessinée, Ballon Comics.

Sobre las publicaciones españolas:

  • Baena, P. (2002): La magia de Maga, Editores de Tebeos.
  • Cuadrado, J. (2004): De Madrid a los tebeos: Una mirada gráfica a la Historieta madrileña, Ediciones Sinsentido.
  • Guiral, A. (2010): 100 años de Bruguera: De El Gato Negro a Ediciones B, Bruguera.
  • Larreula, E. (1985): Les revistes infantils catalanes de 1939 ençà, Edicions 62.
  • Martín, A. (2001): Apuntes para una historia de los tebeos, Glénat.
  • Porcel, P. (2002): Clásicos en Jauja, Edicions de Ponent.
  • Gran Catálogo de Tebeosfera: https://www.tebeosfera.com/

NOTAS:

[1] André Franquin (1924-1997) fue un dibujante belga, continuador de la serie Spirou desde 1946, para la que creó al Marsupilami, un ser fantástico de larga cola y gran fuerza. Es igualmente recordado por Gastón el Gafe (Gaston Lagaffe), un torpe administrativo al que le suceden todo tipo de situaciones hilarantes en su oficina.

[2] Hergé es el seudónimo de Georges Rémi (1907-1983), dibujante y guionista belga considerado la mayor influencia de su generación, creador del mundialmente conocido Tintín en 1929 para la revista Le Petit Vingtième.

[3] Hergé no pudo volver a trabajar tras la guerra hasta que obtuvo un certificado de civismo, que si bien le permitió reintegrarse en la sociedad, no le libró de las críticas.

[4] En realidad, la idea surgió de André Sinave, que, junto a Leblanc y Albert Debaty, habían creado la editorial Yes en 1944, publicando distintas revistas de cine o románticas.

[5] Las revistas infantiles solían ponerse a la venta el día de la semana en el que no había clases por la tarde, que en aquella época en Bélgica era el jueves y más tarde sería el miércoles. La edición en flamenco tomaría el nombre de Kuifje.

[6] Durante los años cincuenta, Le Journal de Tintin llegaría también a territorios francófonos como Canadá o Indochina.

[7] La editorial tomó el nombre de la dirección donde estaba su local, en la céntrica Rue de Lombard, en Bruselas.

[8] Este sistema fue conocido como “Timbre Tintin”, “Chèque Tintin” en Francia y “Kuifjes Bon” en flamenco. Representó un enorme éxito y fue una de las razones del crecimiento de la revista en la década de los cincuenta, promoviendo la proliferación de todo tipo de artículos con la imagen de los personajes de Hergé.

[9] Marcinelle es una de las comunas de la ciudad de Charleroi, en Bélgica, donde está situada la editorial Dupuis. En realidad, gran parte de sus dibujantes también residían en Bruselas.  

[10] Al margen de la división en escuelas, es interesante mencionar que muchos de los nombres que figuran en este artículo coincidieron en el Institut Saint-Luc, una escuela de bellas artes cuyo origen se remonta a 1862 en Gante, más tarde extendida a otros lugares de Bélgica, incluida Bruselas. En 1968 se creó una titulación en cómic con la participación de Hergé y Eddie Paape (1920-2012), dibujante de Spirou, creador de la serie del aventurero Valhardi.

[11] La introducción de Tintín ya se intentó en el año 1952 por parte de la editorial belga Casterman, fruto de su ambición expansionista del personaje a otros lugares de Europa (Reino Unido, Alemania y España), pero en nuestro país no tuvo ningún éxito, posiblemente debido al inexistente soporte de una publicación periódica que lo introdujera a los lectores, algo que, por ejemplo, sí sucedió de forma abrumadora en Alemania, donde Casterman publicó hasta doce títulos en los años cincuenta. A pesar de no estar confirmado, quizá se contactara con la revista Chicos. Otra de las razones pudo ser la pobre valoración de los cómics como literatura para niños. Por último, es muy probable que los álbumes tuvieran un elevado coste para un país todavía en reconstrucción.

[12] Jean Graton (1923-2021) dedicó prácticamente toda su carrera a Michel Vaillant, desde 1957 hasta 2004. La serie se sigue publicando en la actualidad, con más de ochenta álbumes, y el museo del automóvil de Bruselas, Autoworld, tiene un pequeño espacio dedicado al personaje. En los años setenta Gratonj creó a Julie Wood, una piloto de motocicletas, para la revista Super As, que fue parcialmente publicada por Grijalbo en España a mediados de los años setenta como Los hermanos Wood, eliminando la presencia femenina de su protagonista 

[13] A destacar la cobertura de los diarios de Barcelona Solidaridad Nacional y El Noticiero Universal.

[14] El caso más conocido fue el de “El dictador y los champiñones”, de Spirou, cuya publicación fue denegada en 1969 por la censura a la editorial Jaimes cuando ya estaba impreso y listo para su puesta a la venta. Finalmente se cambió su nombre a “Espirú y los champiñones”, presentando una nueva portada, y pudo comercializarse en 1975, por lo que existen las dos versiones del mismo.

[15] Guillermo Sánchez Boix (1917-1960) fue un dibujante español, famoso por haber creado y participado en Hazañas Bélicas.

[16] Willebrord Vandersteen (1913-1990) es más conocido por su serie Suske en Wiske (Bob et Bobette, en francés), que se viene publicando desde 1945 hasta la actualidad, continuada por otros autores desde 1974. Durante un tiempo apareció en Le Journal de Tintin, pero con alguna modificación impuesta por Hergé, al que nunca le convenció su estilo caricaturesco. Otra obra suya, Bessy, fue publicada por la editorial valenciana Gaisa en un tomo conteniendo cinco historias de las 150 que componen la serie. Se trata de las aventuras de un collie en el Oeste americano, inspirado por Lassie, y que tuvo una larga vida, publicándose de 1952 a 1984.

[17] Vandersteen fue presentado a Leblanc por el responsable de la revista en flamenco, Karel van Milleghem, quien también ideó el lema “la revista de los jóvenes de 7 a 77 años”, emblema de Le Journal de Tintin. Vandersteen solía publicar en flamenco, y fue un fichaje estratégico para atraer público a la versión de la revista en ese idioma.

[18] Gilbert Gascard (1931-2010), más conocido como Tibet, fue un dibujante belga. Chick Bill fue creado inicialmente en 1952 como una serie con animales antropomorfos, en clara imitación de Le Journal de Mickey, que por aquel entonces era la revista con mayor tirada en Francia, pero a sugerencia de Hergé se cambiaron a humanos, más en línea con el estilo de Le Journal de Tintin. Se ha publicado hasta 2010 con setenta títulos.

[19] Maurice Maréchal (1922-2008) publicó historias de Prudencia Pasitos desde 1957 a 1967, momento en el que se centró en su trabajo de profesor. En los años ochenta, retirado, regresó con su personaje, pero esta vez a las páginas de Spirou.

[20] Esta serie de Hergé también apareció en los años sesenta en Amuca, el suplemento de la revista Ama, en El Dique, el boletín interno de los astilleros gaditanos, y en las páginas infantiles del Diario Regional de Valladolid, siempre como Quique y Felipe. El nombre de Quique y Flupi es el que adoptó Editorial Juventud para sus álbumes en los años ochenta.

[21] Bob de Moor (1925-1992) fue uno de los colaboradores más estrechos de Hergé, considerado como el candidato ideal para continuar las aventuras de Tintín. De hecho, fue el responsable de acabar la última entrega de “Las 3 fórmulas del profesor Sato”, de Blake y Mortimer, tras el fallecimiento de Edgar P. Jacobs. En nuestro país sus series fueron publicadas parcialmente por Editorial Juventud y Grijalbo en los años ochenta y noventa: Barelli, Oscar y Julian (Oncle Zigomar) o Cori el grumete (Cori le Moussaillon).

[22] Albert Weinberg (1922-2011) fue un dibujante belga, creador de las aventuras de Dan Cooper, un aviador con aventuras en el campo de la ciencia ficción.

[23] Roger Leloup (1933- ) nació en Bélgica y fue colaborador de Hergé, principalmente en temas de aeronáutica. Fue el creador del avión supersónico del magnate Carreidas en “Vuelo 714 para Sidney”. Su personaje fetiche es la aventurera espacial Yoko Tsuno, que viene publicando desde 1968 y que en España conocimos a través de Editorial Juventud en los años ochenta y noventa.

[24] Esta influencia se veía reflejada en algunas revistas, que intentaban atraer el público seducido por la televisión, como Tele Color o Din Dan, de Bruguera. Esta última llevaba en portada una historia de la familia Telerín, por aquel entonces famosa por anunciar en nuestras pantallas la hora de irse a la cama. Publicada de 1965 a 1967, incluyó también en sus páginas las dos aventuras lunares de Tintín, con una coloración y remontaje ciertamente peculiares.

[25] Albert Uderzo (1927-2020) y René Goscinny (1926-1977) son conocidos por su exitosa serie Astérix. Buscando un mayor reconocimiento a la labor de guionista de Goscinny, ambos fundaron en 1959 la revista Pilote, donde publicaron sus aventuras. Uderzo también realizó para Pilote la serie Tanguy y Laverdure junto a Jean-Michel Charlier (1924-1989), sobre dos pilotos de avión, y Goscinny participó junto a Morris (1923-2001) en los mejores títulos de Lucky Luke, para Spirou. Son apenas dos ejemplos de su prolífica carrera.

[26] Paul Cuvelier (1923-1978) fue uno de los autores que participaron desde el comienzo de Le Journal de Tintin con su personaje fetiche, Corentin, un joven aventurero cuyas historias, ambientadas en el s. XVIII, recibieron el elogio del propio Hergé por su elegante estilo y por la destreza de su autor, uno de los pocos a los que por entonces se les permitía estar al margen de  las directrices de la línea clara.

[27] Arthur Berkmans (1929-2020), que firmaba como Berck, fue un dibujante belga que trabajó primero para Le Journal de Tintin y después para Spirou. Strapontin apareció en varios álbumes de la colección Epitom, de la editorial Jaimes, con el nombre de Florencio.

[28] Epoxy fue publicada en España en varios números de la revista Cimoc en los años ochenta.

[29] Jean van Hamme (1939- ) es un notable guionista belga que ha participado en exitosas series como Thorgal, XIII o Largo Winch, y que fue elegido para recuperar la serie Blake y Mortimer en 1996, junto al dibujante francés Ted Benoit (1947-2016).

[30] Raymond Macherot (1924-2008) fue un dibujante y guionista que participó tanto en Le Journal de Tintin como en Spirou. Sus obras más reconocidas son Clorofila y Sibilina, protagonizadas por animales e influenciadas por su amor por la vida tranquila en el campo, donde residía.

[31] Fred (1921-2013) y Liliane Funcken (1927-2015) colaboraron juntos en numerosas series y realizaron una obra enciclopédica sobre la vestimenta y armas a lo largo de la historia. Cabe resaltar como curiosidad que Fred fue el dibujante del episodio medieval de Mortimer en el título “La trampa diabólica”, a petición de su autor, Edgar P. Jacobs. También participó en un episodio de Llama de Plata, de Paul Cuvelier, cuando este no llegó a cumplir el plazo de entrega.

[32] Willy Lateste (1930-1967) fue un dibujante de animación belga. Junto a su hermano Eddie (1929- ) participó en muchos de los largometrajes de Belvision.

[33] Para más información véase “Las aventuras de Pinocho en el espacio - Pumby - EAGZA”, disponible en línea en: http://misinolvidablestebeos.blogspot.com/2018/05/las-aventuras-de-pinocho-en-el-espacio.html.

[34] Una de esas historias fue publicada también en los años sesenta en las páginas infantiles del Diario Regional de Valladolid.

[35] Joseph Franz Hedwig Loeckx (1937- ), más conocido como Jo El-Azara, es un dibujante belga que ha participado en las tres grandes revistas del mercado franco-belga. Su personaje estrella es Taka Takata, creado junto al guionista Vicq, seudónimo del belga Antoine Raymond (1936-1987).

[36] Henri Ghion (1934-2015), conocido como Geri, trabajó en los Studios Hergé como colorista y dibujante, creando también el personaje protagonista de Mr. Magellan, serie de espionaje a medio camino entre el cómic realista y el humorístico. Baf es continuación de Pif, serie protagonizada por otro canguro creado por el mismo Geri para la revista Junior.

[37] Peyo es el seudónimo de Pierre Culliford (1928-1992), dibujante belga de Spirou conocido por Los pitufos (Les Schtroumpfs), creados inicialmente en otra de sus series a la que superó en popularidad, Johan y Pirluit, una obra humorística ambientada en la Edad Media.

[38] Victor Hubinon (1924-1979) fue un dibujante belga, autor también junto a Jean-Michel Charlier para Pilote del pirata Barbarroja (Barbe-Rouge). Charlier fue uno de los mejores guionistas de su época, responsable además de Blueberry —serie protagonizada por un oficial del ejército de Estados Unidos en el Oeste americano ilustrado por el francés Jean Giraud (1938-2012)—, el reportero Marc Dacier, y La patrulla de los castores (La patrouille des castors), un grupo de cinco scouts.

[39] Édouard Aidans (1930-2018) fue un dibujante belga colaborador de Le Journal de Tintin, para la que creó varias series, como Los Franval o Tounga, un valeroso guerrero de la prehistoria de la imaginaria horda Ghmours, que fue publicado por Gaceta Junior.  

[40] Yves Duval (1934-2009) fue un guionista y periodista belga que fue responsable de unos mil quinientos relatos cortos ilustrados por los colaboradores de Le Journal de Tintin, desde 1950 a 1989.  

[41] Greg es el seudónimo de Michel Regnier (1931-1999), dibujante y guionista belga. Realizó los guiones de numerosas series de Le Journal de Tintin y también de algunas historias de Spirou, junto a Franquin. Fue el responsable del largometraje Tintín y el lago de los tiburones.

[42] Alain Saint Ogan (1895-1974) fue un dibujante e ilustrador francés, una de las principales influencias para Hergé y uno de los primeros en utilizar los bocadillos.

[43] Esto fue algo habitual en Europa, donde podemos encontrar ejemplos similares en numerosos países, con mayor o menor recorrido: Portugal  (1968-1982), Grecia (1968-1969), Egipto (1971-1980), Suiza (1959-1976), Alemania (1972-1980), Suecia (1966-1967), Dinamarca (1966-1983), Noruega (1966-1983) o Italia (1955-1956).

[44] De esta cabecera se importaron series que habían aparecido en Le Journal de Tintin, como Les 3 A o Line, aquí como Anna.

[45] Merece la pena mencionar que la editorial retrasó la aparición del primero de ellos, “Tintín en América”, en el momento en el que apareció la revista, ya que los registros de censura eran muy anteriores a su publicación.

[46] Dino Attanasio (1925- ), de origen italiano, fue el primero en adaptar al cómic los relatos de Henri Vernes del aventurero Bob Morane, para la revista belga femenina Femmes d’Aujourd’hui. Su personaje fetiche ha sido Espagueti (Signor Spaghetti), una serie humorística donde este personaje se acompañaba de su amigo Prosciutto, publicada en Le Journal de Tintin.

[47] Franquin no tenía un contrato fijo con Dupuis, sino que firmaba uno por cada obra que realizaba.

[48] Jean Mariette (1932-2001), que firmaba como Mitteï, fue un dibujante belga que colaboró en numerosas revistas, en ocasiones solo como responsable de fondos de series como Bob Morane o Ric Hochet. De 1962 a 1967 creó para Le Journal de Tintin la serie Los 3 A (Les 3 A), que narraba las aventuras policíacas de tres jóvenes scouts llamados André, Aldebert y Alain. Una de sus historias apareció en Gaceta Junior.

[49] Esta serie también apareció en Cavall Fort, uno de los escasos ejemplos de Le Journal de Tintin en la revista catalana.

[50] Johannes Andries (1933-2017), que utilizaba el seudónimo de Jan Kruis, es más conocido por su serie Jan, Jans en de Kinderen, que se viene publicando desde 1970, donde se narran las historias de la familia protagonista.

[51] Auguste (1940-2003) fue un dibujante francés que colaboró brevemente con Le Journal de Tintin para terminar su carrera dedicado a la publicidad y retirándose como librero.

[52] Luc Dupanloup (1945-2000), que firmaba como Dupa, fue un dibujante belga. Cubitus es su serie más famosa, incluso fue adaptada a dibujos animados en 1988 por un estudio japonés.

[53] Guy Bara (1923-2003) fue un dibujante belga, aunque nacido en Letonia (su padre era diplomático). También creó la serie humorística Cro-Magnon, publicada de 1974 a 1993, ácida crítica social ambientada en la vida en las cavernas.

[54] Philippe Josse (1920-2010), que firmaba como Barberouse, fue un dibujante francés de series protagonizadas por animales, conocido también por su faceta de ilustrador.

[55] Michel Weyland (1947- ) es un dibujante belga que tras esta serie trabajó en una imprenta antes de regresar al mundo del cómic con Aria, aventuras de fantasía heroica, primero en Le Journal de Tintin y luego en Spirou.

[56]  André-Paul Duchâteau (1925-2020) fue un periodista,  guionista de cómic y escritor de novela policíaca belga. Participó también en las series para Le Journal de Tintin de Les 3 A, dibujado por Mitteï, y Bruce Hawke, antiguo oficial de la Armada británica reconvertido a corsario en el comienzo del s. XIX, junto a William Vance.  

[57] William van Cutsem (1935-2018), conocido como William Vance, fue un dibujante belga, creador de Ringo para Le Journal de Tintin, y también de Howard Flynn, junto a Yves Duval, aventuras de un oficial de la Marina británica de finales del s. XVIII.

[58] Hugo de Reymaeker (1937-2001) fue un dibujante belga que participó brevemente en Le Journal de Tintin en los años sesenta, ejerciendo principalmente como periodista en la prensa flamenca.

[59] Jacques Acar (1937-1976) fue un guionista belga que colaboró en diversas series de Le Journal de Tintin en los años sesenta y setenta.

[60] Luc Maezelle (1931- ) es un dibujante belga que ha participado en las tres revistas más importantes del mercado franco-belga.

[61] Michael Stockdale (1946- ), que firmaba como Mike, es un dibujante francés que a mediados de los setenta se mudó a Canadá, donde trabajó en publicidad y como pintor.

[62] Roger Copuse (1927-1970), conocido como Hubuc, fue un guionista belga que participó en las tres revistas más importantes, Le Journal de Tintin, Spirou y Pilote.

[63] Pierre Guilmard (1945- ) es un dibujante francés que comenzó en Pilote y después llegó a Le Journal de Tintin, donde creó  esta serie. Al final de su carrera cambió su estilo hacia un cómic más realista.

[64] Donde encontramos los escasos materiales patrios, breves cuentos del periodista y escritor Robert Saladrigas o Jesús Montalvo, generalmente con dibujos de Jaime Azpelicueta, que ya había colaborado con Editorial Juventud en alguna edición ilustrada.

[65] Eddy Ploegaerts (1935- ), más conocido como Ploeg, es un dibujante belga que publicaba en medios flamencos.

[66] Marc Mestag (1938-1990) fue un dibujante belga que colaboró con Le Journal de Tintin y publicó en la prensa flamenca y francófona.

[67] René Hovivian (1929-2005), Hoviv, fue un dibujante francés que comenzó a publicar en prensa de la URSS, donde residió temporalmente, para luego regresar a París.

[68] Edgar P. Jacobs (1904-1987), dibujante belga y exbarítono, fue uno de los primeros colaboradores de Hergé, ayudando sobre todo en los decorados. Más tarde se centró en su propia serie, Blake y Mortimer, que apareció desde el número inicial de Le Journal de Tintin. Su estilo es heredero de la línea clara, empleada por Hergé.

[69] Jacques Martin (1921-2010) era un dibujante francés que se integró en los Studios Hergé en 1948 y fue colaborador de Hergé en los decorados desde mediados de los cincuenta (“El asunto Tornasol”) hasta finales de los sesenta (“Vuelo 714 para Sidney”). Su pasión por la historia y el mundo antiguo marcó sus series, ambientando la mayoría de ellas en esa época con un estilo de línea clara como Hergé.

[70] François Craenhals (1926-2004) fue un dibujante y guionista belga, continuador del estilo de línea clara de Hergé.

[71] Hermann Huppen (1938- ) es un dibujante belga perteneciente a una generación posterior a la tradicionalmente considerada como inicial de Le Journal de Tintin. Otras de sus obras han sido Yugurta (Jugurtha), ambientada en la edad antigua, y la posapocalíptica Jeremiah, que sigue publicándose en la actualidad.

[72] Étienne Le Rallic (1891- 1968) conoció a Leblanc practicando la equitación, que apasionaba a ambos, y fue inmediatamente colaborador de Le Journal de Tintin. Le Rallic hizo su servicio militar en la Caballería, y sus primeros dibujos fueron ilustraciones ecuestres para revistas del Ejército.

[73] Jacques Laudy (1907-1993) fue un dibujante belga que tras su paso por Le Journal de Tintin se dedicó a la pintura.

Creación de la ficha (2021): Félix López. Texto de Alejandro Martínez Turégano. Corrección de Joaquín del Villar, Manuel Barrero, Alejandro Capelo, Héctor Tarancón y Félix López. Edición de Antonio Moreno.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
ALEJANDRO MARTÍNEZ TURÉGANO (2021): "La aventura española de Le journal de Tintin (1946-1969)", en Tebeosfera, tercera época, 17 (21-VII-2021). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 22/XII/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/la_aventura_espanola_de_le_journal_de_tintin_1946-1969.html