LA CRIBA DELHUMOR. ENTREVISTA ALEX MUÑOZ
FÉLIX LÓPEZ, LOMBILLA, MANUEL BARRERO, MUÑZ

TEBEOSFERA. ¿Cómo te defines, historietista o humorista; y cuál es tu definición del medio en el que trabajas?

ÁLEX MUÑOZ. Me decanto por "humorista gráfico".

Es el mundo paralelo en el que podemos sumergirnos y crear lo que se nos antoje, con cierto criterio y respeto. 

Spooky, serie creada en 2008 para Internet de la que ya hay un libro publicado.

Á. M. Desde pequeño estuve rodeado de los viejos cómics de mi padre y de mi abuelo: Mortadelo, Zipi y Zape, Capitán Trueno, La Codorniz, Hermano Lobo… y según fui creciendo llegó El Jueves con multitud de autores. Por encima de todos se encuentra Ibáñez, pero para hacer un humor más “bruto” me centré en Ivá, Mel, Fontdevilla, Ozeluí…

Obviamente, tengo muchas influencias. Desde Ibáñez, pasando por Cera, Nacho Fernández… y cogiendo un poquito del humor surgido tras la aparición de Los Simpson, Padre de Familia… pero siempre intentado crear un estilo "nuevo". La intención es, como la mayoría, creo, que el lector sepa reconocer una ilustración o tira cómica mía nada más verla. El problema es que me encanta parodiar todo tipo de películas, series, dibujos animados….

T. Lo tuyo es Internet. ¿Cómo empezaste y hasta dónde pudiste llegar?

Á. M. Dibujo desde siempre, o al menos eso dicen mis progenitores. El caso es que empecé a dibujar de cara al público en una web “articulé” haciendo tiras cómicas. Más tarde abrí mi propio blog con ilustraciones y trabajos, pero viendo que no comentaba ni el Tato, decidí hacer una tira cómica. En fanzines apenas he colaborado en un par de ocasiones. El tema de la autoedición viene por lo explicado más arriba. Viendo que no conseguía publicar a través de ninguna editorial, cogí lo ahorrado y me lo guisé y comí yo solito. Lo cierto es que sí hubo una editorial interesada, pero de repente desapareció….

T.  Haces una sátira fuerte, “incómoda”. ¿Trabajas sin trabas, sin censuras?

	Tira de Mika, personaje que también tiene su propio espacio web.

T. ¿Qué grado de temeridad crees que debe tener un humorista gráfico y qué grado de admisión de las indicaciones de la parte contratante debe admitir?

Á. M. Siempre hay temas “censurados” que como lo dibujes ya sabes a qué te enfrentas. Hoy en día con Internet puedes recibir una demanda en menos que canta un gallo. Subes un chiste de los príncipes de Asturias a tu blog, alguien lo pone en un foro, Menéame, Facebook, Tuenti… y como alguien de arriba lo vea, cuelga el lápiz, baja las persianas y di que no estás en casa porque te hunden. El grado no existe, la popularidad es lo que te pone en el punto de mira. El director/anunciante tiene que saber a quién va dirigido tu trabajo y casi siempre quitan más cosas de lo que deberían. Ahí está la forma en cómo negocies el contrato. Si la repercusión y la remuneración es buena no pasa nada por ponerle un sujetador a una muñeca o quitarle una pistola a un vaquero, si quieres comer y tu sueldo no ayuda. Si eres un elitista, dirás que eso es venderse y que la obra de cada uno no se puede tocar… Allá cada uno con su vida.

Spooky remedando a Bruce Willis en La jungla de cristal.

Á. M. Es más peligrosa la censura. La autocensura sólo tiene tu propio criterio. ¿La dibujo con un brazo cortado y sangre, o sólo le pongo una sombra y que se lo imaginen? En este caso no tengo problema, mi madre es la mayor crítica de mi obra, y en el 90% siempre acierta, (risas).

Existe lo políticamente correcto. Si te sales de ese círculo pasarás a ser el objetivo de una manada de trolls (llámense gorditos pajilleros que no salen de su habitación enganchados todo el día a internet) que te despreciarán, insultarán y vetarán tu obra. Si hablamos de prensa y televisión, la cosa es muchísimo peor….

T. ¿Hay algún tema sobre el que nunca harías un chiste?

Á. M. Siempre me han causado mucho respeto los ancianos y bebés. Los únicos chistes que he hecho con algún abuelete siempre han sido “sanos”, dentro del cómic de humor negro que suelo hacer, pero jamás dibujaré a un bebé violado, torturado, etc… como he visto por algún sitio.

T. Si el medio para el que trabajas te dejara libertad para ello, ¿dibujarías a Mahoma en una viñeta crítica con el fundamentalismo? ¿Y qué podrías satirizar de algún miembro de la monarquía española?

Á. M. Por supuesto. De hecho Mahoma saldrá próximamente en la Tira Cómica de Spooky, antes de que esta acabe, pero claro, ahí sólo mando yo (risas).

Nunca he dibujado al Rey, y mira que soy antimonárquico, pero no ha habido ocasión… ¡¡¡Tengo ganas!!!.

T. ¿Crees que los secuestros, cierres o retenciones de publicaciones como El Jueves, Caduca hoy o Retranca pudieron estar motivados por razón de la Constitución, la defensa a ultranza de la Corona o el respeto al Papa por causa de objeción de conciencia (respectivamente)?

	Chiste alusivo a la famosa portada de El Jueves.

Personalmente  secuestraría a la cadena Telecinco y toda la basura que atenta contra nuestros cerebros…

En cuanto a lo de los secuestros, cierres… siempre lo he visto como montajes perpetrados por las editoriales para aumentar las ventas de las revistas, siendo conscientes de que lo publicado tendría mucha repercusión política y social.

T. Llegados a este punto, pues, ¿en qué se diferencia el humor gráfico actual del de la Transición según tú? ¿Te parece necesario conocer este último para practicar la sátira hoy?

Á. M. Se diferencia básicamente en que la censura ha levantado un poco la mano en los últimos años, pero si publicas bajo sello editorial o revista sigues sometido a correcciones, cambios de guión y dibujos.

Por supuesto que me parece necesario. Este país cuenta y ha contado con grandes dibujantes y humoristas gráficos y sería un tremendo error no conocer su obra, a los problemas que se enfrentaban cuando cogían un lápiz. Al igual que se mama de una madre cuando se es un bebé, para ser un buen humorista gráfico y saber criticar con sutileza tienes que mamar de los que ya pasaron horas y horas exprimiéndose los sesos para conseguir un chiste semanal o incluso diario.

T. Y para el caso del cómic humorístico, ¿se siguen los modelos clásicos?

Á. M. Por desgracia, quedan demasiados resquicios de los cómics de antes. La gente es reticente a nuevas ideas e historias. Siguen acostumbrados a Mortadelo, Zipi y Zape, Carpanta, El Botones Sacarino… y con la idea de que los cómics son tebeos para niños. Por más que uno intenta hacer humor para adultos, son reticentes a ello. Es como todo, cuando desaparezcan ciertas generaciones anticuadas se verá con otros ojos.

T. ¿Crees que en tus tiras puedes contar cosas que en otros medios no podrías?

Á. M. Sí. En mis tiras puedo hacer todo tipo de chistes, y rara es la vez que el lector se ofende hasta llegar a insultarme. Si esos chistes los contara en un programa de televisión, a estas alturas me habrían encerrado (risas).

Humor político.

Á. M. Para nada. Esto es como el típico pesado que sabe de todo y luego no hace nada más que meter la pata con sus comentarios. Si no sabes sobre un tema es muy difícil hacer una gracia con ello. Con esto no me refiero a chistes fáciles de un hombre recibiendo una patada en la entrepierna. Si quieres hacer humor político tendrás que conocer bien quien está en el poder y en la oposición, si haces chistes sobre Hitler, tendrás que saber que era algo más que un señor bajito con bigote... y así con todo. Lo cotidiano está bien, mismamente en mis tiras cómicas hago parodias de películas, sucesos que le pueden pasar a alguien, pero eso necesita complementarse con otro tipo de situaciones cómicas que salgan del día a día. 

T. ¿Musas o trabajo? ¿Humor crítico o de evasión? ¿Metáforas o escatología?

Á. M. Antes de tener pareja mi musa era Elsa Pataky, ahora me centro más en el trabajo (risas).

Hago un humor bruto, soez, en ocasiones rozando lo vulgar para algunas personas, pero mi intención es criticar todo aquello que al verlo me da un puñetazo en toda la cara. Ojo, intento siempre respetar al lector, que no sienta ganas de vomitar con mi obra, pero sí que respete mi opinión al igual que respeto la suya.

Hay muchos excrementos que recoger todavía y a los que dar caña con el lápiz.

T. ¿Qué te planteas como autor, adónde pretendes llegar?

Á. M. Fama y gloria, eso es lo que quiero (risas). Bromas aparte, me encantaría que en un futuro la gente reconociera mis trabajos, por encima de todos a Spooky, y siguieran riéndose con él como el primer día. Quiero llegar a la gente, que se compren camisetas y peluches del bicho verde, y que dure y dure….

T. Pocos dibujantes comen de las viñetas ¿Tú cómo llenas el carro de la compra?

Á. M. El problema de ello es la poca valoración que se da en este país a la profesión de dibujante. Cada día surgen "nuevos cómics online" que entorpecen el trabajo de los que realmente nos queremos dedicar a ello, y eso hace que crezca esa valoración negativa. Realmente, dibujo en mi tiempo libre y como freelance, pero como no me da para comer, lo compagino con mi profesión de diseñador gráfico. Vamos, jornada de ocho horas como todo dios.

	Historias de la muerte, otra de las series del autor.

Á. M. En los últimos años, cada vez que piso el FNAC, salgo defraudado. Ya no porque mi cómic no esté, je je je, sino por la cantidad de obras que salen a la venta y que no tienen ni pies ni cabeza. Mezclan estilos y acaban saliendo historias raras, guarreadas, con apenas un trazo limpio y bonito. No estoy en contra de que interconecten varias disciplinas artísticas, pero sí que exista un poco de criterio. Para mí, un cómic minimalista, no es un cómic. Recuerdo la adaptación que hicieron de la novela La casa infernal, de Richard Matheson, y por mucho que el dibujo fuera correcto, el simple hecho de meter tanto texto parecía más una novela con tres dibujitos.  ¿Os imagináis la Maja de Goya con un bocadillo diciendo "uy qué frío, cierra la ventana que se escapa el gato?". 

T. ¿Crees que la situación industrial del cómic español de hoy es mejor que la de antaño?

Á. M. Para nada. Desde que cerró Bruguera, se dejó a un lado a los nuevos autores españoles, centrándose más en lo extranjero. Sí es cierto que hay varios nombres que han triunfado, pero escasos comparados con décadas anteriores. Muchos dibujantes han tenido que irse fuera para que les consideraran artistas. Aquí o tienes padrino o no te casas.

T. En el ámbito humorístico son pocos los autores que intentan el salto hacia el mercado exterior hoy. ¿Te lo has planteado tú?

Á. M. Aún sigo pegándome con las editoriales de aquí (risas). En estos momentos preparo la publicación del segundo volumen de Spooky y el primero de Mika, Diario de una porno star. Una vez terminados tiraré para el mercado francés, que según tengo entendido sí nos valoran más. Está el caso de Nacho Fernández, que tras el éxito obtenido con Dragon Fall se hizo un hueco en el mercado francés.

T. ¿Qué opinas de la formación académica o de las escuelas de cómic?

Á. M. He tenido la suerte de estudiar en escuelas de cómic, ilustración y diseño y de tener profesores que merecían ser más conocidos por el trazo de sus obras. El problema es que si no tienes dinero, no puedes acceder a ello. Lo cierto es que son contadas las escuelas de cómic, y más aún los alumnos que han salido de ellas y han conseguido meter la cabeza en este mundo. A mí me queda mucho todavía, pero he de agradecer la formación que me dieron. 

Te ayudan a mejorar, si tienes una base. Milagros no hacen, y si no tienes un cierto "don", no pintas nada. En mi caso, cuando salí de donde estaba tuve que buscarme las castañas, pero como digo, con los conocimientos que adquirí mejoré muchísimo. Eso sí, puedo decirte que de quince alumnos que éramos en mi clase, que se dediquen al mundo del cómic sólo me consta que lo haga yo.

T. Haz una petición para mejorar el panorama profesional del cómic patrio?

Á. M. Que las editoriales no sean tan reticentes a arriesgarse. Hay una muy buena cantera en este país, y no sólo se vive de Mortadelos y Maki Navajas.

T. ¿Cómo han influido las nuevas tecnologías en tu trabajo creativo?

Á. M. Más de uno me considera el amo del ”copia y pega”, pero como yo les digo, sacar una tira cómica diaria (trabajando a la par) sería imposible si lo hiciera a mano. Por mi parte, no tengo queja alguna de las mejoras tecnológicas, ya que programas como Illustrator o PhotoShop hacen que los acabados sean exquisitos. Lo que sí me revienta, como decía antes, son los "autores" que realizan comics en Paint, o simplemente por tener un escáner suben la primera atrocidad que les sale.  Esto no quiere decir que yo sea la leche como dibujante, pero sí intento mejorar día a día y no me estanco.

Técnicas digitales para contar historias.

Á. M. Si tienes los conocimientos necesarios, por supuesto. Hoy en día todo el mundo sabe usar Photoshop, pero a la hora de la verdad ves auténticos churros. Como siempre he dicho, no soy el mejor para nada en lo que hago, pero sí me preparo y aprendo día tras día para que luego otros hagan chapuzas y se lleven el mérito.

T. ¿En que beneficia el soporte digital a los cómics, o su publicación en la red?

Á. M. Permite darte a conocer, que te juzguen y puedas cambiar. El problema es que es gratis, y eso la gente no lo valora. Si un día no publicas nada, te lo echan en cara, pero si ellos no te compran tu cómic porque en internet está todo y simplemente es un recopilatorio, te tienes que callar.

T. Tu opinión sobre los llamados webcomics será negativa, suponemos…?

Á. M. Suelo ser muy duro con el mundo del webcomic. En la actualidad habrá unos 700 webcomics de habla hispana, pero que realmente valgan la pena no llegan a la veintena. El problema más grave es que no hay una criba. Lo sé, soy consciente de que internet es libre y cada uno puede poner lo que quiera, pero yo no contrato a un fontanero que arregla las goteras con Superglú. Creo que eso es lo que piensan los editores.