LA ESCUELA PANAMERICANA DE ARTE DE BRASIL: SESENTA AÑOS FOMENTANDO EL ARTE GRÁFICO Y EL CÓMIC
NOBU CHINEN(Universidad de Sao Paulo), WALDOMIRO VERGUEIRO(Universidad de Sao Paulo)

Title:
The Panamerican School of Art of Brazil: 60 years promoting graphic art and comics
Resumen / Abstract:
Repaso a la trayectoria de la Escuela Panamericana de Arte (EPA) en Brasil, fundada por Enrique Lipszyc en 1962 en la ciudad de São Paulo tomando como modelo la previamente fundada en 1955 en Buenos Aires, Argentina. / Review of the trajectory of the Pan-American School of Art (EPA) in Brazil, founded by Enrique Lipszyc in 1962 in the city of São Paulo, taking as a model the one previously founded in 1955 in Buenos Aires, Argentina.
Palabras clave / Keywords:
Escuela Panamericana de Arte (EPA), Escuelas de Arte, Escuelas de formación sobre cómic, Aprendizaje de la historieta, Brasil, Argentina/ Escuela Panamericana de Arte (EPA), Escuelas de Arte, Comic training schools, Learning comics, Brasil, Argentina

LA ESCUELA PANAMERICANA DE ARTE DE BRASIL: SESENTA AÑOS FOMENTANDO EL ARTE GRÁFICO Y EL CÓMIC

 

Relatar la trayectoria de la Escuela Panamericana de Arte (EPA) en Brasil supone atender al desarrollo de las propias artes visuales en el país. Nacida en 1962, en la ciudad de São Paulo, la Escuela sigue la estela de su hermana argentina, creada unos años antes, en 1955, en la ciudad de Buenos Aires. Como era de esperar, pretendía emular el modelo de aquélla, aportando la misma innovación en el método de enseñanza y un equipo docente en el que, más que personalidades académicas, destacaban profesionales experimentados y reconocidos en el mundo artístico. Si en Argentina en la apertura de la escuela tomaron parte artistas de renombre como el italiano Hugo Pratt, el uruguayo Alberto Breccia, el brasileño João Mottini, el español Carlos Freixas y los argentinos Enrique Vieytes, Carlos Roume y Luiz Ángel Dominguez, entre otros, por su parte, la institución brasileña contó con Ziraldo Alves Pinto, ya entonces uno de los más reputados historietistas brasileños, autor del famoso personaje Pererê, que en ese momento publicaba la Editora O Cruzeiro, de Río de Janeiro, en una revista con el mismo título. Además de Ziraldo, de Minas Gerais, otros profesionales se unieron al grupo en la inauguración de la Escuela, encabezados por el artista Manoel Victor Filho, quien asumió la dirección de la institución y se encargó de organizar al cuerpo de docentes. Entre los profesores había nombres destacados de las artes plásticas brasileñas, como el portugués Jayme Cortez, el italiano Nico Rosso, y los brasileños Getulio Delphim, Flavio Colin y Mario Tabarin, este último un gran maestro de la estilización y la interpretación, que también actuó como director de enseñanza del Curso Básico. Algunos de los profesores de la sede argentina incluso pasaron algún tiempo en São Paulo, enseñando dibujo, como fue el caso de Hugo Pratt, quien, junto con Enrique Lipszyc, lo hizo en la Escuela de Arte Moderno de São Paulo, alternando su actividad docente con frecuentes viajes a la Amazonia.

Situada inicialmente en la Rua Augusta, una de las calles más conocidas de la ciudad de São Paulo, la Escuela Panamericana se traslada al poco tiempo a un edificio mayor en la Avenida Angélica, donde se cuenta con más espacio para que los cursos puedan desarrollarse. Las clases comenzaron en abril de 1963, un año antes de que el país se sumiera en la oscuridad de un golpe militar que se prolongó más de dos décadas. Los primeros años de funcionamiento de la Escuela, a pesar del momento oscuro del país, son prometedores:

En 1965, la sede de São Paulo, que ya se había trasladado a la Avenida Angélica, 1900, se estableció como un espacio de convivencia muy estimulante y abierto entre profesores y alumnos. Como consecuencia natural de una escuela de arte, pronto se formaron grupos culturales extraescolares, y el edificio de la Escuela se convirtió en punto de encuentro para la proyección de obras de teatro, películas y exposiciones (Lipszyc, 2013a: 107).

El primer catálogo de la Escuela se considera hoy una pieza histórica. Divulgando sus cursos –Pintura, Ilustración, Dibujo, Decoración y Publicidad–, destacaba el sesgo profesional de cada uno de ellos, exponiendo ilustraciones de aulas y mostrando, en este sentido, el público al que pretendía llegar, presumiblemente el aspirante a profesional en el área artística, que pudiese atender a un mercado en auge. En este sentido, con una propuesta didáctica innovadora, fue pionera en el país, mostrando, a lo largo de varias décadas de existencia, los beneficios de sus orientaciones didácticas.

 

1 - Un proceso pedagógico innovador

En la creación de la Escuela Panamericana de Artes pueden destacarse dos aspectos: en primer lugar, la preocupación por erigir un cuerpo docente con experiencia profesional probada y contrastada, identificando en el mercado aquellos que contaban con mayores posibilidades de atender a los parámetros establecidos por la Escuela; y, en segundo lugar, el establecimiento de un departamento de formación didáctica –informalmente conocido como "escuela de profesores"– destinado a proporcionar al docente todas las ayudas que necesita en términos de conocimiento de la didáctica, fundamentación creativa y relación con los alumnos. No se trata de un proceso fácil y, para acreditarse como profesor en la escuela, el profesional pasa por una fase de prueba antes de asumir su primera clase. Así, lo que al principio representaba sólo la contratación de profesionales cualificados se amplió hasta convertirse en un refinado proceso de capacitación docente. Esta preocupación resulta bastante lógica, especialmente si se tiene presente que, en el modelo de enseñanza de la Escuela Panamericana de Arte, el profesor acompaña a un grupo de alumnos durante todo un año lectivo, apoyándolos en todos los aspectos relacionados con el curso que han elegido. En este sentido, se puede identificar una gran diferencia con otras escuelas, en las que los profesores son responsables de materias específicas como Lenguaje Visual, Ergonomía, Diseño Arquitectónico, etc. Se puede considerar que a este modelo didáctico se debe en buena medida el éxito de la Escola Panamericana de Arte de São Paulo, como pueden atestiguar muchos de los que asistieron a sus cursos y le deben su formación profesional. Según los organizadores del libro conmemorativo de los cincuenta años de creación de la Escuela Panamericana de Arte de São Paulo, dicho modelo didáctico se utilizó desde el inicio de las actividades de la institución,

cuando el enfoque de la Escuela estaba más centrado en el Dibujo, el Cómic y la Ilustración. Grandes nombres de profesionales de estas áreas se convirtieron en profesores de éxito, que a través de procesos destinados a facilitar el aprendizaje ayudaron a formar a miles de jóvenes talentos. Desde entonces, la Escuela, transformándose a lo largo del tiempo, permanece siempre atenta a las evoluciones del mercado profesional y a las nuevas necesidades conceptuales, tecnológicas y de investigación, garantizando un cuerpo docente de alta capacitación, para proteger la idea que siempre guió a la Panamericana: ser una "Escuela de Creación Profesional" (Lipszyc, 2013a: 115).

El método de dibujo de la Escuela Panamericana tuvo como uno de sus ejes el sistema de construcción de la figura humana basado en la clásica división de ocho cabezas establecida en la antigua Grecia, sistema adoptado desde la fundación de la primera Escuela en Argentina. Esta propuesta fue uno de los fundamentos del proyecto de Educación a Distancia, implementado en 1963. Planificado y basado en una pedagogía específica para clases no presenciales, el curso se basaba en doce libros específicos. Lamentablemente, a diferencia de lo que parece haber sucedido en Argentina, esta experiencia de enseñanza a distancia –en su época conocida como “curso por correspondencia”– no tuvo éxito en Brasil. La explicación la ofrecen los coordinadores del libro conmemorativo de los cincuenta años de la Escuela, cuando afirman que

Debido a cuestiones prácticas de profundo carácter social y cultural, que se resumen en las consecuencias de una historia de analfabetismo en el país y en las dificultades de lectura y comprensión lectora por parte del público potencialmente interesado, acabó por no ser viable para la Escuela continuar la experiencia. En cualquier caso, en el ámbito de la enseñanza de las Artes, el material creado para el curso encierra una enorme riqueza en términos de procedimientos didácticos y pedagógicos (Lipszyc, 2013a: 136).

En el campo de la historieta, la Escuela Panamericana de Arte, con sede en Buenos Aires, desempeñó un papel fundamental en algunas de las actividades más significativas que impulsaron el valor de las llamadas "historietas" como expresión cultural en Argentina. Fue pionera en la publicación de obras de referencia en el sector, como el título La historieta mundial (1958), primera obra de su tipo en Sudamérica, y Técnica de la historieta (1966) en cuyo texto introductorio, por cierto, el editor Enrique Lipszyc, también director de la EPA, menciona las dos unidades de la escuela: Buenos Aires y San Pablo (Lipszyc; Vieytes, 1968: VI). La Panamericana también fue responsable por la organización de la Primera Bienal Mundial de la Historieta, realizada en el Instituto Torcuato Di Tella, en Buenos Aires, entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre de 1968, que contó con la participación de representantes de la historieta brasileña, a través de material seleccionado por Alvaro de Moya, Reinaldo de Oliveira y Jayme Cortez (Aczel et alii, 2019: 121). Quienes, por cierto, habían participado en la organización del I Salón Internacional de la Historieta, celebrado en junio de 1951 en el Centro Cultura e Progresso, en São Paulo, considerado el primer evento de este género en el mundo.

En Brasil, donde la historieta de terror había abierto sus puertas a la producción nacional tras la escasez de material estadounidense, provocada por la autocensura impuesta por el Comics Code, los años sesenta era prometedores, y la posibilidad de trabajar en el país atrajo a algunos artistas de Argentina, como Rodolfo Zalla y Eugênio Colonnese (este último, aunque italiano de nacimiento, llevaba años trabajando en el mercado argentino). Era natural, por tanto, que la Escola Panamericana de Arte importara a Brasil el mismo método que la había consagrado en el país vecino, dirigiéndose a un público que consumía con fruición revistas de historietas y que incluía un gran contingente de lectores que aspiraban a convertirse ellos mismos en autores. Los cursos ofrecidos presentaban perfiles y temas similares, e incluso los cuadernillos del famoso curso por correspondencia, que había tenido un gran éxito en su versión original, fueron traducidos y publicados en Brasil.

Los doce fascículos, en los que se enseñaban los primeros conceptos básicos del dibujo con nociones de anatomía, llamaron la atención de varios jóvenes interesados en convertirse en dibujantes profesionales, atraídos por los anuncios a toda página y a color publicados en diversas revistas nacionales de historietas. Los anuncios tenían en sí mismos forma de historieta, y el argumento presentaba invariablemente a un joven descontento con su trabajo o su rutina y que se convertía en un profesional de éxito tras seguir el curso en la Escuela Panamericana de Arte. Este material estaba traducido a partir de anuncios publicados por la Panamericana en Argentina, uno de ellos con dibujos a cargo de Hugo Pratt (figura 1). Sin embargo, el curso a distancia no tuvo tanto éxito como en Argentina.

 

Figura 1 - Anuncio de la Escuela Panamericana de Arte, ilustrado por Hugo Pratt. Fuente: Revista Príncipe Valente, nº 23, 1966. Río Gráfica y Editora. Colección de los autores.

 Laerte, uno de los autores más conocidos de la historieta brasileña, frecuentó este curso y declara que le resultó útil, sobre todo para aprender anatomía y proporciones humanas; también asistió a las clases presenciales del curso de ilustración, pero fue el curso de animación, también en la Panamericana, a mediados de los años sesenta, el que le aportó un buen bagaje de conocimientos, principalmente nociones de movimiento y gestualidad para desarrollar sus personajes[1].

 

 

2 - Eventos sobre historieta

La Escola Panamericana de Arte de São Paulo dejó enseguida de ser un simple espacio de enseñanza para convertirse en un entorno de difusión del arte y la cultura, en el que alumnos y profesores se reunían para mantener un diálogo permanente sobre tendencias artísticas, obras concretas y autores. Estas reuniones informales pronto se convirtieron en exposiciones de carácter más formal, con el objetivo tanto de difundir el trabajo de los implicados en la Escuela como de ilustrar y educar al público en general en los caminos de las Artes. Para las historietas, especialmente, esta vocación de la Escuela representaba un gran incentivo, ya que mostraba a la sociedad el respeto de reputados profesionales por un lenguaje artístico poco valorado (por no utilizar adjetivos más fuertes, como despreciado o vilipendiado...).

Para la Escuela Panamericana, no era así. Poco después de instalarse en Brasil, la Escola Panamericana de Arte ya participaba en la organización y comisariado de eventos sobre historietas. Su director, Enrique Lipszyc, colaboró con el Salón del Cómic, que trajo parte de la colección que había sido expuesta en febrero de 1965 en el Salón del Cómic de Bordighera, en Italia, para formar parte de la VIII Bienal de Arte de São Paulo, entre septiembre y noviembre de 1965. Una vez finalizada la Bienal, la muestra de cómics fue trasladada a la Escola Panamericana Arte, donde permaneció expuesta desde el mes de diciembre (Moya, 2001: 90). Era la primera vez que la Bienal, centrada en las artes visuales, abría espacio a los medios de comunicación de masas.

El gran logro en este sentido se produjo a principios de los años setenta, en plena dictadura militar, cuando la Escola Panamericana de Arte se alió nada menos que con el Museu de Arte de São Paulo (MASP), entonces bajo la dirección de su creador, Pietro Maria Bardi, para acoger en Brasil la exposición Bande Dessinée et Figuration Narrative, que se había celebrado tres años antes, con enorme éxito y repercusión, en el Musée de Arts Décoratifs de París. Bautizada aquí como Histórias em Quadrinhos & Comunicação de Massa, la exposición, que estuvo abierta del 23 de octubre al 15 de noviembre de 1970, tuvo el mismo éxito en Brasil. El catálogo de la muestra principal, un libro de gran formato de más de 230 páginas, se tradujo del francés y su portada fue ilustrada por Ziraldo. Además de la muestra principal de la Exposição Internacional de Histórias em Quadrinhos, mucho más conocida y divulgada por contar con obras de autores de renombre mundial, el evento tuvo también una sección brasileña, con obras de artistas nacionales, así como el I Congreso Internacional del Cómic, celebrado del 23 al 28 de noviembre, con la participación de estudiosos y autores de varios países. Estuvieron presentes el italiano Rinaldo Traini, los franceses Claude Moliterni, Robert Gigi, Phillippe Druillet, el sueco Sture Hegersford y los norteamericanos David Pascal, Lee Falk y Burne Hogarth (Moya, 2001: 75). Estas actividades paralelas y complementarias, organizadas por la Escuela Panamericana de Arte, fueron objeto de un catálogo aparte, en un formato más pequeño y con menos páginas, que incluía un anuncio de Panamericana con una foto del profesorado de la institución (Figura 2).

Figura 2 - Profesorado de la EPA, en un anuncio de la Escuela. Fuente: Catálogo de la Exposição Internacional de Histórias em Quadrinhos, 1970. Colección de los autores,

En 1984, la Escuela coeditó, en colaboración con Livraria Pioneira Editora, Corazón delator, con ilustraciones de Alberto Breccia, adaptación a la historieta del cuento de Edgar Allan Poe. A diferencia de una revista encuadernada, se trataba de un conjunto de láminas sueltas, de gran formato, con reproducciones serigráficas, embaladas en una caja. Como ya se ha dicho, Breccia había sido profesor en la Panamericana de Buenos Aires.

En 1994, mucho antes de que surgieran las convenciones de cómics en Brasil, Panamericana organizó la Superheroes Comic Con en su unidad de la Avenida Groenlândia, barrio noble de la ciudad de São Paulo. Del 7 al 12 de septiembre, el evento contó con exposiciones, conferencias y talleres con invitados nacionales y extranjeros, entre ellos Will Eisner, Howard Chaykin, José Delbó, Joe Kubert y Jules Feiffer, todas figuras de renombre internacional. Como extensión de las actividades de la Comic Con, la Gibiteca Henfil, del Centro Cultural São Paulo, promovió debates sobre el cómic nacional y el entonces Núcleo de Pesquisa em Quadrinhos, hoy Observatório de Quadrinhos, de la Escola de Comunicações e Artes da Universidade de São Paulo (ECA-USP) organizó mesas redondas con autores brasileños, con un homenaje al veterano Gedeone Malagola (Moya, 2003: 142-144). El cartel de la I EPA Superheroes Comic Con estaba ilustrado con un personaje que mezclaba el aspecto de varios superhéroes, dibujado por Ziraldo, que reinterpretaba el arte que había hecho casi veinticinco años antes para el libro Histórias em quadrinhos e comunicação de massa, catálogo de la exposición homónima, celebrada en 1970 en el MASP - Museu de Arte de São Paulo (figura 3).

Figura 3 - Catálogo de la I EPA Superheroes Comic Com. Fuente: colección de los autores.

Del 6 al 22 de octubre de 2014, la sede de Avenida Angélica acogió la exposición Alberto Breccia, con más de setenta originales del autor, parte de la colección donada por éste a Panamericana. La muestra incluyó ilustraciones de la mencionada historieta Corazón delator, así como páginas de historias de los personajes Mort Cinder y Sherlock Time.

Mauricio de Sousa, el nombre más conocido del cómic brasileño, también fue objeto de una exposición en la Escuela Panamericana de Arte en 1996. Sin embargo, en lugar de sus famosos personajes, la muestra, titulada Impublicados, exhibía proyectos que nunca llegaron a realizarse y se quedaron sólo en papel. Entre las diversas obras expuestas se encontraban estudios para trasladar al mundo del cómic a la actriz estadounidense Kim Bassinger, Beatles 4 Kids, Los Teleñecos e incluso Dieguito, una versión infantil del futbolista argentino Diego Maradona. También formaban parte de Impublicados los dibujos de estudio para el Parque da Mônica, que se construiría en el complejo del Anhembi, en la zona donde se levantó el sambódromo de São Paulo.

En 1978, para celebrar el vigésimo aniversario del personaje Garfield, uno de los más populares del cómic, la Panamericana organizó una exposición que incluía una conferencia con su creador, Jim Davis.

Un año después de la muerte de Charles Schulz, creador de la serie Peanuts, la Panamericana preparó un gran evento en honor del cincuenta aniversario de la famosa tira.

En la unidad Groenlandia, doce famosos pintores brasileños comparten espacio con alumnos y profesores para una exposición de interpretación libre del personaje Snoopy, el mayor icono del cómic internacional.

En la unidad Angélica, la retrospectiva 50 años de Snoopy rinde su homenaje a Schulz con paneles de grandes cómics estadounidenses en tramas del pintor norteamericano Tom Eberhart, y la exposición de diversos productos con la marca Snoopy (Lipszyc, 2013a: 330).  

 

3 - Alumnos, profesores y dibujantes de historietas

Otro aspecto interesante de la Panamericana es que algunos de sus alumnos, además de ser profesionales bien colocados en el mercado, acabaron convirtiéndose en profesores de la institución. Si para las primeras clases, Panamericana contrató a algunos de los mejores profesionales del mercado, para la renovación del cuerpo docente, en algunos casos, pudo recurrir a talentos formados en la propia institución. 

En el campo del cómic, los principales ejemplos son Augusto Minighitti, Rogério Vilela y Eduardo Schaal.

Figuras 4, 5, 6 - Alumnos de la EPA que se convirtieron en profesores. Fuente: Lipszyc, 2013b: 56, 55 y 64. Colección de los autores.

Minighitti (figura 4), nacido en 1960, fue uno de los que conoció la EPA a través de anuncios en cómics. Asistió a la escuela y le invitaron a sustituir a uno de los profesores en una clase. Lo hizo tan bien que permaneció como profesor durante unos veinte años, convirtiéndose en uno de los más conocidos de la escuela. Aunque produjo pocos cómics, Minighitti siempre estuvo muy implicado en el medio. Participó activamente en las actividades de la Panamericana, especialmente en la Comic Con, para la que realizó veinticinco dibujos a tamaño natural de personajes de cómic que se utilizaron como paneles decorativos distribuidos por los espacios del evento. De 1997 a 2007, desarrolló y coordinó cursos en el área de Diseño para el Centro Universitario FIEO, en la ciudad de Osasco, en la región del Gran São Paulo (Lipszyc, 2013b: 56). 

Rogério Vilela (figura 5) nació en 1970 y empezó a estudiar en la Panamericana a los catorce años, convirtiéndose en profesor antes de consagrarse como ilustrador. Fue premiado en la I Bienal de Cómic de Río de Janeiro y en el diario Folha de S. Paulo en las categorías Cómic e Ilustración. En los años noventa, empezó a producir cómics para el mercado estadounidense, ilustrando historias de los personajes X-Men y Dr. Strange para Marvel Comics (Lipszyc, 2013b: 55).

Nacido en 1971, Eduardo Schaal (figura 6), empezó a estudiar en la Panamericana a los quince años. En 1989, comenzó a trabajar como asistente de animación en HGN, que producía la serie Gummy Bears para Disney Television. En los años noventa, impartió clases de Dibujo e Ilustración en la Panamericana. Como ilustrador, publicó varias de sus obras en Brasil y en el extranjero, y recibió premios aquí, en Estados Unidos, Inglaterra, Rusia, Emiratos Árabes Unidos y Filipinas (Lipszyc, 2013b: 54).

 

Conclusiones

Mucho podría decirse aún de la Escola Panamericana de São Paulo. Cumpliendo ya seis décadas de existencia, se mantiene viva y activa, incluso después de la muerte de su creador Enrique Lipszyc, ocurrida en 2020. Su contribución a las artes gráficas en general y al cómic en particular resulta posiblemente incalculable. Los aspectos destacados que se señalan en este texto, teniendo en cuenta tantos años de trabajo, son sólo eso: aspectos destacados. Su innovador método de enseñanza. Sus influyentes e inspiradores profesores, de incuestionable competencia. Sus miles de alumnos, graduados o aún en formación, que se han apoyado en las enseñanzas recibidas en la Escuela para trazar sus propios caminos y construir carreras artísticas, a menudo de relieve internacional. Todo ello contribuyó –y sigue haciéndolo– a hacer de la Escuela Panamericana de Arte una institución única en su campo. Y todo indica que seguirá siéndolo.

 

Referencias

ACZEL, Suzi et alii (2019): Ideas materiales: arte y diseño argentino en la década del 60. Buenos Aires: Malba; Fundación IDA.

BRECCIA, Alberto (1984): Corazón delator. São Paulo: Escuela Panamericana de Arte; Livraria Pioneira Editora.

COUPERIE, Pierre et alii (1970): Cómics y comunicación de masas. São Paulo: MASP.

LIPSZYC, Enrique (1958): La historieta mundial. Buenos Aires: Editorial Lipssic.

LIPSZYC, David; VIEYTES, Enrique J. (1966): Técnica de la historieta. Buenos Aires: Escuela Panamericana de Arte.

LIPSZYC, Enrique (2013a): La idea panamericana v. 1: El legado. São Paulo: Grafica Books; Posigraf.

LIPSZYC, Enrique (2013b): La idea panamericana v. 2: La reinvención. São Paulo: Grafica Books; Posigraf.

MOYA, Álvaro de (2001): 50 años, 50 años. São Paulo: Opera Graphica.

MOYA, Álvaro de (2003): Vapt Vupt. São Paulo: Clemente & Gramani.

 

 

NOTAS

[1] Testimonio por correo electrónico, el 10 de mayo de 2023.

Creación de la ficha (2023): Félix López
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Nobu Chinen, WALDOMIRO VERGUEIRO (2023): "La Escuela Panamericana de Arte de Brasil: sesenta años fomentando el arte gráfico y el cómic", en Tebeosfera, tercera época, 23 (28-VI-2023). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 30/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/la_escuela_panamericana_de_arte_de_brasil_sesenta_anos_fomentando_el_arte_grafico_y_el_comic.html