LA GENERACIÓN MATRACA
El sábado 25 de enero de 2020, la marca sobre el mapa de los nuevos editores nacionales de cómics (y otros papeles), señalaba a Matraca Ediciones, en Sevilla. Aquella mañana, en el acogedor Espacio Cultural Matraca, ubicado en la calle Sales y Ferré, número 13, mantuvimos una resuelta charla con su director, José Luis Sánchez de Cueto (Pepe Cueto), y al mismo tiempo, mediante conexión telefónica desde Madrid, con Nicolás Martínez Cerezo (Nicolás), en la que definieron su aventura editorial para los lectores de Tebeosfera.
Actividad organizada en el Espacio Cultural Matraca. |
Paco Martos. Pepe, ¿qué fue lo que te llevó a fundar Matraca Ediciones? ¿Cómo sucedió? ¿Fue un impulso inesperado o llevabas tiempo con la idea en tu cabeza?
Pepe Cueto. Esa idea vino de una larga trayectoria, concretamente toda mi vida, en la que mi principal afición han sido los libros, la lectura, la escritura... Siempre me han interesado las editoriales, las librerías, los eventos literarios, las dedicatorias, etcétera. Todo lo relativo al mundo del libro. En 2016 me hice miembro de la Asociación Cultural Hispanoamericana Amigos del Bolsilibro (ACHAB), de la que actualmente soy el vicepresidente, y allí aprendí los pasos para editar un libro, que resultaron ser menos complicados de lo que yo pensaba; todo eso de maquetar un texto, mandarlo imprimir... Como lector, siempre he fantaseado con libros que no existían pero que en mi opinión deberían existir, así que empecé a plantearme seriamente montar mi propia editorial, y en 2017 decidí que así lo haría. La ACHAB solamente publica literatura pulp, que me encanta, pero también leo cómics, poemarios, ensayos..., incluso literatura infantil y juvenil. Como lector no tengo ningún prejuicio y casi ninguna preferencia. Todo aquello coincidió con un momento de crisis vital en el que aposté por dedicarle más tiempo a ciertas aficiones a las que hasta ese momento no les dedicaba el suficiente.
Martos. ¿Cómo pusiste en pie la editorial? ¿Contaste con algún apoyo?
Cueto. Yo era coleccionista de originales de cómic desde hacía unos años, no muchos. También en 2017 decidí que quería tener una historieta de La Gorda de las Galaxias en mi colección, y a través de Tebeosfera conseguí contactar con su autor, Nicolás Martínez Cerezo, de quien yo había sido seguidor en su etapa de Bruguera y Ediciones B. Fue en 2017, pero no recuerdo el mes exacto...
Nicolás Martínez Cerezo. Yo sí, fue en enero.
Cueto. Bueno, pues en enero. Nico tiene memoria de elefante. El año 2017 fue el que yo había previsto para los preparativos, y así arrancar con Matraca en 2018. Dediqué todo aquel año a registrarme legalmente como editor, buscar autores, un maquetador, una imprenta, preparar las redes sociales, el plan editorial...
Martos. ¿Y Nicolás qué papel cumplió en todo aquello?
Cueto. Te había empezado a contar que llamé a Nicolás para preguntarle si quería venderme una historieta de La Gorda de las Galaxias. Me presenté, empezamos a conversar y estuvimos al teléfono aproximadamente cinco horas, sin conocernos de nada, hablando de libros, de cómics, de películas...
Nicolás. Fue una conexión mágica y auténtica. Pepe y yo tenemos gustos muy similares, por ejemplo, de los mismos libros recordábamos las mismas frases...
Martos. Fue un encuentro intenso, sin duda.
Nicolás. Sí, una sincronía extraordinaria.
Cueto. Lo llamé un sábado a eso de las doce de la mañana, y a las tres de la tarde, sin haber comido, ni bebido, ni ido al baño, le expliqué cuál era el motivo inicial de mi llamada, que en cierto modo ya casi había dejado de tener sentido.
Nicolás. La Gorda de las Galaxias quedó atrás, vencida por esa fuerza de la ilusión, de la conexión personal, de compartir lecturas. Vimos que los dos necesitábamos una liberación a través de la literatura, del arte, de un proyecto muy interesante. En cierto modo, veníamos de experiencias personales paralelas. Pepe me propuso incorporarme al proyecto, y yo no titubeé.
Martos. ¿Así que dos personas, con ilusión y esfuerzo, fueron suficientes para desarrollar el sello editorial?
Nicolás. Sí, sin duda. La gran palabra de todo este proyecto es liberación. Matraca es un proyecto liberador tanto para nosotros dos como para compartirlo con los lectores. Una liberación total.
Cueto. En las semanas siguientes, tras haber hablado con Nicolás por teléfono en tres o cuatro ocasiones, lo quise conocer en persona; así que un fin de semana me acerqué por Madrid.
Nicolás. Sí, eso fue ya en febrero.
Cueto. Nicolás, por teléfono, ya me había descrito con detalle cómo era su obra inédita, no solo de cómic sino también de narrativa, de poesía, de teatro... Cuando fui aquel finde a su casa, que es un museo de sí mismo, me traje una copia de la novela Kubelik, la leí y la incluí en el plan editorial de 2018, aunque luego nos hemos ido implicando en otros proyectos que nos han resultado más apasionantes y la novela sigue inédita; que, por cierto, debe ser la novela inédita más conocida de la historia de la literatura, porque casi nadie la ha leído pero todo el mundo la conoce. Bueno, en definitiva, Nico es la única persona que colabora en absolutamente todos los proyectos de la editorial, junto al maquetador Fernando Lorente y por supuesto junto a mí mismo, claro.
Nicolás. Somos una trinidad.
Cueto. Eso, como en la película de Terence Hill y Bud Spencer. O como la Santísima Trinidad, donde yo sería el Padre, Fernando el Hijo y Nico el Espíritu Santo.
Nicolás. Ja, ja, ja.
Martos. ¿Entonces, el planteamiento inicial de la editorial cambió tras el encuentro con Nicolás, se amplió?
Cueto. Nico ha sido siempre una especie de asesor, una figura en la que yo nunca había pensado porque soy muy individualista, me gusta trabajar solo y hacerlo todo a mi manera, lo que ocurre es que Nico no me entorpece ni me frena como sucedía en mis experiencias previas de trabajo en grupo, sino que me aporta, me enriquece. Digamos que en Matraca yo llevo la artillería pesada, y Nico... no sé cómo denominar lo que él lleva...
Nicolás. Yo soy un halo vitalista para todo el proyecto. Como mi personaje más conocido, la Gordi, tengo una enorme ingenuidad y creo firmemente en que la vida siempre puede vencer a la muerte.
Cueto. Por ejemplo, en todos los títulos de Matraca que salgan de ahora en adelante, Nico va a figurar en la página de créditos como asesor. Y en cualquier caso, es un ilustrador omnipresente, como mínimo hace las portadas de todos los libros, salvo tres excepciones. Nico es la persona con la que consulto todas las decisiones editoriales, así que todos los proyectos llevan también algo suyo. Los dos vimos claro desde el principio, por nuestra afinidad personal, que formábamos una pareja creativa casi perfecta
Nicolás. Matraca, más que un proyecto artificial, es un proyecto de vida; para vivir y para compartir esa vida con los lectores. Y a nosotros nos surgió como una gran liberación a raíz de esos encuentros que parecían escritos en el aire, en el viento...
Martos. Matraca ha publicado desde pliegos de poesía hasta recuperaciones de novela popular, pasando por cómics, etcétera. Vuestro proyecto editorial escapa de los esquemas habituales de selección de medios y géneros...
Nicolás. Porque nos encanta hacer las cosas a nuestro modo.
Cueto. En realidad, no queremos que se nos etiquete como editorial de cómics, ni como editorial de novela pulp, ni como editorial de nada.
Nicolás. Y que se una todo con todo, que adquiera una nueva vida cuando se una.
Martos. ¿Qué colecciones integran vuestro proyecto?
Nicolás. La colección Serie Beee, digamos, es la principal, en formato bolsilibro, con periodicidad mensual y títulos inéditos.
Cueto. Así es. El autor más importante de Serie Beee es Joseph Berna. Todos los números impares son suyos, estamos publicando tanto sus novelas que quedaron inéditas hace veinte años como las que está escribiendo ahora. Y para los números pares, cada vez son más los autores que me mandan libros, y algunos ya se han estrenado, como nuestros amigos Javier Parra Álvarez, Sergio Salvador Campos, David Piulé, Tamara López y otros muchos que están en la cola. También es importante destacar en esa colección la publicación de títulos inéditos de Curtis Garland.
A la izquierda, portada de Los eternos retornos, de Curtis Garland, y a su derecha, portada de El inquilino del cementerio, de Joseph Berna, ambas ilustradas por Nicolás. |
Nicolás. Luego está la colección Tocho y Medio, que no es de títulos inéditos sino de reediciones, aunque cada volumen incluye un relato inédito de un autor diferente.
Cueto. Así es, se trata de recopilar, de tres en tres, series enteras de bolsilibros, como la obra terrorífica completa de Joseph Berna o las aventuras pirateriles de Curtis Garland; su periodicidad también es mensual. Luego, los pliegos que refieres, Poesía Salvaje, es un proyecto que a mí me gusta mucho, pero ahora mismo está parado, aunque en cuanto tenga un poco de tiempo lo pretendo retomar. Hay varias colecciones que están a punto de arrancar a lo largo de 2020: Leviatán, de ensayo, que comenzará con Otoño gris, las memorias de Adolfo Quibus; Onilírica, de poesía, de la que ya han salido dos libros de Nicolás, dos libros siameses: Poeta en jamón york y Marinero en Luna; Cabarete, de teatro y otras artes escénicas, de la que ya tenemos casi maquetado el primer número: Lo del cerezo, de Jordi Marquina; y, finalmente, Biblioteca del Niño Raro, de literatura infantil, que va un poco más atrasada. Todas estas colecciones tendrán una periodicidad trimestral, lo siento pero no doy más abasto.
Martos. ¿Y los cómics? No habéis dicho nada de los cómics que edita Matraca.
Cueto. Sí, es verdad, perdón. El primer cómic que se publicó en Matraca lo hice yo: “Fantasmagorías”, dentro del libro El fantasma José Enrique, de un tal Nicolás Martínez Cerezo...
Nicolás. Ja, ja.
Cueto. Ahora, por fin tenemos nuestra propia colección de cómic, llamada Bocata di Cardinale, en la que de momento estamos reeditando un fanzine, Tebeos del Bollo, porque es una línea editorial que no existe en España, rescatar fanzines; que yo sepa no hay ni una sola colección que se dedique a tal menester, y nos parece importante, por eso lo estamos haciendo. Ahora mismo, que yo recuerde, Glénat recopiló el Mondo Lirondo, pero nada más.
El fantasma José Enrique, libro escrito e ilustrado por Nicolás. A la derecha, portada del recopilatorio de Tebeos del Bollo. |
Martos. ¿Qué tipo de fanzines son los que estáis considerando rescatar?
Cueto. Fanzines en principio sobre el mundo del cómic, pero en esa colección también vamos a recopilar las series completas de Nicolás en Bruguera y Ediciones B, es decir, las historietas de La Gorda de las Galaxias, don Marino y su submarino, Maladona el futbolista chino, la cabecera Chifladuras... Aparte queremos reeditar el mítico Mermelada y Dinamita, ampliado; Nicolás también es el autor de un álbum inédito interesantísimo, titulado: ¡Dios salve a la Reina de Corazones! Y también tenemos todas las tiras que publicó en la revista Semana: Pepa, Pepe y Pepita. Más adelante sacaremos también todos los fanzines de nuestro amigo Juan Kalvellido.
Nicolás. Y Calle de la Desolación...
Cueto. ¡Sí! Un cómic en formato bolsilibro recién dibujado por Nico, su vuelta al cómic, muy alejado del estilo al que sus lectores están acostumbrados.
Nicolás. En apariencia es muy diferente, pero realmente es un regreso al origen, a mi mundo, que no es solamente psicodélico y multicolor. En Calle de la Desolación hay también una explosión de color, de un color fundamental llamado negro.
Cueto. También hemos incluido una historieta de La Gorda de las Galaxias en un libro recién publicado, Cuentos de la Taberna del Dragón Verde. Estamos adaptando unas historietas cortas de Nico en la revista Tío Vivo, para convertirlas en un cuento más largo. Ya te digo que en Matraca estamos por el cómic, pero entendido en un sentido bastante amplio.
Nicolás. Es que no es el cómic, es el arte, que adopta múltiples formas. El arte debe ser eso, ganas de unirlo todo en un gran grito de vitalismo, en una búsqueda de la felicidad.
Cueto. No nos gustan las etiquetas. Frecuentemente recibimos comentarios acerca de si las portadas de Nico son pulp o no son pulp, de si Tebeos del Bollo son cómics o no son cómics... ¡Nos da igual, de verdad! Son arte y punto.
Nicolás. Matraca es un propósito de vida. Además, nos encanta dinamitar todas las barreras.
Cueto. Exactamente, y una de esas barreras es la que se alza siempre que se pretende etiquetar un producto cultural cualquiera. Hace unos meses, por ejemplo, debatieron absurdamente en mi presencia acerca de si 13, Rue del Percebe era un cómic o simplemente chistes, cuando lo interesante de esa página es precisamente eso, la ruptura de esquemas.
Nicolás. No se puede limitar la vida.
Cueto. El cómic al que me he referido antes, Calle de la Desolación, parece un bolsilibro deliberadamente, incluso hemos imitado el diseño de nuestra colección de bolsilibros, Serie Beee. Entonces, ¿es un libro, es un cómic? Pues me he inventado la expresión “bolsicómic”, para tranquilizar a los policías de las etiquetas.
Portada de Calle de la Desolación, de Nicolás, y dos páginas de este libro que bascula entre tebeo y poemario. |
Martos. Sobre ese libro, bolsicómic, o lo que sea, se habrá publicado una reseña en Tebeosfera, en el número dedicado a la poesía gráfica, antes de que vea la luz esta entrevista.
Cueto. Ese número sobre la poesía gráfica es muy interesante y celebro la iniciativa de Tebeosfera, pero nosotros tenemos nuestra propia forma de entender la poesía gráfica y algún día sacaremos nuestro propio libro, que de momento es solamente un proyecto.
Martos. Antes entendí que Matraca Ediciones, además de recuperar las obras de autores como Nicolás, Berna o Garland, también atiende a nuevos autores, ¿es correcto?
Cueto. Sí, tenemos por ejemplo a Jordi Marquina, que es el autor de unas páginas de humor gráfico incluidas en la novela de Nico La náufraga lejana; también está escribiendo varias obras de teatro y va a ilustrar una colección infantil que yo le he propuesto. Contamos también con Cristina Jiao Rodríguez, la chica que hace las ilustraciones para la subcolección Los piratas, de Curtis Garland. Pablo Portillo, socio de Tebeosfera, que ilustra la subcolección Las pesadillas, de Joseph Berna. Y muchos más: Ana R. Quía, Javier Pastor, Elena González... En definitiva, estamos abiertos a nuevos talentos, y a toda aquella persona que se cruza en nuestro camino y está abierta a nuestro proyecto, le damos una oportunidad.
Nicolás. Pero no vamos nunca en busca de nadie. Pepe y yo no somos buscadores, sino encontradores. Simplemente esperamos, sentimos, respiramos lo que va surgiendo, y así aparecen encuentros como el que tuvimos nosotros dos, y otros que van surgiendo nuevos, como el de Jordi Marquina. Es fantástico.
Viñetas de Jordi Marquina para el libro La naúfraga lejana. |
Cueto. Exacto. Cada vez que tenemos que tomar una decisión, lo hacemos de forma mística, y entonces, aparece algo que lo resuelve. Es así como funcionamos. En el año de los preparativos, 2017, leí el libro Manual del editor. Cómo funciona la moderna industria editorial, escrito por el editor y compañero mío de colegio Manuel Pimentel. Pese a que entiendo que el libro está lleno de buenos consejos, me temo que nunca he seguido ninguno.
Martos. ¿Para qué lo leíste entonces?
Nicolás. Lo leyó para eso, para hacer justo lo contrario.
Cueto. Ja, ja, ja.
Nicolás. Retomando la idea anterior, todo ocurre siempre en el momento que tiene que ocurrir. Ese misterio lo estudiaba mucho André Breton, y de ahí venía todo el ideario del surrealismo. Cuando algo se etiqueta, en ese momento empieza a morir. Hay que nacer de nuevo, abrir caminos inéditos.
Cueto. Así funcionamos en Matraca, Paco. Somos la magia del caos.
Martos. Sí, el surrealismo planteaba que ciertas formas de asociación conducían a una realidad superior.
Cueto. Pues, así se va cumpliendo nuestro plan editorial, de manera surrealista. Cada vez que tenemos un atasco, lo hablamos y ese mismo día, o al día siguiente como mucho, ocurre algo que lo soluciona. A mis compañeros de profesión —soy psicoterapeuta— los escucho con mucha frecuencia definirse como buscadores, hasta un extremo en el que la palabra se ha convertido en un cliché. En cambio, en Matraca fluimos, nos dejamos llevar y no somos buscadores de nada; si acaso, de nuevas formas de tocar las pelotas.
Nicolás. Y volviendo a lo de antes, rotundamente estamos abiertos a nuevos talentos, por supuesto que sí, pero tienen que ser nuevos y tener talento, lo que no suele ser fácil.
Nicolás en el Festival Bookstock 2019 (Sevilla). |
Martos. ¿Cómo es la relación profesional con el resto de autores que colaboran en Matraca?
Cueto. Más que profesional, es de fraternidad. A mí en muchas ocasiones ni han querido cogerme el dinero que les correspondía, con eso te lo digo todo. Me gustan las personas que colaboran por la ilusión de hacerlo. Lo que no significa que no se merezcan lo mismo que le pago a todo el mundo, aunque no sea mucho. A veces he tenido que meter dinero en el bolsillo a la fuerza, porque si tú te sientes mal por cogerlo, yo me siento mal por no dártelo, ya que es tuyo, te lo has ganado.
Nicolás. Matraca es un proyecto de amor, de vida, de vitalismo.
Cueto. Alguna vez alguien se ha acercado a mí y directamente me ha preguntado que cuánto pago, así en primer lugar, casi sin presentarse. Esa clase de persona y yo no solemos congeniar bien, de modo que prefiero no vincularme desde el primer momento.
Martos. ¿Cómo es entonces vuestro acuerdo económico?
Cueto. Todo es verbal, una palabra de honor, un pacto entre caballeros y caballeras, porque al ser un proyecto anarquista, no queremos hacer ningún tipo de contrato formal, al no reconocerle ninguna autoridad a ninguna institución. Hay quien tiene un especial interés en todo ese mundo de los contratos, los derechos...; pero si tú no quieres funcionar compartiendo ilusiones y sobre la base de la confianza mutua, y yo no quiero funcionar como funcionas tú, cada uno por su camino y tan amigos, es tan sencillo como eso. Los libros de Matraca tienen mucha mentalidad de fanzine.
Martos. Pero antes has dicho que existe una compensación económica por el trabajo.
Cueto. Sí, porque los libros pueden generar algunos pequeños beneficios, aunque casi siempre son pérdidas, y esos beneficios tienen que ser para los autores, no para nosotros. Yo tengo otra profesión y me puedo permitir las pérdidas de Matraca, y tampoco quiero que nadie piense que estoy aprovechándome o forrándome a costa de los demás. Aunque haya dinero de por medio, no es de la misma forma en que lo entiende el capitalismo, sino como una herramienta de ayuda mutua. Yo necesito tus ilustraciones y tú quizá necesitas un chaleco, no sé, bueno, pero yo no voy a ir a comprarte a ti un chaleco, así que te doy el dinero y te lo compras tú. Aunque usamos dinero, la mentalidad es de trueque.
Nicolás. Exactamente, así lo siento yo también, no tenemos más remedio que seguir algunas de las reglas del juego del capitalismo porque inevitablemente estamos inmersos en él, pero intentamos dejarlo al mínimo, no al máximo.
Cueto. Yo a muchos autores les envío regalos, y también ellos a mí. Por ejemplo Lupe, la mujer de Berna, me envía chufas ecológicas desde Valencia. O en Madrid, por ejemplo, donde no se encuentran fácilmente latas de melva en conserva...
Nicolás. Ja, ja, ja.
Cueto. Mira cómo sabe Nico lo que voy a decir. Como le vuelve loco la melva, pues cada vez que le mando un paquete de libros incluyo varias latas, pero no es un pago, es simplemente que aquí en Sevilla se encuentran sin problema y en Madrid no.
Nicolás. Los libros alimentan el alma y la melva el cuerpo. Matraca es un proyecto editorial libertario y anarquista, y el emblema inicial del anarquismo era el apoyo mutuo.
Cueto. Apoyo mutuo que puede ser a través del dinero o no, pero el sentido es siempre ese.
Martos. ¿Tenéis algún editor fetiche?
Cueto. Bueno, Nico ya tenía una importante trayectoria en el mundo editorial, pero, curiosamente, nos solemos comparar con un productor de cine, no con un editor.
Nicolás. Así es, Pepe se refiere a Elías Querejeta, cuyas películas, por cierto, nos fascinan.
Cueto. Curiosamente, las películas de Querejeta parecían más suyas, que era el productor, que del director de turno. Pues ese es aproximadamente nuestro planteamiento, ser "editores Querejeta", que se note por los cuatro costados que un libro editado por Matraca es de Matraca.
Nicolás. Y ahora que estamos preparando mi libro Aullidos, basado en Aullido, de Allen Ginsberg, otra referencia es la editorial City Lights, de Lawrence Ferlinghetti, en la que se fue creando ese grito vitalista que supuso la generación beat; una maravillosa colección, un ejemplo de excelente editorial al margen de las editoriales del mundo, del sistema.
Martos. En estos dos años habéis trabajado mucho, logrando tener un espacio físico propio —este en el que estamos realizando la entrevista—, bastantes colaboradores y varias colecciones en marcha.
Cueto. El proyecto global es que en torno a Matraca Ediciones surja una generación artística, creativa y cultural. Si te fijas, todos los libros tienen ilustraciones, transcripciones de conversaciones con los autores —no exactamente entrevistas—, incluso banda sonora original, que hay que escuchar aparte, claro está, a través de nuestras cuentas de internet. En un simple bolsilibro pueden llegar a intervenir el portadista, el prologuista, el ilustrador, yo como conversador, el compositor y, por supuesto, el autor. En Matraca somos un grupo cada vez más numeroso de narradores, poetas, ilustradores, músicos... En breve saldrán los dos primeros discos de Matraca Records. Es decir, la idea nunca fue exactamente montar una editorial, sino que esta fuese el epicentro de algo más amplio. Como solamente llevamos dos años, el proyecto aún se encuentra en sus primeras fases.
Nicolás. Yo diría que avanza intensamente. Me gustaría desarrollar mejor lo que dije antes. Toda la generación beat fue creación de un editor, Lawrence Ferlinghetti, que además era un grandísimo poeta, y en torno a él se estaba respirando un mismo impulso vital en todo Estados Unidos, tanto en el este como en el oeste...
Cueto. En vez de estimular esos celos tan frecuentes entre los poetas, entre los artistas en general, Ferlinghetti hizo lo contrario: darles cobertura a todos, vincularlos, convertirlos en una especie de familia, de comunidad.
Nicolás. Efectivamente, y así se fue dibujando la contracultura.
Una selección de publicaciones de Matraca, con portadas de Nicolás. |
Martos. ¿Cómo va a día de hoy vuestra producción editorial?
Cueto. Llevamos editadas cuarenta y cuatro publicaciones en dos años, trabajando básicamente los dos solos. Nico ha hecho todas las portadas, ilustraciones, ha hecho prólogos, poemarios, es el autor de unos diez libros de los que llevamos publicados. Yo me encargo, aparte de revisar cada punto y coma, de todo el trabajo administrativo, de los envíos... Llevamos dos años trabajando a full. En alguna ocasión, Nico ha venido aquí a Sevilla durante una o dos semanas y él mismo se ha encadenado a la mesa de dibujo, como en Bruguera. Incluso ha habido noches en las que me consta que no se ha acostado, dibujando, corrigiendo textos...
Nicolás. El último día que estuve en Sevilla quise dejar dedicados un montón de libros, y el día se me hizo corto.
Cueto. Así que ríete tú de Bruguera y los dibujantes bajo un látigo. Si te gustan los latigazos de verdad, vente a Matraca.
Nicolás. Ja, ja, ja.
Martos. Después de esas cuarenta y cuatro publicaciones, muchas de ellas dedicadas al rescate nostálgico de autores como Joseph Berna, ¿tenéis claro qué tipo de público os sigue y qué tipo de obras queréis publicar, o estáis todavía explorando rutas?
Cueto. Sí, el pulp va rodando, va rodando solo, y lo que sucede es que a través del mundo del pulp, los mismos lectores van viendo que publicamos otros tipos de libros. Hay quien, por ejemplo, me encarga que le guarde todo lo de Berna, pero hace unos días me escribió un aficionado suizo y me dijo: «Ahora mismo, Matraca es la única editorial de la que estoy dispuesto a comprar todo lo que saque». ¿Por qué? Porque hay algo en nuestra sensibilidad, en nuestra forma de hacer las cosas, que conecta con sus gustos, pese a habernos conocido a través del pulp.
Nicolás. Es algo que no se puede explicar, sino que se respira.
Cueto. Date cuenta de que el mundo del pulp está lleno de nostálgicos, pero, curiosamente, ha habido un cambio muy grande, porque antes los bolsilibros eran para cualquier tipo de persona, más bien de nivel medio, pero ahora se han sumado muchos conservadores de la cultura, y el pulp se ha terminado convirtiendo en algo más propio de gente culta, incluso con un puntito de insatisfacción hacia el mundo editorial. Entonces, aunque muchos son simples nostálgicos, también hay algunos antisistema, porque el pulp tenía un cierto componente antisistema; el pulp, en una España tan gris como la del franquismo, era una ventanita a otro mundo, un soplo de aire fresco, todo eso de soñar con naves espaciales...Y las mujeres, si bien dentro de la sordidez de su estrecho rol de género, leían su novelita rosa y al menos soñaban con un mundo mejor.
Nicolás. Somos plenamente conscientes de que nuestro público es muy minoritario, pero esa es una de las fuerzas de la editorial, lo íntimo, intenso, en vez de masificado y sin alma; en Matraca todo es con alma, con amor, con fuerza, con valentía, con audacia.
Cueto. Mucha gente nos escribe para comprar algún libro, y yo les invito a que vengan a conocernos en persona, y quedamos, y comemos juntos. Cuando Nico viene a Sevilla muchas personas se acercan a conocerlo, a tomar café con él. El otro día, un chaval se sentó frente a él a verlo trabajar, estaba dibujando, y terminó quedándose allí la tarde entera, en silencio. Es hipnótico ver a Nico dibujar, por cierto, es algo meditativo, como la ceremonia del té, es difícil que la atención se te vaya hacia otro lugar. Yo dejé a ese chaval en la habitación de Nico y me fui a mi trabajo, en la misma planta del edificio; volví al cabo de varias horas y allí seguía...
Nicolás. Fue una especie de éxtasis del observador, y también de éxtasis mío como creador, porque él con su observación creaba un aire de ilusión, de fuerza...
Cueto. Y había venido simplemente a comprar unos libros, pero a mí me gusta conocer a las personas que compran los libros. Bueno, y también a las que no los compran, ja, ja, porque en internet hay mucho personaje que se dedica a criticarnos sin haber tenido siquiera un libro nuestro en sus manos. De todo esto hablamos largo y tendido recientemente en las Jornadas del Cómic de Almería...
Martos. ¿De qué hablasteis exactamente?
Nicolás. De nuestro anarquismo como filosofía de vida, de nuestra manera surrealista de conducir la editorial, de nuestra deliberada vocación minoritaria...
Nicolás y Cueto en una presentación en el CICUS (Universidad de Sevilla). |
Martos. La presencia en redes sociales, en eventos culturales, incluso entrevistas como esta, ¿creéis que ayudan a llegar a nuevos lectores?
Cueto. Sí, siempre hay alguien que nos conoce gracias a todo eso que acabas de decir. Ya que has mencionado nuestra presencia en eventos culturales, antes se me olvidó mencionar nuestra colección Eventuales, en la que cada vez que acudimos a uno de estos acontecimientos, publicamos un libro en exclusiva. Este año ha sido así tanto en Bookstock como en las Jornadas del Cómic de Almería. El año que viene publicaremos un libro para el Salón del Cómic de Huelva y otro para Hispacón.
Nicolás. Creemos que con el tiempo terminaremos llegando a todos los que tengamos que llegar. De vez en cuando alguien a quien acabamos de conocer nos dice que le pasemos un listado y terminan comprando el fondo completo.
Cueto. Sí. Cada vez que alguien se incorpora, lo añado a las redes sociales, al grupo de Whatsapp, desde ahí preguntan cuándo sale tal o cual libro, es decir, hay un contacto real con los lectores. Muchos han estado en mi casa, incluso.
Nicolás. La puerta de Matraca está abierta a toda aquella persona que quiera cruzarla.
Cueto. Pero, por eso mismo, la editorial tiene que ser minoritaria, yo no tengo capacidad de mantener contacto con dos mil personas.
Nicolás. Un contacto personal, intenso y por lo tanto exquisito.
Cueto. Estamos abiertos a vínculos humanos reales.
Nicolás. Estamos haciendo una revolución íntima.
Martos. ¿Y si Matraca Ediciones creciera?
Cueto. Bueno, habría que buscar una forma de que eso no alterase sus principios. Quizá incorporar a más personas al equipo.
Nicolás. Eso es, buscar un equilibrio, pero de momento estamos creando, estamos viviendo.
Cueto. No me importa hacer tiradas mayores, siempre y cuando eso no afecte al sentido de los libros.
Nicolás. Si se trata de hacerse más fuertes y de abrirse a más personas, bien; pero siempre y cuando mantengamos esa alma inicial, esa ilusión, esa inocencia, esa fuerza y esa valentía; que no nos coarten, que no maten nuestra libertad. Esta es una editorial que sin libertad no tiene sentido.
Martos. Volviendo a la materialidad del mundo editorial, ¿cómo ajustáis la tirada y el precio de cada libro? ¿Cuánto os cuesta imprimir vuestros libros?
Cueto. Pues un bolsilibro, entre uno y dos euros, pero depende del número de ejemplares que tenga la tirada. Normalmente imprimimos ciento cincuenta. No tenemos ningún problema en hablar de precios, pero esto de momento es deficitario. En el último trimestre de 2019 ha habido aproximadamente seis mil euros de gastos y mil de ingresos. Un desastre, pero yo ejerzo una profesión en la que me va bien y me puedo permitir ese gasto, al menos de momento. Y mira, cada uno se gasta su dinero en lo que le viene en gana, ¿no? Yo no bebo, ni fumo, ni consumo drogas, ni voy de putas, ni tengo carnet de conducir, ni visto con ropas caras. Algún vicio tendré que tener, digo yo. Pues ese vicio son los libros, comprarlos y editarlos.
Martos. ¿Al menos, te planteas la recuperación de la inversión?
Cueto. Quizá con el tiempo. No cuentes solamente los gastos de imprenta que te he dicho antes, porque también hay que pagarle al maquetador, al autor, al ilustrador... Algunos libros ya salen con un precio de venta al público con el que pierdo dinero.
Martos. Esto que comentas, y la cuestión del almacenaje, ¿implica que las tiradas de cada libro sean muy ajustadas?
Cueto. Claro, no me puedo pasar de rosca porque los libros se van vendiendo lentamente, y yo los tengo en mi casa, no tengo tampoco un almacén, sino que tengo libros hasta debajo de la cama, en la cocina, en el cuarto de baño, en los armarios... ¡Y el número de títulos va creciendo!
Martos. ¿Y de la distribución qué me dices?
Cueto. Me encargo yo, en mano o por correo postal. Durante un tiempo nuestros libros se han vendido en algunas tiendas de cómics y también en algunas librerías, pero me resulta muy trabajoso mantener esos puntos de venta. Ya prefiero que todo sea a través de internet, las librerías las estoy quitando.
Una estanteria con libros de Matraca Ediciones. |
Martos. ¿Este planteamiento editorial está dando los resultados deseados después de dos años de publicaciones?
Cueto. Por lo menos no tenemos ni una sola deuda. A la imprenta se le paga por adelantado, a los autores también, y Nico tiene una especie de tarifa plana con lo justo que necesita para vivir. Yo a los autores les pago como si se hubiese vendido la tirada completa, así evito tener que estar haciendo cuentas todos los meses. No le debo nada a nadie, y me encargo de vender los libros; todas las existencias que tengo en mi casa vienen a ser una hucha, es decir, libro que vendo, dinero completamente limpio que me meto en el bolsillo.
Martos. Con el sesgo anarquista de la editorial, preguntaros si habéis solicitado algún tipo de ayuda institucional o de apoyo gubernamental se respondería por sí solo.
Nicolás. Nunca nos vamos a dejar asimilar por el sistema a cambio de una limosna, por generosa que sea.
Cueto. Para jodernos, tendrían que meternos en la cárcel o que matarnos, así de barato se lo ponemos.
Nicolás. No somos títeres del sistema de subvenciones. Somos vitalistas y nos gusta generar vida; un universo con sus planetas, sus satélites, estrellas, luces, oscuridad también... La oscuridad no deja de ser luz, aunque negra.
Cueto. ¡Uy! La oscuridad está llena de tesoros.
Nicolás. De tesoros además inesperados.
Cueto. A mí, como psicoterapeuta, no me puede asustar fácilmente la oscuridad, que no es sino una metáfora del inconsciente, que es donde transcurre la verdadera fiesta. La oscuridad es como un desván a oscuras, lleno de trastos, pero también de joyas. La oscuridad es fuente de luz.
Nicolás. Luz y oscuridad en un universo mágico, unidas en un estallido de vida, de misterio...
Martos. Bueno, bueno, en definitiva, es el editor el que quiere ver publicadas las cosas que a él le interesan, y quizá también ganar algún dinero con ellas.
Cueto. Nosotros estamos utilizando la parte económica para encontrar gente distinta, a través de una editorial; no es una editorial creada para ganar dinero. Aquí todo el mundo está ganando poquísimo dinero, o ninguno..., o directamente perdiéndolo, como es mi caso. Pero recuerda lo que decía el protagonista de Ciudadano Kane: «Si mi periódico pierde un millón de dólares anuales, y mi fortuna asciende a ciento cincuenta millones de dólares, tendré que cerrar el periódico... dentro de ciento cincuenta años». ¿Para qué queremos el dinero, si no es otra cosa que una herramienta para disfrutar?
Nicolás. Para poder seguir con este proyecto vitalista...
Cueto. Nico vive de forma muy austera, yo no tanto, pero... Bueno, que se exprese él...
Nicolás. Más que una limitación, la austeridad le da más intensidad a todo. Poco, pero intenso.
Martos. Por último, dentro del panorama de nuevos editores nacionales, ¿Matraca…?
Cueto. ¿Matraca es una editorial al uso? Rotundamente no...
Nicolás. Afortunadamente no...