LOS ARCHIVOS DE TBO
Consulta del fondo documental de Ediciones TBO en la Biblioteca de Catalunya
La Biblioteca de Catalunya conserva un fondo gráfico, archivístico y hemerográfico procedente de la empresa editora de la revista TBO que fue adquirido a Matilde Lobo, viuda de Albert Viña, director de TBO entre 1965 y 1983. Aunque la documentación que integra ese fondo es relativamente escasa –sobre todo, si se tiene en cuenta la prolongada trayectoria de la revista–, ofrece la posibilidad de aclarar y contrastar algunos aspectos interesantes de la historia de la mencionada publicación.
En lo que se refiere estrictamente al fondo archivístico, se conservan cuatro cajas con documentación diversa fechada desde la década de 1930 hasta el cierre de la empresa editora en 1983. Lo integran varios contratos y escrituras, alguna documentación contable, circulares, material publicitario, fotografías y otros papeles.
El TBO de posguerra
Portada del primer primer número de la colección TBO de posguerra, aparecido en la primavera de 1943, presumiblemente. La historieta es de Urda. |
Uno de los aspectos que esa documentación permite dilucidar es el de la reaparición de TBO tras la Guerra Civil. Hasta ahora, persistía la duda acerca de qué entidad jurídica había asumido de forma efectiva la edición de los primeros cuadernos de la etapa sin numerar de la revista, ya que la nueva empresa Buigas, Estivill y Viña, S. L., no se constituyó formalmente hasta el 30 de diciembre de 1943 y no empezó a operar hasta el 1 de enero de 1944. Pero resultaba evidente que el cuaderno titulado Selección de historietas y pasatiempos para 1942 debió de salir a la calle a finales de 1941, y que asimismo debieron de aparecer varios más antes de la constitución de la nueva empresa editora.
Pues bien: entre la documentación conservada en la Biblioteca de Catalunya se encuentra una circular impresa fechada en julio de 1941 con el encabezamiento “TBO-Editorial Buigas” y numerada con el 1 en la que se lee lo siguiente:
Muy Sr. Mío: Tengo el agrado de poner en conocimiento de Ud. que he cedido mi negocio editorial y de publicaciones periódicas a la Editorial B. Bauzá, la cual lo continuará y ampliará hasta donde sea posible, teniendo en cuenta las circunstancias por las que atravesamos.
La mencionada editorial se ha hecho cargo de mi activo. Al propio tiempo, me es grato manifestarle que continuaré al frente de la dirección artística de cuantas publicaciones lance al mercado la indicada Editorial bajo el título genérico de “Ediciones TBO”.
En la confianza de que mis antiguos y asiduos clientes proseguirán prestando a las publicaciones por mí dirigidas la misma atención con que siempre me han honrado, me es muy agradable reiterarme de Ud. con el mayor afecto.
Joaquín Buigas.
En ese mismo impreso, a continuación del texto anterior, aparece este otro con idéntica fecha bajo el encabezamiento “Editorial B. Bauzá”:
Distinguido señor: Al decidirme a incorporar a mi Catálogo las “Ediciones TBO”, tengo la satisfacción de participarle que cuento con la colaboración, en el aspecto artístico, de mi colega y buen amigo D. Joaquín Buigas, cuya experiencia y capacidad técnicas en esta modalidad editorial son sobradamente conocidas entre el público de habla española a través de veinticinco años de ininterrumpidos éxitos.
La producción a que aludo, de la cual, como queda dicho, continuará siendo director el señor Buigas, aparecerá con el nombre registrado de “Ediciones TBO”.
Este último texto está firmado por el técnico editorial y guionista Emilio Viña González, por poder de la Editorial B. Bauzá, una empresa que había sido fundada en 1914 en Barcelona por el empresario Bartolomé Bauzá Roselló, nacido en la localidad mallorquina de Vilafranca de Bonany en 1876 pero residente en Barcelona.
Con idéntico formato hay otra circular impresa, numerada con el 2 y fechada en noviembre de 1941, ahora bajo el encabezamiento “Editorial B. Bauzá”. En ella se anuncian los primeros tomos de la Biblioteca BB[1] y el cuaderno Selección de historietas y pasatiempos para 1942, del que incluso se reproduce la ilustración de portada a una tinta; se indica además que esta publicación, cuyo precio es de 90 céntimos de peseta, incluye 27 historietas en sus 20 páginas, de las que 10 están impresas en negro y las 10 restantes a cuatro colores.
De todo lo expuesto se deduce que el primer editor de TBO en la posguerra fue la Editorial B. Bauzá y que “Ediciones TBO” nunca fue otra cosa que una marca comercial utilizada sucesivamente por la Editorial Buigas, la Editorial B. Bauzá, Buigas, Estivill y Viña, S. L. y otra entidad de la que hablaremos más adelante.
A este respecto, hay que tener en cuenta que, como explica Manuel Barrero en su tesis doctoral (2016, 280) precisamente en relación con la denominación “Ediciones TBO–Editorial Bauzá”:
no era obligatorio hacer constar el nombre registrado y oficial de la empresa que editaba publicaciones periódicas hasta enero de 1964, y esta fue la razón por la cual hasta el número 323 no apareció el sello Buigas, Estivill y Viña en TBO[2]. Los editores declararon la denominación familiar, que no la oficial, al Instituto Nacional del Libro, y así figuró en la primera Guía de Editores y Libreros, indicando el arranque de su actividad en 1943, aunque también existía una entrada en la guía para “Editorial Bauzá”, desde la cual se remitía a “Ediciones TBO”[3].
Probablemente, el fallecimiento de Bartolomé Bauzá en mayo de 1943 fue uno de los factores que motivaron la constitución de la empresa Buigas, Estivill y Viña, S. L., cuyo objeto era «el desenvolvimiento de un negocio de explotación del periódico infantil TBO, cuya propiedad adquirirá la sociedad, y de todas aquellas publicaciones sean o no periódicas que estimen conveniente publicar bajo la marca o signo de TBO, así como las operaciones propias de una Editorial». El entrecomillado precedente transcribe de forma literal un fragmento de la escritura de constitución de la sociedad Buigas, Estivill y Viña, S. L., otorgada ante el notario de Barcelona Ramón Faus Esteve el 30 de diciembre de 1943 y que también forma parte del fondo documental depositado en la Biblioteca de Catalunya. En esa escritura se establece que «las operaciones de la Sociedad comenzarán el primero de enero del próximo año mil novecientos cuarenta y cuatro, quedando completamente rescindidos cualquiera otros contratos o pactos anteriores, sin que por motivo de los mismos tengan que reclamarse cosa alguna los otorgantes».
La firma tenía un capital social de 150.000 pesetas repartido en treinta participaciones iguales de 5.000 pesetas cada una; diez de esas participaciones correspondían a Joaquín Buigas; otras diez, a Emilia Estivill[4], y las diez restantes, a Emilio Viña, que había sigo gerente de la Editorial B. Bauzá.
Como hemos visto, la nueva sociedad ya preveía al constituirse la adquisición de la revista, lo que se materializó en la escritura de compra-venta de la marca TBO otorgada ante el notario de Barcelona Ramón Faus Esteve el 3 de enero de 1944. En esa escritura, que forma parte del mismo fondo que los documentos anteriormente mencionados, se dice que
Don Joaquín Buigas Garriga es dueño, en plena propiedad, de la marca y nombre comercial “T.B.O.”, registrado con el número 33.116, fecha 24 de enero de 1919, en el Registro correspondiente, para distinguir y proteger en todo el ramo de Artes Gráficas con la referida marca o nombre, publicaciones, periódicos, juegos y revistas infantiles. Que el propio Don Joaquín Buigas Garriga es propietario de la otra marca “B.B.”, que a los expresados fines consta inscrita en el citado registro, con el número 42.697.
En esa escritura, Joaquín Buigas «vende, cede y transfiere perpetuamente» esas marcas a la sociedad Buigas, Estivill y Viña, S. L. –representada en dicho acto por Emilio Viña- por el precio de 63.000 pesetas, a las que se añadirían otras 40.000 si «a los tres años se alcanzan los 100.000 ejemplares semanales».
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Dos de los anuncios que indicaban el interés y la fecha de aparición de la revista Narraciones y aventuras de S de Ediciones TBO. El de la izquierda fue ilustrado por Tinez. | |||||||||
S, una publicación coeditada
Otro de los documentos que se encuentran en ese fondo es un contrato suscrito entre Buigas, Estivill y Viña, S. L. –representada de nuevo por Emilio Viña- y José Serra Masana[5] el 18 de marzo de 1946 por el que se creaba una Asociación de Cuentas de Participación cuyo objeto era «la explotación de la revista infantil de aventuras “S” y de todas aquellas publicaciones de cualquier otro carácter que estime conveniente editar, previo acuerdo tomado por los señores cuentaparticipantes».
Según ese contrato, legitimado por el abogado Luis Verdú Verdú, «todas las ediciones publicadas por esta Sociedad serán distribuidas utilizando exclusivamente la organización administrativa y la red de corresponsales de Buigas, Estivill y Viña, S. L.». Asimismo, «el capital social inicial se fija en la cantidad de pesetas cincuenta mil (50.000.-), una de cuyas terceras partes será aportada por el señor Serra Masana y las dos terceras partes restantes por Buigas, Estivill y Viña, S. L.».
El período de duración de ese contrato se estableció en cinco años a contar desde el 1 de abril de 1946. Entre otras cosas, las partes pactan que
los beneficios que se obtengan se distribuirán de la siguiente forma: Un 25% pasará a constituir Fondo de Reserva. Del 75% restante, se harán tres partes iguales, una de las cuales será retirada por el Sr. Serra Masana y las otras dos restantes a beneficio de la sociedad Buigas, Estivill y Viña, S. L. Si se produjeran pérdidas, éstas serán enjugadas: una tercera parte de las mismas, por el señor Serra Masana y las otras dos terceras partes por Buigas, Estivill y Viña, S. L.
Se establece también que «ninguno de los socios percibirá cantidad alguna en concepto de honorarios. No obstante, cualquiera de ellos que realice un trabajo personal y específico, que en caso contrario hubiese de confiarse a persona ajena a la Sociedad, cobrará dicho trabajo como si se tratase de un colaborador cualquiera». Y, más adelante, se dice que «la presenta Sociedad cuenta con la autorización de Buigas, Estivill y Viña, S. L. para utilizar en todas sus publicaciones la marca “TBO”, así como las denominaciones genéricas de “Ediciones TBO” y “Editorial Bauzá”.»
Es decir, que la revista S fue en realidad una coedición entre Buigas, Estivill y Viña, S. L. y Josep Serra Massana, que se llevó a cabo mediante la fórmula de una Asociación de Cuentas de Participación de la que la empresa editora poseía dos tercios y el dibujante el tercio restante. Y queda confirmado que, a estas alturas, tanto “Ediciones TBO” como “Editorial Bauzá” ya no eran sino meras denominaciones comerciales utilizadas por Buigas, Estivill y Viña, S. L. y, en este caso, también por la Asociación de Cuentas de Participación que publicaba S.
Portada del último número de S, el 28. |
Ya que hablamos de la revista S, vale la pena mencionar que en el fondo documental depositado en la Biblioteca de Catalunya se encuentran varios ejemplares de un folleto publicitario (mencionado también por Francisco Baena en su artículo sobre los tebeos de aventuras editados por Buigas) que anuncia la aparición del primer cuaderno para el martes 15 de octubre, día de Santa Teresa. Puesto que el 15 de octubre fue martes en 1946 –al año siguiente fue miércoles-, puede deducirse, efectivamente, que esa es la fecha de aparición de esta publicación.
Como se sabe, la trayectoria editorial de S solo alcanzó los 28 cuadernos. Tras esa experiencia, Buigas, Estivill y Viña, S. L. prefirió centrarse en TBO, revista que, por aquel entonces, carecía todavía de autorización como publicación periódica y se veía obligada a variar ligeramente la cabecera de cada cuaderno para simular que se trataba de ediciones unitarias. Sin embargo, ya en 1949 los responsables de la empresa iniciaron las gestiones para que TBO volviese a ser una revista periódica numerada. La autorización para ello fue concedida en agosto de 1951 y el número 1 de la segunda época numerada (la tercera de la revista si tenemos en cuenta el periodo sin numerar) vio finalmente la luz en marzo de 1952. Buena parte de la documentación generada en ese proceso forma hoy parte del fondo depositado en la Biblioteca de Catalunya y en ella pueden encontrarse algunos datos interesantes.
Ediciones extranjeras
Por ejemplo, en una instancia presentada por Emilio Viña el 5 de julio de 1949 solicitando esa autorización como publicación periódica se incluye un repaso a la historia de TBO, con el ánimo de subrayar su importancia en el campo de las revistas de historietas editadas en España. Entre otras cosas, en ese texto se afirma que existió una versión traducida al italiano de TBO publicada por la Editorial Vecchi, de Milán. Probablemente, se refiere a la Società Editrice Anónima Vecchi[6], que estuvo activa entre 1923 y 1940, aunque no ha sido posible, hasta el momento, localizar ningún ejemplar de esa edición en italiano.
Al parecer, ese no fue el único intento de exportar los contenidos de la revista a otros países. Entre los documentos que revisamos encontramos también una propuesta de contrato entre Buigas, Estivill y Viña, S. L. y Genaro Mineto Ruiz, con fecha del 13 de septiembre de 1967, para la edición de una versión venezolana de TBO. Aunque Genaro Mineto Ruiz aceptó las condiciones impuestas por los propietarios de la cabecera, parece que el proyecto no llegó a hacerse realidad.
Fotografía de Jacint Maria Mustieles, que ostentó el cargo de director de TBO. Foto tomada de http://www.memoriavalencianista.cat |
Volviendo a los papeles relacionados con la solicitud de que TBO recuperase su condición de publicación periódica, hallamos el impreso que fue necesario cumplimentar para ese fin y en el que el solicitante debía contestar a diversas preguntas. Una de ellas requería el nombre del director de la publicación antes del 18 de julio de 1936, a lo que se respondió que era Jacinto Mustieles Perales. A este respecto, hay que recordar que Juan José Cortés Pascual, en su tesis doctoral (Cortés Pascual, 1993: 35), indicó que el periodista y dramaturgo murciano Joaquín Arques fue relevado de su cargo de director literario de TBO y de Colección Gráfica TBO en 1922 por Jacinto María de Mustreles. Con este nuevo dato, podemos concluir que ese nombre se transcribió de forma errónea en la tesis de Cortés y que se refiere en realidad a Jacint Maria Mustieles i Perales de Verdonces (Valencia, 1887-Barcelona, 1948), poeta y escritor en lengua catalana encuadrado en la estética modernista. Este autor colaboró en los diarios La Veu de Catalunya, D'Ací i d'Allà, Llegiu-me y Las Provincias y publicó sus primeros versos en el semanario Renaiximent.
Las historietas de King Features Syndicate
Como recuerda José María Conget en su artículo “Yanquis entre castizos: las series americanas en TBO hasta 1972”, la revista acogió muy pronto en sus páginas distintas series estadounidenses servidas por la agencia King Features Syndicate. Entre la documentación que integra el fondo de la Biblioteca de Catalunya al que dedicamos el presente artículo se encuentran también los contratos suscritos entre la mencionada agencia –representada en España por la firma Amereco, S. L., con sede en Madrid- y Buigas, Estivill y Viña, S. L. para la publicación de esas series en TBO a partir de 1954.
Por orden cronológico, el primero de esos contratos hace referencia a la serie Mr. Breger, de Dave Breger, protagonizada por un padre de familia típicamente estadounidense. Con fecha del 17 de diciembre de 1954, en ese contrato se pacta que la agencia servirá a los editores de TBO historietas de la mencionada serie durante un período inicial de seis meses (26 semanas) al precio de 650 pesetas mensuales.
El 8 de febrero de 1955 se firmó otro contrato con idénticas condiciones referido a la serie Henry, de Carl Anderson, centrada en un niño que no habla y que vive situaciones propias de su edad. Puesto que dicho contrato facultaba a los editores de TBO a cambiar la denominación de la serie y del personaje, se optó por castellanizarlo como “Enriquito”. En una carta fechada el 28 de noviembre de 1956, se comunicó a los responsables de la revista que la cantidad que debían satisfacer por la serie pasaba de 1.300 a 1.600 pesetas al mes.
Una de las primeras historietas de la serie The Little King, de Otto Soglow, traducidas al español. Esta apareció en La Codorniz nº 81, de 20 de diciembre de 1942. |
Resulta más interesante la documentación relativa a la contratación de la serie The Little King, de Otto Soglow, publicada en TBO con el título de “El reyecito”, porque permite aclarar un equívoco al respecto. En su tesis doctoral (op. cit: 76), Cortés explica que, hacia 1970, Albert Viña advirtió que las historietas de esta serie se estaban publicando en La Codorniz (bajo el título “El pequeño Rey”) al mismo tiempo que en TBO, por lo que decidió romper toda relación con King Features Syndicate y destruir el material servido por esa agencia que no se había publicado todavía. Pero José María Conget, en su artículo antes mencionado, pone en evidencia que eso no pudo ser así, porque La Codorniz ya llevaba por aquel entonces quince años publicando esas historietas.
Parece que la memoria engañó a Albert Viña, que era la fuente de Cortés. Efectivamente, hubo una discusión con King Features Syndicate sobre la publicación de esa serie en La Codorniz, pero no fue en 1970, sino mucho antes.
Dereck Foster[7], que por aquel entonces ocupaba el cargo de gerente general para España de King Features Syndicate, remitió una carta a Buigas, Estivill y Viña, S. L., con fecha del 29 de septiembre de 1956, con esta proposición:
Teniendo en cuenta las muchas veces que Uds. han solicitado a esta casa la historieta “El pequeño Rey”, me es muy grato poder informarles que, habiendo prescindido La Codorniz de su exclusiva a la misma, puedo ofrecérseles para publicación en el TBO con exclusiva para “tbo’s” para toda España.
El precio de la misma es de 1.600 pesetas mensuales, a base de una historieta a la semana.
Al parecer, los responsables de TBO aceptaron ese ofrecimiento, pero posteriormente advirtieron que la serie iba a seguir apareciendo también en La Codorniz. En una carta fechada el 4 de octubre de 1956 y firmada por Ediciones TBO/Editorial Bauzá –otra muestra de la despreocupación con la que la empresa utilizaba esas denominaciones-, manifiestan al respecto que «hubiésemos preferido que fuera en exclusiva absoluta, pues creímos entender en la suya del 29 de septiembre que La Codorniz había prescindido de ella».
Dereck Foster respondió a esa carta con otra al día siguiente:
Lamento que ha habido una pequeña confusión con respecto a la mía de 29 de septiembre. La Codorniz ha prescindido de su exclusiva, pero no de publicar la historieta. Eso es lo que quería dar a entender.
En cuanto termine La Codorniz de publicar “El pequeño Rey”, Uds. tendrán exclusiva absoluta a ella para todo el territorio nacional.
El contrato para la publicación de esa serie lleva fecha de ese mismo día, 5 de octubre de 1956. Su duración inicial era de un año y el precio, de 1.600 pesetas al mes.
Otros papeles
El fondo conservado en la Biblioteca de Catalunya incluye otros documentos interesantes, como nueve variantes del catálogo de la 1.ª Exposición Colectiva de los Dibujantes de TBO, presentada en la Biblioteca Popular de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Mataró entre el 18 de junio y el 2 de julio de 1959. Cada una de esas variantes presenta en su primera página el autorretrato en forma de caricatura de uno de los dibujantes representados en la misma.
Hay también algunas muestras de papelería corporativa de la empresa, sobre todo sobres impresos, en los que se observa que las marcas Ediciones TBO y Editorial Bauzá van siempre acompañadas de la denominación oficial de la firma, esto es, Buigas, Estivill y Viña, S. L. Y también algunas fotos, recibos firmados por dibujantes y colaboradores, material publicitario, actas y varias escrituras que dejan constancia de cambios en los estatutos o en el domicilio de la sociedad.
Más curioso resulta el título de la marca “T.B.O.”, así escrito, que lleva el número 33.116 y que fue expedido el 24 de enero de 1919 y renovado el 1 de diciembre de 1958 a favor de Buigas, Estivill y Viña, S. L. Se indica en el mismo que su validez es de veinte años y que caduca si no se satisfacen las cuotas quinquenales o se deja de usar la marca durante cinco años consecutivos salvo caso de fuerza mayor debidamente justificado.
A pesar de que se refieren a un período muy breve, tienen también interés las declaraciones de tirada correspondientes al último cuatrimestre de 1956, durante la tercera etapa de la revista, segunda numerada. Según esos documentos, del número 118 (5-IX-1956) se tiraron 250.000 ejemplares, la misma cantidad que del 119 (19-IX-1956); en cambio, se tiraron 275.000 ejemplares de los números 120 (3-X-1956), 121 (17-X-1956), 122 (31-X-1956), 123 (14-XI-1956), 124 (28-XI-1956), 125 (12-XII-1956) y 126 (21-XII-1956); del Almanaque TBO correspondiente a 1957 (7-XI-1956) se imprimieron 190.000 ejemplares, y del Almanaque Humorístico para ese mismo año (5-XII-1956), 100.000.
Se conservan asimismo varios contratos, como el suscrito en 1961 con la empresa de pañolería Creaciones Bupy por el que esta recibía autorización para utilizar los personajes de la serie La familia Ulises, o el firmado con Discophon, S. A. el 15 de enero de 1968 para la edición de discos basados en la mencionada serie, que se tradujo en la aparición aquel mismo año de un sencillo titulado La familia Ulises de TBO. Incidente en la carretera (Discophon 27.546). El disco incluía dos historias dramatizadas tituladas “Incidente en la carretera”[8] y “La herencia”, con guion de Carles Bech, adaptación de F. Rovatti y portada de Benejam.
Carátula anterior y posterior del disco titulado Aventuras de la Familia Ulises de TBO. Los dibujos corresponden a Benejam en ambos casos. | |||||||||
Buigas, Estivill y Viña, S. L. firmó tres contratos con Ediciones del Cotal, S. A. por el que se cedían materiales para la publicación de tres libros recopilatorios: el 8 de noviembre de 1977 se suscribió el que hizo posible la aparición del primer volumen de Los grandes inventos de TBO por el profesor Franz de Copenhague; el 15 de diciembre de 1978, el relativo a La familia Ulises. La más famosa de las familias, y el 26 de octubre de 1981, el del segundo volumen de Los grandes inventos de TBO por el profesor Franz de Copenhague. También se cedieron doce páginas de la serie “Eustaquio Morcillón y Babali” a la empresa El Gran Times, S. A. para su publicación en Primeras Noticias, en virtud del contrato firmado el 22 de marzo de 1979.
Claro que los editores de TBO, además de vender, también compraban alguna cosa como, por ejemplo, los materiales que se utilizaron en la “Mini Biblioteca TBO”, adquiridos a Ediciones Salvadeo el 14 de mayo de 1974.
El fin del TBO clásico
Aunque la revista tuvo dos reencarnaciones posteriores, habitualmente se entiende que el período clásico de TBO finaliza con el cese de la actividad de Buigas, Estivill y Viña, S. L. El último número ordinario de la revista fue el 2.502, con fecha de abril de 1983. Al cabo de un mes –es decir, en mayo- salió a la calle el Número extraordinario: 32 portadas de las más representativas de TBO 1917-1983, en cuya última página, bajo la reproducción de la portada del mencionado número 2.502, Albert Viña se despedía discretamente: “Hasta siempre, querido lector”. Ese extraordinario fue el último producto editado por la empresa.
Para entonces, ya se había concedido un poder al letrado José María Tuñi Riera[9] para que representase a Buigas, Estivill y Viña, S. L. ante Magistratura de Trabajo para proceder a la liquidación de la empresa. Poco después, concretamente el 16 de junio, se firmó ante el notario de Barcelona Antonio-Carmelo Agustín Torres una escritura de cesión de la marca “TBO” (conservada en el mismo fondo documental) y de otras vinculadas a la publicación y entonces vigentes otorgada por Buigas, Estivill y Viña, S. L. a favor de Creaciones Editoriales, S. A., del grupo de Editorial Bruguera.
Buigas, Estivill y Viña, S. L. estuvo representada en ese acto por Albert Viña Tous -que había acumulado las acciones heredadas de su padre, Emilio Viña González, y las cedidas por su madrastra, Emilia Estivill Monlleó- y por Emilia Suárez Torres[10] –viuda de Joaquín Buigas Garriga, a quien correspondía el tercio restante-. Por parte de Creaciones Editoriales, S. A., acudió Juan Bruguera Goset, administrador solidario de la empresa. Las marcas incluidas en ese pacto, que fueron adquiridas por un total de dos millones de pesetas, eran “TBO”, “Eustaquio Morcillón”, “De todo un poco”, “Los grandes inventos del profesor Franz de Copenhague de TBO”, “Casimiro Noteví, agente del TBI”, “Tontolín de Tarrascón”, “Josechu el Vasco”, “Almanque Humorístico” y “El Habichuelo”.
Bibliografía
BAENA, Francisco (2017): "Los tebeos aventureros de Buigas", en TEBEOSFERA. TERCERA ÉPOCA, 2. Disponible en línea el 06/IX/2017 en este enlace.
BARRERO, Manuel (2016): Sistemática de la historieta. Aplicación al caso de la historieta y el humor gráfico en Sevilla: 1864-2000. Tesis doctoral dirigida por Antonio Checa Godoy y leída en el Departamento de Comunicación Audiovisual, Publicidad y Literatura de la Universidad de Sevilla el 19 de febrero de 2016. [enlace fijo: https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/39614 ]
CONGET, José María (2017): "Yanquis entre castizos: Las series americanes en TBO hasta 1972", en TEBEOSFERA. TERCERA ÉPOCA, 2. Disponible en línea el 06/IX/2017 en este enlace.
CORTÉS PASCUAL, Juan José (1993): Historia y análisis de la revista TBO hasta la conmemoración de su 75 aniversario (1917-1992), tesis doctoral inédita leída en la Facultat de Ciències de la Informació de la Universitat Autònoma de Barcelona.
[1] Esos primeros números son: 1, La Ratita; 2, Blanca Nieves; 3, Caperucita Encarnada; 4, El Gato con Botas; 5, La Cenicienta. De esta colección de libros de pequeño formato (7 x 5,5 cm), ilustrados por Benejam, llegaron a aparecer muchos títulos más.
[2] Las sociedades limitadas funcionaron como asociaciones de carácter personalista desde el punto de vista legal hasta que se estableció una normativa reguladora de las sociedades de esta índole en España el 17 de julio de 1953. Aunque la responsabilidad limitada de esos empresarios se admitiera en la práctica, legalmente se regían por el Código de Comercio, como refutó una sentencia del 15 de febrero de 1957 (ABC, 16-VI-1957, p. 38). (Nota transcrita de la mencionada tesis de Manuel Barrero).
[3] Guía de Editores y Libreros de España 1952, p. 32. (Nota transcrita de la mencionada tesis de Manuel Barrero).
[4] Emilia Estivill Monlleó (Barcelona, 1895-1996). Casada con Bartolomé Bauzá Roselló desde 1941, enviudó de él en mayo de 1943. Después de que Emilio Viña enviudase a su vez de su primera esposa, Paquita Tous López, en 1957, contrajo segundas nupcias con él.
[5] Se trata del dibujante Josep Serra Massana (Igualada, 1891-Barcelona, 1980) que durante los primeros años del franquismo suprimió una ese de su segundo apellido para disimular su catalanidad.
[6] Fundada por Lotario Vecchi (Parma, 1888-Milán, 1985), que también creó empresas dedicadas a la edición de revistas de historietas y otras publicaciones en Alemania, Francia y algunos países más. En Barcelona estableció la Casa Editorial Vecchi, que lanzó cabeceras como Tom Mix (1933), Yumbo (1934), Aventurero (1935) o La Revista de Tim Tyler (1936) y que más tarde cambió su nombre por el de Hispano Americana de Ediciones, S.A.; su trayectoria finalizó en agosto de 1962.
[7] Dereck Foster (Buenos Aires, 1931-2014). Periodista y gastrónomo argentino de ascendencia inglesa. Residió en Madrid entre 1953 y 1959.
[8] Adaptación de la historieta “Aventura en la carretera”, publicada en el número 243 de la segunda época numerada de TBO (16-VI-1961).
[9] El 21 de abril de 1983, ante el notario Lorenzo Valverde Galán. Este documento también forma parte del fondo depositado en la Biblioteca de Catalunya.
[10] Emilia Suárez Torres (Barcelona, 1897-1993). Hija del impresor Arturo Suárez Roca –primer editor de TBO-, había contraído matrimonio con Joaquín Buigas el 3 de diciembre de 1919. Joaquín Buigas compró la revista a Arturo Suárez y asumió su edición a partir del número 10 (mayo de 1917).