LOS CROMOS Y LA IMPORTANCIA DE LO EFÍMERO
«Un historiador tiene que conocer esos productos impresos que agrupamos en el concepto de ephemera, que son los que nos explican de verdad cómo es una sociedad». Así lo afirmó Josep-Manuel Rafí en el acto de presentación de su libro La febre dels cromos en el Museu Frederic Marès de Barcelona el pasado 7 de junio. Los cromos, junto a materiales tan diversos como invitaciones, menús, tarjetas de visita, recordatorios, carteles, felicitaciones, anuncios u octavillas, entre muchos otros, conforman esa categoría documental cuya importancia quiere reivindicar Rafí con su obra.
La febre dels cromos ofrece por primera vez una rigurosa aproximación a la historia de los cromos publicitarios en Cataluña — desde donde se extendieron hacia el resto de España— entre mediados del siglo XIX y 1936. Y lo hace prestando especial atención a las colecciones lanzadas por Chocolates Jaime Boix, la primera empresa que introduce los cromos dentro del envoltorio de sus productos y que mantuvo una intensa rivalidad con sus competidoras Amatller y Juncosa.
El título de la obra alude a la fascinación que estos productos suscitaron entre públicos de todas las edades, especialmente en sus inicios, pues la posibilidad de imprimir en color supuso una gran novedad en su momento. «Con los cromos se produjo una verdadera democratización de la propiedad infantil y entre clases, porque las clases populares podían coleccionar y poseer las mismas series de cromos que las más privilegiadas», señala el autor, que añade que «los cromos proporcionaban información de todo tipo en una sociedad todavía profundamente iletrada. Muchas generaciones aprendieron con los cromos las reglas de los incipientes deportes, los países y las banderas del mundo o la geografía local y universal». Lo cierto es que las colecciones de cromos abordaron todo tipo de temas, desde el humor a los conflictos bélicos, pasando por el folclore o la historia, por ejemplo. Chocolates Boix lanzó en 1902 una colección titulada Artes y oficios de señoritas, algo que puede considerarse casi revolucionario en aquella época.
Pero, además, por el mundo de los cromos han pasado «algunos de los grandes nombres de la ilustración modernista y novecentista», como Apel·les Mestres, Lluís Labarta, Jaume Pahissa o Enric Cervelló, entre otros, así como varios dibujantes de tebeos entre los que figuran Opisso, Llaverías, Tínez o Coll.
El libro, editado en catalán y profusamente ilustrado, cuenta con un prólogo de Albert Rossich i Estragó que, como el propio autor, es un destacado coleccionista.
Jordi Puig, director editorial de Comanegra, señaló que se trata de un libro «muy específico para un público muy concreto», y que «es el resultado de muchos años de trabajo». Añadió que «nos pareció que el lugar idóneo para presentarlo era el Museu Marès, que cuenta con un fondo de coleccionismo importantísimo».