MELODÍAS ANIMADAS DE AYER Y HOY. EL BLUES EN MANOS DE ROBERT CRUMB
JOSÉ MANUEL HINOJOSA

Notas:
Portada del libro reseñado. En el texto se han intercalado un conjunto de imágenes que relacionan a Crumb con la música: páginas de historieta, ilustraciones alusivas al blues, y portadas para discos propios o de otros intérpretes.

MELODÍAS ANIMADAS DE AYER Y HOY 
EL ‘BLUES’ EN MANOS DE ROBERT CRUMB

Melodías animadas es uno de los cómics más hermosos de Robert Crumb, en el que este referente absoluto del underground deja clara su afición por el blues más primitivo. Hay que recordar que su interés por la música no se limita al coleccionismo (compulsivo) de discos de 78 rpm, sino que llega a fundar su propio grupo de música tradicional, los Cheap Suit Serenaders, en el que toca el banjo. Las historietas que aquí se recopilan, procedentes de distintas revistas y fanzines, escritas y dibujadas en distantes momentos de la vida artística de Robert Crumb, constituyen la esencia como historietista del llamado “gurú del underground”, autor de una ternura insondable, una que ya se intuía en sus historietas misóginas y en su relato biográfico patético, pero que aquí brilla con luz cegadora. Una ternura que, además, sabe comunicar.

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  Las historietas de Crumb.

En estas merry melodies demuestra su profundo amor por la música temprana, aquella que vio nacer esa parte de la cultura que, según muchos, ha sido la única aportación original al arte de los Estados Unidos: el jazz (y su hijastro el rhythm’n’blues). O al menos aprecio por una parte de esa música, protagonizada por músicos apenas conocidos como Frank Melrose y otros muy famosos e influyentes como Jelly Roll Morton o Charlie Patton. Crumb cuenta historias anónimas de músicos que apenas entrevió la historia, busca la autenticidad de un modo de tocar, pero también de un modo de entender la vida.

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 Los músicos de Crumb
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Éstas son las historias que se presentan en el libro: “Así es la vida”, en la que Robert Crumb narra, con delicada pasión, escenas significativas de la vida de un músico de blues casi desconocido llamado Tommy Grady. En estas páginas se cuentan sus aventuras amorosas y su amor por el blues, alejado por completo de lo políticamente correcto. Sencillamente, música, vida, amor y sexo. Y la muerte, a manos de un marido celoso, en la ciudad. En las últimas páginas, Crumb reflexiona sobre las causas del desconocimiento de algunos músicos y, de forma autobiográfica, ahonda en su maravillosa obsesión por el blues más temprano. “Be bops cubistas”, en la que ilustra, como hará con otras melodías en alguna de las siguientes historias, una conocida canción, casi de forma surrealista, con los trazos que caracterizan su trabajo. “Kit y Kaboodle, en el Blues del hechizo seco”, historieta de una sola página en la que dialogan dos personajes de la América profunda sobre [la] sequía y el deseo de que aparezca una lluvia que no llega jamás, aunque al final encuentren suerte en forma de un dinero con el que se van a Las Vegas.
 
“Escurriendo el bulto” es un diálogo entre un músico de blues, Kansas City Frank, y un amigo, que hablan de sus esperanzas, miedos, sueños, el conocimiento de otros músicos, de una música pura que se hará arte con el transcurrir de los años. En las últimas viñetas se refleja la dualidad entre integridad artística y negocio, con ese final en el que Frank toca el piano, ajeno por completo a un mundo decepcionante. En “Las viejas canciones son las mejores” es el mismo Crumb el que nos muestra su conocimiento de diferentes estilos musicales, a través de canciones que, como él dice, se nos quedan grabadas en la cabeza aunque estemos inmersos en tareas más mundanas. En el primer caso la canción es “On the street where you live”, pieza de Broadway probablemente interpretada por Dean Martin, esa voz viril fuerte y retumbante de la que Crumb habla; en el segundo caso la canción es “My guy”, pieza Motown de principios de los años setenta; la tercera canción es uno de los hitos de la música psicodélica, “Purple haze”, de Jimi Hendrix; la cuarta canción es una melodía folk de preciosa música y letra incidental, como dice Crumb. Una característica común en estas cuatro canciones convertidas en imágenes es la ironía con la que este autor se enfrenta a las letras de estas melodías; genial, por ejemplo, esa última viñeta en la que el cantante de “On the street where you live” es acompañado, ya atado en una cama, por enfermeros y psiquiatras, así como la última escena de “My guy”, en la que muestra el cansancio por unas letras que siempre hablan de ternura y dulce amor por un hombre, pero, como él mismo dice: «Estás colada por tu hombre, pero ya vale. ¿Vale? Vale». Esa ironía también está presente en la acusación, bastante certera, de que la música psicodélica se hizo aburrida con los años y apenas queda algún destello de genialidad en ella.

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  Los discos de Crumb
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En “Voodoo curse” se hace hincapié en una de las grandes preocupaciones de uno de los mayores músicos de principios de la década de los años veinte del siglo anterior, Jelly Roll Morton, su relación con el vudú y la magia negra. Cuenta Roll Morton a Alan Lomax, un gran especialista en música popular, cómo las mismas fuerzas oscuras que le dieron la fama lo llevaron a la caída, por no saber recompensarlos por su ayuda, en una historieta cuyos diálogos han sido extraídos de las conversaciones que mantuvieron Alan Lomax, Jelly Roll y Anita González, la primera mujer de Morton. Hay que recordar que la relación entre músicos de blues, vudú, magia negra y el diablo es parte de la mitología de este estilo musical, con leyendas, por ejemplo, como la de Robert Johnson, que dicen vendió su alma al diablo para convertirse en uno de los intérpretes más reputados e influyentes del blues.

La historia siguiente, “Patton”, es un retazo de la biografía de uno de los músicos extraordinarios del primer blues, el más primitivo y puro, Patton, en la que vuelve a incidirse en la idea de integridad artística, de que el arte puede encontrarse en muchas ocasiones por encima del bien y el mal; un músico maravilloso, aunque vagabundo, un gandul que no trabajaba y vivía a costa de los mujeres. La clase de persona alejada por completo del concepto de lo políticamente correcto e interesada únicamente en una vida callejera y en el amor a un tipo de música genuinamente americano, el blues, en este caso, el blues del delta. En esta pequeña biografía aparece también una de las ideas más queridas de Robert Crumb en este cómic, la alabanza de la aldea y la crítica a la ciudad, ya que son músicos, piensa Crumb, que pierden todo su esplendor cuando cambian esa vida plena de pequeños pueblos por la estabilidad de las grandes ciudades.

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 Las vidas que le atraían a Crumb 
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“Músicos callejeros” y “Buscando discos” profundizan en el amor de este autor de cómics por la música callejera más pura y auténtica y en ellas vuelve a reflejar la diferencia entre una música superficial y otra mucho más real, que procede de músicos que se acercan a la vida sin ninguna pretensión excepto la de hacer disfrutar al público que les escucha. La segunda historia muestra la obsesión de este autor por coleccionar discos antiguos, descatalogados, imposibles de encontrar, que él suele buscar en pequeñas ciudades y pueblos de una América profunda a la que se acerca siempre con ironía, sarcasmo, pero también con una ternura infinita en ocasiones, recordándonos, como hace Alan Moore, que la cultura se halla siempre en los márgenes.

Es obvio que hay una serie de características comunes a todas estas historias que aparecen a lo largo de toda la trayectoria artística de este autor. Por ejemplo, una idea muy querida en todas sus obras es la de que “hay que gozar de la vida y rechazar todas las imposiciones”, una constante en todas las historietas recogidas en este libro, con músicos sin trabajo que van de un lugar a otro sin más equipaje que el de sus pasiones, casi siempre las mujeres y el amor al blues, esa música que tocan, por la que viven y mueren. En cuanto a su estilo gráfico, hay que reconocer que es inconfundible, mezclando influencias de los referentes de la historieta norteamericana, como Billy DeBeck (autor de la tira de Barney Google), C. E. Brock, Rube Goldberg, E. C. Segar (creador de Popeye), Carl Barks, Harvey Kurtzman y John Stanley. Trazos gruesos, exagerados,  sobre todo en las cuatro canciones que Crumb convierte en imágenes. Sin embargo, cuando se trata de las biografías, el autor ilustra de la forma más realista posible las vidas de músicos de blues que tienen una importancia fundamental en su obra artística, ya sea como autor de cómic o como músico. En el terreno ideológico, nos dice el divulgador Javier Coma de los primeros cómics de Crumb, «por debajo de su enfrentamiento al sistema, una postura crítica hacia las degeneraciones sociopolíticas de la contestación», apuntándose «los retornos nostálgicos de Crumb a una vida antiurbana pretérita, poetizada por las viejas costumbres y la genuina música popular».[1] Está claro que esta idea también puede aplicarse a este cómic en el que Robert Crumb hace explícito su amor por la música blues más primitiva, por una forma de vida mucho más sencilla, por un arte auténtico, alejado de falsos sentimentalismos y desconocido para un gran público porque, hemos de repetirlo, el arte (el verdadero arte), la cultura (la verdadera cultura) está en los márgenes.
 
CRUMB: Melodías animadas, de Robert Crumb. Con prólogo de Gilbert Shelton
La Cúpula : ROBERT CRUMB OBRAS COMPLETAS #13
Libro de historietas en rústica, 28 X 22 cm., 64 pp., b/n. 7,95 euros
ISBN: 84-7833-683-4


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BIBLIOGRAFÍA:

Breve reseña de Manuel Barrero sobre Melodías animadas en Tebeosblog.

Una visión certera sobre la obra, la vida, los referentes, la influencia de Robert Crumb en el mundo del cómic.

Minutos musicales con Robert Crumb. Se trata de un pequeño texto sobre las aficiones musicales de este autor y algunas de las imágenes que éste ha realizado relacionadas con el mundo del blues y del jazz. En Entrecomics.



NOTAS

[1] Son palabras con las que Gilbert Shelton se refiere a la obra de Robert Crumb en el prólogo de Melodías animadas.
Creación de la ficha (2010): José Manuel Hinojosa. Con revisión de Alejandro Capelo y Javier Alcázar. · Imágenes tomadas de internet.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JOSÉ MANUEL HINOJOSA (2010): "Melodías animadas de ayer y hoy. El blues en manos de Robert Crumb", en Tebeosfera, segunda época , 6 (12-XI-2010). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 27/XII/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/melodias_animadas_de_ayer_y_hoy._el_blues_en_manos_de_robert_crumb.html