REVISTA BRÍGIDA
LAS MUJERES AL ABORDAJE DEL CÓMIC CHILENO
La ola feminista en Chile crece con una fuerza inusitada. Y lo hace también en el ámbito del cómic, donde incluso se anticipó, levemente, al movimiento social que se desarrolló en el país en mayo de este año poniendo en el tapete temáticas relacionadas con el abuso y violencia contra las mujeres y agrupando a autoras en colectivos, ferias y publicaciones.
Nacida en abril de 2018, la revista Brígida ha reunido a algunas de las más destacadas autoras de la historieta chilena y latinoamericana, recogiendo la diversidad de voces y experiencias que conviven en el panorama actual. Y la acogida ha sido sorprendente, ya que tanto el primer número como el segundo se agotaron a pocas semanas de su lanzamiento, dando cuenta de la necesidad e interés que existía de un espacio de difusión para la labor de creadoras que muchas veces son excluidas de los círculos tradicionales de la historieta, dominados principalmente por hombres.
A través de números estacionales en los que conviven historietistas de larga trayectoria con figuras emergentes, y estilos, temáticas y modos de trabajo que responden a un amplio espectro de concepciones acerca de la historieta, la publicación, dirigida por la ilustradora Pati Aguilera, las dibujantes Marcela Trujillo (Maliki) y Sol Díaz y la editora María Isabel Molina, es un proyecto autogestionado que tanto en su formato como en su ideario conserva la apertura, espíritu provocativo y libertad creativa de ediciones independientes.
Utilizando papeles de colores diversos, portadas de una gran carga simbólica, un modelo de trabajo colaborativo y un sistema de distribución sectorizado, la revista es también una bandera de lucha. Porque las mujeres que hacen cómic están visibilizando historias personales explorando un nuevo espacio, que van conquistando de a poco pero con firmeza.
Autobiografía, denuncia y temáticas relacionadas con la vida contemporánea desde las microhistorias son parte de los temas que se leen actualmente: desde Maliki a Margarita Valdés, que narran parte de su vida, a contenidos de índole política y social del colectivo Tetas Tristes, pasando por reflexiones más existenciales de Sol Díaz y el humor gráfico de Cata Bu, ellas plasman miradas y relatos que transmiten una visión del mundo. Y esa es en parte la gran complejidad que están aportando a la escenacomiquera, a la que en los dos primeros números de Brígida también se han sumado autoras con una trayectoria más vinculada a la ilustración, como Paloma Valdivia y Raquel Echenique.
Pero reconociendo que se trata de un movimiento global, la revista también ha abierto sus páginas a dibujantes de otros países y ha publicado trabajos de Power Paola, de Colombia; María Luque, de Argentina, y Abril Castillo, de México. No es casual. Porque si además analizamos cómo se posicionan las creadoras, estas suelen vincularse con otras autoras en espacios colaborativos que van desde compartir talleres a asistir a ferias y promocionarse en directo y virtualmente. El trabajo de las mujeres que hacen cómic se basa en gran medida (pero no exclusivamente) en el compartir como estrategia para sobrevivir o mantenerse en este campo. El podcast La Polola, de Maliki y Sol Díaz, y la propia revista Brígida son parte de este esfuerzo colectivo que genera de paso diálogos y cruces entre temáticas y estéticas.
Pese al gran paso que significa una publicación como Brígida, hay mucho por hacer. Si bien hay avances contundentes, como el aumento de publicación de trabajos realizados por mujeres, aún falta que estas ocupen puestos de relevancia en las delegaciones a ferias internacionales, por ejemplo, o en el apoyo que reciben a través de los fondos estatales, en los que el año pasado la categoría de novela gráfica no contó con ninguna creadora.
Pero estas barreras se están convirtiendo en desafíos: el número de mujeres dispuestas a contar sus propias historias está creciendo, y la diversidad de voces que se pueden escuchar es más variada. Todavía hay terrenos que conquistar, pero, tal como reza la frase clave de los últimos meses y considerando el cómic, se puede decir que el futuro es femenino.
