Sally Forth es una serie de comic strips creada para la pura evasión (de soldados, en un principio) que gozó de un elenco de personajes tan imaginativos y disparatados (hombres niño, cavernícolas, comandos o bellas mujeres de grandes atributos mamarios) que gustaron luego a una nueva generación de lectores, sobre todo tras su difusión en magacines para adultos y en su recuperación por Fantagraphics en comic books. Uno de los valores de la serie reside en la febril y sagaz impudicia de su autor, Wally Wood, una de las personalidades más atormentadas del cómic estadounidense.
Wallace Allan Wood (1927-1981) es uno de los grandes artistas de la industria de la viñeta y hombre clave para entender el cómic como arte. Wood, que a menudo firmaba Woody —nombre que según su propia declaración le gustaba más que Wally, que es como muchos se referían a él— es una personalidad convulsa que se equilibra por la lucha constante entre las fuerzas del orden por un lado, y la entropía y la enfermedad como tendencias opuestas. Un equilibrio inestable en el que el control de su vida y obra se hace presente cuando se identifica como un profesional, un trabajador infatigable a la búsqueda permanente de una ilusoria remuneración que le pudiera permitir el tan ansiado retiro de la actividad laboral. Pero para mantener su profesionalidad y fortalecer su quebradiza salud, se ve obligado a ingerir numerosas cantidades de estimulantes (anfetaminas y alcohol), que no solo agravan sus dolorosas migrañas, sino que le hacen franquear la peligrosa puerta que conduce a la entropía, haciendo aflorar un carácter poco edificante que lo distancia del comportamiento de un ciudadano ejemplar, algo que jamás fue. Por el contrario, se identifica como un artista infatigable, un ingenuo empresario, un poco virtuoso marido, un inveterado machista y misógino y un gran amigo de sus amigos.
El autor equilibrado. Su obra más representativa
Wallace Wood es uno de los grandes autores estadounidenses, con un currículo laboral y artístico impecable, tanto en su aspecto cuantitativo, su obra es extremadamente copiosa, como cualitativo, ya que buena parte de la misma es patrimonio del arte de la viñeta.
Entre 1950 y 1956 es uno de los nombres propios de EC Comics, editorial del mítico Bill Gaines, editada por los competentes Al Feldstein y Harvey Kurtzman, que sitúa a los autores como la pieza esencial y limitante de la industria. Para Al Feldstein, Woody es un profesional de extraordinario talento, capaz de rellenar los fondos de viñeta con todo tipo de aparataje mecánico siempre bruñido, lo que hace de él un autor considerablemente dotado para la ciencia ficción, concretamente en los títulos principales de este género como son Weird Science, Incredible Science Fiction e Weird Science-Fantasy. Gran retratista de bellas mujeres (des)vestidas con velos transparentes que declaran su voluptuosa anatomía. La admiración que Al Feldstein siente por Woody se hace tangible en la historia titulada “My World”, cálido homenaje a su espíritu, publicado en Weird Science nº 22 (diciembre de 1953).
Tres portadas que demuestran el talento de Wood a su paso por EC Comics. |
Las relaciones con Harvey Kurtzman, el otro gran editor y guionista de EC Comics, no resultan tan florecientes. La apabullante personalidad de Kurtzman impone un rígido control sobre la obra de Woody, por lo que en más de una ocasión provoca un choque de trenes entre el chico de campo de Minnesota tímido y reservado que era Woody y Kurtzman, el intelectual neoyorquino sofisticado. Pese a todo, firman grandes obras juntos, sobre todo en Mad cuando este título mítico es todavía un comic book. Gracias a su habilidad mimética, Woody y los grandes artistas del título (Jack Davis, Bernard Krigstein, John Severin o Will Elder) realizan hilarantes parodias de personajes de cómic que, en muchas ocasiones, resultan más interesantes que los títulos imitados, como Superman, Batman, Blackhawk, Terry and the Pirates, Flash Gordon o Prince Valiant. Cuando Mad se trasforma en magazine, liberándose del lastre que supone la censura gremial (Comics Code) y remplazando la dirección de Kurtzman (que iniciaría una brillante carrera que culminaría con la creación de Little Annie Fanny en Playboy) por la de Feldstein, el trabajo de Woody otorga al título marchamo de publicación adulta, manteniéndose en su nómina hasta 1964. Su trabajo en EC Comics posterior, en Mad Magazine, constituye sin lugar a dudas uno de los máximos de su inmensa carrera.
Bocetos de Wood para su participación en Prince Valiant. Debajo, original de una de sus historietas para Mad. | |
También es discípulo y empleado de grandes luminarias de la industria como Will Eisner en los capítulos finales de su magna obra The Spirit, en 1952. La presencia de Woody se aprecia en una suerte de historia independiente que posteriores reediciones de The Spirit han titulado “Outer Space”. Con la llegada de Woody, Eisner revitaliza la serie, cambiándole eso sí el ánima, al mandar a su protagonista a la Luna en unas historietas de viñetas barrocas con la imaginería propia del subgénero de viajes espaciales. Una imaginería que retrata la alta tecnología (cohetes o trajes espaciales) y los desolados paisajes lunares con la precisión de un maestro y la inspiración del cine de George Pal (Destination Moon, 1950), de los cómics EC y de la narrativa de Ray Bradbury. Da lo mejor de su arte en espléndidas primeras páginas, o splash pages, y en su propio estilo, plástico pero con cierta rigidez y aire caricaturesco.
Otro de los grandes autores de cómic a los que Woody ha rendido constantes homenajes y sarcásticas parodias es Harold Foster, el creador de Prince Valiant. Cuando la eficiencia narrativa de Harold R. Foster se resquebraja por efecto de la edad, son varios los artistas que se postulan como posibles sustitutos para continuar con su magna obra. Además de John Cullen Murphy, que finalmente ostentaría la autoría a partir de la página 1.789 (23-V-1971), Gray Morrow lo intenta con la realización de la 1.757 (11-X-1970) y el gran Woody con la 1.762, fechada el 15-XI-1970. Según declaraciones del propio Foster, Gray Morrow y Wallace Wood son autores muy contrastados con estilos más reconocibles, mientras que el más académico John Cullen Murphy se desenvolvería mejor en una obra sindicada, quizá porque su estilo resulta más acoplable y con menos personalidad que el esgrimido por Wood, muy reconocible y con cierta tendencia a la caricaturización al abusar de las desproporciones en los personajes. Además Woody resultaría desaconsejable como sustituto de Foster por sus graves carencias de salud como son las enfermedades crónicas, migrañas, trastornos bipolares o dipsomanía aguda.
En 1964, su amigo Al Feldstein rechaza un trabajo en Mad Magazine (una sátira sobre Little Orphan Annie) al no presentar la mínima calidad. Un airado Woody, atenazado por el alcohol, las migrañas y los problemas maritales, rechaza la canonjía que le supone trabajar para esa revista, pese a la insistencia de Feldstein o del mismo Gaines. Restituye su leyenda en Mad, al volver a sus páginas en 1971, en la entrega 143 con una compleja historia sobrecargada, de definido grafismo y grandiosa factura gráfica, pero con fuerte contenido anticlerical.
A Woody trabajar en el cómic comercial le resulta poco interesante al estar mal pagado y no tener demasiado prestigio. Pese a todo, y a lo largo de su dilatada carrera ha rendido trabajos en las principales editoras de comic books como son Avon, Charlton, National Periodical Publications, Fox, Gold Key, Marvel y Tower Publishing, siendo en a esta última a la que destina su trabajo más personal, realizado entre 1965 y 1969, al aceptar una oferta de Harry Shorten, su director editorial, para desarrollar, y de paso mantener el control, de una línea de superhéroes con tributación estética hacia los grupos heroicos de National Periodical Publications (Justice League of America) o Marvel Comics (The Avengers) llamados The T.H.U.N.D.E.R. Agents, una experiencia que le resulta satisfactoria
Los precedentes de Sally Forth. La revista witzend
Los desengaños laborales, cierta pérdida de control, la acreditación injusta o inexistente en algunas editoriales y los bajos emolumentos, que documentan su paso por muchas editoras de comic books, hacen de Woody un artista tentado por la autogestión, que en este caso se traduce en una interesante publicación llamada witzend (con minúsculas). No es solo la autoedición de una revista, sino que es una aspiración legítima orientada a mantener el control empresarial, laboral y creativo de su obra. Un sueño estimulante, que no rentable, pues Wood supone una realidad que no existe: la presencia de un mercado lo suficientemente variado, lectores en esencia, al que dirigir witzend sin necesidad de intermediarios.
Primer anuncio postal de la revista que quería publicar Wood, que en principio iba a denominarse et cetera. |
La autoedición es una actitud comercial básica del comix underground, ya intuida por sus primeros autores, tejanos para más señas como Jaxon, Gilbert Shelton o Frank Stack, que gracias a las impresoras de las tolerantes universidades tejanas y a la formación en San Francisco crearían en 1969 una editorial llamada Rip Off Press.
Entre 1966 y 1968 se publican las primeras cuatro entregas de witzend, que no alcanza el éxito económico necesario como para aspirar a la ansiada libertad editorial. Desalentado, Wallace Wood vende el proyecto a su amigo Bill Pearson por tan solo un dólar, manteniéndolo en el mercado hasta la última entrega, la decimotercera, editada en 1985. Pese a su pérdida de propiedad, la revista contaría con su colaboración permanente.
En líneas generales se puede afirmar que witzend es una revista con algunos paralelismos con el comix underground, como son la libertad creativa, la posesión de los derechos por parte de los autores y la edición con ausencia o limitación de intermediarios y distribuidores. Pese a presentar una plana mayor formada por profesionales tan solventes y tan consolidados en la industria como Steve Ditko, Al Williamson, Reed Crandall, Jim Steranko, Frank Frazetta, Alex Toth, Bernie Wrightson o Gray Morrow, witzend aloja entre sus creativos a autores de más difícil clasificación o simplemente contraculturales como Jeff Jones, Vaughn Bodé y Art Spiegelman. La divergencia más acusada estriba en que los consolidados profesionales de witzend entienden el arte del cómic como una narrativa colmada de pirotecnia gráfica, academicismo y oficio sobrado, con clara tributación a los géneros de fantasía, aventuras o ciencia ficción con tonalidades eróticas, que contrasta con la estructura y vertebración del comix underground. Las obras allí publicadas muestran una puesta en viñeta y una maquetación crudas, propias de autores dados a la brusquedad narrativa, con un abordaje argumental más pendiente de la política de trinchera, de la guerrilla urbana, de la lucha por los derechos civiles y, en general, de otros géneros como el costumbrismo, la autobiografía o un erotismo que al ser tan explícito parece pornografía.
Entre las series que sirven de preludio a lo que será en un cercano futuro Sally Forth destacan aquellas protagonizadas por hombres niño, monstruos y alguna que otra belleza femenina de busto generoso y mirada ingenua. La primera, Bucky Ruckus (witzend número 1), es una serie de estética caricaturesca protagonizada por un niño y animalitos antropomórficos con presencia de un monstruo muy similar a uno de los protagonistas de Sally Forth, Hairy James. Bucky Ruckus derivaría en una breve serie sindicada llamada Bucky Christmas Caper, publicada por NEA entre el 4 y el 23 de diciembre de 1967. Una serie que marida naves espaciales con los adorables hombrecillos niño que Woody comienza a dibujar con fortuna. La segunda derivada de Buddy Ruckus, es una curiosidad llamada Goody Bumpkin, publicada en el primer y único número del magazine gigante (de 53 x 36 cm) Wham-O Giant Comics (abril de 1967), editado por una importante empresa juguetera estadounidense, la fabricante de exitosos juguetes como Hula Hoop, Frisbee, Slip ‘N Slide, Super Ball o Boggie Board.
Series cuyos personajes sirvieron de modelo a los que aparecen luego en Sally Forth. De izquierda a derecha: Bucky Ruckus, Goody Bumpkin y Pipsqueak Papers. |
La segunda serie publicada en witzend con este tipo de personajes, un hombre niño y un grupo de héroes extravagantes, es la llamada The Rejects, cuyo origen se remonta a un posible trabajo que Woody ofrece al director de cine animado Ralph Bakshi cuando este era jefe de producción de la sección de dibujos animados de Paramount Pictures. La negociación acabó en fracaso, por los inflexibles argumentos impuestos por Bakshi, así que Woody la incluye en la cuarta entrega de witzend para mantener los derechos de su serie. Para las entregas 3, 4 y 5 crea una tercera serie de estilo caricaturesco y con niños u hombres que parecen niños, a los que se le añade un hada nudista llamada Nudine. La serie en cuestión se titula Pipsqueak Papers. Ambos protagonistas, Pip y Nudine, son similares en todo a los protagonistas de Sally Forth.
Otras afortunadas series contenidas en witzend ajenas al espíritu de Sally Forth, relacionan argumental e ideológicamente la revista con los magazines editados por Jim Warren (Creepy, Eerie y Vampirella), en las que Woody deja un surtido de fantásticos trabajos que permanecen ajenos al espíritu de este texto, y que se desarrollan entre 1966 y 1978. Sus obras más señeras son las publicadas en Creepy 9 (junio de 1966, “Overworld”), Vampirella 12 (julio de 1971, “To Kill a God”) o 1984 números 1 y 2 (en 1978, “The Wizard King”) tres trabajos tan magistrales como personales.
Woody y la milicia. Cannon y Sally Forth
La relación de Wallace Wood con el ejército es estrecha en varias fases de su vida. En 1944, el joven autor firma su alistamiento con la marina mercante, militarizada en tiempos de guerra. Su servicio resulta arriesgado, sobre todo cuando la navegación discurre por el Atlántico Norte, donde los submarinos alemanes hunden todo tipo de barcos aliados, armados o no. En 1946, ya con dieciocho años, las fuerzas armadas le permiten enrolarse con la 11ª División Aerotransportada, sirviendo en Hokkaido, por lo que forma parte de las fuerzas de ocupación de un derrotado Imperio del Sol Naciente, un servicio que se mantiene hasta 1948. La experiencia militar facilita su adaptación en las oficinas de EC Comics, formando estrecho consorcio con otros veteranos de guerra de gran peso en la industria como Bill Elder, Jack Davis, Harvey Kurtzman o Joe Orlando. La formación como artista de Woody mejora merced a una beca del ejército para veteranos que le permite matricularse en la prestigiosa School of Visual Arts de Burne Hogarth.
Su vinculación con el Ejército es mayor durante la gran crisis de salud que sufre en 1980 y que acabaría con su vida. En el hospital de veteranos de Nueva York le diagnostican unos trastornos que vulneran su ya delicada salud, resultando especialmente graves el fallo renal y las hemorragias digestivas, afecciones que logran atenuar en el hospital de veteranos. La administración militar le concede una escueta compensación económica y un pequeño apartamento que le mantiene bajo techo y alivia sus carencias básicas. Una pensión de la que se beneficia hasta 1980, hasta la entrada en escena de su último mecenas: la editora de material porno Barbara Friedman.
Tras la decepción que supone la autogestión de su propia obra, witzend, su trabajo en las principales editoras de comic books, según Woody muy mal pagado, y su tropezón en Mad Magazine le hacen volver sus ojos a la fraternidad militar. Según el mismo autor, todo comienza en 1968 al recibir una oferta de las Fuerzas Armadas, concretamente de sus servicios de prensa externalizados, para realizar la sección de cómics de uno de sus rotativos llamado Military News, editado por Armed Forces Diamond Sales. Se trata de un tabloide de dieciséis páginas, con cuatro páginas en color de series humorísticas y chistes como Private Keypont (un disparatado detective), Wild Bill Yonder (un piloto llamado Cielo Infinito), Joe’s Bar and Grill (nombre que identifica docenas de restaurantes de parrilla británicos y estadounidenses) y, finalmente Sally Forth WAC (Women’s Army Corps), una rubia ingenua de voluminoso busto.
Presunta primera tira de Sally Forth. |
La segunda entrega de la publicación de Sally Forth tiene lugar cuando Woody intenta incluir esta serie en las páginas de unos comic books cuyo nombre genérico es Heroes Inc. Presents, creados en 1969 en régimen de autoedición. El primer título, Heroes Inc. Presents Cannon, un producto cuidadosamente presentado con magníficas portadas, constituye el segundo intento de generar rentabilidad mediante la autoedición tras el fracaso de witzend. Se trata de una revista divertida, irónica, con lindas mujeres y desnudos, de acción trepidante, que constituye un gran entretenimiento para los jóvenes reclutas, pues no deja de ser un título dirigido a lectores militares, con ciertas características underground, entre las que destacan la leyenda de no estar dirigido al público infantil, el hecho de no llevar Comics Code y tener una dirección postal alusiva a las Fuerzas Armadas: Armed Forces Dist. PO Box23635 Pleasent Hill, California.
Cannon, obra en la que se dan cita la parodia de los superespías con una carga de machismo considerable. |
El cómic no presenta contenidos “gore” o pornografía explícita, pero contiene más violencia y sexo de lo que es habitual. En la primera entrega, de 32 páginas, con un precio facial de 15 centavos, se publica una historia de Cannon dibujada por Steve Ditko y escrita por el mismo Wood a modo de sarcasmo ejercido contra los agentes secretos, que reduce el argumento a violencia sin piedad y sexo de tipo nudista, aunque no explícito. Es una historia sobre un asesino implacable del servicio secreto de los EE UU. La segunda historia, “The Misfits”, una variante de “The Rejects” (witzend número 4) pero menos caricaturesca, es dibujada por Woody sobre guiones de Ralph Reese, y trata de un grupo de héroes inverosímiles formado por un joven telépata, una extraterrestre y Glomb, un gigante velludo con el cerebro de un niño. Su estética y fundamentos argumentales son similares a los de superhéroes extraños de gran éxito editorial en DC o Marvel como The Doom Patrol, Fantastic Four o X-Men. La edición se cierra con “Dragonella”, un cómic paródico al estilo de los realizados para Mad, una simpática ironía protagonizada por una rubia platino de enorme opulencia mamaria y tenuemente vestida criada por una familia de dragones que es una de las múltiples parodias que Woody realizara sobre su admirado Hal Foster y su inmortal obra Prince Valiant.
La mayor ironía toma realidad en que esta primera entrega, pese a estar impresa, nunca se distribuye, permaneciendo inédita hasta 2005, año en el que fue subastada por Heritage Auctions, una de las mayores y mejores casas de subastas del mundo, establecida en Dallas con oficinas en Nueva York, San Francisco, Chicago y bastantes ciudades europeas. La edición consta de unos 70.000 ejemplares, que quedan abandonados en ignotos almacenes militares. Este error logístico de distribución no solo impide la venta del número 1, sino que imposibilita la edición y distribución de una segunda entrega realizada en 1969 que iba a llamarse Heroes Inc. Presents The Co-Ed Commandos and Cannon. En esta revista iba a publicarse una historia que reuniese algunos de los personajes creados para Military News (Sally Forth WAC y el piloto Wild Bill Yonder) con otros nuevos (Snorky, Kinky McCann, Hairy James y Lt. Q. P. Dahl) para formar un grupo de operaciones especiales militar llamado The Co-Ed Commandos. Las páginas realizadas (e inéditas) se reciclarían en la serie llamada Sally Forth para el periódico Overseas Weekly a partir de 1971. Las demás historias: “Cannon”, “The Misfits”, “The Black Angel”, de género superheroico obra de Mike Vosburg y guiones de Roger Stern, así como parte de la portada, se integrarían en la segunda y única entrega distribuida de Heroes Inc. Presents Cannon nº 2, publicado en 1976 por CPL Gang Publications.
The Rejects. | ||||||||
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Dos ejemplares de The Overseas Weekly, uno del primer periodo y otro de la época en la que publicaba Wallace Wood, como puede apreciarse en una miniatura de la portada. |
En 1971, las series de Cannon y Sally Forth convergen en Overseas Weekly. Este es un tabloide de habla inglesa publicado en Fráncfort entre 1950 y 1975 dirigido mayoritariamente al numeroso personal militar estadounidense destinado en Europa tras el final de la Segunda Guerra Mundial, lo que le lleva a imprimir unos 50.000 ejemplares por semana. Fundado por Marion von Rospach, su filosofía editorial choca a menudo contra el establishment militar provocando problemáticas acciones censoras (ejercidas contra ideologías, no contra desnudos ni erotismo) y alguna que otra amenaza de cierre. La señora Rospach contrata como asesor a un antiguo senador de California, William F. Knowland, para que con su influencia disuadiera acciones censoras y permitiera, incluso incrementara, su línea beligerante contra la ordenanza más añeja del ejército estadounidense. Al fin y al cabo se trata de la aplicación de la primera enmienda de la Constitución de EE UU, que garantiza la libertad de expresión y de prensa.
Buena parte de su línea editorial está orientada a defender el derecho de información de la tropa de manera opuesta a como lo hacía el periódico más oficialista, Stars and Stripes, título que sufre befa y escarnio en la película de Stanley Kubrick Full Metal Jacket (1987). Siendo editor jefe John Domberg, antiguo militar estadounidense de origen alemán, la presencia de portadas con damas semidesnudas, los cómics no muy amables con la milicia, la actitud beligerante contra la oficialidad y las acusaciones de lavado de cerebro de los reclutas motivan que al periódico se le conozca como “Oversexed Weekly”.
El tabloide se vende en las bases militares de países europeos encuadrados en la Alianza Atlántica y lleva como subtítulo el nostálgico mensaje A Touch of Home-Away from Home. Su suplemento de cómics contiene dieciséis páginas, y entre el 26-VII-1971 y el 22-IV-1974 aparecen en ellas las series Sally Forth y Cannon. De Sally Forth se ofrece la respetable cantidad de 150 páginas de tamaño tabloide con apretadas viñetas. Woody deja salir en estas páginas, protagonizadas por una WAC casi permanentemente desnuda, su lado cómico adoptando un estilo caricaturesco de línea definida con notorio equilibrio entre las tramas grises y las manchas negras, lo cual le libera del encorsetamiento de anteriores obras. Trabaja a gusto con la milicia dando rienda suelta al erotismo y a los chistes chuscos propios de la profesión, practicando una narrativa eficiente con la que la censura castrense estadounidense muestra una singular tolerancia, en especial con alguien que, como Wallace Wood, ha formado parte de su nómina y servido en unidades militares destinadas en el extranjero.
Cannon, el paradigma de agente secreto, es un hombre sin emociones, un falócrata de impasible respuesta hacia los deseos concupiscentes que le reclaman bellas mujeres. Un matarife y torturador no empático. Cuando los EE UU lo recuperan y lo reacondicionan tras el lavado de cerebro al que le han sometido los enemigos de la democracia, lo destinan a trabajos similares. Esto es, lo convierten en un agente de campo de primera línea cuya misión es la guerra sucia, sustanciada en el asesinato de dictadores de extrema derecha de América del Sur y comunistas asiáticos que parecen sátrapas o neonazis europeos. Aniquila el concepto cinematográfico del agente 007 (y de otros remedos como Matt Helm, interpretado por Dean Martin, o Derek Flint, por James Coburn) a base de exagerar hasta el infinito comportamientos como el abuso de la violencia y el machismo. El sarcasmo, la autocrítica y, en general, la distancia de Woody con su personaje y los chascarrillos algo chuscos confieren al cómic una narrativa dinámica que hace que la historia sea divertida y se lea con agrado, y distanciamiento, al cabo de varias décadas.
Su concepción gráfica resulta algo escasa, quizá porque el mismo Woody no se lo toma en serio o quizá porque sus asistentes (Larry Hama y Paul Kirchner) plagian viñetas antiguas del propio Woody (aunque a veces se aprecia que son otros autores) siguiendo una de las sarcásticas máximas de su titular que postulaba, con bastante retranca, que para exprimir el mayor rendimiento a un plagio es mejor recortar y pegar el dibujo plagiado que calcarlo y, caso de no poder recortar, es preferible calcar que copiar, pues supone mayor esfuerzo. Woody practica y propone a sus ayudantes una suerte de atajos y soluciones narrativas en veintidós viñetas que sirven para dotar de fluidez a narraciones que pueden quedar fácilmente estancadas por el abuso de los llamados “bustos parlantes” o conversaciones entre personajes que resultan muy largas.
La edición integral de Fantagraphics Books (2014) incluye un completo y bien documentado estudio firmado por Roger Hill sobre la obra y su compleja edición, además de los dos episodios dibujados por Steve Ditko citados en parágrafos precedentes.
Edición integral de Cannon por Fantagraphics. |
Sally Forth en Overseas Weekly
El nombre de Sally Forth es un juego de palabras extraído de la jerga militar propia de unidades comando. “To sally forth” hace referencia a una maniobra cuyo fin táctico consiste en reducir la fuerza y preparación de un ejército enemigo que está en un despliegue ventajoso con el ánimo de causar bajas, de destruir armamento o de impedir el aprovisionamiento. Un ataque relámpago contra una posición superior partiendo de una posición defensiva y segura con el ánimo de minar su fuerza táctica.
El comando de la historieta está integrado por la mencionada Sally, cuya misión es distraer al enemigo mostrando su cuerpo voluptuoso y desnudo; Wild Bill Yonder, piloto de combate y trasunto del propio autor cuyo nombre evoca al gran cielo que definen los pilotos (wild blue yonder), el azul infinito, tanto vital como letal, y Snorky, personaje recurrente del autor, un marciano residente en EE UU y único miembro inteligente del cómic, cuya primera aparición acontece en la revista witzend. Otros personajes del comando son: Kinky McCann, experto en lucha marcial, y Hairy James, un humanoide troglodita muy similar al coprotagonista de la serie ya citada Bucky Ruckus. La nómina de personajes se cierra con el jefe del comando, el teniente Q. P. Dahl, con cara de neonato al estilo caricaturesco, cuyo nombre se pronuncia igual que Kewpie doll (o muñequito Kewpie personaje surgido de una comic strip de 1909 obra de Rosie O´Neill), un angelito pelón con rostro de bebé, así llamado por la deformación de la palabra Cupido. El teniente Dahl y la soldado Sally recuerdan (incluso se basan) en los personajes Pip (el neonato adulto) y Nudine (la ninfa desnuda) protagonistas de la serie Pipsqueak Papers, publicada en witzend números 3, 4 y 5.
Sally Forth es una serie más solvente, sensiblemente mejor realizada que Cannon, empezando por su identificable y expresivo estilo caricaturesco, y está escrita con una actitud que, pese a ser misógina, resulta más suavizada y amable. A fin de cuentas es una historia llena de mujeres hermosas en plenitud y desnudez frente a hombres escasos de entendederas y promiscuos. El espíritu burlón de Woody nivela por lo ridículo (pero sin hacer demasiada sangre) a la práctica totalidad de la soldadesca, desde la tropa a los generales, desde aliados a enemigos, desde ejércitos de países democráticos a espadones fantoches que ostentan poder totalitario en países asiáticos o sudamericanos. Convierte, pues, al personal militar de cualquier empleo en una burlesca pandilla de incompetentes y babeantes lascivos.
Torchy, uno de los precedentes más claros de Sally Forth. |
Sally Forth es una historia de comicidad gruesa, desvergonzada, llena de desnudos y con la impronta de exclusividad y calidad que el ejército estadounidense impone a sus productos. En especial a aquellos que van remitidos a personal destinado en zonas de combate o en acuartelamientos en otros países. Son pocos los ejércitos del mundo que han ofrecido cómics tan amigables a sus tropas o tan mordaces con sus altos mandos. Piénsese en las similitudes argumentales patentes con Male Call, una de las grandes obras de Milton Caniff, distribuida por Camp Newspaper Service y publicada entre el 11-X-1942 y el 3-III-1946, o Torchy, obra del especialista en preciosas mujeres Bill Ward, un personaje con el rostro similar a la actriz Veronica Lake, cuyos precedentes están representados por una tira cómica llamada Ack-Ack Army (1943) publicada en el boletín militar de la base Fort Hamilton en Nueva York y, posteriormente, convertida en la tira diaria Torchy para el periódico de la Naval Air Station Quonset Point en North Kingston, entre 1944 y 1946. A partir de la primavera de 1946, la voluptuosa Torchy se distribuye en bastantes títulos de comic books editados por Quality Comics. Son precedentes de Sally Forth, un personaje creado para el personal castrense que promovía que sus pin ups resultasen más atractivas, más cálidas y con menos ropa que sus homólogas civiles.
Tiras de Sally Forth en las que se pone de manifiesto la vena paródica de Wally Wood. | |
Sally es una rubia ingenua de busto opulento y curvas sensuales que evoca por su aspecto a Little Annie Fanny, la obra cumbre de Harvey Kurtzman, publicada en Playboy a lo largo de 107 entregas fechadas entre octubre de 1962 y septiembre de 1988. Aunque parezca contradictorio —habida cuenta de que nace en una publicación castrense—, Sally Forth no deja de ser un cómic salvaje y libertario, pues su desarrollo argumental tan solo está condicionado por livianas censuras que solo serían estrictas al abordar temas de corte disciplinario o de ordenanza militar. Y no dejaría de ser materia que poco o nada afectara al desarrollo trepidante de la trama, a la parodia sarcástica de la cultura popular de la que el autor es uno de sus más conspicuo cultivador, al erotismo y la desnudez de marfileñas damas víctimas de la jerga machista, a la violencia desatada de sus protagonistas o al escarnio al que son sometidos los altos mandos. Woody es un autor de contrastado talento y un profundo conocedor de su oficio. Su trazo, mezcla de lo agarrotado y lo expresivo, está totalmente indicado para la parodia (muy cultivada en los dos formatos de Mad, el comic book en color y la revista ajena a la censura corporativa e impresa en blanco y negro) al imitar con seguridad, incluso mejorar cualquier referencia a la cultura popular. Es un autor capaz de rendir homenajes e imitar cualquier estilo gráfico, necesario para el abordaje de un cómic como Sally Forth, tal y como se aprecia en los amables homenajes de clásicos de la viñeta como Flash Gordon, Tarzan, Barbarella o Captain Marvel, en títulos o referencias de la cultura popular cinematográfica, como King Kong, películas de ciencia ficción o de serie B de los años cincuenta del siglo XX (Destination Moon, de Irving Pichel, en 1950; Cat Woman on the Moon, de Arthur Hilton, en 1953, o la famosa The Incredible Shrinking Man, de Jack Arnold, en 1957) o en actores míticos como Groucho Marx, perfectamente reconocibles merced al mimético estilo de Wood.
Mirado con ojos actuales, el lado travieso y políticamente incorrecto de Woody reside en un punzante machismo con burlas feroces contra el feminismo, en aquellos tiempos llamado Women’s Lib. No solo por mezclar en un episodio una turba lujuriosa de soldados con un grupo de feministas, identificadas como una suerte de fanáticas sufragistas que acaban siendo arrolladas y sobadas por un alud de soldados impudentes. Una guerra de sexos algo chabacana que postula que la coyunda heterosexual acaba con las flaquezas y carencias que, se supone, sufren las feministas. Una postura mal entendida la del machismo, pues mientras que este impone una superioridad de un sexo sobre otro, el feminismo tiende a postularse en la igualdad, por lo que su ideario estaría de más y resultaría innecesario en una sociedad desarrollada que fuera capaz de practicar la igualdad entre sus habitantes según demandaría su constitución. La mordacidad de Woody tritura y pone fango a la igualdad de derechos entre sexos posicionándose en un machismo, que por otra parte era ideología imperante de la época.
Sally Forth es una obra madura, un trabajo ligero realizado con oficio con un tratamiento narrativo bien engrasado y dedicado a un público amplio y generoso, sus antiguos camaradas, que busca en las páginas del tabloide Overseas Weekly una buena ración de sexo y desnudos. Los guiones trepidantes y los chistes de humor grueso muestran la solvencia de su autor para la comicidad erótica y una visión irónica y pop de los clichés del pasado, en forma de cálidos y brillantes homenajes a las vacas sacras de la cultura popular.
De la misma manera que una serie como Little Annie Fanny contaba con una personal nómina de dibujantes amigos de Harvey Kurtzman, Sally Forth cuenta entre sus asistentes con artistas no acreditados que son antiguos compañeros y amigos de Woody en la editorial EC Comics y en especial en el comic book Mad, como Nicola Cutti, Alan Kupperberg, Ralph Reese, Paul Kirchner y Larry Hama, un consumidor habitual de Overseas Weekly hasta su licenciatura del servicio activo. En esta obra, Woody, un estudioso y virtuoso del lenguaje del cómic, da lo mejor de su personal estilo en un formato que, a priori, resulta incómodo por la tan rígida estructura que requiere la página del tabloide semanal, mejorando en anatomía y fidelidad fisionómica, composición de la viñeta y detallismo en la maquinaria y en la utilería.
Diferentes recuperaciones de Sally Forth, respectivamente de 1976, de 1993 (con portada de Frank Thorne) y ejemplo de una de sus deslabazadas ediciones en España. |
Entre 1976 y 1979, Woody recupera el contenido de Sally Forth previamente publicado en el semanario militar en cuatro volúmenes que recogen con fidelidad la serie sin alterar la estructura de la página. Y entre 1978 y 1980, con el mismo formato, recoge también la totalidad de las páginas de Cannon. Años después, Fantagraphics Books reconvierte y reestructura las páginas del tabloide en páginas de comic book bajo su sello editorial llamado Eros Comix, en ocho cuadernos que van fechados entre septiembre de 1993 y noviembre de 1995. El valor añadido de esta edición toma realidad en las portadas, algunas espléndidas, firmadas por dibujantes del talento de Adam Hughes, Frank Thorne, Bill Willingham o Jaime Hernandez, entre los más señeros. Es en 1998 cuando se edita un volumen con la obra completa con prólogos de Nicola Cutti y Bill Pearson. En esta edición no se incluyen las páginas publicadas en el tabloide Military News. El mismo sello publica en 2014 un recopilatorio de Cannon remontado en la estructura de la página, que además de incluir los dos episodios realizados por Steve Ditko añade un excelente artículo de Roger Hill llamado “The Overseas Weekly Discovery”.
La publicación en España de Sally Forth es francamente deficiente. Aparecen algunas páginas en las entregas 1, 3, 8, 13 y 16 de la revista Totem Extra, editada por Nueva Frontera a partir de 1978. Los episodios o las páginas publicadas obedecen a criterios que resultan desconocidos por lo que el valor de la publicación resulta discutible pese a la cantidad de páginas publicadas y a las dos portadas (número 3 y 16) que exhibe la revista.
Woody, el porno y el regreso de Sally Forth
Tras la publicación de Sally Forth y Cannon en Overseas Weekly y tras cerrar obras como Heroes Inc. y witzend, la deriva laboral de Woody se orienta desde el cómic picante hacia el explícitamente porno, géneros que siempre encontraba gratos. Su trabajo como autor de chistes picantes en revistas masculinas como Cavalcade (1965-1967) o Dude (1957), entre otros títulos, revalidan esta tesis. Y especialmente el póster realizado por Wally Wood y titulado Disney Memorial Orgy, publicado en 1967 en el número 74 de la publicación underground The Realist, dirigida por Paul Krassner, un antiguo colaborador de Mad. Se trata de un encargo, algo aprovechado y torticero, que el mismo Krassner hace a Wally Wood a poco de fallecer Walt Disney. Un homenaje esperpéntico a su universo en el que una buena parte de su paisanaje se entrega a una bacanal de alcohol, sexo y unas gotas de escatología. Los estudios Disney, por una vez, no demandan al que vulnera su imagen, Paul Krassner, para no generar una publicidad que presumiblemente le beneficiaría, no así a los demandantes, Walt Disney Productions, que se verían en un escenario obviamente perjudicial.
Disney Memorial Orgy. |
Woody publica el demoledor cómic “My Word” en Big Apple Comix en 1975, título de una sola entrega editado por la editorial contracultural Big Apple Publications, dirigida por Florence Steinberg, la antigua secretaria de Stan Lee en los días de la Silver Age. En su interior, autores como Alan Weiss, Ralph Reese, Larry Hama, Mike Ploog, Neal Adams o Al Williamson rinden homenaje a la Gran Manzana dando rienda suelta a su faceta más cáustica, sexual y salvaje, por lo que para algunos estudiosos este título tiene mucho en común con el comix underground. Wood ofrece una vitriólica sátira de “My World” —de la historieta publicada en Weird Science 22 (diciembre de 1953), el cálido homenaje que Al Feldstein, uno de los editores y guionistas de EC Comics rinde al espíritu de Woody— en una historia bien planteada y dibujada cuyas claves argumentales son el sexo en general, la pederastia el sadomaso y la masturbación.
En 1977, Wood dibuja portadas y algunos interiores en Screw, tabloide estadounidense semanal y porno dirigido por Al Goldstein para público heterosexual y cuya trayectoria en el mercado abarca desde 1968 a 2003. En National Screw, el magazine mensual derivado del anterior título editado en Nueva Jersey y dirigido por el mismo Goldstein durante tan solo 24 entregas (1976-77), publica “Malice in the Wonderland”, un maridaje del cuento de Lewis Carroll con Sally Forth en una versión pornográfica que transcurre en un mundo de gatas con edematosos genitales, setas fálicas y Snorky (el marciano inteligente coprotagonista de Sally Forth) anatómicamente sexuado. Son dieciséis páginas de dibujos desganados y plagiados de obras anteriores. Para este mismo título realiza Flesh Fucker Meets the Women’s Lib, en donde reitera su discurso misógino con una enésima versión de la inmortal Flash Gordon, obra maestra de Alex Raymond.
El último atraque de su azarosa deriva es en la revista Gang Bang, publicada por Barbara Friedman para Nuance Publications. Como se adivina por su nombre (una gang bang es una orgía definida por la presencia de varones activos sobre una mujer u otro varón), su contenido resulta marcadamente pornográfico, con tres entregas firmadas entre 1980 y 1982. Woody, con una salud muy afectada y con bastantes cambios de residencia (de Nueva York a California) y de hospitales donde le prescriben tratamientos de diálisis (sufragados por Friedman), realiza un trabajo poco solvente y cuajado de copias de anteriores obras suyas trabajadas con desgana por él y por los poco sugestivos asistentes. La mayor importancia de esta publicación tan poco escogida es el regreso de una versión porno de Sally Forth en las dos primeras entregas (1980 y 1981), que se acompaña con versiones descastadas, muy alejadas del espíritu de Mad, de Snow White (Blancanieves) según la iconografía Disney, Terry and the Pirates o Cannon, en la primera entrega, y Prince Valiant (la enésima parodia, esta porno), Superman, Flash Gordon y Tarzan. En el tercer número de Gang Bang se reeditan póstumamente trabajos licenciosos como “Malice in Blunderland” (aquí se cambia el país mítico, de la tierra de las maravillas a la tierra de los patosos), “Flesh Fucker Meets Women’s Lib” y “The Blizzard of Ooze”, publicadas en primera edición en revistas masculinas en 1976, 1977 y 1979.
La relación de Woody con Bárbara Friedman trasciende al más allá, esto es, se mantiene tras su suicidio, consecuencia del terrible menoscabo de su salud, al hacerse ella cargo del velatorio, la incineración y el esparcimiento de sus cenizas por el océano Atlántico.
Portada de Wood para Screw. | Malice in Wonderland, versión española. | Página de Gang Bang. |
Epitafio
El gran Woody nunca fue un ciudadano ejemplar aunque sí un creativo de enorme talento, infatigable trabajador y empresario, nunca eficiente por ser muy amigo de sus amigos. Si sus carencias se expresan como un estilo con desproporciones y rigideces y muchas de sus historietas resultan banales, su grandeza es evidente y eclipsa sus escaseces. Su estilo es reconocible, tanto en el realismo como en lo caricaturesco, de gran fluidez narrativa, en el que la creación de personajes sólidos y de fondos detallados resulta esencial. Ha sido inspirador del underground (véanse sus trabajos en The Realist, witzend y Big Apple Comix) tenaz cultivador del terror (“To Kill a God”), la farsa (Mad), la ciencia ficción (Weird Science o Weird Fantasy para EC) la fantasía, de las hadas, los elfos y los brujos (“The Wizard King” y trabajos para el título Marvel Tower of Shadows), el erotismo y las mujeres bellas y la pornografía. Fue discípulo y colaborador de los autores más grandes, Will Eisner (The Spirit), Harvey Kurtzman o Hal Foster (Prince Valiant y sus innumerables parodias y homenajes), y entre los autores que se inspiran en su estilo destacan el talento underground Rand Holmes, el alternativo Ralph Reese o el extraordinario Mark Schultz.
Wallace Wood, “Wally”, murió aniquilado por la enfermedad con tan solo 54 años, dejando una herencia tan copiosa y ecléctica como inclasificable. Sally Forth es poco más que una migaja en la enorme nómina de sus trabajos que engrandecen la industria. Queda como un interesante y estéril ejercicio de especulación el saber cuál habría sido su continuidad creativa si la enfermedad y el caos no se hubieran apoderado de su vida. Aun así un gran autor.
Bibliografía
Libros y artículos
FOGEL, Dan (2015). Fogel’s Underground Price & Grading Guide. Cleveland, Hippy Comix Productions.
GOODWIN, Archie (1982). “Woody: The Art of Wallace Wood”, en Epic Illustrated número 11 (abril de 1982). Nueva York, Marvel Comics.
HILL, Roger (2014). The Overseas Weekly Discovery, en Cannon. Maple Leaf, Fantagraphics Books.
PEARSON, Bill; HILL, Roger, WEIST, Jerry, y PÉREZ, Florentino (2010). Woodwork. Palma de Mallorca, Casal Solleric / Ajuntament de Palma / CAM Caja Mediterráneo Obres Sociales.
PILCHER, Tom (2008): Erotic Comics A Graphic Story. Cambridge, ILEX Press.
SKIN, Dez (2004): Comix. The Underground Revolution. Londres, Collins & Brown.
STARGER, Steve y SPURLOCK, J. David (2006): The Brilliant Life and Tragic Death of Wally Wood, The World’s 2nd Best Comic Book Artist. Nueva Jersey, Vanguard Productions.
VV AA (1997): The Comics Journal nº 197. Wally Wood: His Life and His Art Maple Leaf, Fantagraphics Books.
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