SALVOCHEA Y EL CANTÓN GADITANO EN VIÑETAS
JOSÉ JOAQUÍN RODRÍGUEZ

Resumen / Abstract:
Análisis de dos cómics que tratan sobre la historia de la ciudad de Cádiz, y en concreto sobre Fermín Salvochea y el cantón gaditano. / Analysis of two comics about the history of the city of Cádiz, and specifically on Fermín Salvochea and the Cádiz canton.
Notas:
Texto publicado originalmente en José Manuel Mato Ortega y Santiago Moreno Tello (Coords.): Fermín Salvochea (1842-1907): Historia de un internacionalista. Vol.2, Diputación de Cádiz, Cádiz, 2009
SALVOCHEA Y EL CANTÓN GADITANO EN VIÑETAS

 

Tanto Fermín Salvochea como el cantón gaditano han aparecido en las viñetas de los cómics, en un intento de aleccionar a los lectores sobre la historia de la ciudad de Cádiz. En las siguientes líneas analizaremos las dos obras que existen al respecto, veremos hasta qué punto tuvieron éxito, cuales fueron sus limitaciones y su repercusión.

 

1. EL CÓMIC EN LA EDUCACIÓN

Aunque la imagen se ha usado desde antiguo para educar y enseñar, el uso del cómic como herramienta educativa no comenzó a plantearse hasta mediados de los años 30 entre los educadores estadounidenses,[1] despertando vivos enfrentamientos entre aquellos que veían en el uso de viñetas un instrumento útil y aquellos otros que lo consideraban perjudicial, tanto dentro como fuera del aula.

En el caso español los cómics o tebeos no recibieron especial atención hasta los años de la Transición, habiendo sido hasta aquel entonces empleados, a lo sumo, como mera propaganda durante el régimen franquista, [2] debido a su popularidad entre el público infantil y adolescente. Fue entre finales de los años 70 y principios de los 80 que los cómics comenzaron a recibir una legitimación por parte de semióticos hispanoamericanos e italianos, llamando la atención de una nueva generación de educadores que los consideraron como una forma atractiva[3] de mostrar una Historia que había sido marginada -cuando no perseguida- por la dictadura. Las iniciativas para hacer cómics históricos que pudiesen emplearse como instrumento educativo corrieron por parte de algunas instituciones, pero también de algunas empresas privadas, como sería el caso de Ediciones Roasa o Ediciones Genil.

 

2. EL SALVOCHEA DE MARÍN Y OLIVERA

En 1980, después de que Rafael Marín[4] y Ángel Olivera[5] hicieran “Una pequeña Historia de Andalucía en cómic, siete paginitas que se editaron a tamaño folio e impreso en blanco, negro y verde.”[6], la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz se decidió a repetir la experiencia, recuperando esta vez del olvido oficial a Fermín Salvochea.

La brevedad del cómic hizo que los autores se encontraran con “el problema de sintetizar mucha información en siete páginas, por lo que la gran capacidad de narrador de Ángel Olivera quedó diluida por el tono informativo, más que didáctico (…) Se repartió por los colegios, aunque la impresión no era muy buena.”[7]

A pesar del poco espacio que poseían, la historia narraba de forma cronológica y coherente la vida de Salvochea, haciendo hincapié en su papel de revolucionario no sólo político, sino también social, en tanto que se mostró su lucha por la justicia social y la libertad.

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Primera y sexta páginas del cómic Fermín Salvochea, de Rafa Marín y Ángel Olivera.

 

3. EL CANTÓN DE ALONSO Y COLLADO

Unos años después, la Editorial Roasa decidió lanzar un cómic que recogiera la historia completa de la ciudad de Cádiz. Los encargados de dar forma a dicha historia fueron Jorge Alonso[8] y Luis Collado Coch[9], que a lo largo de casi ochenta páginas a todo color se enfrentaron a la difícil tarea de comprimir cerca de tres mil años de historia y hacerla asequible al lector.

En líneas generales, sin entrar a comentar la obra completa, podemos observar cómo el guión va perdiendo fuerza según la narración alcanza los siglos XIX y XX, llegando en un momento a ser cada viñeta prácticamente una estampa independiente, sin conexión ni secuenciación con las demás, en la que meramente se describe un hecho o un personaje. Esto bien puede deberse a las constricciones del espacio, que obligó a prescindir de una auténtica narración, sumado a la falta de experiencia de Alonso en el campo de las viñetas.

Se percibe un claro intento de pasar de puntillas sobre algunos temas. Así, el cantón gaditano merece apenas una pequeña viñeta en la que un grupo de exaltados de rostros embrutecidos representan el caos mas no la revolución, dando una connotación claramente negativa a la experiencia cantonal. Fermín Salvochea directamente no aparece, siendo importante su ausencia, pues la imagen que los autores buscan dar es la de una revuelta popular, destructiva y acéfala. En contraposición, en la misma página observamos una enorme viñeta que muestra la prueba del submarino de Isaac Peral (cuyo viaje fue de Algeciras a Ceuta, no teniendo relación directa con la ciudad de Cádiz).

Así, o Alonso no quiso tratar ciertos temas (la Guerra Civil y la dictadura serán otros aspectos sobre los que pasará rápidamente y sin apenas decir nada) o bebió de escritos producidos durante el régimen anterior, que obviamente mutilaban la historia gaditana y le daban un tinte claramente conservador.

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En la imagen vemos el cantón representado en la figura de un grupo de hombres que parecen encarnar la barbarie, tanto por sus gestos como por sus gritos. En comparación con la viñeta del submarino, el cantón resulta claramente una curiosidad sobre la que se pasa rápidamente.

 

4. CONCLUSIONES

Es indudable que ambos cómics, aunque bienintencionados, adolecieron de graves fallas[10] que les impidió recibir el uso que los autores y editores habrían deseado.

En primer lugar, hay que recordar que ambas historias eran narraciones que abarcaban en muy poco espacio excesivos contenidos cronológicos y conceptuales. El ritmo acelerado de ambas historias impidió que se profundizara en personajes, ideas o situaciones, lo que sin duda dificultó la comprensión, conexión y asimilación por parte de los lectores. En segundo lugar, puesto que los profesores no recibieron instrucciones específicas de trabajar dichos cómics en clase, y éstos tampoco incluían actividades, hemos de entender que se vio el cómic más como una lectura ligera extraescolar que como una verdadera herramienta que pudiera utilizarse en el ámbito del aula. Quedaba al criterio de los alumnos el leer aquellas historias, y nadie podía asegurar que entendiesen su mensaje, pues no se les ayudaba a efectuar un análisis crítico. No obstante, también hay que tener en cuenta que la obra que repartió el Ayuntamiento gaditano fue totalmente gratuita, lo que permitió una mayor difusión. A eso debemos de sumar que su relato intentaba romper con muchos de los tópicos negativos que sobre el cantón gaditano y Salvochea existían.

La no aparición de más títulos, ni por iniciativa privada ni pública, impidió que los cómics históricos y educativos se consolidasen tal y como hoy día lo están en otros países,[11] desaprovechándose la que sin duda era y aún hoy es una muy válida herramienta pedagógica.

 

BIBLIOGRAFÍA:

AA.VV.: Antología del cómic andaluz, Sevilla, Caja San Fernando, 2006

APARICI, Roberto: El cómic y la fotonovela en el aula, Madrid, De la Torre, 1992

DÍAZ, O. y FERNÁNDEZ, M.: El cómic en el aula, Madrid, Alhambra, 1991

MARTÍN, Antonio: Apuntes para una Historia de los Tebeos, Barcelona, Glenat, 2001

ROLLÁN MÉNDEZ, Mauro y SASTRE ZARZUELA, Eladio: El cómic en la escuela. Aplicaciones didácticas, Valladolid, Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Valladolid, 1986

SONES, W.D.: “The comics and instructional method”, Journal of Educational Sociology 18, EE.UU., 1944, pp.232-240

WITEK, Joseph: Comic Books as History, EE.UU., University Press of Mississippi, 1989

 

CÓMICS:

ALONSO, Jorge (guión) y COLLADO, Luis (dibujo): Historia de Cádiz, Granada, Ed. Roasa, 1983

MARÍN, Rafael (guión) y OLIVERA, Ángel (dibujo): Fermín Salvochea, Cádiz, Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, 1980

 

WEBS:

BARRERO, Manuel: Los cómics en el aula, trascripción de la conferencia impartida en las Jornadas sobre Narrativa Gráfica en Jerez de la Frontera, Cádiz, el 23 de febrero de 2002, que puede leerse en: http://www.tebeosfera.com/Hecho/Festival/Jerez/ConferenciaJerez020223.pdf

YANG, Gene: Comics in Education, puede leerse en: http://www.humblecomics.com/comicsedu/index.html

 

NOTAS


[1] En apenas una década se llegaron a publicar más de un centenar de artículos al respecto. SONES, W.D.: “The comics and instructional method”, Journal of Educational Sociology 18, p.232.
[2] Sobre todo las revistas Flechas, de corte falangista, y Pelayos, de corte tradicionalista, que acabarían fusionándose en Flechas y Pelayos. El momento álgido del cómic como propaganda fueron los años de la Guerra Civil (1936-1939), perdiendo progresivamente fuerza el componente ideológico a favor de la diversión. MARTÍN, Antonio: Apuntes para una Historia de los Tebeos, pp.99-101.
[3]  Los puntos fuertes del cómic como herramienta educativa son, entre otros, que producen una mayor motivación e interés debido a su atractivo entre los más jóvenes, además de poseer un lenguaje gráfico y textual que permite asimilar mejor conceptos que a priori podrían resultar complejos para el alumno. YANG, Gene: Comics en Education.
[4] Rafael Marín Trechera (Cádiz, 1959) ha dividido su carrera artística en dos ramas principales: la novela, con más de diez novelas y cuatro antologías de relatos publicadas; y el cómic, habiendo sido guionista de las series Iberia Inc. y Triada Vértice en España, y The Inhumans y Fantastic Four en E.UU.
[5] Ángel Olivera (1958), hermano mayor del también dibujante Ricardo Olivera (Fritz) es definido como un “dibujante de aspecto oscuro, trazo poco claro y entintado sucio.” AA.VV.: Antología del cómic andaluz, p.154.
[6] Entrevista realizada el 11 de noviembre de 2007 en casa del autor, en un ambiente distendido.
[7] Ibidem.
[8] Jorge Alonso García (Rodilana, Valladolid) es diplomado en Historia y Geografía. Entre 1980 y 1997 realizó numerosos trabajos en el campo de la lingüística y la historia. A principios de los años 80, por encargo de su hermano, a la sazón editor, realizó en cómic la historia de todas las provincias andaluzas y otro sobre la vida de Simón Bolivar.
[9] Luis Collado Coch (Valencia, 1935) es más conocido por su western Ric Rice para la Editorial Creo, en los años 60, y por su trabajo en El Jabato para la editorial Bruguera. Su estilo realista y descriptivo le permitió, ya en los años 80, realizar una Historia de España en cómic, varias historias breves sobre la Guerra Civil y el presente trabajo de estudio. Actualmente se dedica a la pintura.
[10] Manuel Barrero, en Los cómics en el aula, da una larga lista de errores más frecuentes a la hora de utilizar el cómic.
[11] En EE.UU. existen empresas que diseñan cómics educativos a gusto del comprador, incluyendo actividades para trabajar en el aula. También es habitual que las editoriales repartan cómics con sus personajes estrellas en apoyo de alguna causa, como la incentivación de la lectura, el apoyo a los militares en tiempos de guerra o la prevención del consumo de drogas. Por su parte, en Francia el cómic histórico es un género totalmente aceptado, que toca a su vez desde el humor hasta la narración de hechos cotidianos del pasado.
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Creación de la ficha (2014): José Joaquín Rodríguez. Edición de Félix López.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JOSÉ JOAQUÍN RODRÍGUEZ (2014): "Salvochea y el cantón gaditano en viñetas", en FERMÍN SALVOCHEA (1842-1907): HISTORIA DE UN INTERNACIONALISTA, 2 (16-II-2014). Asociación Cultural Tebeosfera, Cádiz. Disponible en línea el 24/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/salvochea_y_el_canton_gaditano_en_vinetas.html