SEXO O MISOGINIA SEGÚN R. CRUMB
XAVIER DAPENA

Resumen / Abstract:
Notas: Texto desarrollado para el número 9 de TEBEOSFERA, dedicado al tratamiento erótico de la imagen de la mujer en los cómics. A la derecha, autorretrato de Robert Crumb y su prototipo femenino.

SEXO O MISOGINIA SEGÚN R. CRUMB

 

 

«L'enfer, c'est l´Autre»
JEAN-PAUL SARTRE

«El infierno también es uno mismo»
 R. CRUMB

 

«Se requiere supervisión adulta para lectores menores», como versa su The Book of Genesis Illustrated.

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Crumb: ¿un depravado o un artista de mente abierta? 
Si tuviéramos que reducir la obra de Robert Crumb a una frase, quizás escupiríamos por nuestra boca palabras como misógino, racista, sexualmente violento, depravado y un largo y sorprendente etcétera. Sin embargo, para contradecirnos, en noviembre de 2009, casi de forma simultánea a la salida de su Genesis, Crumb publica en la revista W su genuina historia de la mujer, Varieties of Women [1], donde hace un recorrido controvertido de la figura de la mujer desde la Prehistoria hasta Abu Ghraib, y en la que retrata a diosas, playmates e incluso las chicas que lo rechazaron en el instituto, hasta llegar a la soldado norteamericana que se fotografía impúdicamente en Iraq.  Como siempre, Crumb no escatima a la hora de generar conflicto o controversia. Presumiblemente estos trabajos se publicarán este 2012 en The Sketchbook, un compendio de sus bosquejos desde 1964 hasta el presente, que editará la editorial Taschen. Por nuestra parte, sin escabullirnos, en el presente artículo pretendemos abordar y posicionarnos sobre la compleja visión de la mujer y el sexo en la obra de R. Crumb, sin olvidarnos de su propia biografía y parámetros contraculturales del comix underground americano.

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El paradigma femenino en Crumb, una mujer primitiva, formidable, aparentemente peligrosa, lo cual puso de manifiesto sobre todo en el personaje Devil Girl (a la derecha).

«Padre del cómic underground», «Brueghel de nuestro tiempo», «un Hogarth americano» según Robert Hughes [2], «un moderno Gillray» [3] o, dicho por él mismo, el «dibujante underground más amado de América» [4], y esto último con bastantes visos de ser real. Así ha sido descrito Robert Crumb, o como a él le gusta, R. Crumb. Este sátiro social ofrece a sus lectores, en sus propias palabras, «un recorrido por el inconsciente de América». El creador del barbudo gurú Mr. Natural o del hedonista Fritz, de explícitas y en ocasiones denigrantes tiras cómicas cuya sátira, de alto contenido sexual, retrata y desvirtúa la cultura americana, a través de la autobiografía y en ocasiones de aproximaciones psicodélicas, sostiene con su material inclasificable la depravación de la sociedad en la que vive. Un ejercicio quizás cínico de libertad creadora contra el sistema (capitalista) a través de los límites de lo políticamente incorrecto, de lo obsceno, que eclosiona como un cambio de paradigma.

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 Las torturas de Abu Ghraib según Crumb, un autor siempre a la zaga de la transgresión.
A principios de los noventa, coincidiendo de alguna forma con su entrada en el Will Eisner Comic Book Hall of Fame, el stablishment cultural americano de revistas como The New Yorker o People, o a través de la exposición colectiva en MOMA, parece querer canonizar a Crumb. Sólo faltaba la bendición con una reseña de su obra The Book of Genesis Illustatred del mismísimo Harold Bloom, que le sirve al crítico norteamericano de excusa para hablar de Thomas Mann, Shakespeare o Cervantes, y para reducir el Genesis de Crumb a un simple número de la revista MAD, por comparación con Michelangelo, Rembrandt o Blake [5]. En cierto sentido Bloom y la inminente edición de Taschen, legitiman su definitiva entrada en el canon «en una tradición de arte gráfico como crítica y protesta social» [6]. Y esto a pesar de (o gracias a) que sigue protagonizando episodios de censura como en la propia revista The New Yorker, donde le encargan una portada en junio del 2009, que es rechazada por el editor de la revista porque puede resultar ofensiva. En la propuesta podemos apreciar a una pareja del mismo sexo que pretende casarse, con rasgos hipersexualizados propios del trabajo de Crumb, que no deja de ser una defensa del matrimonio homosexual frente al rechazo de la sociedad americana; o un cancelado viaje a Sidney, por las manifestaciones de grupos de víctimas de acoso infantil en contra de su figura por la supuesta defensa de prácticas pederastas en alguno de su cómics, como por ejemplo en Mr. Natural «de nuevo en la carretera» [7]. Quizás tengamos razón al decir que «como todos los artistas satíricos, Crumb es un marginal» [8].

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La famosa página de Keep on Truckin`, tan ensalzada en su momento.
 
No cuesta imaginarse a un púber Robert Dennis Crumb de ojos desorbitados y sombrero de vaquero, con las piernas cruzadas, ante un viejo televisor en blanco y negro en el verano de 1956 en Milford, Delaware, mirando fijamente a Irish McCalla, la actriz que interpreta a Sheena, Queen of the Jungle, rescatando de algún peligro al explorador blanco, Bob, normalmente de la amenaza de indígenas negros. «Entonces mi sexualidad comenzó a despertar» [9] dice R. Crumb. Y a partir de este momento «soñaba con mujeres grandes» [10], y traslada a sus historietas esa sexualidad extravagante a la «conquista de mujeres grandes, fuertes, poderosas» [11]. También padece una enfermiza fascinación por las piernas en general, y por los pies, en concreto los de su tía, que según el propio autor le producirían su primera erección. Este tipo de imágenes digamos fetichistas de la mujer, inundarán toda la obra de R. Crumb. La desinhibición será su arma habitual, plenamente consciente de su destino: «Seré un gran artista... y entonces se arrepentirán de haberme rechazado» [12].

Nacido en Filadelfia, es junto a su hermano Charles con quien se inicie en el mundo del fanzine, al alimón con la revista MAD y de Harvey Kurtzman. Tras una adolescencia de continuos traslados por el Medio Oeste americano conoce a Marty Pahls, con quien comparte su afición por coleccionar discos de 78 rpm, y con quien mantendrá una intensa correspondencia. Tanto Pahls como su hermano Charles le insistirán en la lectura de grandes clásicos como Tolstoi, Dostoievski, «Joyce o mierdas así», en palabras del propio dibujante norteamericano, aunque finalmente preferirá colaborar en los ochenta con Bukowski o recrear en sendos cómics a Kafka y a P. K. Dick. Este esquivo disléxico se entretenía con los trabajos satíricos de Kurtzman, y fue su naturaleza bizarra y la de Wolverton una importante influencia tanto para Crumb como para el underground en general. Y muy especialmente los trabajos de Kurtzman para Humbug ya en 1952 [13], o, por ejemplo el cómic pseudorrealista y de trasfondo antibélico Frontline Combat [14], que influirían portentosamente en dibujantes posteriores.

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La mirada de Crumb sobre la transformación del mundo, sobre todo en la llamada "América profunda", es ciertamente melancólica y contribuye a su rechazo de todo lo establecido.

Supone Crumb, en especial con Fritz the Cat, la subversión y confluencia de dos tradiciones: la literatura infantil, por una parte, y la sátira y la fábula por la otra [15], mediante la utilización del antropomorfismo animal que en el ámbito de la ilustración apuntara John Tenniel en su visión de Alice's Adventures in Wonderland, y que siempre supone una compleja significación tanto en cómic como en prosa. Aunque se puede rastrear esta práctica muy fácilmente en la literatura desde el Asno de oro de Apuleyo, pasando por Rabelais o Swift con su Gulliver, pero que quizás remite más directamente a Animal Farm de George Orwell y a un punto goyesco, como señala Hughes [16], con Andrea Avestruz, la mujer pájaro que asesina al gato Fritz. El autor norteamericano apela a una infancia inocente tanto propia como de la tradición de la crítica social en el cómic, y que heredará Spiegelman, quién dirá de Crumb, «él es una presencia monolítica, que rescribió las reglas de lo que son los cómics» [17].

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 Crumb usa, literalmente, a la mujer para poner de manifiesto libremente sus obsesiones.
En 1962 aceptó una invitación de Pahls para trasladarse a Cleveland y comienza a trabajar en la empresa de postales de felicitación American Greetings. Sería en este periodo cuando comienza a consumir LSD, su peculiar «stream of consciousness» [18], o corriente de conciencia, que dará como resultado la mayor parte de sus personajes como Mr. Natural, Flakey Foont, Mr Snoid, Ol’ Pooperoo, Schuman the Human o Whiteman. Una de sus más importantes lecturas sería On the road. Para Crumb «Kerouac fue revolucionario por transmitir a mi generación la convicción de que no tenía por qué agachar la cabeza. Podíamos dejar la universidad y olvidarnos de todo el rollo responsable que nuestros padres nos habían inculcado: Trabajo, matrimonio, familia» [19]. Una noche de 1967 huye a San Francisco, escapando de su primer matrimonio y de una escala de valores con la que no comulga, y en busca principalmente de un amor libre cuyas reminiscencias comenzaban a llegar al Medio Oeste [20].

En San Francisco comienza a trabajar para la prensa alternativa y comercial, y acabará dando a luz su seminal Zap Comix (1967), que edita, dibuja, grapa y vende él mismo. Ante el abrumador éxito de Mr. Natural y Fritz the Cat, de sus colaboraciones con otros, como la portada del disco Cheap Thrills para el grupo de Janis Joplin, Big Brother and the Holding Company, y de la famosa tira Keep on Truckin', la situación le supera. Pasa a convertirse realmente en «el dibujante underground más amado de América» [21]. En este momento Crumb está instalado como un miembro selecto de la contracultura, cuyo movimiento está caracterizado por la reivindicación de determinadas leyes a favor de los derechos civiles, con una posición clara con respecto a la Guerra de Vietnam. Se cuestiona el aparato ideológico patriarcal y se reclama, entre otras cosas, una aproximación al estudio de los estereotipos y de la representación racial y de género de la sociedad contemporánea, como fórmula para combatirlo [22]. No podemos olvidar que el término contracultura no se refiere tanto a un movimiento social, como más bien a «una colección inestable de actitudes, tendencias, posturas, gestos, visiones, negaciones y afirmaciones» [23], caracterizado por una abierta beligerancia ante la reticencia del sistema imperante. Centrados en su derivación en los cómics, no se puede entender el movimiento sin la oposición a la historieta mainstream y a su Comics Code, por el cual se limitaba la presencia gráfica de violencia, desnudez y se restringía «el ataque a cualquier religión o grupo racial». No podemos entender el cómic underground sin estas coordenadas. Ante el examen de la diferencia racial, sexual y del género [24], propone Crumb una sobreexposición satírica. Podemos recordar en Whiteman [25] al conservador y blanco protagonista, que sufre un ataque de nervios porque una “turba de negros” quiere invitarlo a una fiesta.

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El trabajo de Crumb bascula entre el desafío a lo estandarizado y la vulneración de las normas morales. A la izquierda, sobre una "lolita" prototípica, a la derecha, sátira exagerada de la familia media americana. 

Sin embargo el sistema conseguiría asimilar la contracultura. Se convierte Crumb en una “postalita”, un producto de marketing. Se ve repentinamente así mismo como «un intelectual de mierda» [26], un pseudo Kerouac. Entonces se rebela. Y su forma de destruir esa imagen ilusoria es verter en su obra todas las perversiones que lleva dentro. «Todos mis impulsos naturales son retorcidos y perversos. En lugar de medirme contra otros hombres, canalizo mis impulsos a través del sexo. Es por eso que deseo estuprar a mujeres voluminosas» [27]. Como sostiene el propio Crumb, trata una imaginería sexual con estereotipos raciales y perversiones sexuales que bullen en su cabeza. «¡No soy racista! ¡Vamos! […] Pero todo esto está profundamente enraizado en nuestra cultura y en nuestro inconsciente colectivo, y tienes que tratar con ello» [28].

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A las feministas no les hacían gracía los cómics de Crumb. 
Crumb satiriza la hipocresía, la autocomplacencia, la injusticia, mediante una sobreexposición de lo denostado, siendo plenamente consciente que retrata el «engendro capitalista occidental» [29]. Como uno de los pilares de un movimiento (el underground) políticamente posicionado, creativamente ilimitado y artísticamente brillante, Crumb lleva al extremo determinados estereotipos tanto raciales como de género. En su planteamiento tienen cabida los cuerpos hipertrofiados, la vejación y el exceso, y la imagen de la mujer, incluyendo la violencia ejercida sobre ésta, sintomatológica de la del propio sistema, supone un encarnizado combate contra la censura, y al mismo tiempo se reivindica, en un medio artístico como el cómic, la capacidad de lucha contra toda fórmula de patriarcado y de capitalismo, contra una sociedad que «reinventó el paraíso, tan vaga y someramente descrito en el Génesis, lo llamó barrio residencial y lo puso en venta» [30]. Y es que «la opresión del sistema, que convierte a las personas en máquinas de producir y consumir, la marginación, el desespero, la violencia, el sexo, las represiones, todo está dentro de Robert Crumb» [31].

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 El racismo es un tema que afloró constantemente en la obra de Crumb.
En su correspondencia había escrito años antes «No tengo nada contra las chicas. De hecho soy lo que tú llamarías un “ardiente feminista”... Idolatro la naturaleza femenina (¿quién no?)» [32]. Desde determinados sectores feministas es atacado porque, a su entender, procura el sometimiento de la mujer en un supuesto ejercicio de misoginia. La dibujante underground Trina Robbins ha criticado abiertamente su hostilidad sexual y la representación de violaciones, incesto, o estereotipos étnicos, que han avergonzado a los defensores de los cómics [33]. Aunque también han aparecido voces discordantes que, desde el feminismo, defienden a Crumb porque expresa sus propias perversiones, como una forma de exorcizar, y al mismo tiempo es un ejemplo sincero de mentalidad masculina, sin tapujos. Tampoco pudo esquivar acusaciones de xenófobo y neonazi, a raíz de su historieta “When the niggers take over America!” (1993), publicada en Weirdo, que forma parte de su revisión racial de la historia. En esta historieta los negros dominan los Estados Unidos, mientras que los blancos recogen algodón y cantan blues, con un sesgo evidentemente satírico. Eso no evitó que la sutil revista supremacista Race & Reality se lo tomara en serio, ante lo que un sorprendido Crumb comentó «alguna gente no coge la sátira. Para mí, esto muestra lo estúpida que es esta gente» [34]. Otro ejemplo, en este caso femenino, lo encontramos en el personaje Angel Food McSpade [35], para quien retoma las imágenes estereotipadas de gente de color de las tiras de los años veinte. «Yo juego con ello en un sentido psicodélico. Lo hago. Es difícil de explicar. Pero no es mi trabajo explicarlo» [36].

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La mujer (o mejor, su cuerpo) como campo de recreo de Crumb. 
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Crumb plantea la dificultad de articular la identidad de género propia de los cincuenta y sesenta desde una perspectiva contracultural, y su confrontación con el concepto de unidad familiar y de masculinidad del padre de familia. Sirva de ejemplo Joe Blow, o de cómo la familia americana deviene en perversión orgiástica [37]. La masculinidad blanca y heterosexual se pone en tela de juicio, y se discute la identidad sexual y social. Y a pesar de que el feminismo diletante lo ha hostigado, es «la ansiedad de su masculinidad lo que lo condena a un aparente sexismo» [38]. Por esto sus figuras femeninas son más grandes que sus compañeros y más poderosas, en una relación en la que Crumb necesita reafirmarse. Por este motivo encontraremos en su obra personajes masculinos que abusan de cuerpos femeninos sin cabeza, o mujeres que intentan cortar el pene al propio Crumb, como por ejemplo la monja en Las aventuras del mismísimo R. Crumb [39].

Crumb se enfrenta a la dicotomía mujer/objeto de su imaginería personal, que conduce, a partir de una agresividad reprimida, hacia una violencia inherente, en un proceso de  objetivación del que son manifestaciones extremas la violencia, el abuso, el trato vejatorio, que se concentra en un rasgo físico determinado, ya sea la piernas, los pechos, el trasero del «cuerpo frijol» [40] de La crisis de madurez del tío Bob o la corporeizada e hiperbólica presencia de la mujer como vagina dentata de R. Crumb contra la hermandad [41], hasta la visión reduccionista, en la que despoja el ser femenino hasta convertirla en un receptáculo sexual,  «el receptáculo de todo lo que es deseable» [42]. El cuerpo es «campo de recreo» [43] de unas mujeres de rasgos desproporcionados, en ocasiones de inspiración matriarcal  [44], por su anchas caderas, que alcanza en Whiteman conoce a los Bigfoot, ese eslabón perdido, donde Whiteman huye de la sociedad, del matrimonio, del ideal de sueño americano, para convivir con Yeti, su pareja animal, en un imposible proceso de adaptación. Las felinas mujeres, que remedan a las fans solícitas del propio Crumb que también traslada a su obra, idolatran al poeta/gato Fritz y plantea el declive y la duda de su sexualidad, cual camarote de los Hermanos Marx [imagen]. Podemos contrastar dos descripciones diferentes: Abigail, la mujer cocodrilo, regurgita a un Fritz desorientado y adicto, como un Crumb saliendo de la madre o de la mujer, en Fritz the cat superstar [45]; con la psicótica Andrea Avestruz, que se presta a ser sodomizada, para satisfacer a Fritz, y que ante su ofensivos requerimientos, tras ocultar su cabeza y ser incapaz de asumir el carácter utilitario de su relación con el gato, lo asesinará por la espalda.

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 La recreación masturbatoria de la mujer, una constante en Crumb hasta su retiro a Francia.
Reviste Crumb de una actitud desestabilizadora a «ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica de femenino» [46] que es «la figura de la hembra humana», de forma denigrante y falto de escrúpulos, y pulveriza el deificado vínculo social y familiar, como veíamos en Joe Blow, y que derivaría en parto sexualizado e incestuoso [47] de Reflexiones del tío Bob o en la recreación masturbatoria de su propia hija [48].

En los noventa, gracias a su esposa Aline Kominsky-Crumb, conseguiría «estremecerse con la rutina cotidiana» [49] de la felicidad marital, mitigando en parte sus demonios, cuando se traslada definitivamente al sur de Francia. Se aleja progresivamente de su visión perversa, de la mujer sodomizada, del estupro y la violencia, aunque no abandona la crítica social ni los rasgos voluptuosos, y cultiva una distancia natural con el mundo, que lo instala en el panteón de la alta cultura. No nos puede costar imaginar su débil figura en los largos paseos de la campiña francesa, o recluido, junto a su música, silbando levemente y dibujándose, mientras esboza, o arrastra, una sonrisa maliciosa...

 

NOTAS:

[1]     Crumb, R. (2009); «Varieties of Women» W , noviembre, disponible en línea en  http://www.wmagazine.com/artdesign/2009/11/r_crumb (II- 2012)
[2]     Zwigoff, Terry; Crumb, DVD, The Criterion Collection, 1995.
[3]     Holm, D. K.: Robert Crumb, Harpenden,  Pocket Essentials, 2005, apud Tinker, E.; Identity and Form in Alternative Comics, 1967 – 2007, tesis doctoral, University College London, 2008. http://emmatinker.oxalto.co.uk/downloads/crumb.pdf (II-2012)
[4]     Crumb, R.: «America's Best-Loved Underground Cartoonist», Motor City Comics nº 1, IV- 1969.
[5]     Bloom, H.: «Yahweh Meets R. Crumb» The New York Review of Books, 3-XII-2009 1, 24-25.
[6]     Zwigoff, Terry; Crumb, DVD, The Criterion Collection, 1995.
[7]     Crumb, R.; Mr. Natural: Los misterios, Barcelona, Ediciones La Cúpula, 2006.
[8]     Pérez, Pepo; «R. Crumb: Una breve historia de América» en Crumb, R.: Tus ganas de vivir me horrorizan, Palma de Mallorca, T. Dolmen, 2009, pág. 7.
[9]     Crumb, R. y Popaski, P.: Recuerdos y opiniones, Barcelona, Global Rythm Press, 2008, pág. 94.
[10]   Crumb, R. y Popaski, P.: Recuerdos y opiniones, Barcelona, Global Rythm Press, 2008, pág. 94.
[11]   Crumb, R. y Popaski, P.: Recuerdos y opiniones, Barcelona, Global Rythm Press, 2008, pág. 94.
[12]   Crumb, R.; Mis problemas con las mujeres, Barcelona, Ediciones La Cúpula, 2010.
[13]   «R. Crumb: The Art of Comics No. 1».The Paris Review, verano de 2010, frontispicio, 34.
[14]   Ault, D.: “Preludium: Crumb, Barks, and Noomin: Re-Considering the Aesthetics of Underground Comics”, ImageTexT 1.2  http://www.english.ufl.edu/imagetext/archives/v1_2/intro.shtml (II-2012)
[15]   Thierry Groensteen, citado en Steve Baker, Picturing the Beast: Animals, Identity and Representation (Manchester: Manchester University Press, 1993) 131. (Traducción de Baker) en: Tinker, E.; Identity and Form in Alternative Comics, 1967 – 2007, tesis doctoral, University College London, 2008. http://emmatinker.oxalto.co.uk/downloads/crumb.pdf (II-2012)
[16]   Zwigoff, Terry; Crumb, DVD, The Criterion Collection, 1995.
[17]   Salkin, A.: «Mr. and Mrs. Natural» The New York Times, 21-I-2007  ST1
[18]   Zwigoff, Terry; Crumb, DVD, The Criterion Collection, 1995.
[19]   Crumb, R. y Popaski, P.: Recuerdos y opiniones, Barcelona, Global Rythm Press,  2008, pág. 127.
[20]   Crumb, R. y Popaski, P.: Recuerdos y opiniones, Barcelona, Global Rythm Press,  2008, pág. 127.
[21]   Crumb, R.: «America's Best-Loved Underground Cartoonist». Motor City Comics nº 1, IV-1969.
[22]   Rifas, L.; “Racial Imagery, Racism, Individualism, and Underground Comix”, ImageTexT 1.1  http://www.english.ufl.edu/imagetext/archives/v1_1/rifas/  (II-2012)
[23]   Braunstein, P. y William Doyle, M., eds. Imagine Nation: The American Counterculture of the 1960s and 70s (Nueva York y Londres: Routledge, 2002) 10, apud Tinker, E.; Identity and Form in Alternative Comics, 1967 – 2007, tesis doctoral, University College London, 2008. http://emmatinker.oxalto.co.uk/downloads/crumb.pdf (II-2012)
[24]   Rifas, L.; “Racial Imagery, Racism, Individualism, and Underground Comix”, ImageTexT 1.1  http://www.english.ufl.edu/imagetext/archives/v1_1/ rifas/ (II-2012)
[25]   Crumb, R.: «Whiteman», Zap nº 1, 1968.
[26]   Crumb, R.; El Gato Fritz, Barcelona, Ediciones La cúpula, 2008.
[27]   Crumb, R. y Popaski, P.: Recuerdos y opiniones, Barcelona, Global Rythm Press, 2008, pág. 28.
[28]   The R. Crumb Coffee Table Art Book, editado por Pete Poplaski, Little, Brown and Company, 1997, p.109. Apud Rifas, L.; “Racial Imagery, Racism, Individualism, and Underground Comix”, ImageTexT 1.1  http://www.english.ufl.edu/imagetext/archives/v1_1/rifas/ (II-2012). Traducción del autor.
[29]   Crumb, R.; Las aventuras de R. Crumb, Barcelona, Pastanaga Edicions,  III-1977
[30]   Crumb, R. y Popaski, P.: Recuerdos y opiniones, Barcelona, Global Rythm Press, 2008.
[31]   Crumb, R.; Las aventuras de R. Crumb, Barcelona, Pastanaga Edicions, III-1977
[32]   Crumb, R.: Tus ganas de vivir me horrorizan, Palma de Mallorca, T. Dolmen, 2009, pág.173
[33]   Zwigoff, Terry; Crumb, DVD, The Criterion Collection, 1995.
[34]   Armstrong, D.: Chicago Tribune, X-1994, apud Rifas, L.; “Racial Imagery, Racism, Individualism, and Underground Comix”, ImageTexT 1.1  http://www.english.ufl.edu/imagetext/archives/v1_1/rifas/  (II-2012)
[35]   Crumb, R.: «Angel Food Mc Spade», Zap 2, 1968.
[36]   Arnold, A. D.; «R. Crumb Speaks.», Time, 29-IV-2005.
[37]   Crumb, R.: «Joe Blow», Zap nº 4, 1969.
[38]   Tinker, E.; Identity and Form in Alternative Comics, 1967 – 2007, tesis doctoral, University College London, 2008. http://emmatinker.oxalto.co.uk/downloads/crumb.pdf (II-2012)
[39]   Crumb, R.: “The adventures of R. Crumb himself”, Tales from the Leather nº 1973. También en Chicas, chicas, chicas, Barcelona, Ediciones La Cúpula,  2011.
[40]   Crumb, R.; Mis problemas con las mujeres, Barcelona, Ediciones La Cúpula,  2008.
[41]   Crumb, R.; Chicas, chicas, chicas, Barcelona, Ediciones La Cúpula,  2011.
[42]   Kristeva en Derrida, J. y Kristeva, J.; El pensamiento de Antonin Artaud. Buenos Aires, Calden, 1975.
[43]   Crumb, R.; Mis problemas con las mujeres, Barcelona, Ediciones La Cúpula,  2008.
[44]   «Whiteman meets the Bigfoot» en Crumb, R.; Chicas, chicas, chicas, Barcelona, Ediciones La Cúpula,  2011.
[45]   Crumb, R.; El Gato Fritz, Barcelona, Ediciones La Cúpula,  2008
[46]   De Beauvoir, S.: The Secon Sex, Londres, Penguin Books, 1979.
[47]   Crumb, R.; Las reflexiones del tío Bob, Barcelona, Ediciones La Cúpula,  2007.
[48]   «More Good Clean Fun with the Crumb Family» en Chut, H. L.; Graphic Women: Life Narrative and Contemporary Comics, Columbia, Columbia University Press, 2010.
[49]   Crumb, R.; El Gato Fritz, Barcelona, Ediciones La Cúpula,  2008.
Creación de la ficha (2012): Zavier Morón Dapena. Revisión de J. Alcázar, M. Barrero y A. Capelo. Edición de A. Moreno. · Datos e imágenes tomados de ejemplares originales.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
XAVIER DAPENA (2012): "Sexo o misoginia según R. Crumb", en Tebeosfera, segunda época , 9 (15-IV-2012). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 30/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/sexo_o_misoginia_segun_r._crumb.html