SOLOMON KANE. ESPADAS CONTRA EL HORROR.
MANUEL BARRERO

Resumen / Abstract:
Notas: Texto construido a partir de los escritos para el libro SOLOMON KANE, editado por Sword Studio en 2006 con motivo del festival de cómic organizado en 2006 por la Asociación Cultural Tebeo Vivo. El libro y sus contenidos fueron editados por Manuel Barrero y Carlos Yáñez, recuperándose sus historietas desde tebeos del archivo de Barrero y autorizada su reproducción y traducción por los propietarios de los derechos del personaje.

 

SOLOMON KANE. ESPADAS CONTRA EL HORROR

UN PURITANO EN BLANCO Y NEGRO.

www.tebeosfera.comEn 2006 se presentó en Vélez-Málaga un libro recopilatorio de todas las historietas en blanco y negro de Solomon Kane, uno del los personajes salidos de la imaginación de Robert E. Howard. Aquel libro surgía de la pasión por la obra del escritor tejano de dos aficionados que se habían convertido en especialistas en Howard desde los años ochenta, sobre todo en todo lo concerniente en su traslación a la ilustración y la historieta. La saga de Kane no había sido hasta ese momento traducida cortésmente o al completo y salvo por la edición respetuosa de una miniserie en color publicada por Planeta-DeAgostini poco antes, Solomon había sido uno de los grandes olvidados por los editores españoles de cómics.
 

Antes de aquella edición especial, autorizada por los propietarios de los derechos de explotación del personaje debido a su corta tirada1, hubo un intento anterior de recopilar en un libro las historietas más importantes del espadachín oscuro. En Madrid existió una edición fotocopiada y lanzada sin permiso ni de sus editores en el extranjero ni de sus editores en España, que reprodujo las historietas de Solomon Kane publicadas por Ediciones Vértice y que gozó de una distribución minúscula. Posteriormente, en Barcelona, en el seno de la editorial Planeta-DeAgostini, el abajo firmante elaboró un detallado asesoramiento para editar un libro con relatos, ilustraciones e historietas que rescatase la saga del puritano espadachín. No pudo ser entonces, aunque posteriormente se mostraría más interés por el personaje. Ni en EE UU se les pasó por la cabeza reeditar al oscuro espadachín, por más que fuera el directo inspirador de héroes del celuloide como Van Helsing, aunque es evidente que tras el estreno de la película Solomon Kane (en España, el primer día de 2010) se replantearán ese rescate.

 

En España, el libro Solomon Kane editado en Málaga en 2006 es el único tebeo que rescata decorosamente y con orden, con respeto de los grises y una traducción ajustada, todas las aventuras importantes de Solomon Kane servidas en los tebeos (hubo dos relatos howardianos que no fueron adaptados al cómic y en ese libro faltan algunas historietas, de las que se tratará en este texto).

 

EL ATRACTIVO DE SOLOMON KANE.

 

Somos bastantes los que pensamos que Kane es uno de los personajes más logrados del creador de Conan, de hecho es el segundo en importancia de su producción si nos atenemos al número de relatos que dejó escritos sobre él. Howard, según él mismo reconoció, se sentía fascinado por los duelistas del siglo XV y de ahí surgió esta figura, la cual creció en su imaginación y sobre el basto papel de los pulps como un personaje torturado y obcecado con su religiosidad y con la idea de la venganza, que le llevó a enfrentarse con las figuras representativas del horror (gules, ogros, vampiros, demonios) implantando de este modo una relacion muy estrecha entre el subgénero fantástico de la espada y brujería con el horror clásico.

 

www.tebeosfera.comSegún ciertos autores (como Richard Toogood, que así lo dejó escrito en los boletines de la asociación de estudios sobre la obra literaria de R.E. Howard, REHUPA) Solomon es el personaje más interesante de los creados por Howard. Lo es como personaje histórico, encuadrado en una época sin fronteras definidas, donde los mundos remotos se temían más allá de su exotismo porque era sabido que albergaban misterios y monstruosidades. Hablamos de un mundo real, sin embargo, un mundo que se repartían España, Francia e Inglaterra, con una paz apenas hilvanada con el tejido del poder. Fueron también tiempos de florecimiento de culturas, de apertura de horizontes, de consciencia sobre nuevos futuros. Por eso quizá Solomon sea una figura tan atractiva, porque simboliza el gozne entre un mundo antiguo, lleno de atavismos y horrores, y un mundo nuevo, donde la magia se veía en algunos casos superada por la espada, la oscuridad iluminada por la valentía y las creencias salvajes modeladas por la civilización. En este último caso es el que caben los matices… como la caza de brujas, los absolutimos crueles, la colonización brutal. Y por encima de todo ello, la religión como fórmula de preservación de cultura y de acaudalamiento de poder. 

 

De esta singularidad surge la idea de que Solomon Kane sea la creación de Howard que más desafía los cánones establecidos para este autor, a quien se le acusaba de ir produciendo personajes con el mismo molde, cuyo final de serie de producción sería el archiconocido Conan de Cimmeria. Pero no. Solomon se diferenciaba del resto de los héroes howardianos por su aspecto y sus motivaciones. Fue uno de los pocos personajes del creador tejano que iba tocado con un sombrero que ocultaba parcialmente sus facciones. Fue uno de los pocos delgados y de tez pálida. Y, desde luego, fue el único con profundas convicciones religiosas, el único que creía firmemente que el destino no lo iba labrando él mismo como hombre, aunque luchó denodadamente para arrebatarle ese privilegio a Satán.

 

Kane fue un personaje atípico en la producción howardiana; por eso mismo resulta tan atrayente. Su nacimiento tuvo lugar durante la tormenta creativa desarrollada por Howard entre los años 1928 y 1932. Desde que el escritor tejano se estrenara en la literatura fantástica con un relato sobre hombres primitivos allá por 1925 (Weird Tales, ejemplar de julio), intentó publicar sus escritos en varias revistas con la vista puesta al mismo tiempo en Argosy y en Weird Tales. A esta última dirigió ficciones con especial predilección por la licantropía, de hecho tres de sus relatos publicados entre 1925 y 1927 trataban sobre hombres lobo, aunque también hubo un avance sobre razas perdidas en los eones del tiempo (“The Lost Race”, en enero de 1927).

 

De pronto, escribió, remitió y le aceptaron “Red Shadows”, publicado en el ejemplar de Weird Tales de agosto de 1928. Era una historia sobre un espadachín de la época isabelina, un hombre del siglo XVI que vivió aventuras sin cuento hasta el XVII, que esgrimía sus armas como un demonio precisamente para luchar contra ellos y se distinguía de los héroes similares habidos hasta aquel momento. Era un tipo extraño, pero era arrebatadoramente atractivo para los lectores de Weird Tales, dado que los relatos de época eran más propios de revistas como Argosy, precisamente (donde Howard hubiera querido publicar con mayor asiduidad).

 

Aparecieron más aventuras de Kane en los ejemplares de Weird Tales de enero, junio y septiembre de 1929. También en los de la primera mitad de 1930. Y habría una entrega más en 1931 y otra en 1932. La presencia de otros valerosos guerreros le arrebató finalmente el protagonismo al enjuto y oscuro vengador británico. Así entonces, la época más “fértil” como escritor de fantasía de Howard coincidió con la emergencia de Kane. En 1929 también nació Kull, el primer protagonista de fantasía heroica genuina (“The Shadow Kingdom”, agosto de 1929). Al poco, llegó Skull-Face y su contrapartida heroica (en octubre). El picto Bran Mak Morn apareció en noviembre de 1930 y tras él otros héroes pictos o gaélicos. 1931 fue dedicado casi en exclusiva a pictos y a relatos de horror, tanto que hasta el cuento de Solomon que escribió Howard aquel año estaba teñido de horror psicológico (“The Footfalls Within”). Y en 1932 llegó Conan y nada volvería a ser igual…

 

Le dio tiempo a publicar una aventura más de Kane: “Wings in the Night”. Posteriormente, Solomon quedó relegado en el cajón de los proyectos no desarrollados debido al éxito del cimmerio, que capitalizaría casi todo el tiempo de Robert E. Howard hasta su muerte.

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Solomon Kane por Gary Gianni

LA ADAPTACIÓN DESLABAZADA

Si en Weird Tales ocurrió que el público lector prefirió a Conan frente a los demás héroes de la fantasía heroica, cuando comenzaron a adaptarse a la historieta las aventuras de los personajes de Howard ocurrió exactamente lo mismo: los consumidores de cómics colocaron a Conan en el altar de sus gustos y de allí no lo bajaron. Conan tardó en arrancar como personaje de cómic, bien es cierto, pero en 1973 ya era evidente que el comic book titulado Conan the Barbarian se había alzado con las más jugosas ventas de la editorial de cómics Marvel. Al abrigo de esa querencia por parte del público llegaron el resto de personajes del tejano: Kull, Bran Mak Morn, James Allison, Almuric, Solomon…, incluso un pastiche moldeado con dos o tres aventureras que inauguraría un subgénero en los cómics: Red Sonja.

 

Solomon Kane apareció en los cómics estadounidenses por primera vez en blanco y negro. Ocurrió al poco de comprobarse que el éxito de Conan podría hacer viables otras adaptaciones de personajes howardianos. Pero al sospechar que Solomon no resultaría tan atractivo como los demás “bárbaros” (de hecho, no era un bárbaro) se le introdujo en las publicaciones de cómics de horror de Marvel ya que por entonces también estaba en boga el género del horror, que había dado aire a un conjunto de publicaciones a modo de revista –para alejarse del impuesto de la CCA- por las que deambulaban muertos en vida, vampiros, seres demoniacos y los consiguientes luchadores contra el mal, grupo en el que integraron a Solomon Kane. El espadachín debutó, pues, en la revista de miscelánea de cómics de horror Monsters Unleashed, fechada en julio de 1973, en una historieta escrita por Roy Thomas y dibujada por Ralph Reese: “Skulls in the Stars”.

 

www.tebeosfera.comMarvel siguió vinculando al personaje con el horror debido a la época histórica a la que remitía, por entonces muy visitada por los guionistas y dibujantes de historietas de horror, y también a tenor de su efigie más propia de un cazador de vampiros que de un adalid de la fantasía heroica. Kane pasó, de este modo, por Dracula Lives!, donde mantuvo un primer duelo con el Señor de los Vampiros. Su tercera aventura dibujada se publicó en una revista que fue ideada para dar cobijo a los personajes howardianos que los lectores –aparentemente- no deseaban ver como complementos de los cómics de Conan: Kull and the Barbarians. La idea inicial del editor de esta publicación, Thomas, había sido lanzar miniseries en color protagonizadas por los otros personajes howardianos, una por Kull, otra por Sonja, otra por Solomon Kane y otra por Bran Mak Morn. Pero no logró convencer al director editorial de aquella idea de lanzar “miniseries” (un concepto nuevo entonces) y tuvieron que alojarse entre las páginas de un magazín para vivir una aventura editorial que no disfrutó de suerte: sólo tres números en 1975. Mas, en Kull and the Barbarians hubo lugar para elaborar una gran adaptación a la historieta del personaje en “The Hills of the Dead”, con un Solomon espigado y resuelto que diseñó el gran Neal Adams.

 

Tras la muerte de la revista de los bárbaros anejos, Solomon Kane halló refugio junto a Conan. Lo mismo ocurrió con Kull y con Red Sonja, que fueron a parar a las páginas en blanco y negro de la revista The Savage Sword of Conan. En el núm. 13 de esta revista (agosto de 1976) fue publicada la historieta “The Right Hand of Doom”, que ahora contaba con nuevo guionista, Doug Moench, quien lo vinculó con las historietas de horror típicas del período post-code pero con interés por alejarse de las garras de la censura, si bien el único riesgo que se plantaba el guionista era describir figuras demoníacas que acababan ensartadas en el acero del espadachín. El plan de Thomas, que era el editor de todos sus guionistas, era ir construyendo la biografía del personaje en viñetas y volvería a aparecer una y otra vez, espaciadamente, en Savage Sword (hasta el núm. 22).

 

www.tebeosfera.comEn 1976 pretendieron colar al personaje en los comic books en color de la casa contando para ello con Howard Chaykin, cuya inventiva formal había funcionado relativamente en la serie de DC protagonizada por Fafhrd y el Ratonero Gris, y otros héroes cercanos a la fantasía heroica. Así, cuando tomó a Solomon bajo su responsabilidad acabó convirtiéndolo en lo contrario de lo que era: un tipo aparentemente jocundo ataviado con colorista vestimenta. La serie a la que fue invitado fue la de miscelánea, o “de prueba” de nuevos artistas y creaciones, Marvel Premiere, donde tenía cabida de todo: Warlock, Iron Fist, Hércules, Satana, Liberty Legion, Woodgod, el Monark Starstalker del mismo Chaykin... todo un popurrí de criaturas fantásticas donde un aventurero puritano no descollaría, y más por causa del extravagante aspecto que le diseñaron para su aparición allí.

 

Aquella historia en dos entregas realizada por Howard Chaykin, autor que estaba experimentando por entonces con las fórmulas genéricas, no caló y Solomon prosiguió una vida editorial similar a su vida en la ficción: vagabunda. Su figura volvió a las páginas de The Savage Sword of Conan, y durante 1977 aparecieron cuatro de sus aventuras en blanco y negro. Pero ante el rechazo del público amante de Conan, que no quería complementos de esta índole según iban declarando en las cartas que remitían al editor, la siguiente aventura del personaje, “The Footfalls Within”, fue destinada al magacín de miscelánea en blanco y negro Marvel Preview. Roy Thomas quiso por todos los medios que el personaje permaneciese vivo y mantuvo hasta el núm 41 su presencia en The Savage Sword of Conan, ofreciéndose en cuatro entregas la adaptación de la aventura africana “Moon of Skulls” y también el poema “The Return of Sir Richard Grenville”.

 

Tras la marcha del guionista de Marvel en 1981, el personaje fue invitado más raramente a la colección de Conan en blanco y negro, pero hubo tiempo para disfrutar de adaptaciones que había dejado encarriladas el bueno de Thomas: “Wings in the Night”, que apareció en los números 53 y 54 de Savage Sword, y “The One Black Stain”, en el número 62.

 

www.tebeosfera.comTan escasas apariciones eran insuficientes para los amantes del personaje. Aunque obtuvimos alguna satisfacción puntual, como aquella historieta que de repente apareció en The Savage Sword of Conan: “Red Seas”, publicada en 1982. Aquella aventura ‘en la recámara’ vio la luz oportunamente dado que sirvió para refrescar la memoria a unos aficionados que, al cabo de unos meses, podrían disfrutar de una serie en color del personaje. Fue el editor Larry Hama quien decidió dar otro empujoncito al puritano y para él concibió la serie de comic books The Sword of Solomon Kane, donde quien gobernaba los guiones ya no era Roy Thomas y se notó. El responsable fue Ralph Macchio, guionista eficaz, gran conocedor de la mitología howardiana pero que observó algún desliz cronológico en sus nuevas adaptaciones de relatos de Howard. Ello no fue óbice para obtener un puñado de historietas interesante,  con un tratamiento más que digno del personaje.

 

La miniserie duró seis números, en los que dio tiempo a adaptar unas cuantas de las narraciones originales de Robert E. Howard. Después de esta corta serie, Solomon siguió apariendo como personaje invitado en las publicaciones de Conan, pero su magia se había apagado para entonces. Su presencia en The Savage Sword of Conan resultó testimonial, en respuesta más que nada al deseo de Roy Thomas de recuperar al personaje a su vuelta a Marvel, aunque fuera simbólicamente y compartiendo aventuras con Conan incluso. Cabe decir, por añadidura, que se publicó por entonces una historieta que transcurre en España, “Satan’s Sanctuary”, destinada a la revista de reediciones Conan Saga, acaso por el poco interés del editor de ubicarla en Savage Sword y así esquivar el presumible descontento de los seguidores del cimmerio.

 

www.tebeosfera.comLa penúltima aventura de Solomon Kane servida en cómics fue “Perceptions”. Fue ésta una historieta editada para su lectura con efecto tridimensional (con las preceptivas gafas bicolor) que editó el sello californiano Blackthorne Publishing. Blackthorne tenía un catálogo de cómics realmente pintoresco, acostumbrado a hacer refritos con un sentido editorial singular. Incluía comic books de piratas y de acción, como Waxword, cómics sobre surfistas, como The California Raisins, explotaron alguna licencia inspirada en estrellas del pop, como Moonwalker, y contaban con una serie dedicada a publicar historietas en tres dimensiones. En aquella serie, Blackthorne 3-D Series aparecieron tebeos de desigual calidad protagonizados por Star Ward, Betty Boop, el payaso Bozo, Bullwinkle and Rocky, G.I. Joe, Little Nemo in Slumberland, Salimba... y allí trajeron de invitados (a finales de los ochenta) a los personajes Red Sonja, Solomon Kane y Kull en un momento en que los derechos de explotación de los personajes estaban en el limbo. El resultado supone toda una curiosidad que merece la pena poner al alcance del aficionado para disfrutar de una recopilación completa de las aventuras de Solomon Kane, una de las creaciones howardianas más interesantes.

 

www.tebeosfera.comKANE EN ESPAÑA.

 


En España fueron publicadas muchas de las aventuras de Kane por Vértice, al menos hasta donde alcanzó en su edición de los contenidos de The Savage Sword of Conan, pero todas aquellas historietas fueron mal traducidas y peor impresas. El listado de todas las historietas de Solomon Kane existentes, ordenado según la cronología vivencial del personaje, y sus traducciones comenzando por las de Vértice, se halla ordenado en esta página web.

 


Con posterioridad, y viendo que los editores de Planeta dejaron al personaje de lado cuando comenzaron a editar los cómics de fantasía heroica de Marvel, se lanzó
una edición con formato de libro de 250 páginas que recopilaba las historietas de este personaje fotocopiadas desde las ediciones de Vértice, con una nueva cubierta que se montó a partir de una de las de López Espí. El sello editor que figuraba en aquel libro fue Fantasía e Ilustración Fantástica, sin fecha en créditos aunque vio la luz en la segunda mitad de los años noventa. Incluyó un prólogo de J. C. Herranz (presumiblemente, el único faneditor visible, aunque el responsable real fue el entonces librero Manuel Berrocal junto con su socio) y las historietas que recogió fueron, por este orden: “Cráneos en las estrellas” de Thomas y Ralph Reese, “La bestia de plata de Torkertown” de Doug Moench y Mike Zeck, una historieta sin título de Alan Kupperberg y Sonny Trindidad (era “El castillo del diablo”, que tanto Marvel como Vértice lo publicaron sin logos originalmente), “Dragón en el castillo de Frankenstein” de Don Glut y Sonny Trinidad, “Las frías manos de la muerte” de Don Glut, Steve Gan y Dino Castrillo, “El castillo del no muerto” de Roy Thomas, Alan Weiss y Crusty Bunkers, “Retribución en sangre” de Don Glut, David Wenzel y Don Marilitz, “La mano derecha del destino” de Doug Moench y Steve Gan, “Resonar de Huesos” de Roy Thomas y Howard Chaykin, “La marca de Kane” y “Los colmillos del Dios Gorila” ambos de Roy Thomas y Howard Chaykin, “Espadas de la hermandad” de Don Glut, David Wenzel y Duffy Vohland, “Luna de Cráneos” de Don Glut, David Wenzel y Bill Wray, “Las colinas de la muerte” de Roy Thomas, Alan weiss y Neal Adams, “En la ciudad silenciosa” de Roy Thomas, Alan Weiss y Pablo Marcos, “Las pisadas interiores” de Don Glut, Will Meugniot y Steve Gan y “El regreso a casa de Solomon Kane” de Roy Thomas, Virgilo Redondo y Rudy Nebres. El libro contenía también varias ilustraciones: de Barry Windsor-Smith, Bernie Wrightson y alguna cubierta de Weird Tales, aunque no en todos los ejemplares, que se diferenciaron también por su portada: unos llevaban la ilustración de López Espí tomada de la colección Escalofrío de Vértice y otros una de Jesús Merino fotocopiada de la edición en color de Planeta-DeAgostini.

 


www.tebeosfera.comLa editorial Planeta, en un principio comandada desde Madrid por Mario Ayuso en lo relativo a Conan, decidió prescindir de los complementos de la revista americana para alcanzar cuanto antes el ritmo de publicación de las aventuras del cimmerio, principal  atractivo para los aficionados españoles de la fantasia heroica. De esta guisa, el resto de historietas de Solomon quedaron inéditas en nuestro país. Planeta-DeAgostini publicó, eso sí y bastante más tarde, la miniserie en color de 1985 y formando parte de ella, como número extra, el contenido de los Marvel Premiere. También tradujo dignamente las últimas historietas de complemento en La Espada Salvaje de Conan, aunque no las aventuras que iban sirviéndose simultáneamente en Conan Saga.

 

Por consiguiente, hasta 2005 seguían inéditos en España algunos de los episodios más interesantes de la biografía del espadachín británico, algunos de los cuales eran los que mejor retrataban su carácter. Por ejemplo: la versión de “Wings in the Night” aparecida en The Savage Sword of Conan, el episodio “The Return of Sir Richard Grenville” o el importante momento relatado en “The One Black Stain”. En el libro de Sword/AC Tebeo Vivo se ofrecieron esas historietas y, en cojunto, permitía disfrutar de la saga del puritano casi al completo, ordenada correctamente de acuerdo con su cronología más extensa (aquí) y sin dejar de lado ningún episodio esencial, salvo alguno de los de color (como “Sombras rojas”). Además, fue la primera y única oportunidad de leer las historietas inéditas “Red Seas”, “Satan’s Sanctuary” y el peculiar experimento en ‘tres dimensiones’ titulado “Perceptions”.

 

LOS RECREADORES DE SOLOMON KANE.

 

Antes de Solomon Kane ya se habían publicado muchos relatos de espadachines vinculados con algún fenómeno horroroso y algunos de ellos habían sido ilustrados. Era el caso de los seriales baratos o ‘cheap periodicals’ que se distribuían abundantemente a finales del siglo XIX. Los que luego se llamarían ‘penny bloods’ proveían al lector de una ración de aventura o de gesta caballeresca donde era eventual invitada la deformidad, la monstruosidad o la muerte. Aunque su lectura era ligera y por lo general olvidable, destacaron algunas creaciones, como las gestas narradas por Ned Buntline a mediados del siglo XIX, quien se haría famoso luego por sus relatos sobre Buffalo Bill.

 

El héroe más representativo de estos luchadores con tesón, misión y credo fue sin duda Dick Turpin, protagonista de muchos ‘penny dreadfulls’, donde caballerso ataviados como británicos desplazados, con espada al cinto, los highwaymen, desenvainaron sus espadas ante elementos cercanos a lo fantástico. El más llamativo de estos sería Paul Peril  que llegó a luchar al lado de un esqueleto andante. Las interpretaciones gráficas de estos aventureros, por ejemplo las de H.W. Thwaites, les mostraban con el atavío prototípico del espadachín con capa que acabó instalado en nuestra iconosfera. Ese sería el modelo que inspiraría a quienes dibujaron a Solomon Kane en años posteriores.

 

www.tebeosfera.comHoward no fue muy allá en su definición de los rasgos de su personaje (de hecho nunca fue amigo de describir fisonomías detalladamente) y los lectores de Weird Tales se conforaron con saberlo delgado, cerúleo de piel, de ojos acaso grises y oscuros sus ropajes… No hubo un ilustrador de Weird Tales que se atreviese a representar sus facciones en las páginas de la revista. Hubo que esperar a las recopilaciones en libro para apreciar una representación gráfica del personaje, a cargo en este caso del excelente pintor (y también dibujante de historietas) Jeffrey Jones. Aquel esbozó, para las ediciones de Donald M. Grant y Centaur Press, una figura enlutada, escasamente definida pero imponente fue suficiente como para imbuir al lector de cierta inquietud por saber quién era esa efigie aparentemente inmisericorde. El ilustrador Bob Larkin no le enmendó la plana para las posteriores recopilaciones en formato libro de bolsillo de Bantam, evitando en lo posible acercarse al rostro del puritano. Se atrevieron más Ken Kelly (la edicion de Baen) y Gary Gianni (la reciente de Wandering Star), que nos legaron la imagen de un espadachín de rasgos nobles que había perdido gran parte de su saturnal aspecto. Incluso los artistas europeos que se acercaron a él, estos sí, ya deseosos de mostrar su rostro, nos lo dibujaron noble y hasta guapo (el español Pablo Torrecilla fue uno de ellos).

 

www.tebeosfera.comAparte, habría que comentar otras aproximaciones, las de ilustradores de los años setenta como Barry Windsor-Smith, que lo retrató en un portafolio memorable, o como Stephen Fabian, que revisó con su arte puntillista todo el panteón howardiano. Sus Solomon respectivos son severos, cargados de fuerza y poderosos, pero también saludables y respetables en demasía. En opinión de quien esto escribe, fue Ned Dameron quien más acertó con la imagen ilustrada de Solomon (en 1976), pues no dudó en ampliar su frente y apretar su ceño, en una imagen más descriptiva de lo que significaba aquella férrea determinación puritana…

 

En los cómics, Solomon tuvo la mala fortuna de que pasó por las manos de muy diferentes artistas, tanto guionistas como dibujantes. Estos le confirieron un aspecto marcado de antemano por un patrón, el de Marvel, que esterotipó sus rasgos y apariencia en general. Como se dio la circunstancia de que hicieron bailar al personaje de un título a otro, sin afincarlo en serie propia, el dibujo le sería encargado por lo común a autores neófitos diversos o a profesionales de segunda fila, con lo que la presencia gráfica del espadachín quedaría seriamente perjudicada.

 

El primer intérprete de Kane fue Ralph Reese, un profesional curtido en mil batallas (provenía de la vieja escuela de cómics de horror), pero por desgracia no se quedó para dibujarlo. Los siguientes le superaron en su acercamiento a la personalidad de Solomon, pues el magisterio de Neal Adams se filtró en los lápices de Alan Weiss, si bien cuando éste dibujó sus aventuras para Kull and the Barbarians era un recién llegado a la industria. El filipino Steve Gan, el neófito Mike Zeck y el también joven y deseoso de experimentar Howard Chaykin fueron sus siguientes intérpretes, cada uno aportando una versión muy distinta del puritano. En el caso de Chaykin, quiso dotarle de un ‘uniforme’ diferenciador pero que no casaba con el porte sombrío del personaje original.

 

De las aventuras siguientes, aparecidas como complemento en The Savage Sword of Conan, se encargaron autores filipinos como Sonny Trinidad, Virgilio Redondo, Rudy Nebres, todos ellos buenos profesionales, pero que diversificaron aún más la presencia del personaje al tratarlo con diferentes aproximaciones (le invistieron de cierta nobleza que no le convenía, en algunos casos). Y el mismo defecto observó Will Meugniot –un profesional válido pero secundario en la historia de los cómics Marvel- cuando dibujó la historieta que apareció en Marvel Preview.

 

www.tebeosfera.comDavid Wenzel, el siguiente encargado de Kane en The Savage Sword of Conan, practicó un acercamiento al personaje que nos pareció bastante correcto a muchos, y de hecho son mayoría quienes consideran que su aprecio por Kane, a quien no le resta elegancia pese a dibujarlo circunspecto, es la mejor versión dibujada en historietas del puritano de R.E. Howard. A su sombra habría que citar a los autores de la serie limitada The Sword of Solomon Kane: a Bret Blevins, un profesional demasiado tendente a la caricatura pero muy coherente en general con los universos heroicos, a Jon Bogdanove y a John Ridgeway, ambos excelentes dibujantes que aquí supieron estar a la altura, si bien sólo aportaron una historieta del personaje cada uno. Y, claro, hay que citar al gran Mike Mignola, autor de un único episodio y que hubiera sido de desear que se encargara él sólo de toda la miniserie en color.

 

Los otros autores que dibujaron a Solomon Kane, como Steve Carr, Aaron Lopestri o Dani Bulanadi tampoco aportaron una versión lo suficientemente destacable, salvo, acaso, por lo que respecta a Carr, que supo imbuir los fondos de sus historietas e ilustraciones de una oscuridad necesaria para comprender el mundo, histórico pero fantasmagóricamente inquietante, por el que se movió este espadachín de frío corazón.

 

www.tebeosfera.comEs una lástima que no se hayan seguido produciendo aventuras de este personaje, a quien Carlos Pacheco y Rafael Marín rindieron homenaje a su paso por Fantastic Four (con el carismático Hellscout). Gary Gianni, el ilustrador de su última recopilación en los Estados Unidos, hubiera sido un ideal dibujante para sus cómics, como ha demostrado con el Solomon Kane Portfolio, donde mostró seis pinturas del personaje y dos ilustraciones a plumilla soberbias, a lo que habría que sumar su adaptación del poema The Solomon Kane’s Homecoming y el Solomon Kane Sketchbook, con 28 dibujos en blanco y negro.

 


[1] En aquel libro, y por cuestión de derechos, no fue posible publicar el cameo en blanco y negro de Kane con Conan y tampoco se pensó en rescatar la serie en color del espadachín por cuanto la había publicado recientemente Planeta-DeAgostini y, aparte, sirvió aventuras que ya habían sido seleccionadas en blanco y negro para el volumen. Y de la historieta “Solomon Kane’s Homecoming” sólo se escogió una de las cuatro versiones en viñetas existentes.

Creación de la ficha (2010): Manuel Barrero
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Manuel Barrero (2010): "Solomon Kane. Espadas contra el horror.", en Tebeosfera, segunda época , 5 (2010). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 30/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/solomon_kane._espadas_contra_el_horror..html