TEBEO DE GRAN PENA
MANUEL BARRERO

Title:
Comic of great sorrow
Resumen / Abstract:
Reseña del libro 'Calle de La Desolación' de Nicolás / Review of Nicolás' book 'Calle de La Desolación'
Palabras clave / Keywords:
Nicolás, Cómic poético/ Nicolás, Comics Poetry
  • Algunas páginas de este libro, muestrario del tono imperante.

TEBEO DE GRAN PENA

 

Pensábamos que la figura del mecenas estaba ya olvidada, pero ha rebrotado, como algunas ideas que creíamos muertas en el siglo XXI y que han sido “reinventadas” a raíz de la creación de nuevas plataformas virtuales (como el crowdfunding) o de la reivindicación nostálgica. Este último caso es aplicable a Nicolás, un autor semiolvidado de los años ochenta, que siempre fue reclamado por una minoría pero que no logró nunca el apoyo de un editor para sacar a la luz sus muchas obras producidas. La ocasión llegó con Pepe Cueto, editor de Matraca Ediciones, ávido rescatador de la cultura de quiosco (su recuperación de la literatura de Joseph Berna es meritoria) y ahora mecenas a jornada completa de Nicolás Martínez Cerezo.

Nicolás es un artista que de niño parecía mayor, por todo lo que sabía o intuía, y que de mayor cada vez parece ser más niño, a la vista de las obras que conocemos de él. Cueto ha recuperado gran parte de sus realizaciones, dejando de lado la más conocida, La Gorda de las Galaxias, por tratarse de una obra “de” Editorial Bruguera cuyos originales no ha logrado reunir al completo aún. También está ese fascinante tebeo que Nicolás hizo sobre The Beatles y otras colaboraciones esporádicas, que poco a poco van siendo recuperadas en libros de todo tipo, desde el epigramario hasta la biografía disimulada (El fantasma José Enrique, Sabor a serie negra y otros sabores, Una tontería para cada día, La náufraga lejana, Aventuras de un niño raro). Finalmente, el editor ha decidido abrir una colección exclusiva para Nicolás, titulada Bocata di Cardinale, en la que se han ido publicando los recopilatorios del fanzine Tebeos del Bollo y obras de nueva creación, como Calle de la Desolación, que podría entenderse como un poemario en viñetas.

Calle de la Desolación, que toma su nombre de un tema de Bob Dylan, es un tebeo amargo sobre la paradoja que anida en cada aspecto de la vida, que suele ser malo y bueno al mismo tiempo. Se trata de una obra de singular formato, muy pequeño (15 x 10,5 cm), que va sirviendo tiras cómicas desestructuradas, porque se ofrecen a razón de una viñeta por página, generando historias de cuatro, cinco o seis viñetas, resueltas con trazos de gruesa tinta negra. Ya el mismo autor declara en la entrevista incluida en el libro que se trata de una suerte de poemario gráfico, una creación que escapa del concepto “cómic” para definirse más bien como «un grito de dolor». En efecto, este libro parece creado para cauterizar heridas. Nicolás dota de vida con sus rotuladores a un personaje elemental, una suerte de habichuela con patitas, que camina por un mundo desolado, el resultado de un apocalipsis, y en ese escenario habla sobre todo de desamparo y de sufrimiento. Si aparece el amor, le sale al paso la muerte (“Siempre espero esa llamada de teléfono / Esa llamada de amor y justicia / Pero solo me llama la muerte diciéndome “Te quiero”). Si se cita el sexo, sale al paso la lujuria (“Cuando la masturbación / es escribir mensajes de amor / en el alma de la luna”). Si al horizonte se acude, al desierto se llega (“Horizonte vacío / Sentir amor inmenso en este mundo / Es como el libro de Lawrence de Arabia / Rebelión en el desierto”). Si se eleva a lo más divino, se desciende a lo más humano (“Busqué el ojo de Dios / Lo busqué por todos lados / ¡Y al fin lo encontré! / En el ojo del culo de una muchacha soñada”)… Y en este camino de contrastes, que a veces caen en lo infantil, se cruzan bombarderos, pederastas, violadores, muros elevados, machistas, pornógrafos y prostitutas que parecen ser los únicos supervivientes del desastre.

En realidad, este tebeo es un muestrario de angustias, las del propio autor ejerciendo como poeta lúgubre antes que como humorista naíf. Esta aflicción no deja de supurar en cada página de este librito, sobre todo cuando Nicolás menciona el amor no correspondido, cuando clama por la sexualidad necesaria y urgente, y cuando llora por el latido opaco que deja la ausencia de una madre. Las codas a sus poemas dibujados, que siempre son calaveras nada sonrientes, dejan un regusto acedo tras cada lectura, sobre todo al acabar el libro, porque contiene un poemario de Javier Pastor a modo de anexo que tampoco ayuda a recobrar el ánimo.

Estamos ante un tebeo singular, porque no parece un tebeo, y ante un poemario único porque difícilmente será entendido como poesía. Calle de la Desolación casi parece amoldarse más a la idea de testamento emocional dibujado, algo que hemos visto escasamente en el mundo del cómic y que ahora disfrutamos gracias al impulso de un editor y a la sinceridad de un autor que ya sabe a ciencia cierta que perdió la infancia y la esperanza mientras trataba de ser niño y optimista.

Por paradójico que parezca, resulta vivificante leer algo así de vez en cuando, porque nos recuerda la verdad triste que anida tras el amor y la calavera monda que espera tras cada ilusión.

Creación de la ficha (2020): Félix López
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Manuel Barrero (2020): "Tebeo de gran pena", en Tebeosfera, tercera época, 12 (24-I-2020). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/tebeo_de_gran_pena.html