TERRITORIO BLASCO
A propósito de Jesús Blasco y sus hermanos Alejandro y Adriano, no cabe equívoco alguno respecto a la profusión y calidad de sus trabajos gráficos a lo largo del tiempo. El apellido Blasco atraviesa exitosamente décadas de la historia del cómic español, asentándose de igual modo en diferentes mercados europeos, siempre en compañía de merecidos elogios y reconocimientos. En la hipotética nómina de los más grandes autores españoles, Jesús Blasco, bien de manera individual o bien con la asistencia de su equipo, es una de las referencias fundamentales sin discusión, un auténtico maestro de los lápices, cuya evolución resulta tan atractiva como contundente. Un modelo insoslayable del dibujo entre viñetas y la ilustración.
De esa forma, podemos estar de enhorabuena al recibir la estupenda edición en blanco y negro de uno de los trabajos más interesantes de la marca Blasco. Se trata de Los guerrilleros, conjunto de historietas de temática wéstern, que se publicó por vez primera en Bélgica, entre 1968 y 1973, en las páginas de la conocida revista Spirou, concretamente en los números 1557 al 1585, 1652 al 1667, 1674 al 1691 y 1841, 1842, 1844 y 1846. La editorial ECC nos brinda esta nueva edición (2017), que contiene las cuatro historias de la serie, convenientemente revisadas y ordenadas, y también enriquecidas con tres lustrosas introducciones, venidas de la mano de Joaquim Noguero, Antoni Guiral y Luis Gasca, respectivamente.
En la primera de estas introducciones, el profesor Noguero nos refiere los incipientes pasos de Jesús Blasco en algunas revistas como Mickey y Chicos; precisamente en esta última, Jesús se convertirá muy pronto en una de las firmas fundamentales del dibujo realista, junto a la figura indiscutible de Emilio Freixas. A partir de 1953, según apunta Noguero, los dos hermanos comienzan a colaborar con Jesús, creando así un equipo de trabajo que conseguirá grandes desarrollos, irradiando su producción allende las fronteras. En esa época, la firma Blasco comienza su andadura en el anchuroso mercado británico, ¡y de qué manera! En tan solo unos años, Jesús Blasco se constituye en uno de los autores más reconocidos, lo que provocará nuevos y constantes encargos por parte de múltiples publicaciones, pertenecientes principalmente a la editorial Fleetway, que después se integró en el grupo IPC. Aunque Noguero no lo nombra, hay que decir que Alejandro y Adriano también estampan su firma en algunas historietas inglesas, seguramente las que dibujaron con mucha más implicación por su parte; no obstante, la firma reconocible de Jesús es la que impera en la mayoría de los acabados, lo que proyectará su nombre hacia un prestigio internacional, cuyo eco llega hasta nuestros días. Recuérdense, por ejemplo, las numerosas historietas del personaje de Buffalo Bill para la cabecera Comet, las de Billy the Kid, Robin Hood, Wyatt Earp y Dick Turpin para Sun, las de Kit Carson y Buck Jones para el pocket Cowboy Picture Library, o series como Vengeance Trail, The Steel Claw ‒posiblemente la más afamada de todas‒, Danger Man, Rob Riley, Montezuma's Daughter, Black Barlemy Treasure, Martin Conisby's Revenge, The Fantom of the Forest, The Indestructible Man, Val Venture, y muchas otras colaboraciones en revistas y colecciones de diversa factura, incluyendo ilustraciones infantiles, versiones de cuentos tradicionales, cómic romántico, y un largo etcétera, cuyo listado todavía no hemos sido capaces de concretar definitivamente.
Por su parte, el estudioso Toni Guiral inicia su sección rememorando a los diversos autores españoles que, en los años cincuenta del siglo pasado, tuvieron que emigrar a otros países ‒especialmente a Francia y Bélgica‒ en busca de un trabajo estable y mejor remunerado. Este asunto le sirve a Guiral para situar a los Blasco en las editoriales francófonas, justo en el momento en que no pocos autores españoles comenzaban a participar en revistas y proyectos autóctonos. Seguidamente, Guiral nos explica con detalle el proceso de publicación de Los guerrilleros, analizando los prolegómenos de sus distintas entregas, el papel de los diferentes guionistas, las posibles influencias del cine y otros cómics y, por supuesto, los logros artísticos del equipo Blasco. Se insiste aquí en el ostensible hiperrealismo de la obra, en sus apabullantes primeros planos y en su exquisito tratamiento de sombras y claros que acentúa la fisicidad de los personajes y enriquece la composición de la página. Otro de los aspectos tratados por el estudioso es la descripción caracterológica de los tres protagonistas de la serie, Ray, Yuma y Pedro Alvarado de Guzmán, repasando sus características más esenciales, que vienen a ser bastante prototípicas en cuanto a las figuras en las que se basan, esto es, la del héroe, la del auxiliar y la del gracioso. Finalmente, Guiral describe Los guerrilleros como una obra realista de madurez y virtuosismo, un wéstern clásico pero influido por las nuevas tendencias del spaghetti western; se advierten, por ello, algunos guiños humorísticos y un avistamiento de rasgos caricaturescos, sin perder en ningún momento el denominador común de historia épica y dramática.
En la tercera introducción, alguien tan experto en el estudio del cómic como Luis Gasca nos acerca a las diversas ediciones de Los guerrilleros en suelo español, recordando en primer lugar las publicadas en las revistas Hunter y Chito. Nos habla también de la trayectoria de dos de sus guionistas, Miguel Cussó Giralt y José Ramón Larraz, grandes nombres que quizá no han recibido toda la atención que merecen. Y sobre todo, nos detalla la edición de Pala (1973), que el mismo Gasca dirigió, y en la que Antonio Martín, otro ilustre de la crítica y teoría del cómic español, aportaba un prólogo extraordinario, con numerosa documentación y extensos análisis de toda la obra de Jesús Blasco, a lo largo de cuatro décadas y diferentes mercados. La edición de Pala sólo reproducía una de las entregas de la serie, y para su elaboración, nos cuenta Gasca, el propio Jesús logró recuperar las planchas originales, a partir de las cuales diseñó la pauta de colores a la aguada. Bendita joya del ayer.
Sin lugar a dudas, la edición de ECC que hoy presentamos nos devuelve una de las mejores obras del territorio Blasco. Nos topamos con un wéstern rotundo y fascinante, no exento de algunas notas de humor y, sobre todo, brillantemente dibujado. Admirables son, entre otras menudencias, el dinamismo y el control anatómico, la combinación de planos y perspectivas en una misma página, la fuerza de la mancha en las viñetas (o la ausencia de ella cuando es necesario), la solidez de los rostros, casi fotográficos en algunos casos, y la impresionante fuerza de la línea y la rotulación, donde se presume la huella concluyente de Jesús Blasco. En nuestra opinión, la serie de Los guerrilleros rezuma calidad en abundancia y despliega unas cuantas lecciones de dibujo realista. Es evidente que los Blasco realizaron estas páginas con gran minuciosidad y talento, disfrutando y amando a partes iguales los trazos que brotaban de sus lápices. Y es palpable asimismo que los lectores y contempladores de esta obra podemos gozar de un cómic bellísimo como pocos. Ojala sea este un punto de partida y tengamos la suerte de ver reeditadas en buenas condiciones otras obras modélicas de la firma Blasco.