UN CLÁSICO ANDA SUELTO: LA PRIMERA APARICIÓN DE MORBIUS
Morbius es un personaje que nace de la relajación de la censura, o más bien, autocensura, del Comics Code Authority (CCA), creado en 1954 para controlar los contenidos de los cómics estadounidenses. El CCA nace como autorregulación de la industria editorial a raíz de la cruzada del psiquiatra Fredric Wertham, que con su libro Seduction of the innocent, vinculaba las tasas de criminalidad con las historias violentas y macabras que se publicaban en Estados Unidos, sobre todo por EC Comics, editorial que, tras las investigaciones de un subcomité del Senado, acabó por desaparecer. La industria prefirió autocensurarse. Entre las recomendaciones a las editoriales para conseguir que pudiera figurar el CCA en las portadas, los cómics (salvo los humorísticos) no debían incluir monstruos en todas sus variantes. Esto incluía a los vampiros.
Pero en 1971 las cosas habían cambiado: la cruzada de Wertham era cosa del pasado, y ni la industria ni el público lector eran los mismos. Marvel, de hecho, había publicado tres números sin imprimir el sello del CCA en su portada. Hablamos de la famosa “trilogía de las drogas”, (mayo-julio de 1971), que tocaba un tema que desaprobaba el CCA pero que sin embargo respondía a una petición del gobierno federal de hacer campaña contra el consumo de estupefacientes. La decisión de Marvel marcó un antes y un después en el mundo del comic book. El CCA se podía franquear y era cuestión de tiempo incluir nuevas temáticas. Así pues, en 1972, Marv Wolfman y Gene Colan retomaron el mito de Drácula para darle un toque aventurero, convirtiendo al vampiro en un antihéroe que se enfrentaba a individuos más peligrosos o monstruosos que él. Pero antes de esto, llegaría Morbius.
La minisaga de Morbius es también la resolución de una trama iniciada por Stan Lee (1922-2018), que mete en un embrollo a Roy Thomas (1940), el gran aparejador de Marvel, y que éste resuelve de manera magistral. Thomas toma las riendas de la serie en el número 101. Y para resolver el cliffhanger de Lee en el número 100, el último escrito por The Man para la serie, creará a Morbius, un vampiro viviente adaptado al contexto heróico
Gil Kane (1926-2000) había tomado los lápices para Amazing Spiderman en el número 96 de la colección, precisamente el primer número de la citada “trilogía de las drogas”. En el número 100 (junio de 1971) realizaría su primera gran aportación gráfica al universo arácnido. Para celebrar la efeméride que, como decimos, suponía también su despedida de la serie, Lee quiso dar un golpe de efecto. Por eso diseña una trama espléndida: Peter Parker va a pedir a Gwen Stacy que se case con ella. Pero para eso ha de deshacerse de su molesto alter ego. Debe, por tanto, dejar de ser Spiderman. Para ello toma un brebaje que le quitará los poderes. El compuesto, del que no se tenía noticia hasta ese momento, tiene efectos no deseados: a Spiderman no solo no le quita los poderes, sino que le provoca que le crezcan cuatro brazos más, convirtiéndole en una auténtica araña humana. El drama está servido, como no puede ser de otra manera cuando hablamos de este personaje. En las diecinueve páginas de este número 100, y tratándose de un número conmemorativo, Lee aprovecha para repasar el pasado del personaje y mostrarnos una selección de sus peores enemigos. Un viejo truco narrativo para presentarle a los nuevos lectores que se iban incorporando con los años a la colección. Kane está asistido en el entintado por uno de los mejores de aquellos años: Frank Giacoia (1924-1988). En el tercer número que aquí reseñamos, Giacoia es ayudado por Tony Mortellaro. No está acreditado el autor o autora del color y la rotulación es obra de un clásico de la casa: Artie Simek. Lee, que ya no escribe, ejerce como editor de la serie.
Con el final en alto diseñado por Lee, la trama solo podía elevarse si caía en las manos adecuadas, y Thomas en aquellos años era un torrente de creatividad. Spiderman recurre a Curt Connors, alias El Lagarto, para que le ayude. Pero no es una buena idea: Connors se transforma en el temido reptil humano, acérrimo enemigo de Spiderman. A lo largo de veinte trepidantes páginas, con la magnífica puesta en escena desplegada por Kane y Giacoia, aparece otro personaje, Michael Morbius, un vampiro viviente, que escapa de un navío en amenazado por sus tripulantes, en una nada disimulada vuelta de tuerca a uno de los pasajes más famosos de la novela de Bram Stoker: el diario de a bordo de la goleta Démeter, en la que Drácula viaja a Inglaterra. Morbius se refugia en el ático de la casa de verano de Connors, a donde este médico manco ha acudido con el atribulado Spiderman en busca de una cura. Todo ello en este número 101.
El gran desarrollo de la primera aventura de Morbius en Marvel tiene lugar en el número 102 (julio 1971), un especial de treinta y cinco páginas, dividido en tres partes, y realizado por el mismo equipo creativo. En la primera parte, y en una espectacular splash-page marca de la casa, Kane nos muestra el pasado de Morbius. Se trata de un científico que padece una enfermedad incurable en la sangre, lo que le lleva a experimentar con murciélagos vampiro en busca de una cura. Pero la cura le convierte en un ser sediento de sangre.
Thomas, en un acierto narrativo, traza un paralelismo entre la enfermedad de Morbius y la de Spiderman. Y, para retorcer más la trama, nos cuenta que es en la propia sangre de Morbius donde se encuentra la clave para la curación de Peter Parker. Asistimos entonces a una persecución del vampiro por parte de Spiderman y de Connors, que recupera su consciencia humana pese a tener el aspecto reptiliano de su temible alter ego. El resto del número 102 es una sucesión trepidante de luchas y persecuciones, con un final feliz, pero abierto. Thomas y Kane tejen una historia con una enorme tensión dramática en todas las viñetas. Los momentos de tregua son también importantes, pues en ellos asistimos a la desazón de Gwen ante la ausencia de Parker, o a la confesión de J. J. Jameson a Robbie Robertson sobre el negro futuro que le espera al Daily Bugle.
Kane despliega a lo largo de los tres números, pero sobre todo en el 102, su enorme arsenal de recursos: primeros planos, contraplanos, escorzos, picados, contrapicados, páginas con disposición vertical, figuras que rompen el molde de la viñeta… Una muestra del extraordinario talento narrativo de este dibujante de origen letón, asistido por el extraordinario pincel de Giacoia. Por todo ello, esta primera aparición de Michael Morbius constituye uno de los debuts más afortunados, desde el punto de vista artístico, de todo el universo Marvel. Un clásico del personaje dentro de una etapa clásica, mítica. Un clásico entre clásicos.
Ediciones en español de Amazing Spiderman 100-102 (Marvel Comics, mayo-julio 1971):
Spiderman, vol. 1, 44-45 (Vértice, 1973)
Spiderman, vol. 3, 46-48 (Vértice, 1978)
Spiderman de John Romita. Línea Excelsior, 43-44 (Forum, 2000)
Biblioteca Marvel: Spiderman, línea Excelsior, vol.1, 18 (Forum, 2004)
Marvel Gold: El Asombroso Spiderman vol.1, 6 (Panini, 2015)
Spiderman: La Colección Definitiva vol.1, 3 (Salvat, 2018)
100% Marvel HC: Spiderman vs. Morbius (Panini, 2021)
Marvel Omnibus: El hombre llamado Morbius... El Vampiro Viviente (Panini, 2021)
Fuente: Universo Marvel y Tebeosfera.