UN ESPIRITU LIBRE ENTREVISTA A DAVID RUBÍN |
Tebeosfera: ¿Te consideras un creador que trabaja en un medio, el cómic, en un régimen de libertad expresiva, dado que naciste tras la muerte de Franco?
David Rubín: Si, la verdad es que hago los tebeos que me da la real gana.
Ilustración para la cubierta de la segunda edición de El circo del desaliento (2008) |
T. A la hora de expresarte, ¿consideras que el cómic es un medio que te permite hacerlo de forma distinta a otros medios?
Portada promocional del nuevo trabajo del autor, El Héroe (prev. 2011) |
T. Suponemos que habrá autores que te influyeron cuando desarrollaste tu estilo, aunque en tu caso hay una fuerte carga de ideas propias...
D.R. Todo influye. Hay autores que te influyen, unos en determinadas épocas, otros en otras; según avanzas y evoluciona tu estilo, tus inquietudes cambian, y tus gustos como lector también. De todos modos, el cómic es una más de mis muchas influencias, no me gusta beber sólo del medio en el que me expreso, pienso que ceñirse sólo a eso empobrece tu arte, has de beber de muchas fuentes, mezclarlas, estirarlas, romperlas, hasta conseguir como resultado algo nuevo, eso es el estilo propio.
T. Es obvio que has bebido de variadas fuentes, porque tú comenzaste como todos los de esta última generación, que se han movido en fanzines, concursos, en animación incluso, en internet quizás...
D.R. Al principio ni dios te conoce y el modo que tienes de darte a conocer y comenzar a publicar es ése; gracias a los concursos conoces a otra gente a la que le gusta hacer tebeos como a ti, os juntáis y hacéis un fanzine. Te curtes un tiempo haciendo historietas cortas en fanzines, y cuando consideras que estás preparado comienzas a moverte por revistas y a enseñarles tu trabajo a editores. De todos modos, cuando yo empecé internet aún estaba en pañales, no existían los blogs ni nada de eso, imagino que ahora será mucho más fácil mover y dar a conocer tu trabajo que hace unos años.
Mmmh!! (2001) | BD Banda nº 3 (2002) | Barsowia nº 3 (2003) |
T. ¿Crees que en España se ha hecho una historieta demasiado pendiente de modelos foráneos en los últimos treinta años?
La verdad es que me da bastante igual. Creo que hay de todo, gente que fusila o se adapta a los modelos imperantes en Francia o EE UU y otros que van por libre o adaptan modelos menos conocidos, en cualquier caso, considero que la oferta de tendencias que muestra la generación actual de autores españoles es muy variada y en muchos de los casos de una gran calidad, sea el estilo que sea el que manejen, y esa pluralidad es lo que ayuda a crear lectores, a abarcar cualquier tipo de gusto. El tiempo de las "escuelas" o tendencias tipo "línea clara"-"línea chunga" es cosa del pasado, por suerte.
T. ¿En tu caso, adónde quieres llegar como autor o adónde quieres que la historieta te lleve?
D.R. Mi plan es ganarme la vida escribiendo y dibujando tebeos. Pero los tebeos que me dé a mí la gana, los que sienta que tengo que hacer, no los que me diga un editor o los que dicte tal o cual tendencia imperante o moda pasajera. Y en ello ando.
T. ¿Qué otras actividades desarrollas tú en paralelo al cómic; crees que la interconexión entre disciplinas artísticas o de la comunicación beneficia al medio?
D.R. Últimamente trabajo más en cómic que otra cosa, pero de vez en cuando acepto encargos de ilustración o algunos temas de audiovisual. Por supuesto, creo muy necesaria la interacción con otros medios, disciplinas y artes, todo enriquece, y cuanto más mejor.
Ilustracion para Polaqia titulada Cazadora de Monstruos |
D.R. Creo que es la mejor de los últimos diez o quince años, sin duda. No es todavía la panacea soñada, pero por algo hay que empezar, y la verdad es que ya estoy un poco harto de tanto llorar y tanto quejarse de que la situación está muy malita en el cómic español, hacía años que no se veía tanto autor español, y tan diferente, en la oferta que puedes encontrar en cualquier librería, y creo que muchos de los cómics españoles más interesantes se están produciendo justo ahora. Lo que hay que hacer, en vez de repetir como un mantra el sambenito de que aquí no se vive del cómic, es intentar hacer cómics que interesen no sólo a los lectores habituales del medio, sino a lectores esporádicos, y así ir creando una masa de lectores cada vez mayor, eso es lo único que va a conseguir que se pueda, algún día, vivir del cómic por estos lares; que se normalice su lectura en la sociedad y se equipare a la literatura, como ocurre en Francia, y gracias a varias obras publicadas en los últimos años, poco a poco, creo que se está consiguiendo, pero no creo que podamos llegar al modelo francés de hoy para mañana.
T. Dado el estado actual de la industria del cómic en España, muchos autores jóvenes españoles están optando por trabajar para mercados extranjeros como el francés o el americano. ¿Es tu caso? ¿Cómo prefieres trabajar tú?
D.R. Publico mis obras en varios países y lenguas, eso es lo que permite que puedas más o menos vivir de esto. Pero en vez de vender mi trabajo directamente a un editor extranjero, prefiero, al menos por el momento, moverlo primero por editoras españolas y que éstas me hagan de agentes y vendan mi obra a otros editores de fuera. Es el caso de Astiberri, por ejemplo, estoy muy contento con ellos, realmente se curran mucho el tema de las ventas al extranjero de obras de autores españoles, no como otras editoriales, que parece que sólo les preocupa comprar derechos de fuera para editar aquí, que está muy bien, pero hay que saber vender también lo de aquí hacia fuera, no sólo a la inversa. Además, el porcentaje que se quedan es de los más razonables que un editor ofrece a un autor en España ahora mismo, si no el que más.
T. La tecnología ha supuesto una mejora en todos los sentidos: en la impresión, la distribución, la venta, pero... ¿y en la creación? ¿En qué influyen las nuevas tecnologías a la hora de contar historias?
D.R. En mucho. Por ejemplo, yo antes entintaba sobre el original a lápiz, con lo cual no podía conservarlo, y luego perdía una enorme cantidad de tiempo en borrar con cuidado los restos de lápiz. Ahora, una vez tengo la página a lápiz terminada, la escaneo, la imprimo en azul y entinto sobre una copia en azul, lo que, además de ayudarme a conservar los originales a lápiz, agiliza enormemente el trabajo. Y con el color ya ni te cuento lo que ha ayudado.
Luego está el tema de los nuevos formatos, el soporte web te permite variar el tamaño de la página, el orden de lectura, además de, en el caso de que te autopubliques, abaratar o directamente suprimir los costes de edición y distribución.
Contraportada de Barsowia nº 13 (2009) |
T. Existe poca formación académica del cómic. De hecho, se ha inflado la divulgación en demérito de la investigación últimamente ¿esto es bueno o malo?
D.R. Ni bueno ni malo. ¿Debería haber más investigación? Sí. ¿Estaría genial que el cómic fuera materia a estudiar en algunas facultades, por ejemplo? Sí.
Pero la divulgación me parece aún más importante, ayuda a normalizar el medio de cara a la sociedad. ¿Cuántas reseñas de cómics salían hace diez años en un periódico de tirada nacional? ¿Cuántas salen ahora? Escuchas la radio y hablan de tebeos todas las semanas, al menos en algún momento, una reseña por aquí, una entrevista a tal autor por allá, que si el Premio Nacional, que si tal o cual, en programas que no son especializados en el medio, y lo mismo en prensa. Creo que se está avanzando, pero no es hora aún de tirar cohetes, queda mucho todavía por conseguir, creo que hay que estar contentos con la situación actual, pero no dormirse en los laureles, queda mucho, muchísimo, por hacer todavía.
T. ¿Crees que las escuelas de cómic que existen ayudan a formarse como profesional realmente?
D.R. Mi formación es totalmente autodidacta, nunca he ido a una, así que no lo puedo decir a ciencia cierta, pero creo que sí son beneficiosas, varios autores que están publicando por ahí han salido de ellas, como en el caso de la Joso. No sé si hay más en España, la verdad, pero en Italia hay bastantes y funcionan realmente bien, enseñan a los alumnos a dibujar, a componer, a narrar bien, y luego con todo ello ya se formarán un estilo. Claro que entiendo que en Italia proliferen más que aquí, ya que allá tienen los tebeos de Bonelli o el Don Miki, que allí sigue existiendo, y venden mucho, son un buen medio de llevar el pan a casa para un autor de cómic. Aquí creo que, a día de hoy, lo único equiparable que hay a esto es la revista El Jueves.
T. Propón una idea, por peregrina que sea, para mejorar la situación profesional de un autor de cómics en España hoy.
D.R. Que los editores paguen más. Pero hay que ser realistas, con las cifras de ventas que hay es difícil conseguir eso. Las ventas que genere su trabajo son la única arma que un autor tiene para pedirle más pasta a un editor y subir el caché. Sería genial que se pudiera pagar nueve mil o doce mil euros por una obra en España, pero a día de hoy incluso cifras bastante más bajas son ciencia ficción. Es lo que hay, tanto vendes tanto ganas, y lo veo normal, que conste, un editor no ha de ser una hermanita de la caridad.
Algo que sí puede ayudar, ya que no se le puede pagar al autor todo lo que merece, es que el editor se curre bien la promoción del tebeo, tanto en medios como organizando presentaciones, exposiciones y demás. Todo eso ayuda mucho a las ventas y a captar nuevos lectores.
Ilustración sobre el libro El Cementerio de los Libros Olvidados de Carlos Ruiz Zafón, para el editor francés Didier. |
T. Cada vez es mayor la presencia de historietas en la red y su lectura a través de pantalla, ¿en qué afecta esto al cómic?
D.R. Pues en que es otro medio, otro formato, la forma de la página, la composición, surgen nuevos modos narrativos de enfrentarse a ella, de trabajar el cómic.
También ayuda a autores que no son conocidos o con los que los editores no se arriesgan a publicarles en color –normalmente tienes que bregarte primero en blanco y negro y si respondes bien y vendes lo suficiente luego ya se te abre la puerta del color–, pueden dar a conocer su trabajo a color, si es que así lo desean, sin coste editorial alguno.
T. Si la vigencia del medio estuviese en internet, ¿qué manera de explotación de los llamados webcomics te parecería más adecuada?
D.R. La verdad es que todo eso está aún en pañales, nadie sabe cómo evolucionará la cosa de aquí a unos años. Si un contrato de derechos por un cómic impreso suele tener una vigencia de unos cinco años, los que se hacen ahora de cara al tema digital tienen vigencia de dos años, ya que nadie sabe aún por qué derroteros va a ir la cosa. Y la verdad, no me considero ningún experto, ahora mismo, para postularme o aconsejar sobre el tema. Veremos qué ocurre, que puede pasar de todo. Mientras tanto, yo seguiré leyendo tebeos en papel, que me resulta mucho más placentero, y el cómic, además de como lectura, me gusta también como objeto.
T. ¿Puedes contarnos cómo fue la experiencia con la película de animación Espíritu del bosque, hasta qué punto has tenido el mismo tipo de control total de que dispones en la historieta, y si estas contento con el producto final?
Cartel de la película Espíritu del bosque (2008) |
T. Recientemente, Marcos Nine ha presentado el documental Radiografía dun autor de tebeos sobre ti y tu obra. ¿Puedes contarnos cómo surgió el proyecto, cómo fue su realización y qué piensas del resultado final?
Cartel del documental Radiografía dun autor de tebeos, de Marcos Nine (2010). |
T. Tus obras comienzan a traducirse y publicarse en países como Italia, Francia o EE UU, y últimamente has recibido premios en varios festivales, en Italia y la República Checa. ¿Qué puedes contarnos de estas experiencias internacionales?
D.R. Pues que están genial.
Primero, porque las ventas a otros países de los derechos de tu obra son lo que verdaderamente te permite vivir del cómic en España, al menos del cómic de autor, como es mi caso, y porque brinda una buena oportunidad para viajar, conocer otros lugares, otras gentes, otros mercados, ver cómo funciona el mundo del cómic en otros países te da una nueva perspectiva de cómo funciona en España, para algunas cosas mejor y para otras peor, pero siempre enriquece. Además conoces a otros autores, editores, modos diferentes de trabajar y entender la edición, material fantástico de autores europeos desconocidos en España –por ejemplo, mi último descubrimiento es el italiano Manuele Fior, todo un portento–.
Y ver que tu trabajo funciona también fuera de tu país y que las colas en las sesiones de firmas en muchos casos son igual de grandes que en España alienta.
T. En tu historieta para El secreto de Alhóndiga Bilbao usas el cómic como punto de partida desde el que lanzar miradas hacia un exterior vacío o un futuro por construir. Fuera de la temática de ese libro, ¿crees que la historieta permite construir imaginarios o universos con matices bien diferentes de lo que permiten otros medios?
Detalle de la cubierta del libro El secreto de Alhóndiga Bilbao |