UNA MIRADA AL HUMOR GRÁFICO Y LA HISTORIETA EN PARAGUAY
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En Paraguay, a pesar de las dificultades que impone el subdesarrollo cultural, la historieta y el humor gráfico han podido plasmarse con mejores posibilidades que otros géneros artísticos, como el cine.
Existen valiosos antecedentes en experiencias gráficas realizadas durante la guerra de la Triple Alianza (1865-1870), cuando un grupo de creadores utilizan los grabados satíricos para ridiculizar al enemigo, a través de publicaciones legendarias como Centinela o Cabichu’i.
Figura 1: Caricatura política por Andrés Guevara. |
En los inicios del siglo XX surgen varios precursores: Miguel Acevedo, Juan Ignacio Sorazábal, Andrés Guevara. Este último, con toda su exitosa carrera desarrollada en Argentina y Brasil, de la mano de los grandes diarios y revistas de esos países.
En los años sesenta, la revista Ñande publicaba trabajos de Fiorello Botti y de Gugliota, mientras la revista infantil Farolito publicaba «Ivo, el piloto audaz» de Tata, probablemente la primera historieta paraguaya, con todos los códigos habituales del género, asumida como lenguaje propio, entre el humor y la aventura.
En la pasada década del setenta, dibujantes y escritores editan en Asunción la revista Je Je Grap, quizás la primera publicación dedicada enteramente al humor, y en menor medida a la historieta satírica. La dirigía Reinaldo Martínez, con la colaboración de Nico Espinosa, Ramón Rojas, Cacho Sanabria, Manuel Mosteiro, Ricardo Yustman y César Hermosilla. Este último llegó a ser jefe de redacción de la conocida revista argentina SuperHumor®. Cuando desaparece, se edita Pukara, de efímera vida, con la dirección de Castilla Araujo.
En 1977 aparece el diario Hoy, con chistes y caricaturas de Nico Espinosa. Allí se publica «Pililito y Pankyra», una tira diaria con guiones de Rodolfo Víctor Santacruz, más conocido como Rovisa y «El último Morotoko», con guiones de Helio Vera, ambientada en épocas de la conquista, un delirante retrato de la sociedad de la época, reflejada en el espejo de la historia. Ambas obras ilustradas por Nico.
En 1978, en el Suplemento Infantil del diario Última Hora, aparece la primera historieta de aventuras con un personaje extraído de la mitología guaraní. Se trata de «Avaré», un niño blanco sobreviviente de un naufragio, criado por un hechicero indígena en los tiempos de la conquista española y convertido posteriormente en un guerrero-sacerdote. La obra es creada por Carlos Argüello y se publica semanalmente. El personaje volverá a aparecer, con el transcurso de los años, en otros periódicos y revistas.
En marzo de 1981, Roberto Goiriz, Carlos Argüello y Juan Moreno se unen para editar Quimera, la primera revista paraguaya de historietas, con buena receptividad para la época: casi 1 000 ejemplares vendidos. Aquel histórico número presenta episodios del «Avaré» de Argüello, un personaje costumbrista campesino llamado Lino Meza, creado por Juan Moreno, y una primera obra de ciencia ficción espacial, «Galaktos» de Roberto Goiriz, además de una obra satírica, «Purni de las Llagash» con guión de Andrés Colmán y dibujos de Argüello. Después de una prolongada pausa, Quimera volverá a aparecer en dos ediciones más, esta vez editada solamente por Carlos Argüello.
Por su parte, en 1984, Roberto Goiriz y Juan Moreno se unen al dibujante Nico Espinosa y al periodista Mario Ferreiro, para editar El Raudal. Se trata de una revista del tipo underground o subterránea, elaborada al principio de manera casi artesanal, en donde se agrupan diversos humoristas y periodistas que generalmente no tenían cabida en otros medios de comunicación. En esta primera época, en plena dictadura stronista, aparecen un total de siete números caracterizados por un contenido satírico, a menudo contestatario y con un elevado nivel artístico e intelectual. En las páginas de El Raudal nacen algunos entrañables personajes del cómic paraguayo, como el anti-héroe «Eyulunex» de Roberto Goiriz, el rockero «Onírico Martínez» de Juan Moreno, o «El Solitario», el disparatado astronauta de Nico.
Desde ese momento se crean como dos corrientes bien diferenciadas en la producción de la historieta paraguaya. Una corriente que privilegia más la aventura heroica y las historias costumbristas, impulsada por Carlos Argüello. Y la otra, que abre paso al experimentalismo gráfico, a la búsqueda expresiva de nuevos lenguajes, referenciada fundamentalmente por Goiriz, Moreno y Nico.
Figura 2: Humor político de Fiorello Botti. |
Desde la primera corriente, Argüello da nacimiento a una serie de esporádicas revistas como Quimera, Avaré 2000 y Búnker, en donde formula logros como el desarrollo de las primeras historietas costumbristas en guaraní, con guiones del escritor Mario Halley Mora, o la incorporación, en su más reciente etapa, de algunos personajes del consagrado guionista paraguayo Robin Wood (éste, al igual que Andrés Guevara en su momento, desarrolla toda su carrera en Argentina, y ahora en Europa, excepto un tímido intento en la revista Ñande, en donde publicó durante poco tiempo una historieta basada en la leyenda del popular personaje Perurimá, ilustrada por el dibujante argentino Gómez Sierra).
Desde la otra corriente, dirigida por Roberto Goiriz, se logra que la prestigiosa Editorial El Lector habilite una Colección Cómic, en donde se vuelven a editar varios números de El Raudal, esta vez con lujosa encuadernación y uso del color, además de editar una serie de álbumes temáticos como «Al descubierto» (dedicado a recordar críticamente los 500 años del decubrimiento de América), «El voto o la vida» (número especial por las elecciones presidenciales), «Visión parcial» y «Doble o nada» (obra individual de Goiriz y Moreno).
En El Raudal también se congregan viejos y jóvenes artistas rescatados del mundo de la publicidad o la creación marginal, como Chester Swan, Rojita, Kike Olmedo, entre otros.
Desde mediados de la década del ochenta, una buena parte de la producción historietística encuentra espacio en los grandes diarios nacionales. En 1985, Última Hora publica durante dos años «Cacho Medina, periodista», una tira diaria de aventuras, con guión de Andrés Colmán Gutiérrez y dibujos de Mario Gatti. En la misma época, en las páginas del suplemento Correo Semanal de Última Hora, Roberto Goiriz crea a Jopo, un personaje que luego seguirá apareciendo en El Raudal e incluso en publicaciones del Brasil.
Figura 3: «El solitario» de Nico Espinosa. |
Paralelamente, el diario Noticias publica los domingos un suplemento de historietas de cuatro páginas, en colores, donde junto a producciones extranjeras aparece la obra de Juan Moreno «Crónica urbana», con historias que transcurren en las calles de Asunción.
El diario Hoy también crea su propio suplemento de historietas, en donde reaparece «Avaré», el personaje de Carlos Argüello, esta vez con guiones de Andrés Colmán Gutiérrez.
El experimento de publicar historietas nacionales se acaba a principios de la década del noventa, por decisión de las empresas periodísticas.
En 1998, se redita la experiencia, cuando el diario ÚIltima Hora acepta publicar en su contratapa, en colores, exclusivamente tiras de humor e historieta creada por artistas nacionales.
Figura 4: «Avaré» de Carlos Argüello. |
Desde noviembre de 1998, el diario Abc Color edita una revista mensual, bajo la drección de Goiriz, integrando temas infantiles e historietas del mismo, de Moreno y Argüello. Arami, el nombre de la publicación, dura un año.
En 1999 Nico se traslada nuevamente al diario Noticias y allí crea en la contratapa la tira «Delmer y la perrada», que es una continuidad del mismo perro personaje que aparecía en «Ña Ma’era». En el mismo diario, Melki, un joven recién llegado al mundo del cómic, crea a su vez a su personaje «Buchito».
Junto a la historieta, también se desarrolla el humor gráfico, principalmente en los medios de prensa escrita.
El pionero es Fiorello Botti, un dibujante y humorista autodidacta, que empieza a publicar diariamente desde 1973 viñetas de chistes en la portada y en páginas interiores del diario Última Hora. Cultor de trazos rápidos, firmes y gruesos, Botti se convertirá en un agudo caricaturista de la realidad social y política del país durante más de dos décadas, destilando un humor directo, basado principalmente en juegos de palabras y en personajes casi grotescos.
Figura 5: Caricatura política de Enzo Pertile. |
En la década del ochenta aparece el diario Hoy y en sus páginas se revela otro joven humorista, Nicodemus Espinosa, quien acabará firmando simplemente Nico. Introduce un estilo de dibujo más suelto y estilizado, y un contenido mucho más crítico y sutil, un tipo de humor más intelectual, con un lenguaje que refleja el modo de hablar de la juventud de la época.
La década del noventa trae otra importante incorporación para el humorismo. Botti se aleja de Última Hora y el espacio es asumido por el tándem formado entre el guionista Moneco López y el dibujante Mario Casartelli. Es la primera experiencia de humor gráfico a dos manos y el resultado es gratamente sorprendente. Un humor todavía más agudo y crítico, marcadamente político, con un manejo de la ironía que por momentos se vuelve magistral. El toque de humor impregna además diversas secciones del diario Última Hora, hasta el punto en que las ediciones sabatinas incluyen religiosamente una caricatura política en toda la portada, generalmente dibujadas por Mario Casartelli o Enzo Pertile.
Al mismo tiempo, varios otros humoristas gráficos se posicionan en los demás medios de comunicación. En Abc Color Carlos Sosa –Caló– despliega su expresiva habilidad para la caricatura. En Noticias Crisbeck trae un estilo narrativo de vanguardia, a menudo con el uso de efectos computarizados. En el diario Popular el joven Yor apuesta a trazos sencillos y a un humor directo y casi siempre logrado. Melki en Noticias, Vicen en La Nación, son otros artistas que también van buscando y obteniendo su espacio expresivo.
Un apartado especial merecen los escritores humoristas, o los periodistas de prensa escrita que han abierto un importante espacio, ya sea realizando guiones de humor o de historietas satíricas para los dibujantes, o creando columnas periódicas de prosas humorísticas.
Figura 6: Caricatura política de Carlos Sosa (Caló). |
Uno de los pioneros es Alberto Peralta, quien en la década del ochenta se revela como un agudo humorista al satirizar las costumbres modernas de los paraguayos, en páginas publicadas en el Dominical del diario Hoy, ilustradas con chistes gráficos de Nico.
En el Correo Semanal de Última Hora, también a principios de la década del ochenta, inician sus artículos humorísticos Tony Carmona y Gustavo Laterza, con secciones como «El canto del grillo» y «El ojo en la bala». Laterza continuará posteriormente sus columnas de humor en el diario Abc Color.
A mediados de la década del ochenta en el semanario Ñandé empieza a escribir el periodista Víctor Benítez, con un humor bastante irónico, haciendo gala de un lenguaje popular, que combina el jopará entre el castellano y el guaraní. Luego Benítez recorrerá las páginas de los diarios Última Hora, Abc Color y Noticias, manteniendo su peculiar estilo, que también destila en sus escuchados programas de radio, en horas de la siesta, recorriendo diversas emisoras.
Helio Vera es otro conocido escritor que ha cultivado el humor en sus columnas semanales, primeramente en el diario Hoy y actualmente en el diario Noticias, además de haber elaborado varios guiones para historietas satíricas. Guido Rodríguez Alcalá en el diario Noticias y Rafael Peroni en Última Hora son otros habituales columnistas que siguen cultivando el humor, y que casi siempre integran las antologías del género.
Muchos de los trabajos, tanto de los dibujantes como de los articulistas, han sido recopilados también en libros. Botti publicó «Botti forever»; Nicodemus editó «El pilín de Nico» y «Nico D.S.»; también se realizaron publicaciones colectivas como «Humor después del golpe», entre otros.
En el 2000, Goiriz impulsa la organización de «Cháke!» (¡Cuidado!, en guaraní) e integra en el comité organizador a Nico, Argüello y Andrés Colmán Gutiérrez, con el apoyo del Centro Cultural de España Juan de Salazar, del Viceministerio de Cultura y de empresas locales. Se trata del primer evento múltiple en el campo del humor gráfico y la historieta. Por una parte es un encuentro del humor gráfico y la historieta del Mercosur, con invitados de Brasil, Argentina y Uruguay, una exposición de los trabajos de los creadores locales e internacionales, un concurso nacional de humor gráfico e historietas para jóvenes creadores no profesionales y un debate abierto al público acerca de la situación de estos géneros artísticos en los países de la región.
Figura 7: «Roque Cazaplagas» de Juan Moreno. |
Paralelamente se habilitó una exposición del Certamen de Cómic Injuve, con los mejores trabajos premiados durante un concurso realizado en España en 1999, lo cual permitió apreciar las nuevas propuestas del cómic de la madre patria.
En la misma ocasión los organizadores del encuentro rindieron un homenaje especial a los creadores paraguayos Robin Wood y Fiorello Botti, por su destacada labor.
Robin Wood, nacido en Caazapá, es hoy uno de los más reconocidos guionistas internacionales de historietas, autor de célebres personajes de aventuras como «Nippur de Lagash», «Jackaroe», «Dennis Martin», «Savarese», «Pepe Sánchez», «Martin Hell», «Dago», «Mark», entre otros. Sus historias, ilustradas por los más grandes dibujantes del género, han sido editadas inicialmente en Argentina y actualmente se publican en Italia, España y otros países. Ha recibido en varias ocasiones el premio Yellow Kid, entre otros importantes galardones.
Fiorello Botti, dibujante y caricaturista paraguayo de ascendencia italiana, es considerado como uno de los pioneros del humor gráfico y la caricatura en Paraguay. Empezó a publicar en la revista Ñandé y en el diario Última Hora. Sus cotidianos chistes sobre la realidad política y social de Paraguay fueron seguidos por lectores de varias generaciones. Botti publica actualmente sus trabajos en el diario La Nación.
La presencia de los destacados artistas y escritores de los países vecinos contribuyó a darle un brillo especial al evento: Juan Zanotto, italiano radicado en Argentina, Rodolfo Arotxarena y Fermín Hontou –Ombú– de Uruguay, Fabricio Grellet y Carlos Mota de Brasil, aportaron sus experiencias, mostraron lo suyo y constituyeron el jurado que premió a los ganadores del concurso nacional.
Los contactos iniciados en «Cháke!» –recordada muestra de humor e historieta del Mercosur realizada en Asunción en octubre del 2000– dieron sus frutos poco después, cuando Fabricio Grellet, el escritor brasileño, invita a Roberto Goiriz a viajar con él a uno de los mayores eventos de cómics en el mundo: «San Diego Comic-Con», en California.
Figura 8: «Crónica urbana» de Juan Moreno. |
Fabricio, además de su trabajo como escritor, desarrollaba en su país la función de agente, representando, entre otros artistas, a Carlos Mota. Ambos trabajaban para varias editoriales de Estados Unidos.
Goiriz logra algunos contactos en la «Comic-Con» e inicia una colaboración con pequeñas editoriales de ese país, colaboración que se ampliaría a través de los contactos vía internet y la incorporación de otros artistas paraguayos a los proyectos.
Para organizar mejor todo el trabajo Roberto crea Tinta Paraguaya, una división de su agencia publicitaria Goiriz Imagen & Cía., quizás el primer intento de profesionalizar la producción historietística en Paraguay.
Así, en el transcurrir de los meses se logró integrar a la producción artística la aplicación del color, letras y efectos onomatopéyicos en formato digital, e inclusive se comenzaron a imprimir las revistas en Paraguay, gracias al bajo costo comparativo en relación con imprentas de Estados Unidos o Canadá.
Una calidad profesional en los procesos de creación y producción a un bajo costo internacional es lo que consiguió abrir una brecha en el mercado norteamericano, e insertar a los artistas paraguayos en el nicho de las pequeñas editoriales, siempre necesitadas de buenos artistas pero imposibilitadas de contratarlos en su país de origen, debido a sus altos costos.
Entre las obras publicadas hasta el momento, figuran colaboraciones de Juan Moreno con el escritor Chris Kirby («The Dark Side of the Moon», «Way of the Gunfighter»), de Roberto Goiriz y Enzo Pertile con el escritor Skip McRobert (Bzzz Bee Café, «The Smell of the Burning Dreams»). El crítico norteamericano Jack Abramowitz, en su habitual columna de la revista Comics Buyer’s Guide, saludó la aparición de Bzzz Bee Café y estacó textualmente lo siguiente: «el arte de Roberto Goiriz es detallado e impactante. Los ricos y vívidos colores de Manuel González, Ruwer Amarilla y Amado Escobar enriquecen el arte tremendamente. Juntos, ellos hacen de Bzzz Bee Café una de las más impactantes revistas de comics en las estanterías».
Figura 9: «Bzzz Bee Café» de Roberto Goiriz. |
Existen varios proyectos más en desarrollo o esperando su fecha de publicación. Entre ellos «Disgruntled» con guión de Odie Bracy, «The David Letters» con guión de Skip McRobert, ambas dibujadas por Moreno. «Lips Red as a Gaping Wound» del mismo escritor con dibujos de Enzo Pertile. Roberto Goiriz está dibujando para Deadboy Press un superhéroe llamado «The Cure» con guión de Eric Lebow, y además realiza «Purge Black, Red, and Deadly», una miniserie de cuatro capítulos con guión de La Morris Richmond, para Griot Entreprises.
Lo interesante es que todo este proceso se está dando sin que los artistas tengan que moverse de sus sitios, gracias a la magia de internet. Los guiones llegan de allá, invariablemente escritos en inglés, son traducidos en Paraguay y distribuidos a cada dibujante asignado, y una vez que las páginas han sido dibujadas y coloreadas, son enviadas también por correo informático para su publicación, o impresas en Paraguay.
Un capítulo aparte merece este escritor, nacido en el departamento de Caazapá, cuyo origen familiar se remonta a Australia, desde donde llega un contingente de inmigrantes a fundar la San Cosme, una pequeña colonia rural en Paraguay. De allí su nombre, que es su nombre verdadero y no un seudónimo, como muchos creen.
Wood ha marcado época en los últimos treinta años de la historieta mundial, no solamente por sus guiones, sino por su personalidad, que ha intrigado y cautivado a sus lectores. Desde pequeño demuestra una gran inquietud por la lectura y, en contradicción, por el vagabundaje y la vida física. Su pobreza absoluta y su falta de estudios (tiene apenas seis años de escuela elemental) lo lanzan a los caminos: es camionero en las selvas de Paraguay y de Brasil, lavacopas, camarero, descargador en el puerto, obrero de fábricas. Más de una vez debe dormir en las calles, todo ello antes de llegar a la veintena.
Estudiando dibujo en Buenos Aires conoce al artista Lucho Olivera y juntos crean un personaje llamado «Nippur de Lagash», luego publicado durante años por la editorial Columba de Argentina, y convertido en objeto de culto hasta hoy en día. Treinta años después capítulos de la obra se siguen editando. Wood comienza a escribir prolíficamente: de su pluma nacen nuevos personajes e historias, que también se convierten en éxitos editoriales y apuntalan de manera decisiva la venta de las revistas de la editorial.
Wood decide viajar tras hacer un trato con la casa editorial. Enviará su trabajo por correo mientras recorre el mundo. Ese recorrido durará veinte años, durante los cuales no se detendrá más de seis meses en cada ciudad, cruzando Europa, América, Asia y Oceanía. Desde los Himalayas hasta el Camino de las Caravanas del Sahara. Desde el Neguev hasta los desiertos de Australia. Un periplo difícil de creer... y sin embargo real.
Wood maneja el drama, el humor, la epopeya, el amor, en sus diferentes creaciones: «Helena», que será llevada a la televisión italiana... «Dago», otro personaje de culto en Europa y en Turquía... «Aquí, la Legión», «Dax», «Gilgamesh, el inmortal», «Los amigos», «Big Norman», «Merlín», «Anders», «Amanda», «El Ángel», entre muchos otros. Escribe más de cinco mil guiones de historietas, mas de ochenta series, varias películas de largometraje y series de televisión, estudios históricos, novelas y piezas teatrales. Desde hace algunos años reside en Dinamarca, aunque se traslada cada año a Asunción, donde tiene montada una oficina que centraliza la comercialización de todas sus obras a diferentes empresas editoriales, fundamentalmente para «Eura Editoriale» y «Sergio Bonelli Editore» de Italia.
Su rencuentro con el público paraguayo comenzó con el homenaje que se le otorgó en «Cháke!». Inmediatamente después la organización Transparencia Internacional le propuso escribir una nueva serie de comics, como parte de su campaña contra la corrupción en el país. Así nació «Isabella», creación de Robin Wood y Roberto Goiriz, una original forma de contribuir a la educación en valores a través de la historieta, con comentarios de Jesús Montero Tirado. «Isabella» también fue la primera oportunidad en que Wood colaboró con un artista compatriota, ya que la mayoría de sus creaciones fueron dibujadas por artistas argentinos, uruguayos, chilenos y luego españoles e italianos. También el diario Última Hora publica algunas de sus obras, editadas anteriormente en Argentina.
Figura 10: «Jopo» de Roberto Goiriz. |
El diario Última Hora volvió a abrir la puerta a la producción de comics, publicando una obra de Robin Wood y Faluggi, «Amanda», y una tira diaria de Andrés Colmán Gutiérrez y Enzo Pertile, «El testigo».
El diario Abc Color está otorgando mayor espacio al humor gráfico a través de su suplemento semanal, producido casi en su totalidad por el talentoso Carlos Sosa –Caló–, de gran aceptación popular.
El mismo diario está editando una obra en formato de fascículos semanales, «Historias secretas del Paraguay», escrita por el historiador Jorge Rubiani y dibujada por Juan Moreno y Roberto Goiriz, resctando el valor de la ilustración para la transmisión de conocimientos.
Los medios escritos en general siguen otorgando un espacio interesante al humor gráfico y la caricatura, a través del aporte de sus respectivos creadores: Caló en Abc, Nico en Noticias, Melki en Popular, Moneco y Casartelli en Última Hora, Yor en Crónica, Botti en La Nación, para citar las principales publicaciones y autores.
Sin embargo, muchos jóvenes creadores no encuentran espacios en las empresas editoriales, ni interés en promover estos géneros por parte del estado. Así, el surgimiento de nuevos valores se ve amenazado por la crisis y el desinterés. El humor gráfico y la historieta siguen siendo en Paraguay objeto de culto para una minoría, pero penosamente ignorados por la mayoría.