Personaje creado por Will Eisner en 1940 para protagonizar cortas historietas de género policíaco en un suplemento para los diarios, orquestado como un comic book en el cual se desarrollaban otras historietas de corte aventurero (Mr. Mystic, Lady Luck) con los que este personaje no se relaciona.
Denny Colt, detective de Central City, subalterno del comisario Dolan y enamorado de su hija, Ellen, constituye un azote para la delincuencia organizada de la ciudad. Uno de los más temidos criminales, el científico psicópata Dr. Cobra, somete al policía y lo deja en animación suspendida, dándolo todos por muerto. Pero Colt despierta vivo en el cementerio de Wildwood y, haciendo de este lugar su sede de operaciones, aprovecha la situación para actuar como un espectral justiciero, The Spirit, con el fin de inspirar temor a sus enemigos.
Colt / Spirit sigue colaborando estrechamente con Eustace P. Dolan y vive aventuras y resuelve casos en su ciudad, y en los alrededores, al tiempo que su presencia atemorizante y su identidad se van diluyendo en un continuo doméstico. Con el tiempo, su antifaz pasa a formar parte de su cara y sus vivencias se acomodan al espíritu de una comedia de situación en la que entran y salen nuevos delincuentes patéticos, mujeres peligrosas, villanos peripatéticos, hasta alienígenas y espectros, todos ellos implicados en una trama que trata de mostrar diferentes facetas del espíritu humano.
En su tarea policíaca y educadora, el ‘Espíritu’ colabora activamente con compañeros del departamento de policía entre los que destaca especialmente Ebony, primero un taxista negro y zumbón y luego un muchacho de negro que evoluciona de comparsa a compañero imprescindible en la resolución de los casos del protagonista. Con el paso del tiempo, este polémico personaje (por su tratamiento racista) pasa a ser sustituido por un sidekick blanco. Otros personajes que evolucionan junto al protagonista son el comisario Dolan, siempre íntegro y siempre en apoyo de Spirit, su hija Ellen, prototipo de la rubia tonta pero virtuosa de la América conservadora de los 1940, y varios policías de la comisaría.
Lo mejor del coro de personajes de The Spirit lo hallamos en sus enemigos, sociópatas como Cobra, que hizo nacer al personaje, Némesis formidables como Octopus, a quien se le mantiene en el anonimato con gran acierto, pero sobre todo destacan los delincuentes que emanan de la frustración (partiendo de los Palyachi, Orang y con un largo rastro que culmina con los personajes descritos por Feiffer, otro gran cronista de la frustración humana) y las mujeres –delincuentes o no- que supuran tanta malevolencia como belleza (partiendo de Silk Satin, creada en marzo de 1941, pasando por las mujeres fatales de los años cuarenta, estereotipadas o vuelcos de personajes cinematográficos: Destiny Blake, 1942, P’Gell, 1946, Silken Floss, 1947, Plaster, 1948, hasta llegar a la enamorada Sand Sareff, creada en 1950).
El personaje central, sobre todo al final de la serie, entre 1948 y 1950, se convierte en una mera excusa para desarrollar las historias de los presuntos secundarios de las aventuras de The Spirit, gente corriente y mundana en ocasiones, cuyos relatos de vida son los que interesan al autor y no la resolución heroica o las gestas del enmascarado. Con ello, The Spirit pasa a operar como un testigo más, casi como un lector de las mismas historietas, que observa los avatares, frustraciones y amargos triunfos de una población humana, fiel reflejo de la sociedad civil tradicional que dominó el modo de vida estadounidense hasta los años 1960.