Esta serie fue un intento de reproducir en otro entorno histórico el tremendo éxito conseguido por los lances del héroe medieval El capitán Trueno. Ambientado en el Imperio Romano de pocos años después de la crucifixión de Cristo, cuando sus seguidores empezaban a organizarse y a ser perseguidos por ello, sólo pretendía repetir las fórmulas que tan buen resultado habían dado a su autor literario y a la editorial en el competitivo mercado de la publicación de series realistas de aventuras en España. Es decir, un héroe con motivos sobrados para enfrentarse a la tiranía y la injusticia, capaz de embarcarse en aventuras sin cuento a lo largo de todo el mundo, y con amigos leales, fuertes (Taurus) o graciosos (Fideo de Mileto), y una prometida con la que jamás llegaría a casarse (Claudia).
Pero el personaje de Víctor Mora, del que nunca sabríamos su verdadero nombre, resultó no ser una copia exacta del Capitán Trueno, sino que con el paso de las semanas alcanzó cotas de interés y acción épica incluso superiores a las de su hermano en las viñetas. Mora reconoció tiempo después que, tras una secuencia muy satisfactoria de aventuras del Capitán Trueno, el Jabato le acabó robando el corazón y le permitió desarrollar tramas apasionantes, inspiradas por los múltiples peplums o películas “de romanos” tan populares en los años cincuenta y sesenta.
Su primer cuadernillo, apaisado y titulado “Esclavos de Roma”, apareció el 20 de octubre de 1958, siendo regalado junto al número 107 del Capitán Trueno. La editorial Bruguera, con la complicidad de Mora, cuyo nombre real no aparecería jamás (sólo firmó ocasionalmente como R. Martín), encargó la realización gráfica de la serie a un superdotado del dibujo, Francisco Darnís, cuyo trazo clásico era perfecto para mostrar al lector el enorme mosaico de la época romana. Los autores nos explican aquí los orígenes campesinos del íbero llamado Jabato, quien, junto con sus compañeros, se ven esclavizados para servir como gladiadores en Roma, a pesar de la ayuda de una muchacha romana llamada Claudia, su futura prometida. Desde ese momento, la vida del Jabato se convertirá en una continua lucha contra el poder imperial, en un combate contra las injusticias, protagonizado por una frecuente participación en batallas contra bárbaros, cartagineses, egipcios, orientales, salvajes y tantos otros. Los claros y frecuentes anacronismos aparecidos en sus páginas no importaron a los miles de seguidores que disfrutaron de sus historias durante más de un lustro.
Darnís, como en el caso de Ambrós en el Capitán Trueno, tuvo que ser muy pronto ayudado por otros artistas, sobre todo en las portadas y en la tinta, para hacer frente al duro ritmo semanal (los más habituales en esta época fueron Luis Ramos y Jaime Juez, y después Escandell, Marco, Arriazu, Osete o Carregal). Más aún cuando, el 2 de marzo de 1959, aparecía el personaje en la página central de la revista de humor “Ven y Ven”, como ocurriera con el Capitán en Pulgarcito. Su presencia perduró aquí más allá del 4 de mayo, cuando “Ven y Ven” alcanzó su último número y transformó su cabecera para pasar a llamarse “Suplemento de Historietas de El DDT”. Entre una y otra revista se publicaron 16 episodios consecutivos de “El Jabato”. En diciembre, además, se publicaba el Almanaque para 1960 del cuadernillo. Sería el primero de cinco extras de este tipo que fueron apareciendo hasta 1962, entre Almanaques (1960, 1961), Extras de Verano (1960 y 1961) y Extra de Navidad (1962), desarrollados por algunos de los autores ya mencionados.
Una muestra de la edición de esta serie en El Campeón
Cuando la revista “El Campeón” regresó a los quioscos, en su segunda época, también llevó al Jabato a sus páginas centrales. El primer ejemplar se publicó el 16 de agosto de 1960, prolongándose su presencia un total de 32 semanas (más un almanaque). Darnís y sus ayudantes, más Buylla, se ocuparon de los dibujos, con Mora y probablemente Ricardo Acedo en los guiones.
Gracias a su creciente éxito, Bruguera repitió la estrategia seguida con Trueno y preparó una revista vertical de más páginas dedicadas al personaje. Se llamó “El Jabato Extra”, y salió por primera vez el 7 de mayo de 1962. La historia principal, guionizada principalmente por Mora, estaría dibujada por Martínez Osete (luego por Collado y Margalef), mientras que otros autores se ocuparían de las aventuras secundarias, usualmente del oeste y humorísticas. Duró 51 números, apenas un año, debido a sus ventas discretas. Pero la editorial prefirió no reducir en demasía la presencia del personaje en el mercado, de modo que lo trasladó a las páginas de la revista hermana, “El Capitán Trueno Extra”. Desde su número 176, y hasta la finalización de la primera época de dicha revista (333, en junio de 1966), se sucedieron primero historias del Jabato por entregas, y después historias cortas autoconclusivas, todas ellas dibujadas por gente como Carrión (sobre todo), Osete, Arriazu, Costa, Torregrosa, Soler, Porto, Escapa y Darnís. De la misma manera, el Jabato aparecería ahora en los almanaques y extras fuera de numeración de Trueno, como invitado.
Avanzada la serie de cuadernillos, y con la censura cada vez más dura, el Jabato experimentó una paulatina infantilización en sus argumentos, como ocurriera en el Capitán Trueno. La llegada de un personaje como Fideo de Mileto, pésimo poeta y peor intérprete de lira, proporcionó el contrapunto humorístico que Mora no contempló al inicio de la serie, con unos Jabato y Taurus eminentemente heroicos y guerreros. Este período de infantilización duraría hasta el final de la colección, en el número 381, en enero de 1966. Darnís, que a diferencia de Ambrós continuó durante toda la serie en los lápices, con breves períodos de ausencia durante los cuales fue sustituido por otros autores (Casanovas, Osete), tuvo que dejar pues su colección más emblemática, pero, como se ha mencionado, aún realizó algunas de las últimas historias cortas que aparecieron en el Trueno Extra. Poco después fallecería.
La primera reedición de las aventuras del Jabato, cuando éste aún estaba publicándose, se produjo en el mensual “El Jabato, Álbum Gigante”, siguiendo la estela del “Capitán Trueno, Álbum Gigante”. Enmarcadas por su gran tamaño, se remontaron muchas viñetas, se censuraron historias completas y se mezclaron aventuras de las diversas colecciones. Se publicaron un total de 40 ejemplares, finalizando en 1968. Para entonces, Bruguera ya estaba pensando en el próximo paso a seguir. Las aventuras nuevas de Trueno y del Jabato habían desaparecido de los quioscos, pero se abría ahora la oportunidad de la reedición en color, esperando con ello atraer nuevo público y al mismo tiempo barajar un presupuesto reducido, ya que no había que volver a pagar a los autores originales.
De nuevo se remontaron las páginas, se censuraron muchas de ellas y se eliminaron situaciones supuestamente poco edificantes para los niños, según las directrices de la censura de la época (ley de Fraga), menos permisiva que cuando surgió el personaje. El resultado fue el llamado “Jabato Color” (noviembre de 1969), cuyo principal atractivo fue sin duda la portada pintada del maestro Antonio Bernal. El hermano “Trueno Color” ya había demostrado que la fórmula podía ser exitosa, y de hecho en su primera época alcanzó una cifra de 212 números. En sus páginas se incluyeron materiales de todas las procedencias (cuadernillo, Jabato Extra, Trueno Extra, almanaques).
La editorial decidió además reunir las nuevas revistas de cuatro en cuatro, para dar forma a bonitos tomos encuadernados en tapa dura, de color rojo, que hoy en día alcanzan precios exorbitantes entre los coleccionistas. Los ocho tomos aparecidos llevaban la leyenda específica “Jabato Extra Especial” (1970). Paralelamente se publicaron en tapa blanda y cubiertas amarillas (Jabato Color Extra). Esta primera época, que duró hasta 1974, tuvo 53 números.
Finalizada ésta, los Jabato Color fueron reeditados de nuevo, en una segunda época, aunque se saltaron varios ejemplares y se cambiaron títulos, lo que supuso una renumeración (1 a 160). Al mismo tiempo, hasta junio de 1977 se editaron 40 tomos Jabato Color Extra (2ª época) que contenían dicho material convenientemente agrupado.
Las revistas Jabato Color no volverían a ser reeditadas por Bruguera, pero la editorial sí intentó hacerlo con los tomos Extra. La tercera época se inició en marzo de 1978, pero sólo se sacaron 12 números. También en este caso hubo un salto en la numeración precedente.
Muy probablemente por falta de ventas, Bruguera no hizo ninguna otra reedición del Jabato hasta octubre de 1980, cuando apareció la considerada cuarta época. Se publicaron 12 números del antiguo Jabato Color Extra, pero en un formato más pequeño y peor color, aunque se recuperó el número saltado en la ocasión anterior. En junio de 1981, el Jabato desaparecía de las tiendas bajo el sello de Bruguera.
Cuando los fondos de esta editorial fueron vendidos a Ediciones B, ésta decidió rentabilizar lo antes posible su inversión, lanzando la llamada “Jabato Edición Histórica”, que simplemente consistía en unir de dos en dos los antiguos Jabato Color, seleccionar una de las dos portadas disponibles (aunque se hicieron algunas nuevas y posters para la ocasión), y añadir artículos y una sección de correo del lector. Desde mayo de 1987 a mayo de 1989 se publicaron pues 106 números, con todos los aciertos y sobre todo, todos los defectos de las anteriores reediciones.
Por fortuna, Ediciones B accedió a publicar poco después la tan demandada reedición facsímil del cuadernillo original, a razón de seis números por entrega. Fue una labor casi inhumana debido a la carencia de originales, muchos de los cuales fueron destruidos para crear la revista Jabato Color, lo que obligó a escanear cuadernos de la época.
En 2003, diversos acuerdos entre Ediciones B y periódicos nacionales permitieron la entrega a los lectores de hasta cuatro álbumes con material del Jabato Color. De la misma manera, en 2005 apareció el primer tomo Súper Jabato, con aventuras de idéntica procedencia, y había otros previstos para los siguientes años. El segundo, por ejemplo, lleva nueva portada de Bernal, demostrando que sigue en buena forma.
En 2008, por fin, Ediciones B se ha arriesgó a lanzar un nuevo tebeo de El Jabato: ¡La Hermandad de la Espada!, aparecido el 15 de octubre de 2008, encuadernado en cartoné, con un acabado lujoso y un precio de 13,95 euros. A destacar el color infográfico, aplicado por el propio José Revilla, y la portada, realizada como las de antes, con la acción como motivo principal.
Este tebeo surgió fruto de la ilusión y el compromiso de dos apasionados seguidores del personaje, “La Hermandad de la Espada” se anuncia como un homenaje a la serie creada por Mora y Darnís, y sin duda lo es, tanto estilísticamente como desde el punto de vista emocional. La historia tiene 52 páginas, en formato apaisado como los viejos cuadernillos, y sitúa a nuestros héroes en Hispania, donde pocas veces se movieron antaño. Luís Antonio Ródenas, el guionista, desgrana a partir de aquí una estupenda narración de corte plenamente clásico, durante la cual veremos al Jabato y a sus amigos enfrentados a una especie de secta que aterroriza la región. La acción contiene todos los ingredientes que nos son conocidos y que deberían satisfacer tanto a nostálgicos como a nuevos lectores: se respeta la idiosincrasia del personaje, se introducen otros nuevos, prometedores, y no faltan las luchas trepidantes, el humor, los momentos dramáticos y la merecida derrota definitiva del mal.
