TEBEOSFERA \ TEBEOTECA \ REVISTA \ REVISTA DE HUMOR

EL VIRUS MUTANTE

El Virus Mutante. La actualidad por detrás y por delante

 

Editorial : Compañía Editora de Publicaciones de Humor, Madrid
Director : J
uan Ignacio Jiménez Mesa. Asesor Editorial: Fermín Vílchez. Director Artístico: Julio Rey

Consejo Fundador: Forges, Gallego&Rey, Juan Ignacio Jiménez, Martín Morales, Máximo, Juan José Millás, Peridis y Juan Fermín Vílchez.

Colaboradores: 63

[ Portada del primer número, con imágenes de Forges, Gallego & Rey y Martínmorales ]


PROCESO VÍRICO, comentario por Jaume Capdevila

En mayo de año 2004, diversos medios de comunicación se hacen eco de la aparición de una nueva revista: "Nace El Virus Mutante", "Vuelve la sátira a los quioscos", "Nuevo semanario de humor", son algunos de los titulares. "El Virus Mutante cuenta con los más conocidos humoristas gráficos que habitualmente publican sus viñetas en los diarios nacionales (Forges, Gallego y Rey, Martín Morales, Máximo, Mingote, Peridis...) y otros muchos dibujantes de prestigio, junto a escritores y articulistas de gran relieve, como Juan José Millás, Rafael Azcona, Luis Ignacio Parada, Carlos Boyero, Raúl del Pozo, Luis Otero, Víctor Márquez Reviriego, Moncho Alpuente, Ramón Irigoyen, entre otros muchos. Este extraordinario plantel de colaboradores tratarán de hacer de esta publicación el referente del nuevo periodismo satírico en España, heredando en cierto modo la tradición de títulos ya desaparecidos como La Codorniz, Hermano Lobo y Por favor, medios en los que ya colaboraban algunos de los citados humoristas y periodistas. El nuevo semanario, que fue diseñado por Fermín Vílchez, se imprime en papel alisado y en formato tabloide y saldrá a la venta todos los viernes al precio de 1,5 euros. Lo edita la Compañía Editora de Publicaciones de Humor, empresa creada y dirigida, como la publicación, por el periodista Juan Ignacio Jiménez Mesa."

REFERENTE DEL NUEVO PERIODISMO SATÍRICO.

El número 1 de la revista El Virus Mutante aparece con la fecha "Viernes, 14 de mayo de 2004" impresa bajo la cabecera. Como adelanta la nota de prensa, son 24 páginas en color, impresas en papel de periódico con un formato de 290 x 370 milímetros. En la portada del primer número, bajo un gran "Sí, quiero", aparece una imagen de la actual princesa de Asturias, con gorro frigio y ondeando una bandera republicana, dibujada por Gallego y Rey. Un sumario, en una columna a la derecha de dicho dibujo de portada, nos muestra un trozo de una viñeta de Forges y otro de Martínmorales, y apunta algunos de los contenidos de dicho número: "Máximo: Diario irresponsable; Juan José Millás: Monocotiledónea; Luis Ignacio Parada: La noche que cené con Rita Hayworth; Rafael Azcona: El repelente niño Vicente; Daniel Samper: La genuina historia de la @". Acompaña la cabecera el dibujo de un virus (supongo que mutante) de color azul, con tres ojos y una larguirucha y ondeante cola, y un pequeño texto titulado "Letizium principescus vayabrasa".

En la mancheta del primer número aparecen como director Juan Ignacio Jiménez Mesa, Fermín Vílchez como asesor editorial, Forges como asesor de contenidos, y Julio Rey como director de arte. Se enumera también a un Consejo Fundador formado por Forges, Gallego&Rey, Juan Ignacio Jiménez, Martín Morales, Máximo, Juan José Millás, Peridis y Juan Fermín Vílchez, y le siguen una larga larguísima lista de colaboradores literarios y gráficos (sesenta nombres) más una redacción de cuatro periodistas y una secretaria.

En el número 19-20 de la revista Quevedos que edita la Fundación General de la Universidad de Alcalá, Fermín Vílchez explicaba en un artículo el alumbramiento de la revista, que en un principio iba a llevar el nombre de El Sustentáculo, nombre que no gustó y fue sustituido por lo de El Virus Mutante. En la publicación elsemanaldigital.com, aparecen las primeras palabras del director de la publicación: «El Virus Mutante nace con el objetivo de emular revistas de humor como Hermano Lobo ó La Codorniz», explicó Jiménez Mesa, editor del proyecto a través de la Compañía Editora de Publicaciones de Humor, que él dirige. (...)«Intentaremos hacer de esta publicación el referente del nuevo periodismo satírico en España», dijo su director. Jiménez Mesa explicó que se trata de un producto «basado en la calidad» de los colaboradores, con una redacción pequeña, y con la información "muy condensada". Opinaba el impulsor de este proyecto que, a su juicio, sí existía mercado para una publicación de este tipo, con pretensión de entretener y de acercarse a la actualidad «desde la ironía y la sátira, con una visión complementaria de la realidad.» «Nacemos sin pretensión de ser ofensivos», dijo Juan Ignacio Jiménez Mesa, quien señaló que aunque los temas políticos tendrán importancia en esta publicación, «se abordarán cuestiones de todo el abanico periodístico, y tendrá una estructura clásica, a modo de periódico, con información general, económica y deportiva, entre otras secciones.»

Sin duda, la aparición de una nueva publicación de éstas características genera expectación y curiosidad. ¿Conseguirá El Virus Mutante sobrevivir, y por lo tanto romper la maldición que parece que pesa sobre las publicaciones dedicadas a la sátira y al humor que nacen (y por culpa de dicha maldición inmediatamente mueren) en éste país?

La lista de colaboradores de la revista es espectacular. La mayoría de los colaboradores del primer número pueden presumir de una larga y exitosa trayectoria profesional. Y al lado de éstas firmas, van apareciendo nuevos valores, que paulatinamente ganan espacio en las páginas de la publicación. Malagón me explicaba: «A mi me hizo mucha ilusión que me llamase Forges para proponerme colaborar en la revista. Y es que allí había gente muy buena. Se intentó sacar al máximo de gente posible: gente muy conocida y otros desconocidos, doble jugada. Pero aunque el producto tenía muchas firmas, debía ser mejor: le fallaba algo, no acababa de divertir: se pasaban las hojas rápidamente y se terminaba pronto, y algunas secciones no interesaban. Quizás el encaje de humoristas nuevos y viejos podía chirriar. Por eso replantearon algunos espacios, se apostó cada vez más por gente nueva». Pero quizás ya era demasiado tarde.

Efectivamente, y tras 21 semanas en los quioscos, en octubre de 2004 El Virus Mutante deja de aparecer. La pregunta es ¿por qué?

RAZONES PARA EL FIN DE LA EPIDEMIA

Julio Rey, nos aclara que «El producto funcionó. Y de hecho la franja de ventas estaba por encima de lo previsto. El problema fue la publicidad, o sea, la falta de publicidad. Al no encontrar anunciantes se desequilibró el presupuesto y llegó un momento en el que no se podía pagar a la gente. Entonces o duplicábamos el número de ventas, lo que significaba hacer una inversión en promoción, o cerrar. De hecho nos gusta pensar que el producto está suspendido, no cerrado.»

En una conversación mantenida con Fermín Vílchez, éste explica: «Ya se sabía que no podía funcionar. De hecho yo, al ver el panorama, quise dejar la revista, pero me convencieron y me quedé hasta el número cuatro, pero entonces me marché. Lo que pasó es que faltaba una empresa potente detrás. Porque esta revista era la osadía de un señor, sin empresa ni sin nada. Y eso que los primeros números la revista funcionó muy bien, y a mi me hacía miedo ése tipo de papel en que se imprimía, pero las ventas fueron bajando.»

Julio Rey también añadió que: «Hacíamos la revista de forma muy artesanal, metiendo cosas en función de los huecos, peleando con cada página y peleando sobretodo con el texto. Creo que el componente gráfico debía ser muy importante. Lástima que no teníamos el control total del producto, porque tanto Forges como nosotros teníamos muy claro lo que había que hacer. Nosotros habríamos hecho algo más arriesgado. Lo que pasa es que la publicidad es conservadora, y les costaba poner anuncios en una revista en la que no sabían lo que saldría en portada la semana siguiente. Nosotros intentábamos ser políticamente incorrectos... ¡si pusimos en la portada a la princesa de Asturias con la bandera republicana!»

Fermín Vílchez apuntó otros datos: «Lo que pasa es que cada humorista tiene su idea de como debe ser una revista de humor. Cuando yo me marché había mucha indefinición sobre el producto: Forges quería hacer un tipo de revista, Martínmorales otra, Jiménez Mesa otra, yo otra... y claro. Pero de todos modos yo creo que existe un vacío en el mercado. Sin duda existen lectores para una revista de humor.»

Como lector de El Virus, en los primeros números yo mismo entreví esa indefinición de la que habla Vílchez. En una conversación con Malagón, me comentaba que «ellos tenían muy claro lo que querían de mí. No es eso de mandar lo que me de la gana y a ver qué es lo que me publican, sino que tenían muy claro el tipo de producto que hacían y a lo que querían... por lo menos por lo que respecta a mi.» Y añado las explicaciones de Julio Rey: «Se trabajaba mucho en equipo. Hacíamos reuniones larguísimas para decidir loas cosa, y todo se pensaba mucho. Era bonito porque se trabajaba en equipo, de forma muy colectiva, las cosas las paríamos juntos, página a página.»

Resulta de interés extraer algunas de las intervenciones de aficionados a los cómics aparecidas en el foro asociado al weblog de Álvaro Pons La Cárcel de Papel [>] a raíz de la aparición de El Virus Mutante. Los jóvenes lectores expresaron su interés por la publicación, atraídos por la participación en ella de escritores como Millás y Azcona o dibujantes de tebeos como Carlos Giménez (no por los humoristas gráficos, sin embargo). No obstante, el lunes 17 de mayo, JMV expresó que «(…) este tipo de publicación no funciona bien, y eso es algo constatable. Se queda a medias entre un semanario de información y El Jueves, pero sin ser ninguna de las dos cosas. El resultado es que no acaba de enganchar a ningún público en concreto. Ojalá triunfe porque hay muchos valores ahí trabajando y están metidos jóvenes dibujantes como Malagón y Puebla (…)». El viernes 21, Jordi Querol subrayaba que «había artículos que me parecían totalmente vacíos o ininteligibles (…), difíciles de leer, poco interesantes y pesados en definitiva.»

A la luz de lo anterior podría afirmarse que existe un sector de lectores jóvenes interesados por una publicación de éste tipo. A pesar del pesimismo endémico (y cabe decir que es muy fácil vaticinar que una nueva publicación de humor hecha en España va a fracasar, pues antes o después, estadísticamente han fracasado el 99% de las que han aparecido) hay una cierta predisposición de lectores a favor. Por otra parte, vemos que el publico en general admite que la participación de ciertas firmas en dicho proyecto son garantía de calidad, aunque por otro lado, se aprecia también un cierto cansancio de que los nombres de los humoristas de una nueva revista de humor sean los mismos nombres que ya aparecían en las publicaciones de hace treinta años.

 BALANCE FINAL.

El Virus Mutante fue valiente al intentar enfrentarse al monopolio humorístico de El Jueves.

El Virus Mutante contaba con humoristas gráficos y literarios de prestigio, nombres ya consagrados y conocidos lo que es una garantía de calidad del producto, pero a la vez da un poco la sensación de que son otra vez los mismos de siempre.

El Virus Mutante apostó muy fuerte por los nuevos valores, sobre todo del humor gráfico, al incorporar gente como Puebla, Ferrán Martín, Malagón, Jesús Martínez del Vas, o Pepe Farruqo, lo que resulta altamente atractivo para conectar con nuevas generaciones de lectores.

El Virus Mutante quiso tener un abanico de colaboradores y opiniones tan amplio que el lector se podía encontrar perdido en la indefinición resultante. También acusaba la dispersión quizás debida a la fragmentación y multiplicación de piezas para dar cabida a tantos y tantísimo colaboradores.

El Virus Mutante pecó de un cierto elitismo (sobretodo en el apartado literario) al establecer un nivel al que muchos lectores no podían llegar.

El Virus Mutante intentó recuperar el humorismo literario, de gran tradición en nuestro país que no solo de dibujos vive el lector. Por desgracia, el nivel del humor gráfico de la revista era muy superior al nivel del humor literario (salvo algunas excepciones), por lo que al final, al lector no le interesaban muchos de los textos. Por el contrario había otras secciones con textos brillantes, que habrían resaltado mucho más de no estar rodeados de otros textos tan mediocres.

Quizás El Virus Mutante pagó también el peaje de querer parecerse demasiado a La Codorniz o a Hermano Lobo, que son modelos de publicación que funcionaron en su época, pero que en la actualidad deberían estar superados.

A pesar de todo esto el nivel de la publicación se sitúa en un punto elevado. No hay duda de la alta calidad de muchas de las piezas publicadas, y el alto nivel de crítica practicado en los 21 números de la publicación. Y si el nivel de ventas era el esperado y lo que falló fueron los ingresos por publicidad, será que la publicación tenía su público.

Me quedo, para acabar, con las palabras de Julio Rey: «Nos gustaría pensar que estamos en una pausa, un stand by, temporalmente suspendidos, pero que volveremos, como revista, como suplemento de alguna publicación, o como lo que sea. El espíritu está vivo y aspiramos a sacarlo otra vez, y si puede ser, ésta vez con más control sobre el producto.»

O sea que, ojo, que el Virus no ha muerto, sólo está incubando para volver al ataque cuando menos se lo esperen.

VÍNCULOS (más artículos de Capdevila):

Humor gráfico en Cataluña: hoy, en Tebeosfera 030131

Tanta tinta t'unta, en Tebeosfera 030716

Enrique Ventura, música en viñetas, en Tebeosfera 031223

Faro, Anuario 2003, en Tebeosfera 040306


 [ © 2005 Jaume Capdevila, para Tebeosfera 050205 ]