28-VIII-1917 · Nueva York · Nueva York · Nueva York · 
Jacob Kurtzberg nació y creció en un barrio neoyorquino jugando y educándose en la calle y admirando las tiras de prensa, que le atrajeron desde su niñez. Aprendió a dibujar por sí mismo, copiando los personajes desde sus comic strips favoritas desdeñando toda educación reglada, y se puso a buscar trabajo en los periódicos en 1936. Estuvo cuatro años trabajando para la agencia Lincoln Newspaper y luego pasó en 1939 por el estudio de animación de los hermanos Fleischer, participando en episodios de Popeye. Poco después comenzó a cobrar gran interés para el público el nuevo formato de los comic books, y el joven dibujante sería de los pioneros de esta industria, aceptando primero encargos del taller de Eisner & Iger. Sus dibujos fueron apareciendo en revistas como Wags o Jumbo, firmando con una adaptación de nombre al inglés: Jack Kirby y con otros seudónimos en aquellos primeros encargos: Jack Curtiss, Curt Davis, Lance Kirby, Ted Grey, Charles Nicholas, Fred Sande y más.
Tras un compás de espera con escasa producción para Famous Funnies, el joven Kirby comenzó en 1940 a producir a gran velocidad, participando en una decena de títulos al mes por término medio, a veces más (17 historietas cortas publicó con fecha de abril de 1941), y salvo por el periodo bélico de 1944-1945, en el que produjo menos debido a la movilización, luego mantendría un ritmo de producción absolutamente sorprendente. En ese periodo fructificó una colaboración que le reportaría gran experiencia y éxito, la que fraguó con el guionista y editor Joe Simon, con quien generó excelentes historietas de crimen, acción y romance y también una creación propagandística prodigiosa para Timely Comics, Captain America, todo un icono de los Estados Unidos que aún pervive con fuerza en todos los medios de comunicación. Junto con Simon, Kirby dio salida a gran cantidad de cómics, no solo para este sello, también para National Comics Publications, luego conocida como DC, si bien no trabajó en casi ninguno de sus superhéroes principales (rescataron a The Sandman y crearon Manhunter, si hemos de recordar algunos de sus trabajos de aquellos días).
Durante la década de los años cincuenta, Kirby se mantuvo trabajando en series de wéstern y románticas, que gozaron de gran éxito por entonces, como las recordadas Young Love o Young Romance, de las que Kirby fue uno de los promotores junto con Joe Simon. Sus mayores éxitos los publicaron con el sello Crestwood, y las ventas fueron tan buenas que hasta ellos mismos se animaron a fundar un pequeño sello editor: Mainline Publications, que duró muy poco. También dibujó Jack Kirby superhéroes durante este tiempo, destacando entre todos ellos sobre todo Fighting American y The Fly.
En la década siguiente la labor de Kirby brilló especialmente en el sello Atlas, reconvertido en Marvel en el verano de 1961. Kirby había destacado dibujando para el editor Martin Goodman wésterns de gran dinamismo e historietas fantásticas en cabeceras como Journey into Mystery, pero cuando cambió la filosofía de la empresa gracias al impulso que le dio el editor Stan Lee, Kirby dejó de trabajar para Gilberton y otros sellos y fue el gran diseñador de un universo nuevo de personajes que surgió en noviembre de 1961 con el comic book titulado Fantastic Four. Por entonces, Kirby producía entre doce y catorce historietas por mes para Marvel, más una decena de ilustraciones para cubiertas, y aun así desarrolló una increíble versatilidad plástica y una enorme capacidad creativa, puesto que sentó los pilares estéticos (y también, en parte, argumentales) de lo que luego se llamaría el Universo Marvel.
Hasta el final de 1962, siguió alternando las historietas de superhéroes fantásticos sumidos en dramáticas situaciones con relatos de vaqueros y de enamoradas, pero poco a poco sus lápices fueron derivando hacia otros personajes con gran tirón: Hulk, Thor, Iron Man, Sgt. Fury, Avengers, de modo que en el final de 1963 ya todo lo que dibujaba se hallaba integrado en la fantástica ficción de un universo lleno de energía, abierto a la ciencia ficción, a la pasión por la tecnología y en una constante exploración sobre los límites del poder. Todo ello casi siempre de la mano del guionista Stan Lee, motor de las ideas y autor de los diálogos de sus cómics.
Kirby se convirtió en el "rey del cómic" por méritos propios durante la segunda mitad de la "década de las flores". Fue así porque no dejó de evolucionar pese a la fortísima producción a la que se vio abocado (para entonces se encargaba del dibujo a lápiz de media docena de historietas al mes, lo que suponía unas noventa páginas, a las que habría que sumar ilustraciones para cubiertas), depurando su estilo y abriéndose a la experimentación plástica más que algunos de sus colegas. No dejó de sorprender cuando rescató la esencia del Capitán América a mitad de la década, cuando Nick Fury ascendió en su graduación, cuando parió a los mutantes X-Men o en el increíble periodo de Thor que dibujó, demostrando una atracción singular por los panteones de divinidades (mitológicas o ficticias).
En 1967 él mismo ya era un mito. Fue entrevistado en Esquire y era un referente para la nueva generación de dibujantes que llegó a probar fortuna en los cómics de Marvel. Kirby bajó el ritmo de producción a cincuenta páginas mensuales para entonces. Se centró en Fantastic Four y Thor en los últimos años de esa década, dando lo mejor de sí mismo, y luego abordó una etapa inolvidable en la serie Captain America que culminaría en 1970, cuando entró en conflicto con los editores de Marvel por sentirse maltratado profesionalmente al ver que la imagen de Stan Lee crecía muy por encima de la suya pese a que su inversión de esfuerzo en el éxito de la empresa había sido inmenso. Como no consiguieron llegar a un acuerdo (económico y de reconocimiento de derechos), Kirby se fue a trabajar con la competencia tras firmar un contrato de tres años en exclusividad.
Con fecha de octubre de 1970 aparecieron sus primeras obras en comic books de DC, concretamente en la serie Jimmy Olsen, para comenzar en los primeros meses de 1971 con New Gods, Forever People y Mister Miracle. Kirby no sobrepasaba el medio centenar de páginas producidas al mes para DC, pero trabajó con similar entusiasmo en sus personajes, generando verdadero interés con su panteón de los dioses oscuros del Cuarto Mundo, con el villano Demon y con la serie apocalíptica Kamandi. Pero lo cierto es que las ventas no fueron buenas, y pese a la espectación despertada, las colecciones fueron canceladas una tras otra (amén de que Kirby encontró un ambiente editorial enrarecido en la empresa). Trabajó durante casi cuatro años con DC hasta que en el final de 1975 se le volvió a ver por los cómics de Marvel, con un regreso espectacular en la colección Captain America. En esta segunda etapa en Marvel reprodujo algunas de las ideas desarrolladas previamente, mejorándolas en algunos casos (en referencia a The Eternals), y dio nuevo brío a personajes que con él ganaron muchos enteros (por ejemplo, Black Panther). Otras producciones suyas, centradas en la exploración fantástica y alejadas de los superhéroes ordinarios no tuvieron tanto predicamento (2001, Devil Dinosaur, Machine Man), por más que luego fuesen recuperados con afán restaurador.
Durante los años ochenta Kirby se alejó de Marvel para trabajar más pausadamente (unas veinticinco páginas al mes) para sellos como Pacific, Eclipse y, de nuevo, DC. De este periodo se recuerdan sus series Captain Victory y Silver Star, que no gozaron de éxito. Sus aportaciones nuevas a DC, como Super Powers II, tampoco despertaron interés, y lo cierto es que durante el resto de la década apenas si colaboraba con ilustraciones de tipo pin-up. Sus últimas participaciones profesionales fueron para Topps Comics (Satan's Six) y para Image (Phantom Force).
También trabajó Kirby en el cine, en series de animación para la televisión, atraído por los empresarios de Hanna-Barbera. Paradójicamente, a pesar de haber abandonado ya Marvel y sus personajes fetiche hacía ya tiempo, trabajaría en una de las primeras adaptaciones animadas de Fantastic Four.
En 1987, gracias a la presión que fueron haciendo varios compañeros de profesión que por entonces clamaban por un mayor respeto hacia la labor creativa de los dibujantes, Kirby recuperó unas dos mil páginas originales de sus cómics (de las aproximadamente doce mil que había dibujado) y consolidó un reconocimiento entre la profesión y la afición que lo colocó en un altar para todos los seguidores del Universo Marvel. A estas alturas era obvio que su legado era inmenso, porque fue maestro de varias generaciones de dibujantes y la inspiración para muchos guionistas y creadores de personajes posteriores.
Kirby ganó varios premios Alley entre 1963 y 1968, y el Shazam en 1971 por su "Cuarto Mundo". Luego obtendría un Inkpot en 1974. La mayoría de los reconocimientos de la industria serían póstumos, de hecho en su honor fueron creados los reconocimientos Jack Kirby Awards y Jack Kirby Hall of Fame.
Para la posteridad ha quedado como uno de los más grandes creadores de cómics de la historia.
